El cariño en medio del sufrimiento
Por suerte o por desgracia a lo largo de mi vida he pasado más tiempo de lo normal en diversos hospitales. No tanto por mí como sobre todo por mi madre. Ahora es mi esposa quien requiere hospitalización debido a la complicación de una enfermedad crónica que padece. Le esperan al menos dos semanas de estancia. Sé que la práctica totalidad de mis lectores creyentes rezan y rezarán por ella así que os lo agradezco.
Supongo que cada hospital tiene su propia idiosincrasia pero en todos he visto siempre las mismas escenas, las mismas caras de preocupación y, por supuesto, las mismas muestras de cariño de los familiares hacia los pacientes y viceversa. En el hospital no sufre sólo el enfermo sino aquellos que le aman. Y del sufrimiento surgen muestras de amor y de cariño que seguramente no se dan en el día a día, en la rutina de cada vida. Ver a un anciano coger la mano de su esposa llena de tubos es algo que emociona doblemente. Emociona porque puedes vislumbrar la angustia del abuelo que teme perder a quien ha sido su vida, y a su vez emociona porque contemplas cómo el verdadero amor nunca muere, no entiende de edades ni de dificultades y llega hasta el final.
Con todo, creo necesario decir que no deberíamos esperar a que nuestros seres queridos estén en dificultades de salud para llegar a ser más cariñosos con ellos. El amor no sólo se siente. Se dice, se cuenta, se vive. Sonrisas, besos, abrazos, “te quieros", la mera presencia, a veces son la mejor medicina para el alma y para el cuerpo. Y obtiene más quien da que quien recibe. El cariño que no das hoy quizás mañana no puedas darlo y eso produce una amargura que te puede acompañar el resto de tu vida. Sé mejor hijo, mejor esposo, mejor nieta, mejor sobrino, mejor padre, mejor amiga, mejor cristiano. Saldrás ganando.
Luis Fernando Pérez
21 comentarios
El resto te lo envío en correo personal
Jesús
Por eso, cuando nos encontramos en una situación que podemos llamar difícil (o, aunque sea "menos difícil") nos acordamos de lo que, a lo mejor, no dijimos y que ahora lamentamos no haber dicho.
De todas formas siempre nos queda la esperanza de saber que la persona amada sepa que lo que no dijimos queríamos haberlo dicho.
Y mis oraciones, también las tienes.
Por otra parte, gracias, con franqueza, Barón Rampante, por la muestra de humanidad que encierran tan pocas palabras.
Un abrazo.
Cuenta con mis oraciones y recuerda que aunque no lo comprendamos TODO ES PARA BIEN.
Tengo que confesarte que tu artículo me ha recordado un poema de Ana María Rabatté que tengo enganchado en la nevera de mi casa , para que toda la familia lo leyamos con asiduidad, que dice así:
En vida, hermano, en vida...
Si quieres hacer feliz
a alguien que quieras mucho...
dícelo hoy, sé muy bueno
en vida, hermano, en vida...
No esperes a que se mueran,
si deseas dar una flor,
mándalas hoy con amor
en vida, hermano, en vida...
Si deseas decir “te quiero”
a la gente de tu casa,
al amigo cerca o lejos
en vida, hermano, en vida...
No esperes a que se muera
la gente para quererla
y hacerle sentir tu afecto
en vida, hermano, en vida...
Tú serás muy venturoso
si aprenders a hacer felices,
a todos los que conozcas
en vida, hermano, en vida...
Nunca visites panteones,
ni llenes tumbas de flores,
llena de amor corazones,
en vida, hermano, en vida...
tu familia cuenta con mi oración.
Deseo que en la Palabra de Dios y en la Eucaristía encontréis la fuerza y la paz del Señor Jesucristo.
"El Señor es mi pastor, nada me falta"
Un abrazo fraternal
Max Kolbe
El tema de la salud es el más tremendo porque, por mucho que sepamos que todos somos iguales, tendemos a creer que las cosas graves sólo les ocurren a los demás. Cuando nos ocurre a nosotros mismos, cuando estamos en el negr´simo pozo que muestra sin remedio la cara dela muerte podemos hacer dos cosa: desesperarnos, renegar,maldecir... o entender que los caminos del Señor son inexcrutables, que del mayor sufrimiento podemos sacra un bien y que somos cristianos, luego sabemos que la Muerte NO TIENE LA ÚLTIMA PALARA.
Cuando la cosa no es tan grave podemos entonces tener a oportunidad de entrar encontacto con quienes sí están ya en la recta final del dolor. Y comprender qué`poquito tiempo podemos tener a veces para recuperar el tiempo perdido en peleas, desencuentros:y decidir que ni un minuto más sustraído al cariño, a la ternura y a la compañía del enfermo
Rezaremos
Yo voy descubriendo una nueva forma de amor con mi mujer, "nueva forma" que es más vieja que el mundo. El hecho simple de estar. Saber que existe, que está, su presencia. Y apenas nada más. Cada día que vivimos es un don, un regalo del cielo (la existencia misma, el ser lo es). A medida que sumamos años nos vamos dando cuenta la importancia que tiene lo más insignificante, lo más cotidiano, aquello que apenas reparamos porque sucede todos los días. Doy gracias a Dios por habérmela puesto en mi camino.
Gracia por tan breve y tan enriquecedor texto.
Un abrazo
Seguimos acordándonos de vosotros y presentando vuestros problemas ante Dios.
RNA,
Me alegro de "verte". Me ha gustado tu comentario. También me acuerdo de vosotros.
Paisano,
Has empezado con buena intención pero no has sabido rematar, y lo estropeas. Hay que curar las heridas propias sabiendo perdonar. Por nosotros mismos y por los demás.
Mis mejores deseos para todos.
Ánimo.
Todo es gracia.
Todo sirve para el bien.
De esta manera vivimos resignación cristiana con esperanzas celestiales y no nos acordamos de los "Drs Montes"
Un saludo
Se valiente !!!
Nota:Desearía contactarte.Dame un teléfono o mail,por favor.
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