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6.03.17

Castigo eterno, vida eterna

Lectura del evangelio del Lunes de la primera Semana de Cuaresma

Jesús dijo a sus discípulos: 

“Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria rodeado de todos los ángeles, se sentará en su trono glorioso. Todas las naciones serán reunidas en su presencia, y él separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos, y pondrá a aquellas a su derecha y a estos a su izquierda. 
Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: ‘Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo, porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron; desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver’. 

Los justos le responderán: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber?  ¿Cuándo te vimos de paso, y te alojamos; desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?’. 

Y el Rey les responderá: ‘Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo‘. 

Luego dirá a los de su izquierda: ‘Aléjense de mí, malditos; vayan al fuego eterno que fue preparado para el demonio y sus ángeles, porque tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; estaba de paso, y no me alojaron; desnudo, y no me vistieron; enfermo y preso, y no me visitaron’. 

Estos, a su vez, le preguntarán: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de paso o desnudo, enfermo o preso, y no te hemos socorrido?’. 

Y él les responderá: ‘Les aseguro que cada vez que no lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron conmigo‘. 

Estos irán al castigo eterno, y los justos a la Vida eterna“. 
Mt 25,31-46

Nuestro Señor Jesucristo desmonta cualquier solafideísmo con esas palabras a los discípulos. No hay fe que salve si no va acompañada de obras (Stg 2,17). Como dice San Pablo, «si tuviera fe como para mover montañas, pero no tengo amor, no sería nada» (1ª Cor 13,2).

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5.03.17

Retírate, Satanás

Del evangelio de hoy, I Domingo de Cuaresma

Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el demonio. Después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, sintió hambre. Y el tentador, acercándose, le dijo: “Si tú eres Hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en panes".

Jesús le respondió: “Está escrito: El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios“.

Luego el demonio llevó a Jesús a la Ciudad santa y lo puso en la parte más alta del Templo, diciéndole: “Si tú eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: Dios dará órdenes a sus ángeles, y ellos te llevarán en sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra".

Jesús le respondió: “También está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios“.

El demonio lo llevó luego a una montaña muy alta; desde allí le hizo ver todos los reinos del mundo con todo su esplendor, y le dijo: “Te daré todo esto, si te postras para adorarme".

Jesús le respondió: “Retírate, Satanás, porque está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él solo rendirás culto“.  Entonces el demonio lo dejó, y unos ángeles se acercaron para servirlo.
Mt 4,1-11

Es claro que Satanás sabe citar la Escritura para manipularla y tentarnos. Lo hizo con Cristo y lo puede hacer con nosotros. Desde que la Iglesia es Iglesia, muchos han sido y son los que retuercen el sentido de la Palabra de Dios para buscar aquello que resulte más tentador. 

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4.03.17

Dejándolo todo, se levantó y lo siguió

Del evangelio de hoy, sábado después de Ceniza

Jesús salió y vio a un publicano llamado Leví, que estaba sentado junto a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: “Sígueme". El, dejándolo todo, se levantó y lo siguió. 

Leví ofreció a Jesús un gran banquete en su casa. Había numerosos publicanos y otras personas que estaban a la mesa con ellos. Los fariseos y los escribas murmuraban y decían a los discípulos de Jesús: “¿Por qué ustedes comen y beben con publicanos y pecadores?".
Pero Jesús tomó la palabra y les dijo: “No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, para que se conviertan“.
Luc 5,27-32

No hay pecado ni pecador que no pueda ser alcanzado por la misericordia del Señor. Como dice San Pablo, donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia. 

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2.03.17

Renunciar a nosotros mismos

Evangelio de hoy:

Jesús dijo a sus discípulos: 
“El Hijo del hombre, les dijo, debe sufrir mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y resucitar al tercer día". 
Después dijo a todos: “El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá y el que pierda su vida por mí, la salvará.  ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si pierde y arruina su vida? 
Luc 9,22-25

No hay vida cristiana sin cruz. No hay vida cristiana sin renuncia personal. La salvación no está en el éxito mundano, en el aplauso de los inicuos, en las loas de los sin Dios. La salvación está en Cristo y sólo en Él. Y no está en Él quien a Él no obedece.

A quien esto le parezca muy difícil o imposible, lea:

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9.10.16

Verdadero amor por los homosexuales

Dios no va a quedarse sin testigos de su verdad sobre el pecado y la gracia que salva. Y si los obispos, sacerdotes y seglares católicos en masa, Dios no lo permita, dejaran de serlo, lo serán otros. Es el caso de este pastor calvinista y un hombre que vivó gran parte de su vida como homosexual “practicante". El Señor quiso salvar esa alma y permitir que durante unos días fuera testigo de su evangelio de salvación.

Santidad o muerte.

Luis Fernando Pérez Bustamante.