La huelga y el cura del bate de beisbol
La huelga del sector minoritario de transportistas a la que estamos asistiendo nos retrotrae a tiempos que creíamos pasados en este país. Todavía recuerdo una escena “peculiar” en mis tiempos de alumno en el colegio que los Escolapios tienen en Getafe. Debido al cierre de Kelvinator los sindicatos habían convocado un paro general en toda la ciudad. Siendo Getafe una parte importantísima del cinturón rojo al sur de Madrid (hoy menos cinturón y menos rojo), el poder de movilización de los sindicatos era considerable. El caso es que también quisieron que parasen los colegios, pero la dirección del mío decidió que “naranjas de la China” y que permanecería abierto. Los padres que quisieran enviar a sus hijos a clase, lo podrían hacer…. al menos en teoría.
Por supuesto, aparecieron los piquetes “informativos". Pero hete aquí que a la puerta del colegio se encontraron con un cura más bien canijo, pero con una mala leche poco común, que además tenía entre sus manos un bate de beisbol. Era el padre Villar, al que yo tenía por profesor de Física en 6º de EGB. Por más años que pasen, y si el Señor no permite que enferme de Alzheimer o algo similar, no se me olvidará la imagen del cura con el bate de beisbol en la puerta de entrada al colegio. Obviamente ningún piquete se acercó a menos de 100 metros para convencer a los críos de que no debían de entrar, pero no quiero pensar lo que habría ocurrido si algunos exaltados hubieran optado por ir a por “el cura del bate".