25.06.13

Vuelven los tiempos del "Vente a Alemania Pepe"

En 1971 se estrenó en España la película “Vente a Alemania, Pepe” dirigida por Pedro Lazaga y protagonizada por el genial Alfredo Landa, recientemente fallecido. Pertenece al género de lo que se conoce como el “landismo” y pocos españoles no la han visto alguna vez por televisión. El guión de la película es el siguiente:

Peralejos, un tranquilo pueblo del Alto Aragón, es un lugar donde nunca pasa nada. Un día regresa al pueblo para pasar las vacaciones Angelino, un emigrante que conduce un magnífico Mercedes y cuenta maravillas sobre Alemania y sus mujeres. Pepe, fascinado por las historias de su amigo, decide emigrar también, pero su sueño empieza a las cinco de la mañana, limpiando cristales, y concluye a las doce de la noche pegando carteles.
Al final, a Pepe la vida en el país europeo no le convence, echa de menos su querida España y acaba regresando.

Pues bien, precisamente en 1971 se empezó a contabilidad anualmente el número de personas residentes en este país. Y desde entonces la cifra ha ido creciendo hasta que el año pasado, por primera vez, se redujo en algo más de 113.000 ciudadanos.

Leer más... »

24.06.13

Aborto en Uruguay, ¿y ahora qué?

Sinceramente no sé si alguien en Uruguay pensaba de verdad que había la más mínima posibilidad de éxito en la consulta para decidir si se revocaba o no la ley del aborto aprobada recientemente. La realidad es que apenas el 10% de los uruguayos votaron a favor de que tuviera lugar ese referéndum revocatorio. ¿Significa eso que el 90% de los ciudadanos de ese país están a favor del aborto? No necesariamente. Pero sí que se puede decir que solo un diez por ciento está tan en contra que quiere que se le consulte para acabar con la matanza de seres humanos no nacidos.

Nuestro Señor Jesucristo recordó que no conviene meterse en según qué asuntos si no se tiene alguna garantía de éxito:

Leer más... »

22.06.13

Para ser un buen obispo

En el día de ayer, a eso de las nueve de la mañana, hora española, acabé de escribir un post que empezaba de la siguiente manera:

Ahora que todo el mundo espera a saber por dónde irá la reforma de la Curia anunciada por el papa Francisco, me parece oportuno apuntar lo que el Santo Padre, y la Iglesia con él, cree que debe ser un buen candidato para ser obispo.

Finalmente decidí no publicarlo porque creí que me dejaba muchas cosas en el tintero y, sobre todo, porque me parecía un poco aventurado adelantar lo que el Papa podría querer en esa cuestión. Poco sabía entonces que el Santo Padre iba a tratar precisamente de ese tema en su encuentro con los Nuncios

Copio el resto del post y al final añado y comento lo que el Concilio Vaticano II explica sobre el papel de los obispos.

Leer más... »

20.06.13

Católicos y luteranos, las formas y el fondo

Como estaba anunciado, se ha publicado un documento conjunto entre católicos y luteranos con motivo del V Centenario de la reforma protestante, que tendrá lugar en el año 2017. A falta de tener en español el texto completo, parece que es un tocho de 90 páginas, lo cual no va a ayudar precisamente a su difusión masiva.

Algunos medios han destacado un par de frases del texto:

“La conciencia que está naciendo entre los luteranos y los católicos es que la lucha del siglo XVI ha terminado".

y

“Las razones para condenar mutuamente la fe de los otros han quedado en el camino".

Evidentemente la situación hoy no es la misma que la del siglo XVI. Ya no solucionamos nuestras diferencias en el campo de batalla con reyes y príncipes apoyando a cada uno de los dos bandos. Esos tiempos, Dios lo quieran, ya no volverán.

Ahora bien, eso de que no hay razones para reprobar como falsa la fe de los otros no acabo de entenderlo. Hasta donde yo sé, los luteranos no han renunciado al solafideísmo, al Sola Scriptura y el libre examen. Y no sé de ningún Papa que haya dicho recientemente que la Tradición no es una de las fuentes de la Revelación, que los dogmas marianos no son tales o que eso de venerar imágenes no está bien, que es aceptable la ordenación sacerdotal o episcopal de mujeres o de homosexuales públicos.

Leer más... »

18.06.13

Cuando se enseña que la Cruz fue un accidente laboral

Una de las cosas buenas que tienen las redes sociales es que te suelen enviar cosas de las que no habría manera de que te enteraras por ti mismo, por la sencilla razón de que no las buscas. Días atrás, uno de mis seguidores en Twitter (@luisperezbus), tuvo a bien comentarme su estupor al leer uno de los libros de un sacerdote y profesor jubilado de teología de la archidiócesis de Madrid, del que prefiero no dar el nombre (*) porque a estas alturas de la película ya da igual quién sea. Su caso me sirve como ejemplo para mostrar hasta qué punto en la Iglesia se ha hecho una dejación absoluta de algo tan importante como defender la sana doctrina y alejar a los falsos maestros de la formación teológica de futuros sacerdotes y de seglares.

Cito de una de las obras de ese autor:

Nosotros, en cambio, valoramos la cruz como el momento en que manifestó hasta dónde llegaba su amor (Jn 15, 13: “Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos"), pero nos atrevemos a decir -y espero que no se nos malinterprete- que la cruz, en vez de ser algo deseado por el corazón de Dios, fue un “accidente laboral". Cuando el que trabaja no toma suficientes precauciones, puede sobrevenir el accidente; y Cristo se despreocupó de sí mismo por completo.

Pero eso no quiere decir que él buscara morir. Antes de su detención rezaba diciendo: “Padre, si quieres, aparta de mi esta copa; pero no se haga mi voluntad sino la tuya” (Lc 22, 42).

Tampoco el Padre, a pesar de lo que puede parecer por el final de la petición anterior, quiso su muerte (¡ningún padre quiere que muera su hijo!). En la parábola de los viñadores homicidas (Mc 12, 1-8), que recapitula toda la historia de la salvación, se ve claramente la secreta esperanza de Dios: “Todavía le quedaba un hijo querido; les envió a éste. el último, diciendo: A mi hijo le respetarán.”

Es verdad que el Padre del Cielo no evitó la ejecución de Jesús, pero eso no significa que la deseara.

¿Les parece poco? Pues miren:

El sufrimiento no es redentor

Si es exacta nuestra convicción de que la voluntad de Jesús no fue sufrir, sino amar, y la cruz le sobrevino como simple “accidente laboral", se impone una conclusión: La redención no pudo ser por el sufrimiento, sino por el amor; aunque fuera en el sufrimiento, y en este sentido podamos decir que “sus heridas nos curaron” (Is 53. 5).

Me abstengo de replicar teológicamente, punto por punto, semejantes afirmaciones. Cualquiera que entienda de doctrina católica sabe bien lo que Cristo respondió al príncipe de los apóstoles cuando le pidió que no se dejara matar en la cruz (negritas mías):

Leer más... »