27.07.13

Una Iglesia de jóvenes y ancianos

Cada vez que se celebra una Jornada Mundial de la Juventud es habitual escuchar a todo el mundo -también a los papas- decir algo tan evidente que no acabo de entender por qué se repite tanto. A saber, que los jóvenes son el futuro de la Iglesia. Y me pregunto, ¿cómo no habría de ser así?

Por una mera cuestión biológica, los que hoy tienen entre catorce y veintitantos años tendrán entre treinta y cuarenta dentro de dos décadas. Y entonces el futuro seguirá siendo cosa de los jóvenes. De hecho, no ha habido una sola época en los veinte siglos de la historia de la Iglesia en que no haya sido así.

Es bastante probable que entre los centenares de miles de chavales que están en Río -o en las JMJs paralelas que se celebran en todo el orbe- haya muchos que serán sacerdotes e incluso obispos. Pero la gran mayoría están llamados a unirse para formar familias cristianas.

Ello mismo nos debe hacer comprender la importancia de dar una formación adecuada a quienes han de recoger el testigo de la fe que ha sido entregada de una vez para siempre a todos los santos. Ya desde la niñez, el cristiano ha de alimentarse de buenos pastos y no de cardos y de espinas.

Leer más... »

26.07.13

Papa Francisco: mejor verle que solo leerle

Tras un comienzo, en mi opinión, un tanto soso, esta JMJ ya ha alcanzado una velocidad de crucero importante. Parece que a la barca de Pedro se le ha dotado con un motor fueraborda que funciona la mar de bien. Y el timonel tiene claro a dónde quiere ir.

El papa Francisco no parece dotado de la capacidad de elaborar discursos de alta escuela teológica -aunque está muy lejos de ser “simple"-, pero sin la menor duda tiene un carisma, que el Señor le ha concedido, que hace que quien le oiga no se quede indiferente. Ayer estuvo magistral. A los drogodependientes les dijo que son ellos quienes han de dar el paso de salir del abismo en el que se encuentran. Por supuesto, con la ayuda de Dios y de la Iglesia. A los jóvenes argentinos que han llegado a Brasil, les indicó que el programa de su vida está marcado por las Bienaventuranzas y Mateo 25. Y al millón de chavales que sufrían las inclemencias del tiempo en la playa de Copacabana les pidió unirse a la única revolución que puede transformar de verdad el mundo para bien: la de la fe.

Pero si algo tengo ya claro, es que aunque leer las palabras de este Papa es cosa buena, mucho mejor es oírle y verle. Y si alguien lo duda, que vea este vídeo:

Leer más... »

25.07.13

Dolor, sólo dolor

Cada vez que hay un accidente o un atentado que causa un número considerable de víctimas, todo el mundo se conmueve. A pesar de que todos los días muere mucha gente en la carretera o en incidentes laborales o caseros, la acumulación de fallecidos en un solo suceso eleva a la enésima potencia la repercusión mediática y social.

Aun así, salvo aquellos que se dedican a atender a las víctimas, casi todo el mundo contempla lo ocurrido desde su pantalla de televisión o de ordenador. Por desgracia, yo he tenido oportunidad de saber lo que se siente desde la condición de víctima, ya que mi padre iba en el avión que arrasó la ladera del monte Oíz (Vizcaya), el 19 de febrero de 1985. Me acuerdo que tenía la sensación de estar en medio de una película de terror, como si la realidad no fuera la que era.

En el caso de mi padre, no había posibilidad alguna de que alguien hubiera sobrevivido, así que asumí pronto que no volvería a verle. Tras la confusión inicial, llega el dolor. Un dolor que no tiene explicación, que te llega sin que nadie te haya preparado para afrontarlo. En los primeros días, estás tan rodeado de gente que intenta ayudarte, que no te da apenas tiempo a enfrentarte a lo que ha sucedido. Pero pronto llega el silencio. Y entonces quedas tú y la pena. Tú y el dolor. Tú y la cruz. Si tienes la suerte de tener fe, puedes agarrarte a ella, pero ni siquiera la fe te evita la sensación de que tu vida se ha partido en dos y ya nunca será igual.

Leer más... »

24.07.13

Buenismo no, gracia sí

No puedo evitar estremecerme profundamente al leer estas palabras, pronunciadas por el Beato Juan XXIII hace más de 50 años durante la apertura del Concilio Vaticano II:

No es que falten doctrinas falaces, opiniones y conceptos peligrosos, que precisa prevenir y disipar; pero se hallan tan en evidente contradicción con la recta norma de la honestidad, y han dado frutos tan perniciosos, que ya los hombres, aun por sí solos, están propensos a condenarlos, singularmente aquellas costumbres de vida que desprecian a Dios y a su ley, la excesiva confianza en los progresos de la técnica, el bienestar fundado exclusivamente sobre las comodidades de la vida. Cada día se convencen más de que la dignidad de la persona humana, así como su perfección y las consiguientes obligaciones, es asunto de suma importancia. Lo que mayor importancia tiene es la experiencia, que les ha enseñado cómo la violencia causada a otros, el poder de las armas y el predominio político de nada sirven para una feliz solución de los graves problemas que les afligen.

Hace medio siglo yo no había nacido y por tanto no puedo decir si entonces las cosas eran como las describía el Papa. Supongo que el Santo Padre dijo lo que dijo porque eso era lo que parecía que estaba pasando. Aun así, me pregunto en qué parte del evangelio aparece la idea de que los hombres son capaces “por sí solos” de darse cuenta del mal y condenarlo.

Leer más... »

23.07.13

No armen ruido, no molesten demasiado al PP en el tema del aborto

Ayer leí en Religión Libertad un artículo de Antonio Torres, Presidente de la Fundación Red Madre, que me dejó un tanto perplejo. La verdad es que empezó bastante bien:

Cuando los políticos acceden al poder tienen como misión legislar y administrar los asuntos públicos en favor del bien común, siendo urgente su actuación cuando éste es burlado o directamente socavado en sus mismos cimientos.

Amén.

Así sucede en el caso de las leyes permisivas y financiación del aborto nada menos que por parte del propio Estado, y con el casi absoluto desamparo de las madres vulnerables y con riesgo de exclusión social que se ven impelidas a abortar.

A eso yo diría que mayor desamparo que el de las mujeres que “se ven impelidas a abortar” es el de los no nacidos a los que se mata. Y añadiría que no hay razón alguna que explique que una madre mate al hijo que está viviendo en su seno. Es decir, aunque sin duda alguna hay que hacer todo lo que esté en nuestra mano para ayudarlas, no nos olvidemos que las principales víctimas en el aborto no son las madres sino sus hijos.

Sigue don Antonio:

La responsabilidad del político se acrecienta cuando quiera que forma parte de un gobierno que ostenta una amplia mayoría parlamentaria, en parte alcanzada merced a los votos de muchos españoles a quienes se aseguró que se derogaría la actual ley abortista y que la maternidad sería apoyada por el Estado.

Impecable. El gobierno puede cambiar la ley en cuanto quiera. Sigue:

Así es como se entiende la alarma y creciente indignación de una significativa parte de la sociedad civil, propiciada por el largo retraso del gobierno en cumplir una promesa electoral de profundo calado y capital importancia que, en mi opinión, no tiene otra razón de ser que un erróneo sentido de oportunidad política

Bien, estamos entonces ante un gobierno que pone su sentido de oportunidad política por encima de la dignidad de la vida humana. Conviene tenerlo en cuenta. El artículo hasta ahora va bastante bien. Pero la cosa cambia:

Sin embargo, no debemos perder la esperanza de que el actual gobierno, encabezado por Mariano Rajoy, dará cabal cumplimiento a la promesa electoral que contribuyó a que accedieran al poder con holgada mayoría absoluta.

¿El señor Torres nos pide que tengamos esperanza… en Rajoy? ¿De verdad?, ¿en serio? Y digo yo, ¿por qué hemos de tener esperanza en que este gobierno haga en los próximos años lo que no ha querido hacer hasta ahora? ¿cuántas veces hemos oído de boca del señor Gallardón que la nueva ley del aborto llegaba y no ha llegado?

Leer más... »