El maltrato a los pecadores no arrepentidos

Imagine usted por un momento que Francisco Porras, tras realizarse una pruebas, va a su doctor habitual, quien le dice: “Paco, tienes algún desarreglo pero nada de importancia. Sigue con tu vida tranquilamente y vuelve dentro de un año”

Resulta que las pruebas daban como resultado que Paco tiene cáncer. Al año no pudo volver al doctor porque ya había muerto.

Ahora imaginen al bueno de Paco pidiendo a un cura que le confiese porque sospecha que lleva una vida de pecado. Y el cura le dice: “No seas rigorista contigo mismo. Si amas a Dios, lo demás es relativo. No te obsesiones con estas cosas. Y no hace falta que vuelvas por aquí, ya que la confesión es algo preconciliar que debe desaparecer. Con que le pidas perdón a Dios alguna vez si te pasas de largo, basta".

Al año siguiente Paco no solo murió sino que no se fue de cabeza al infierno porque Dios quiso apiadarse de su alma y le concedió que un cura católico -especie en  peligro de extinción- estuviera como capellán en el hospital (*) donde pasó sus últimos días de vida.

El señor Porras pudo demandar por negligencia al médico que le ocultó que tenía cáncer. Aunque no le dio tiempo a ver el resultado de su demanda, el galeno  acabó siendo suspendido de por vida para el ejercicio de su profesión, fue condenado a la cárcel y los familiares de Paco cobraron una indemnización abundante. Pero, ¿dónde se puede demandar al cura negligente que puso en peligro de muerte eterna su alma?

A ningún gobernante/legislador se le pasa por la cabeza derogar la ley civil/penal por la que el médico fue condenado. Sin embargo, en la Iglesia hay “gobernantes/legisladores", especialmente uno de ellos, que pretenden que pueden derogar la ley de Dios para cambiarla por otra que a ellos les parece mejor, más misericordiosa, más acorde con la realidad de nuestra sociedad. Son verdaderos asesinos del alma, criminales espirituales de la peor especie.

No se me ocurre una peor forma de maltrato a un pecador que no mostrarle el camino del arrepentimiento y de la gracia que le transforma para dejar de ser esclavo de sus pecados. No se me ocurre manera más vil de servir a Satanás que ser instrumento de condenación de las almas, cuando se supone que debes servir a Cristo para llevar a esas almas a la salvación.

Debemos rogar a Dios que nos libre de esos criminales, que limpie la Iglesia de esa escoria inmunda que busca recibir el aplauso del mundo a cambio de traicionar a los fieles. Hoy nuestro Señor Jesucristo es traicionado de nuevo a cambio de las treinta monedas de plata de la falsa misericordia, las falsas sinodalidades, las falsas periferias, las falsas indiferencias a la hora de profesar cualquier religión, las blasfemias en forma de bendición de pecados nefandos.

Sálvanos, Señor, que perecemos.

Luis Fernando Pérez Bustamante

(*) Ruego a los obispos que pongan como capellanes de hospitales a sacerdotes que sean de verdad católicos. En nigún otro lugar hacen tanta falta como allí.

9 comentarios

  
Giovanello da Pisa
Clarito, clarito.
02/01/25 12:49 PM
  
Javier Navascués
Muy necesaria reflexión. El alma vale más que el cuerpo, pero todo el mundo se preocupa de la salud del cuerpo y pocos del alma. Es muy grave que se haya perdido la conciencia del pecado y más grave si esto sucede en un ministro de Dios, pues en vez de salvar almas las pone en serio riesgo de condenación...Dios nos libre de los malos pastores
02/01/25 12:53 PM
  
Javier Navascués
Hay que recordar estos temas...una de las armas de la masonería fue infiltrar el modernismo en aquellas ordenes religiosas destinadas a formar a los niños en la sana doctrina
02/01/25 1:11 PM
  
Gonzalo J. Cabrera
En la diócesis de Gerona tenemos el "inmenso honor" de contar con un capellán hospitalario que se ausenta o no da las absoluciones a los enfermos que lo solicitan. Este individuo, además, no consagra porque altera conscientemente las palabras de la consagración.
¿Está apartado de su ministerio? ¿se le ha reprendido?
No. Tiene mogollón de cargos y es un peso pesado en la burocracia de la diócesis. Aquí están:
Aupí Escarrà, Mn.
Presbítero
Cervià de Ter
Nacido en 1977
Ordenado en 2004
Nombrado párroco de Cervià de Ter, Fellines, Medinyà, Orriols, Sant Julià de Ramis y Viladasens en 2011; , Paredes, San Esteban de Guialbes, San Marçal de Quarantelles, Terradelles y Vilademuls, en el 2022; encargado de Olives, en el 2022 y vicario de Bordils, Madremanya y Sant Martí Vell en el 2024.

Otros cargos:
Delegado episcopal de Pastoral de la Salud 05/02/2014
Consiliario de la Asociación de Jesús Crucificado 18/06/2008
Cura y coordinador del Servicio Religioso del Hospital Dr. Josep Trueta de Girona 01/09/2008
Coordinador de la Agrupación de parroquias 15/09/11
Cura del Servicio religioso del Parque Hospitalario Martí i Julià de Salt, y Coordinador de este servicio 28/07/2014
Cura del servicio religioso de la Clínica Girona, de la ciudad de Girona.

Extraído de: https://www.bisbatgirona.cat/ca/capellans-i-diaques.html

Como la página web de la Diócesis de Gerona solamente está en catalán, se lo pongo traducido.


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LF
Esto solo tiene un nombre: terrorismo espiritual.
02/01/25 2:27 PM
  
claudio
Estimado Luis Fernando.
La negligencia existe en todas las profesiones y sus efectos son acordes a la actividad y a la responsabilidad personal del que actúa u omite.
Pero lo que es gravísimo es el engaño, el confesor si es serio no debe engañar pero para eso debe tener una Fe y una preparación muy especial.
Es un mandatario y como mandatario su primera obligación es con el mandante, debe ser un mandatario fiel y ahí está el buen combate, perseverar fiel hasta el final...


02/01/25 4:35 PM
  
Natanael
Yo pienso que los fieles que se acercan a los sacerdotes y son descarriados, quizás encuentren misericordia, porque al fin y al cabo se acercaron a quiénes los debieran llevar por bien camino. Más crudo lo tienen los sacerdotes que los extravían.

Si fuera sacerdote tendría mucho cuidado con esto, no ya por el debido cuidado y atención de la grey, sino incluso por puro "interés personal". Que un sacerdote puede vivir muy "santamente" y perderse por haber sido causa de perdición de otros.
02/01/25 11:26 PM
  
pelicanillo
Hace un tiempo y para escándalo mío, un sacerdote me negó por dos veces y explícitamente la absolución de un objetivo pecado de ira porque "era una circunstancia de la vida". Era jesuíta. Por supuesto no osé comulgar y al día siguiente fui a otro sacerdote. Me pregunto qué harán los fieles en un pueblo perdido donde les toque un sacerdote de estos durante años, sin otra opción para recibir los sacramentos. Líbranos Señor de un mal pastor.
03/01/25 10:44 AM
  
Jesús
El fruto de la mentira es la muerte espiritual y alguna vez la material. La verdad y la vida van de la mano. Por eso los que ocultan la verdad, la disimulan o la diluyen en ambigüedades trabajan para Satanás y son sus servidores conscientemente o inconscientemente. Los que no buscan la verdad acaban pereciendo. Laus Deo.
03/01/25 10:59 AM
  
Vladimir
Qué no hacían los Santos, por evitar el pecado. Sabían que era el único mal absoluto, porque los demás males acaban en la muerte, mientras que este tiene implicaciones eternas. Por eso, los Sacerdotes, que estaban movidos por una auténtica Caridad, conociendo las consecuencias que acarrea el pecado, no tenían otro móvil, para su acción apostólica, que la de SALVAR LAS ALMAS... a costa de lo que fuera.
Hoy la acción clerical va por otro lado: encuentros y reuniones (a eso se reduce su apostolado) para fomentar la fraternidad, porque, al fin y al cabo, lo que Dios quiere es que todos nos llevemos bien y estemos contentos unos con otros, no importa en qué creamos y de qué forma vivamos.
FRATERNIDAD, FRATERNIDAD, FRATERNIDAD... es lo que importa.
Verdad y Santidad, son preocupaciones superadas.
03/01/25 4:11 PM

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