Oh, misterio
Resulta que en el evangelio de hoy vemos que Cristo pidió a la gente que hiciera lo que los fariseos decían.
Oh, misterio…
También dijo que no hicieran lo que los fariseos hacían. Es decir, el problema no era su doctrina sino su hipocresía.
Oh, misterio…
Sin embargo, hoy se acusa de fariseísmo a los que defienden la sana doctrina.
Oh, misterio… de iniquidad.
Como bien advirtió San Pablo:
Porque vendrá un tiempo en que no soportarán la sana doctrina, sino que se rodearán de maestros a la medida de sus propios deseos y de lo que les gusta oír
2Ti 4,3
Luis Fernando