Que nadie os seduzca por medio de vanas filosofías
Primera lectura del martes de la vigésimo tercera semana del Tiempo Ordinario
Por tanto, así como habéis recibido a Cristo Jesús, el Señor, vivid en él, enraizados y edificados sobre él, permaneciendo fuertes en la fe, tal como aprendisteis, y manifestando generosamente vuestro agradecimiento.
Vigilad para que nadie os seduzca por medio de vanas filosofías y falacias, fundadas en la tradición de los hombres y en los elementos del mundo, pero no en Cristo. Porque en él habita toda la plenitud de la divinidad corporalmente, y por él, que es cabeza de todo principado y potestad, habéis alcanzado la plenitud. Por él fuisteis también circuncidados con una circuncisión no hecha por mano que mutila el cuerpo carnal, sino con la circuncisión de Cristo. Sepultados con él por medio del Bautismo, también fuisteis resucitados con él mediante la fe en el poder de Dios, que lo resucitó de entre los muertos.
Y a vosotros, que estabais muertos por los delitos y por la falta de circuncisión de vuestra carne, os vivificó con él, y perdonó gratuitamente todos nuestros delitos, al borrar el pliego de cargos que nos era adverso, y que canceló clavándolo en la cruz. Habiendo despojado a los principados y potestades, los exhibió en público llevándolos en su cortejo triunfal.
Col 2,6-15
Este es quizás uno de los pasajes más importantes de todas las epístolas de San Pablo. El apóstol explica tanto cómo fue realizada nuestra redención como las consecuencias que debe tener en nuestras vidas.
Resulta especialmente impactante constatar como considera la Cruz como la victora de Cristo (Dios hecho hombre) sobre Satanás y sus huestes. La terminología que utiliza para describirla es la que se usaba para referirse a los desfiles en Roma de generales y reyes derrotados por el imperio romano. Eran exhibidos encadenados para que el pueblo aclamara al César.
San Pablo establece además un claro paralelismo entre la ciruncisión del Antiguo Pacto y el Bautismo del Nuevo. Pero mientras que el primero, aun siendo obligado para los varones, no daba la vida eterna, el segundo, aplicado por igual a ambos sexos sí.
El apóstol exhorta a vivir conforme al don recibido. Advierte contra quienes intentan seducirnos con la vana palabrería del mundo, con la filosofía que no está impregnada del evangelio. A lo largo de los siglos esa seducción ha tenido muchos rostros. El de hoy tiene nombre y apellidos. Es el Nuevo Orden Mundial y su hija, la cultura de la muerte. Aborto, eutanasia, ideología de género, hipersexualización, valoración positiva de las uniones contra natura, destrucción de la familia tradicional, etc. Desgraciadamente dentro de la propia Iglesia hay muchos que no solo no combaten contra ello sino que lo difunden.
Señor, ayúdanos a resistir a Satanás y sus ángeles, así como a sus ministros, que se disfrazan para parecer ministros tuyos. Confírmanos en la fe.
Luis Fernando