En el día del Juicio
Evangelio del martes de la decimoquinta semana del Tiempo Ordinario:
Jesucristo se puso a reprochar a las ciudades donde se habían realizado la mayoría de sus milagros, porque no se habían convertido: -¡Ay de ti, Corazín, ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran realizado los milagros que se han obrado en vosotras, hace tiempo que habrían hecho penitencia en saco y ceniza. Sin embargo, os digo que en el día del Juicio Tiro y Sidón serán tratadas con menos rigor que vosotras.
Y tú, Cafarnaún, “¿"acaso “serás exaltada hasta el cielo? ¡Hasta los infiernos vas a descender!” Porque si en Sodoma hubieran sido realizados los milagros que se han obrado en ti, perduraría hasta hoy.
En verdad os digo que en el día del Juicio la tierra de Sodoma será tratada con menos rigor que tú.
Mat 11:20-24
El Señor es muy claro. No recibirán el mismo castigo aquellos que, aun obrando mal, nunca escucharon el evangelio que quienes lo escucharon y lo rechazaron.
Es lógico pensar que tampoco recibirán el mismo castigo los que, naciendo en una familia no cristiana y habiendo recibido poca luz sobre el cristianismo, mueren sin ser cristianos, que aquellos que recibieron el don de la fe por el bautismo y acaban en el ateísmo y la apostasía.
Vivimos en una sociedad apóstata cuyo destino va camino de ser igual o peor que el de Corazín. Betsaida y Cafarnaún. Se mata a los hijos antes de nacer, se pisotea la ley natural llamando matrimonio a lo que Dios llama abominación, etc.
Y, lo que es peor, existen pastores del pueblo de Dios que conducen a muchas almas camino del abismo y, para colmo, lo llaman misericordia. Una Iglesia que no es instrumento de santidad sino de justificación sin conversión del pecado, será castigada duramente por Aquel que castigó al Israel rebelde y adúltero. Como dice la Escritura “ha llegado el momento de que el juicio empiece por la casa de Dios” (1ª Ped 4,17), y también:
Al que viola la ley de Moisés lo ejecutan sin compasión, basándose en dos o tres testigos. ¿Cuánto peor castigo pensáis que merecerá quien pisotee al Hijo de Dios, profane la sangre de la alianza que lo consagra, y ultraje al Espíritu de la gracia?
Conocemos al que dijo: Mío es el desquite, yo daré a cada cual su merecido, y también: El Señor juzgará a su pueblo. Es terrible caer en manos del Dios vivo.
Heb 10,28-31
Levántate Señor, y defiende tu causa. No dejes a tu pueblo sin la voz profética que denuncia la mentira y llama a la conversión. Líbranos de los mercaderes que pretenden traficar con nuestras almas a cambio de los elogios del mundo.
Luis Fernando