Sin mí no podéis hacer nada
Evangelio del miércoles de la quinta semana de Pascua:
Jesús dijo a sus discípulos: Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos.
Jn 15,1-8
Toda la vida cristiana parte de dos verdades fundamentales: “Sin mí no podéis hacer nada” (Jn 15,5) y “Todo lo puedo en Aquel que me conforta” (Fil 4,13). Sin Cristo, nada. En Cristo, todo. Y no hay más.
Y porque sin Cristo no podemos nada, cuando nos alejamos de Él y de su Palabra morimos irremediablemente. Y poque en Cristo lo podemos todo, no hay excusa para no dar frutos de santidad que den gloria a Dios.
Señor Jesucristo, abona el campo de nuestra alma para dar el fruto precioso que hable de la grandeza del Padre.
Luis Fernando
6 comentarios
Entonces, estoy de acuerdo, pero aplicando lo escrito a los que ya han madurado su fe.
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LF:
No sé si es simplista o no. Es lo que dijeron Cristo y San Pablo.
Obviamente hay un proceso de maduración en la fe. Pero en dicho proceso se cumplen esas condiciones. En Cristo todo, sin ÉL nada.
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LF:
Efectivamente, nada es NADA.
Pero conozco la realidad del catecumenado en el que muchas personas sólo aprenden a vivir en gracia después de haber cosechado muuuuchos fracasos voluntaristas. Lo habitual no es vivir según indican Jesucristo y San Pablo desde el momento de la conversión.
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LF:
Por supuesto, pero todo avance es EN Cristo y SIN Cristo no se avanza.
Aquí nadie dice que todos son perfectos nada más convertirse.
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LF:
Prov 4,18
La senda de los justos es como la luz de la aurora, cuyo resplandor avanza hasta el pleno día.
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