Cristo da plenitud a la Ley y los Profetas
Evangelio del miércoles de la Tercera semana de Cuaresma
No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley. El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos.
Mat 5,17-19
Nuestro Señor Jesucristo no es un meteorito que cae del cielo para arrasar con todo lo que le precede. Quienes desprecian la Revelación de Dios del Antiguo Testamento están despreciando al propio Cristo, pues Él vino a dar cumplimiento a dicha Revelación y a completarla. No en vano, Él mismo es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob.
El Señor nos indica en este pasaje del evangelio que no hay ley divina que pueda dejarse a un lado por muy pequeña que parezca. Y apunta especialmente contra aquellos que enseñan, precisamente, que hay mandamientos de Dios que no es necesario tomárselos especialmente en serio. ¿Qué no diría de quienes enseñan, hoy entre nosotros, que mandamientos como “no cometerás adulterio", “santificarás las fiestas", etc, pueden ser quebrantados sin poner en peligro la salvación de nuestras almas? ¿Qué no diría de quienes prostituyen la misericordia de Dios para justificar dichos quebrantos?
Concédenos Señor, por tu gracia, el ser fieles para cumplir todos tus mandamientos, y líbranos de los falsos maestros que destruyen la conciencia de tus hijos ocultando la gravedad de sus pecados.
Luis Fernando
6 comentarios
Luis Fernando es caridad que nos haces recordarnos el evangelio cada día
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LF:
Para eso tenemos el sacramento de la confesión. Cuando pecamos, quebrantando la ley de Dios, nos arrepentimos y pedimos su perdón.
Cristo no cumplió la ley para que no tengamos que cumplirla. De hecho, Él endurece la ley mosaica considerablemente en algunos aspectos. Por ejemplo, el del divorcio.
Dios no pide imposibles. Como enseña San Pablo:
No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea de medida humana. Dios es fiel, y él no permitirá que seáis tentados por encima de vuestras fuerzas, sino que con la tentación hará que encontréis también el modo de poder soportarla.
1Co 1013
Rom 8:3 Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne;
Rom 8:4 para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu...
... Rom 8:10 Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia.
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LF:
Efectivamente, en TODO el capítulo 8. También en esto:
Así pues, hermanos, somos deudores, pero no de la carne para vivir según la carne. Pues si vivís según la carne, moriréis; pero si con el Espíritu dais muerte a las obras del cuerpo, viviréis.
Rom 8,12-13
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