No sabéis lo que pedís
Evangelio del Miércoles de la Segunda semana de Cuaresma.
Mientras iba subiendo Jesús a Jerusalén, tomando aparte a los Doce, les dijo por el camino:
«Mirad, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, y lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles, para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen; y al tercer día resucitará».
Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos y se postró para hacerle una petición. Él le preguntó: «¿Qué deseas?».
Ella contestó: «Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda».
Pero Jesús replicó: «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber el cáliz que yo he de beber?».
Contestaron: «Podemos».
Él les dijo: «Mi cáliz lo beberéis; pero sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre».
Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra los dos hermanos. Y llamándolos, Jesús les dijo: «Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo. Igual que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos»
Mat 20,17-28
Anuncia Jesús que va a subir a Jerusalén a ser sacrificado en la Cruz y no se le ocurre otra cosa a los hijos del Zebedeo -su madre hablaba por ellos- que pedir los dos mejores lugares al lado del Señor en su Reino.
Tres años de presencia a su lado, de caminar junto a Él, de verle hacer toda serie de milagros, de predicar el evangelio… y lo que buscaban era el honor personal.
La petición causa un lógico enfado en el resto de apóstoles, pero el Señor sabe sacar bien de cualquier mal y aprovecha la ocasión para insistir en la necesidad de primar el servicio sobre cualquier consideración. Este pasaje del evangelio es, pues, complemento perfecto del de ayer.
Debemos meditar sobre el hecho de que el Verbo de Dios, Aquél igual en dignidad al Padre y al Espíritu Santo, no vino a ser servido, a lo cual tenía derecho por su condición divina, sino a servir. Y a servir entregando su vida en rescate nuestro. ¿Qué no habremos de hacer sus siervos?
La Iglesia no puede ser gobernada según los principios mundanos. Todo en ella, autoridad, ministerio, pastoral, etc, debe estar enfocado a cumplir la voluntad de su fundador. Si la Iglesia no sirve, si no es sierva… no sirve.
Concédenos Señor, la gracia de ser fieles servidores tuyos y de los hombres, para así ser instrumentos de salvación y darte mayor gloria.
Luis Fernando
8 comentarios
Si el servicio a los pobres, por ejemplo, se queda en asistir las necesidades temporales, es algo bueno en lo natural, pero será siempre mejor prdenar ese servicio a la Salvación de sus almas.
Pienso que muchas veces se olvida eso.
¡Saludos!
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LF:
Si hubiera partido solo de la madre, Cristo no habría usado el plural. No dijo: "no sabe lo que pide", sino "no sabéis lo que pedís".
Este pasaje (curioso, que en Marcos 10, 35-ss., son los propios Boanerges quienes le hacen la petición directamente, sin intermediación materna) siempre lo he interpretado como que todavía todo el mundo (apóstoles y discípulos incluidos) esperaba de Jesús un reinado mesiánico, político y humano. Y ésta es la mejor prueba.
Y los demás se enfadan porque ellos también quieren la primacía, el primado ministerial en el reino. Como los políticos de ahora, mordiendo por la silla...
El mensaje es un maravilloso canto a la humildad. Que sin duda es la primera virtud necesaria para esa actitud de servicio; un servicio verdadero, completo y total.
¡Qué gran misterio encierra esta contestación! Y que gran paz deja. Sólo Dios sabe.
Los Santos Evangelios son también una crónica social de la vida pública del Señor. Ahora se le da a todo un nivelazo teólogico y se olvida leer el relato de una forma más semita. En España hay regiones con más genética semita y otras con más genética celta y son distintos sus indígenas.
A lo que iba.
Os acordais cuando volvimos de las bodas a Cafarnaum y nos dijo Cefas que su suegra nos iba a dar de comer mejor y se metió en la cama "con fiebre" en cuanto nos vió, y cómo el Maestro la levantó.
Os acordais cuando subíamos a Jerusalén y Salomé quiso colocar a sus dos hijos por delante de nosotros porque Jacob era el más serio y Juan el más joven y el ojito derecho del Maestro?? Jó, la tunda que nos repartió a todos hasta en el cielo del paladar.
Ademas hablaba en verso (en trovo) de forma que nadie podía olvidar lo que hablaba nuestro Señor.
Y cuando dijo: Hoy me vereis, mañana no me vereis y pasado mañana me volvereis a ver. Pedro respondió: Te seguimos Señor por lo bien que te explicas (esto no está en el Evangelio, pero también se lo dijo Santa Teresa mas castellanamente: Con lo mal que tratas a los que te siguen es normal que seamos muy pocos)
Sin olvidar las bromas que Jesús Niño le haría pasar a San José.
El Evangelio es el manual para que seamos perfectos como el Padre lo es y no hay que ser como Él.
Gracias por sus escelentes artículos y por su apostolado.
Feliz dia del Padre y bendito San José.
No porque Él lo exija, sino como agradecimiento, por nuestro amor a Él, ya que demostró ese servicio muriendo por nosotros y haciéndonos hijos adoptivos de Dios. Es precisamente esa adoración una prueba necesaria, de la cual es imposible abstenerse si tenemos amor a Él. Es también lo que nos permite hacernos solidarios de las penas de su pasión, y llevar nuestra parte de cruz. Ese amor y ese sufrimiento en nosotros por nuestro Salvador es nuestra propia parte de la Pasión, que se expresa externamente en la adoración, y con ello hacemos la parte que falta para la redención de nuestros pecados y es también lo que nos predispone a no pecar mas.
Que pena por los creyentes que consideran a Cristo como un colega, que no se arrodillan ante él, porque interpretan mal el sentido de la adoración y toman esas palabras de Cristo literalmente, sin mas, fuera de contexto. Como si esas palabras convirtiera a nuestro Salvador en un colega o incluso un servidor o un esclavo que paga por nuestras culpas.
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