Salvos por elección divina antes de los siglos
Segunda lectura del Primer domingo de Cuaresma
… antes bien, toma parte en los padecimientos por el Evangelio, según la fuerza de Dios. Él nos salvó y nos llamó con una vocación santa, no por nuestras obras, sino según su designio y según la gracia que nos dio en Cristo Jesús desde antes de los siglos, la cual se ha manifestado ahora por la aparición de nuestro Salvador, Cristo Jesús, que destruyó la muerte e hizo brillar la vida y la inmortalidad por medio del Evangelio.
2Ti 1,8b-10
Gran misterio el de la predestinación. Los que se salvan fueron elegidos para tal fin antes de todos los siglos por pura voluntad divina. Por tanto, no podía haber nada que hicieran los elegidos para merecer semejante elección, aunque ciertamente el Señor preparó las buenas obras que han de hacer (Ef 2,10) y les capacita para llevarlas a cabo (Fil 2,13), a fin de que el juicio final sea justo: vida eterna para los que obran bien y condenación para los que obran mal (Jn 5,29 y Rom 2,6-8).
Esta enseñanza aparece también en la epístola a los Efesios
ya que en Él nos eligió antes de la creación del mundo para que fuéramos santos y sin mancha en su presencia, por el amor; nos predestinó a ser sus hijos adoptivos por Jesucristo conforme al beneplácito de su voluntad.
Efe 1,4-5
La elección la vemos operante en la persona de Abraham, a quien está dedicada la primera lectura de este domingo. Dijo el Señor de él:
Yo haré de ti una gran nación y te bendeciré; engrandeceré tu nombre y serás una bendición.
Gen 12,2
Y así fue, pues nada impide que se cumplan los designios del Altísimo.
Cuéntanos, Señor, entre tus elegidos.
Luis Fernando
102 comentarios
Predestinación, más que preselección, ¿no querrá decir pre-conocimiento?
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LF:
El que crea conoce lo que crea.
Hoy es un gran día para sentir la riqueza de la Iglesia, que en el tiempo humano Jesús irrumpe desde la eternidad. Hoy Jesús nos hace sentirnos, adentrarnos en esa maravillosa "continuidad", es Jesús con el Padre en el espíritu quien desde la eternidad a convocado a su descendencia a llamado a Abrahán, Moisés , Elías y todo su pueblo. El nos adentra en esa gran comunión con los Santos. Desde ahí nos consuela, nos anima a que esos padecimientos por el evangelio lo vivamos con gozo, lo vivamos, sintiendo en todo momentos su consuelo y la compañía de los Santos, S Pablo, Tito, S Juan Pablo II, Benedicto XVI, quienes están de modo distinto pero habitan mas fuerte que nunca. El a queridos participarnos de esa maravilla porque sabe lo que se nos ha de exigir por anunciar su evangelio. Es así, no esperen consuelo de quien no comprende que esto no es un símbolo ni tampoco es el resultado de la evolución que se adapte a los tiempos, NO,; esto tiene la COMUNION de los Santos, la continuidad y jamás puede ser rupturista, ambigua y discontinua ni mucho menos contradictoria.
Saludos a todos y recemos el Credo con la potencia de la Fe de aquellos que nos preceden, para que seamos contados...asi como ellos algun dia, y un dia digamos para siempre "que bien se esta aqui"
Yo tengo mis dudas, con todo respeto...
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LF:
Tanto este blog como este portal están en plena comunión con la Iglesia. Si lo pregunta por este post, le recuerdo que la doctrina de la predestinación para la salvación es doctrina de San Agustín, Santo Tomás, Papas y concilios.
Otra cosa es el doble decreto de predestinación calvinista, que sin duda es herético.
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LF:
Hay una capacidad creatural para realizar determinadas buenas obras aunque está muy limitada por la caída.
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LF:
No es solo que Dios sepa quiénes van a salvarse. Es que Dios decreta quiénes se van a salvar.
Quien se condena es por sus malas obras, hechas con consentimiento y voluntad. Y Dios, A TODOS, le da la gracia suficiente para salvarse
Pero la cuestión más profunda y que -al menos en este mundo- no tiene respuesta es por qué Dios creó a personas de las que conocía que iban a rechazar la Gracia, a obrar mal y condenarse para toda la eternidad. Previendo sus pecados, las creó ¿Por qué...?
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LF:
San Pablo lo explica muy bien:
¿Es que "el alfarero" no tiene poder sobre el barro para hacer de una misma masa una vasija, bien sea para usos nobles, bien para usos viles? ¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y dar a conocer su poder, soportó con mucha paciencia las vasijas de ira preparadas para la perdición y -para mostrar la riqueza de su gloria sobre las vasijas de misericordia, que de antemano preparó para la gloria-...?
Rom 9,21-23
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LF:
Salvo revelación especial, tal y como enseña Trento, no hay manera de saber si uno es elegido para la salvación o no. Y por tanto, tampoco lo contrario. Así que los que se condenan lo hacen por culpa propia, ya que han pecado y no tienen excusa.
Ha existido mala gente empecinaba en su maldad, pero que después se convierten y piden perdón- incluso publicamente -, y son de sobra conocidos. Es por ello que nuestros actos - somos libres - son los que condicionan la salvación, y a nadie se le niega la salvación. He visto y conocido gente muy mala, no les faltaban medios economicos, utilizaban su vida para hacer daño, y saturaron su vida de maldad, y el resultado - previsiblemente - ha sido la condenación, con la desgracia que sus hijos recibieron tan negativa educación, y en el último momento no convencieron al pecador obstinado de que se arrepintiese. Hay gente que no quiere saber nada de Dios, y casi siempre le odian, y le culpan de sus males o desgracias, como si la Cruz fuera un mal. "Desgraciado el que no tenga cruz, pues esta ya en manos del diablo" , y este último no le molesta para que siga en su maldad, camino hacia la perdición eterna. He conocido gente que ha muerto inesperadamente para su edad, y con una mala vida, la llamada muerte desgraciada, y hacían gestos incluso satánicos ¿ donde estarán ? , yo los vi... y otro me comentaba – llevaba mala vida – que, como Dios era Misericordioso, no le iba a condenar si muriese, y eso es una tentación maquinada por el mismo diablo.
- La primera es que Dios predestina a los elegidos sin que medie previamente por parte de estos absolutamente nada.
- La segunda es que Dios predestina a los elegidos porque sabe -o ve- que van a responder adecuadamente a la gracia eficaz.
La primera es la tesis de San Agustín, Santo Tomás y todo el catolicismo anterior al siglo XVI. La segunda es la tesis de un tal Luis de Molina, jesuita, cuyos escritos tuvieron que ser purgados por la Compañía de Jesús para no ser condenados como heréticos. De hecho, Molina reconoce con total desparpajo que se alejó de las enseñanzas de esos dos grandes santos y doctores de la Iglesia. A pesar de lo cual, la inmensa mayoría de los católicos son hoy, sin saberlo, molinistas.
No acabo de entender que creas que la gente se salva haga o no buenas obras, es formulación luterana ( es solo una interpretación de tu comentario y no es critica ); de que no vale para nada que seamos buenos y no nos salven nuestras buenas acciones, no entiendo, porque si Dios te predestina, y tu FE sin obras que es una fe muerta, de que sirve el hacer el bien, porque la predestinación es hacia el cielo seas bueno o mal ?. Explícalo, o te entendí mal ?. Ya se que las buenas obras o hasta el irse a confesar es una gracia de Dios, es que Dios no da las gracias a los que son malos y después se arrepienten, como así ha hecho mucha gente.
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LF:
Salvo los niños bautizados que no han llegado al uso de razón, nadie se salva sin buenas obras. Lutero es, pues, hereje. Ahora bien, nadie hace buenas obras para la salvación si Dios no lo ha decretado. Como dice Cristo, "sin mí no podéis hacer nada" (Jn 15,5).
Lo que yo explico no es doctrina mía. Es doctrina de quien ya he dicho que lo es.
A esta misma cuestión, un docto sacerdote conocido, me respondió que Dios es justo, y esto no es justicia. Con lo que estoy de acuerdo. La respuesta de que no nos merecemos la salvacion y no podemos por lo tanto pedir cuentas a Dios sobre quien decide salvar, no quita para que se cometa una injusticia con el condenado que se lo merece, respecto del salvado que no se lo merece.
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LF:
¿Acaso era injusto el capataz de Mateo 20?
Me temo que su docto sacerdote no sabe qué hacer con Romanos 9. Su acusación de injusticia a Dios por elegir a unos para salvación y a otros no, recibe una respuesta directa de San Pablo, inspirado por el Espíritu Santo:
¿Qué diremos, pues? ¿Acaso hay injusticia en Dios? De ningún modo.
Rom 9,14
No hay injusticia en Dios. Hay soberanía absoluta.
Seria más congruente, pienso, que el hombre obrará bajo el influjo de Dios, al que no podrá negarse. Sin embargo, actuará libremente, porque puede ser capaz o no de recibir algo de Dios. "Como Dios le conoce le da o no la gracia suficiente, que es congrua o adaptada a esta capacidad de su sujeto, y si la recibe con su voluntad la convierte necesariamente en eficaz. Si el hombre no aceptará la gracia, Dios no se le dará, porque conoce previamente lo que hará. De este modo se conserva la supremacía e iniciativa divina y la libertad y responsabilidad del hombre para merecer la gracia, que Dios ha conocido con su ciencia media".
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LF:
La verdadera -o perfecta- libertad SIEMPRE está orientada al bien. Como enseñó el papa León XIII
Si la posibilidad de apartarse del bien perteneciera a la esencia y a la perfección de la libertad, entonces Dios, Jesucristo, los ángeles y los bienaventurados, todos los cuales carecen de ese poder, o no serían libres o, al menos, no lo serían con la misma perfección que el hombre en estado de prueba e imperfección.
El Doctor Angélico se ha ocupado con frecuencia de esta cuestión, y de sus exposiciones se puede concluir que la posibilidad de pecar no es una libertad, sino una esclavitud.
León XIII, encíclica Libertas Praestantissimum, 5
Ciertamente es un tema importante, y que deberías desarrollar en un artículo y se agradecería. Pero sin mucha referencia biblica y más una explicación - como hago yo - de andar por casa.
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LF:
Mi primera frase tras la cita de la lectura de hoy es "Gran misterio el de la predestinación". Yo los misterios los acepto, no intento explicarlos en detalle. Sencillamente no puedo. Pero no yo. Nadie puede.
La frase final antes de la firma forma parte de una de las plegarias eucarísticas. Es decir, hablamos de algo que forma parte de la esencia de la fe católica.
Ahora, si no lo dijese, seria claramente injusto.
Pues ahí nos quedamos, en algo que uno tiene que echar mano de San Pablo para negar que sea injusto.
Lo de san Mateo 20, es otra historia, hablando de salvos es más fácil, pero ante el horror del destino eterno del reprobo, se ponen los pelos de punta el oír el concepto de predestinacion, por mucho que San Pablo diga que no hay injusticia.
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LF:
San Pablo escribió inspirado por el Espíritu Santo. Es cosa buena echar mano de la tercera persona de la Trinidad.
No se ponen los pelos de punta si uno entiende que TODOS, absolutamente TODOS, merecemos la condenación por nuestros pecados. Por tanto, no hay injusticia alguna en que muchos se condenen. Y grande, enorme, es la misericordia que obra la salvación de muchos otros.
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LF:
Dios causa primera. Los elegidos causa segunda. O sea, tomismo.
No es cierto. La teoría de la predestinación post praevisa merita ya existía antes que Molina: Alejandro de Hales, San Alberto Magno y San Buenaventura defendían esa tesis.
Enhorabuena por abordar un tema ampliamente desconocido en la actualidad. Un tema de esperanza cristiana.
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LF:
Existían indicios. Molina es el verdadero desarrollador de la tesis de la ciencia media.
El profesor Forment lo explica muy bien acá:
http://infocatolica.com/blog/sapientia.php/1512010439-xxx-el-conocimiento-divino-de
Disculpa no quiero acaparar comentarios, solo contestar a esto. Claro que todos merecemos nuestra condenación, hasta que Dios se encarno y por su misericordia pago por todos nuestros pecados. Ese es el punto de partida ahora. Nuestra salvación ahora depende de si aceptamos su misericordia (si no nos arrepentimos, la rechazamos). Me parece que ahora no todos merecemos la condenación por nuestros pecados, porque hubo Otro que ya pago por ellos. Ahora la condenación viene si rechazamos al que cargo y pago por nuestros pecados.
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LF:
Pero nadie puede arrepentirse de verdad si Dios no se lo concede. Como decía la lectura de hace unos días:
Conviértenos a Ti, Señor, y nos convertiremos.
Lam 5,21
Y como enseña el Santo Cura de Ars
"No es el pecador quien vuelve a Dios para pedirle perdón, sino que es el mismo Dios que corre a buscar al pecador y le hace volver a Él"
O sea, lo que enseña San Pablo:
Pues a Moisés le dice: Me compadeceré de quien me compadezca y me apiadaré de quien me apiade. En consecuencia, no está en el que quiere ni en el que corre, sino en Dios que se compadece.
Rom 9, 15-16
Apreciado Luis Fernando: ¿Podría recomendaros algunas lecturas para intentar profundizar en el tema? Sean artículos en la red o libros a la antigua usanza, o mejor ambas cosas. También claro otras referencias bíblicas como esa que nos da de S.Pablo.
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LF:
Aquí en InfoCatólica hay una buena serie de artículos sobre el tema:
https://cse.google.com/cse?cx=003838924713896694495%3Az2jypdkrdci&ie=iso-8859-1&q=Predestinaci%F3n#gsc.tab=0&gsc.q=Predestinaci%C3%B3n&gsc.page=1
O " Dios que te creó sin ti no te salvará sin ti"
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LF:
Quiere decir que Dios es la causa primera de nuestra salvación pero nosotros no somos meros espectadores sino causa segunda, movida por la primera, para ser salvos.
Lutero decía que no éramos causa de ningún tipo.
Eso es Determinismo y la Iglesia no lo aprueba. Dios sabe cómo vamos a acoger cada uno la Salvación que Él vino a traer a Todos los hombres. "Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad." Otra cosa es que nos ha hecho libres y respeta siempre nuestra voluntad, pero Él no se cansa de buscar al pecador como el buen Pastor a la oveja perdida y sale cada día a nuestro encuentro como el Padre del Hijo Pródigo, esperando la mínima señal de arrepentimiento para acogernos de nuevo, lo malo es que nuestro corazón es duro y muchas veces nos resistimos a sus llamadas y estamos ciegos a sus intentos de que volvamos a Él. Pero Él nos espera hasta el último segundo de nuestra vida, como al Buen ladrón, siempre estamos a tiempo de arrepentirnos porque Dios es Amor.
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LF:
Eso que llama usted determinismo es la doctrina de la Biblia y de la Tradición (de San Agustín, de Santo Tomás, del concilio de Orange, de etc, etc.).
Por lo que he leído de tu post y de estos comentarios, creo que concebimos la predestinación de manera distinta. Usted dice:
- La primera es que Dios predestina a los elegidos sin que medie previamente por parte de estos absolutamente nada.
- La segunda es que Dios predestina a los elegidos porque sabe -o ve- que van a responder adecuadamente a la gracia eficaz.
Parece denostar la segunda y decantarse por la primera. En otro lugar afirma: "No es solo que Dios sepa quiénes van a salvarse. Es que Dios decreta quiénes se van a salvar"
.
Me da la impresión de que vd. entiende la predestinación como que Dios elige arbitrariamente -o soberanamente, pero es lo mismo- a quienes predestina a la salvación (de lo cual se extrae el reverso oscuro, hay quienes están destinados a condenarse). Esto, por más que vd. cite las Escrituras o apele a santos y doctores, no es doctrina católica.
Lo que afirma la fe católica es que Dios, cuyo entendimiento sobrepasa toda medida, sabe perfectamente qué seres humanos responderán libremente a su gracia y, por tanto, acogerán la salvación de Jesucristo y quienes no. Es por eso que estamos "predestinados en Cristo". Así lo recoge el Catecismo de la Iglesia Católica, nuestra regla de fe:
N.600: Para Dios todos los momentos del tiempo están presentes en su actualidad. Por tanto establece su designio eterno de "predestinación" incluyendo en él la respuesta libre de cada hombre a su gracia.
El II Concilio de Orange afirmó:
“También creemos según la fe católica que, después de recibida por el bautismo la gracia, todos los bautizados pueden y deben, con el auxilio y cooperación de Cristo con tal que quieran fielmente trabajar, cumplir lo que pertenece a la salud del alma. Que algunos, empero, hayan sido predestinados por el poder divino para el mal, no sólo no lo creemos, sino que si hubiere quienes tamaño mal se atrevan a creer, con toda detestación pronunciamos anatema contra ellos.
III CONCILIO DE VALENCE, 855 - (Contra Juan Escoto)
Sobre la predestinación
626 Dz 321 Can. 2. “Fielmente mantenemos que «Dios sabe de antemano y eternamente supo tanto los bienes que los buenos habían de hacer como los males que los malos habían de cometer», pues tenemos la palabra de la Escritura que dice: Dios eterno, que eres conocedor de lo escondido y todo lo sabes antes de que suceda (Da 13,42); y nos place mantener que «supo absolutamente de antemano que los buenos habían de ser buenos por su gracia y que por la misma gracia habían de recibir los premios eternos; y previó que los malos habían de ser malos por su propia malicia y había de condenarlos con eterno castigo por su justicia» , como según el Salmista: Porque de Dios es el poder y del Señor la misericordia para dar a cada uno según sus obras (Ps 61,12 s)
627 “Ni ha de creerse que la presciencia de Dios impusiera en absoluto a ningún malo la necesidad de que no pudiera ser otra cosa, sino que él había de ser por su propia voluntad lo que Dios, que lo sabe todo antes de que suceda, previó por su omnipotente e inconmutable majestad. «Y no creemos que nadie sea condenado por juicio previo, sino por merecimiento de su propia iniquidad» , «ni que los mismos malos se perdieron porque no pudieron ser buenos, sino porque no quisieron ser buenos y por su culpa permanecieron en la masa de condenación por la culpa original o también por la actual» “
José Miguel Arráiz, bloguero de esta casa, escribió un magnifico post sobre esto y afirma, a modo de conclusión, lo siguiente:
"(...)la Iglesia ha mantenido constante su postura a favor de la voluntad salvífica universal de Dios que quiere que todos los hombres se salven, y quien se condena lo hace por su propio albedrío y no por voluntad de Dios. Dios prevee su condenación no la impone, y por eso la predestinación debe ser entendida desde la perspectiva de que “Dios quiere que esto sirva para aquello, pero Dios no quiere esto”.
El Catecismo también afirma:
1037 Dios no predestina a nadie a ir al infierno (cf DS 397; 1567); para que eso suceda es necesaria una aversión voluntaria a Dios (un pecado mortal), y persistir en él hasta el final. En la liturgia eucarística y en las plegarias diarias de los fieles, la Iglesia implora la misericordia de Dios, que "quiere que nadie perezca, sino que todos lleguen a la conversión" (2 P 3, 9)
Un saludo.
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LF:
José Miguel sostiene las tesis molinistas. Eudaldo Forment, Néstor Martínez, Alonso Gracián, el P. José María, Schola Veritatis y un servidor, sostenemos las tesis tomistas. Como Benedicto XIII dijo a los dominicos:
"La gracia eficaz por sí misma e intrinsecamente, a la predestinación gratuita a la gloria sin previsión alguna de méritos los cuales ustedes han enseñado tan laudablemente hasta ahora, y sobre la que su escuela con aplaudible celo se gloría de haber recibido de los doctores Agustín y Tomás mismos y están en armonía con la palabra de Dios, los decretos de los Supremos Pontífices y con los Concilios y los escritos de los Padres."
No, se odiará a sí mismo, porque Dios le dio la gracia necesaria para salvarse pero el la despreció. Porque es verdad de fe que la gracia no es irresistible -así creía Calvino-, y por eficaz que sea, la voluntad humana sigue siendo libre para rechazarla.
Tenía entendido que el rezo del rosario diario es uno.
Bendiciones y imploro tus oraciones
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LF:
Sí, hay señales. El papa Pío XII decía que la mucha devoción por la Virgen María era una de ellas. Lo cual demuestra, dicho sea de paso, que esta doctrina es católica, aunque a muchos les suene a protestante.
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LF:
Suele ocurrirles a los que desconocen la doctrina agustiniana y tomista sobre la predestinación. Les huele a calvinismo. Pero eso se cura estudiando a ambos santos.
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LF:
Usted siempre lo ha pensado así, pero no fue así. Dios eligió a la Virgen para ser Madre de su Hijo y la llenó de gracia para que pudiera responder libre e infaliblemente.
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LF:
Ni más ni menos. Pero la culpa de todo esto, en mi opinión, la tiene el haber dejado sin condenar ese subproducto raro en que quedó el molinismo una vez que la Compañía de Jesús edulcoró todo lo que pudo el molinismo originario.
De aquellos barros, estos lodos. Y la consecuencia es haber dejado en manos de la herejía protestante la predicación -falsa en ellos- de esta gran verdad católica.
Bien, causa segunda, pero ya aquí esta la responsabilidad del hombre por su condenación. A no ser que la causa segunda dependa también de Dios, entonces no veo de que se le pueda juzgar al hombre, si nada depende de el.
Al final
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LF:
Todos reciben gracias suficientes, no todos reciben gracias eficaces. De tal manera que quien rechaza la gracia suficiente se condena por su propia culpa.
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LF:
Como le he dicho a otro lector, en InfoCatólica hay bastantes artículos sobre este asunto, y en ellos hay material magisterial abundante.
La naturaleza de estos breves posts comentando las lecturas del día no dan como para desarrollar estudios largos, llenos de citas.
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LF:
Maestros hay en este portal que pueden responder a esas y otras preguntas. Ya puse enlace a sus artículos. Hasta aquí llego yo.
Dios quiere que todo el mundo se salve (1 Tim 2, 4) Pero no todos se salvan. Los que se salvan libremente, es por el don divino, que es don de elección. Los que se condenan, es por el rechazo voluntario de la gracia, por pura autoexclusión, por su propia culpa, que les hace merecedores de castigo.
Pero nadie se condena injustamente. Quien se condena, es porque hasta el final rechazó el auxilio divino y se obstinó en el pecado. Todo el mundo recibe gracias suficientes para salvarse. Al rechazar la gracia suficiente, se rechaza la gracia eficaz, contenida como en semilla en ella. Así, al rechazar la gracia suficiente, rechaza la eficacia misma de la gracia, y se hace merecedor de pena: no recibe la gracia eficaz como castigo justo. Y es que, culpablemente, rechazó la la eficacia de los auxilios divinos, y Dios, justamente, se los niega como pena.
«Además, la gracia suficiente contiene virtualmente la gracia eficaz que se nos ofrece en ella, como el fruto en la flor. El fruto es ofrecido en la flor, pero aun es necesario que no sea destruida por la helada para que llegue a formarse el fruto. Igualmente, la gracia eficaz nos es ofrecida en la suficiente, pero debemos estar atentos a fin de no resistir esta última; resistencia que provendria únicamente de nosotros, no de Dios, y que podría privarnos de la gracia eficaz ofrecida.»
Por tanto, al rechazar la gracia suficiente, se rechaza la gracia eficaz ofrecida en ella como semilla, como plan de salvación. Y Dios, como pena justa, no la otorga.
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LF:
Desde luego el rezar mucho es también señal. Y la vida de santidad. Y... bueno, hay unas cuantas. En todo caso, como dice San Pablo, el que se crea firme, mire que no caiga.
Nos condenamos nosotros , no Dios , por que El nos salvo gratuitamente del pecado a través de Jesucristo.
Respecto a por que nacen personas a pesar de Dios sabe que se van a condenar, el Padre Fortea indica que mejor haber existido con condena que no haber existido ( aunque indica que el caso de Judas es un misterio: más le valdría no haber nacido)
Un saludo
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LF:
Y yo agradezco las preguntas, pero es que donde hay maestros no tiene demasiado sentido que respondan los discípulos. Y yo en esto sigo siendo solo discípulo.
Espero que en lo que sigue, yo no sea confuso.
El tema de la predestinación es al mismo tiempo esperanzador y aterrador, porque uno espera ser contado entre los elegidos, pero no sabe si lo estará.
La doctrina paulina sobre la predestinación, ¿no podría tomarse como predestinación a ser miembro de la Iglesia, y por tanto, a (condicionalmente) ser salvo? Estos seríamos los llamados, pero no los elegidos. Los elegidos, serían entonces los que, una vez bautizados, cumplen la voluntad del Padre y los mandatos de Jesús, enseñados en los Evangelios y por la Iglesia, haciendo así mérito para la gracia de la perseverancia final.Los reprobos serían entonces los que no lo hacen (¿hacemos?:( )
De todos los llamados, los elegidos tendrían las prerrogativas que enuncia san Pablo, por ejemplo en Rom. 8,29-30 o en Ef. 1,1-5.
Los reprobos o no predestinados, aunque alguna vez llamados, no los tendrían, según aquello de 1 Jn 2, 19 "Salieron de nosotros, pero en realidad no eran de nosotros, porque si hubieran sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron, a fin de que se manifestara que no todos son de nosotros."
Los reprobos se unirían a los pueblos paganos, esto es, a los pueblos que, aunque catequizados o conocedores de las enseñanzas de Jesús, no lo aceptan, como el conjunto de los no elegidos. Estos pueblos incluso serían aquellos a los que no se les dio ni siquiera conocer a Jesús. Estos serían aquellos que dice san Agustín los "abandonados por justo juicio de Dios en la masa de perdición, donde quedaron aquellos tirios y sidonios, que hubieran creído si hubiesen visto las maravillosas obras de Cristo Jesús. Pero como no se les dio aquello por lo que hubieran creído, también se les negó el creer" (SAN AGUSTÍN, Del don de la perseverancia, c. 14, n. 35.)
Esta interpretación me parece un poco más esperanzadora, al menos si ya eres miembro de la Iglesia, y disipa un poco los temores de algunas personas. También, se mantiene el adagio de san Agustín que dice que Dios, que te creó sin ti no te salvará sin ti. Además, evita un poco la imagen de Dios demasiado caprichoso y tiene en cuenta nuestros méritos o deméritos. Al mismo tiempo, me parece, mantiene la libertad divina, porque pertenecer a la Iglesia depende del accionar de Dios en la historia que permite con mayor o menor fuerza la expansión de la Iglesia y nuestra incorporación y adhesión a ella. En ese sentido, a veces pienso, sin un mínimo ánimo de arrogancia, que haber nacido en Sudamérica permitió que me bautizase y perteneciera a la Iglesia. Esa suerte (¿señal de cierta predilección?) no lo tuvo quien nació en, digamos, Congo, entre pigmeos.
También, esta interpretación estaría de acuerdo con la instrucción sencilla y directa de Jesús a sus discípulos: "El que crea y sea bautizado será salvo; pero el que no crea será condenado." (Marcos 16:16).
Finalmente, imagino que con esta interpretación se salva aquello de la voluntad salvífica universal de Dios, que quiere que todos nos salvemos, y que manda a los apóstoles y discípulos a congregar a todos en la Iglesia, y al mismo tiempo el hecho de que no todos tienen la misma oportunidad de pertenecer a la Iglesia. Pensar por ejemplo, en los pueblos que existieron antes de la obra de salvación de Jesús o los que existieron cuando apenas la Iglesia estaba naciendo.
En concreto, la predestinación sería pertenecer a la Iglesia (ser llamado), ser un elegido implicaría, además, tener méritos.
Saludos.
Un Dios que crea al género humano sabiendo y queriendo que unos se salven y otros se condenen, y por tanto capacitándolos o no para hacer el bien. Y eso no es injusto porque lo dice S.Pablo o S.Agustín o Santo Tomás de Aquino.
Pues que me perdonen esos santos pero eso es una injusticia como una casa.
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LF:
Es altamente conveniente dejar de leerme si uno cree que mis palabras ponen en peligro su fe. Altamente.
Se puede ser miembro vivo o miembro muerto de la Iglesia. Un católico, si está en pecado mortal y no se arrepiente, se condena. Ser católico, en sí, nada asegura, salvo el nombre. Te hace miembro de la Iglesia, ciertamente, por el bautismo, y es un regalo, una responsabilidad y un privilegio poder recibir los sacramentos, pero con un sólo pecado mortal se pierde la gracia santificante, y en estado de pecado sin arrepentimiento, el infierno es el destino irremediable.
Los infieles que no conocen a Cristo sin culpa propia, pueden salvarse si cumplen los mandamientos, con la ayuda de Dios. Los auxilios que reciben para ello, manan, también, de la Iglesia.
La predestinación es una verdad de fe profundamente liberadora, porque implica que nuestra salvación está, principalmente, en manos de Dios, y secundaria y subordinadamente en la nuestra. Nuestros actos libres movidos por la gracia están, pues, incluidos en sus designios predestinantes, cuyo instrumento es la gracia eficaz. Nadie es más libre que los predestinados, que por ser predestinados son libres.
Que alguien se condene se debe al pecado, a la obstinación, al rechazo de la gracia.
Pero si la eficaz no esta predestinada, la suficiente queda realmente en suficiente.
Al rechazar la gracia suficiente se rechaza también la eficaz, y Dios justamente no la otorga.
Pero la inversa, en el contexto de la predestinacion, es inentendible: si predestina una gracia eficaz, necesariamente pasa por predestinar la suficiente a ella ligada, entonces la suficiente realmente no existe, solo existen las eficaces.
Segun mis entendederas. Pero bueno, gracias por la paciencia.
Para mi no es cuestión de educación voluntarista, sino cuestión de amor: en la dinámica de gracia suficiente y eficaz, lo hay. En la de gracia eficaz predestinadamente decretada, no consigo encajar el amor en su paso por la tierra hacia los que mas les valdria no haber nacido
Los condenados se odian a si mismos, por haber desperdiciado su vida en la tierra, odian a sus padres por haberles traído al mundo, odian a Dios por haberles creado y terminar en un castigo eterno, y lo de "mas le valdría no haber nacido" es aplicable a todos los reprobos.
Ante tan pavorosa realidad, no queda otra que mirar al Crucificado: que mas podía haber hecho para que no hubiera condenados? Nada.
Queda el consuelo de que dan gloria a Dios por su justicia, que se les castiga menos que lo merecido, y oí a uno que decía que Dios sigue amándoles también en el infierno, aunque al no ser correspondido tengo mis dudas.
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LF:
Quede clara una cosa. La doctrina de la predestinación a la salvación es católica. No puede ser rechazada. Forma parte de la fe.
Alonso Gracián: Pues si el post y las respuestas a los comentarios no dicen lo que yo he creído entender, evidentemente tengo una falta total de entendimiento hacia lo que escribe Luis Fernando sobre este tema y no es la primera vez que me pasa. Lo siento.
Sin embargo sí que entiendo lo que dice usted en su comentario y me quedo más tranquila. Gracias.
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LF:
No es mi afirmación. Es lo que enseña la Escritura y la Tradición.
Que los elige por su sola y libérrima Bondad, y no por buenas obras que ellos hagan o hayan de hacer, también es claro por la Escritura.
Que predestina eternamente a los que se salvan, es también claro por la Escritura.
Que predestina al infierno a los que se condenan independientemente de la previsión de sus culpas, es la herejía calvinista.
Que la predestinación divina es infalible se desprende de la misma Omnipotencia divina.
Que el hombre conserva el libre albedrío incluso después del pecado original, es parte de la fe católica.
Todo eso es lo que está fuera de discusión en la Iglesia.
Lo que se discute, a nivel teológico, es si la elección divina es independiente (tomismo) o no (molinismo) de la previsión divina de lo que los hombres harían en caso de crearlos Dios en tales y tales circunstancias, y si la conciliación entre la infalibilidad de la predestinación divina y el libre albedrío de las creaturas racionales se basa en que Dios mueve con su Omnipotencia a las voluntades creadas a la producción de tales y tales actos libres específicos (tomismo) o en que Dios da solamente un "concurso indiferente" que la creatura puede inclinar en un sentido o en otro (molinismo), pero que en todo caso lo hará según Dios lo ha previsto eternamente con su "ciencia media".
El tomismo señala, entre otras cosas, que es absurdo que Dios reciba su conocimiento de las creaturas, y que la creatura pueda determinar el sentido de una moción divina.
Saludos cordiales.
La existencia de la p. fue afirmada en el Conc. Arausicano II y en el de Quierzy, que gozan de máxima autoridad a pesar de su carácter particular. El Conc. Arausicano pone de relieve que la iniciativa en el orden de la salvación corresponde a Dios, sin méritos precedentes del hombre (Denz.Sch. 397). El Conc. de Quierzy escribe: "el Dios bueno y justo eligió de la misma masa de perdición, según su presciencia, a quienes predestinó por la gracia a la vida, predestinándolos a la vida eterna", y a continuación añade: "la predestinación se refiere o al don de la gracia o a la retribución de la justicia" (Denz. Sch. 621).
El Conc. de Valence, recogiendo esta doctrina, dijo: "Confesamos fielmente la predestinación de los elegidos a la vida y la predestinación de los impíos a la muerte. En la elección de los que se han de salvar, con todo, la misericordia divina precede al mérito bueno; por el contrario, en la reprobación de los condenados el mérito malo precede al justo juicio de Dios" (Denz.Sch. 626-629).
El Conc. de Trento, en la sesión sexta, hablando de la gracia y de la justificación, da por supuesta la doctrina sobre la p., afirmando la voluntad salvífica universal de Dios, y rechazando la p. ad malum o reprobación positiva antecedente (Denz.Sch. 1533,1556,1565 y 1567).
(Predestinación y Reprobación TEOL.)
Sin duda, como afirma LF, la postura de San Agustín -y de Santo Tomás- es más católica que la de Luis de Molina. Pero no podemos rebajar un ápice la importancia del libre albedrío. Sin él, el satánico error de Calvino estaría más que justificado.
Me parece que no es tan sencillo resolver de un sopapo una discusión que tiene siglos.
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LF:
A veces los papas toman decisiones erróneas. El tiempo ha demostrado que esa, en concreto, fue un error. Al menos a mí me lo parece.
Lo que los jesuitas hicieron fue maquillar a Molina al máximo. No sirvió de nada. Los dominicos avisaron de cuáles serían las consecuencias. Tenían razón. Hoy la inmensa mayoría de los católicos son semipelagianos de facto. Sin saberlo. O sea, sin culpa por su parte.
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LF:
Porque no se enseña.
Esto al parecer salvó a los jesuitas de la condena, que siempre estuvo cernida, en todo caso, sobre ellos y no sobre los dominicos. Prueba de ello es que los que festejaron en todo el mundo la decisión del Papa de no condenar a nadie, fueron los jesuitas, no los dominicos.
Saludos cordiales.
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LF:
Ir contra el protestantismo dejando en manos de los protestantes la doctrina de la predestinación es, como poco, una necedad de primer orden.
Con los dominicos nos habríamos bastado y sobrado para plantar cara a los herejes. Pero bueno, ya no hay vuelta atrás.
"Lo que se discute, a nivel teológico, es si la elección divina es independiente (tomismo) o no (molinismo) de la previsión divina de lo que los hombres harían en caso de crearlos Dios en tales y tales circunstancias, y si la conciliación entre la infalibilidad de la predestinación divina y el libre albedrío de las creaturas racionales se basa en que Dios mueve con su Omnipotencia a las voluntades creadas a la producción de tales y tales actos libres específicos (tomismo) o en que Dios da solamente un "concurso indiferente" que la creatura puede inclinar en un sentido o en otro (molinismo), pero que en todo caso lo hará según Dios lo ha previsto eternamente con su "ciencia media"."
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Antes de crearnos Dios ya conoce lo que cada uno de nosotros hará y, por tanto, si nos salvaremos o no; pero Él ha dispuesto que haya algunos que sólo pueden salvarse; Él también ha dispuesto que no haya nadie que sólo pueda condenarse. El motivo por el que entiendo que Dios crea a algunos que sólo pueden salvarse es ejercer su soberanía divina sobre la Creación especialmente a través de éstos, hasta el fin del mundo. Los predestinados a la salvación son moldeados instrumentos especiales de la acción divina sobre la Creación.
Por favor corregidme en lo que haya dicho mal. Gracias LF, Alonso, Néstor y todos los hermanos, un abrazo.
Pero por el pecado original se "perdió" la condición filial de hijos de Dios, a diferencia de los demonios que siguieron siendo hijos de dios tras su caída, aunque réprobos.
Por eso se nos tuvo que pre-destinar a todos a ser de nuevo hijos,pero esta vez adoptivos de Dios. Por eso el Verbo adoptó nuestra naturaleza.
Se nos destinó a ser hijos. Como se perdió la condición filial, se no pre-destino a ser hijos adoptivos.
Interpretáis incorrectamente porque el punto de vista es erróneo. La predestinación tiene que ver con el pecado original, pero no con el destino final de cada hombre, si cielo o infierno.
Es como la Inmaculada. En pre-visión de ser la Madre de Dios fue pre-purgata.
Estaba destinada a ser la madre del Verbo, pero por el pecado original, estaba pre-destinada a ser la Madre de Jesucristo, el Verbo humanado.
Predestinación tiene que ver con el pecado original, pero no con el destino final del hombre.
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LF:
O sea, según usted, San Agustín, Santo Tomás, Concilios y Papas estaban equivocados, pues todos entendieron la predestinación en relación al destino final del hombre.
Pues va a ser que quien lo interpreta mal es usted, no ellos.
“Sabéis porque Dios ha creado al hombre? Lo ha creado para su gloria y para felicidad del hombre. Por la caída de los ángeles decidió Dios crear a los hombres para llenar las legiones de los ángeles caídos. Cuando el número de los ángeles caídos se haya completado con hombres justos, será el fin del mundo”
Se habla de él “numero de elegidos” “hombres justos”.
“Ni la presunción”, “ni el juicio” son buenos. Dejemos a Dios ser Dios porque ambas esconde una soberbia.
Es cierto que las virtudes son como la “pluma en la palma de la mano”.
Cuidémonos unos con otros y utilicemos las armas que se nos han dado: Oración, Sacramentos, Sagrada escritura, ayuno y muchos rosario. “hoy 13 de Marzo 2017”
Saludos
Pues va a ser que quien lo interpreta mal es usted, no ellos.
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La Inmaculada Concepción es una dogma del siglo XIX, la Asunción del XX, y la Corredención del XXI.
La revelación se completó, pero su comprensión aún continua.
Desde que la Iglesia certificó que María es Madre de Dios en el 431, con el cuerpo aún caliente de San Agustin, hasta que la Iglesia certificó que María es la Inmaculada Concepción, pasaron un centenar de Papas, y una decena de Concilios, y pasó Santo Tomás de Aquino, y San Alberto Magno, y San Bernardo de Claraval, y San Buenaventura y tantos otros.....
Tan grandes teólogos, tan grandes santos, tan grandes doctores.....y sin embargo no acertaron porque no había llegado la hora, aunque para el pueblo cristiano sí ya había llegado.
¿Por qué no podemos haber entendido mal la cuestión de la predestinación hasta la fecha?
Cuando se habla de predestinados en la Sagrada Escritura se referencia a la adopción de hijos de Dios, algo que se obtiene por el bautismo de agua, sangre o deseo. Y el bautismo está ligado directamente con el pecado original. Solo la Virgen, San José y San Juan Bautista no fueron bautizados porque fueron predestinados por Dios para una misión especialísima.
La predestinación tiene que ver con el pecado original, y no con el destino final del hombre.
Es sencillo.
1) Dios nos destino a ser hijos de Dios como lo eran los ángeles.
2) Por el pecado original, el hombre perdió la condición filial divina. Pasó de ser un hijos de Dios a ser un hijo de hombre.
3) En PRE-visión del pecado original, Dios nos PRE-destinó a ser sus hijos adoptivos.
A diferencia de los ángeles, nosotros somos adoptados. Para ello, Cristo tuvo antes que adoptar nuestra naturaleza.
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LF:
Tiene usted un cacao mental considerable. Mezcla cosas que no tienen anda que ver. Pero déjelo. Da igual.
"600 Para Dios todos los momentos del tiempo están presentes en su actualidad. Por tanto establece su designio eterno de "predestinación" incluyendo en él la respuesta libre de cada hombre a su gracia (...)"
Para los no predestinados la teología conserva el nombre de "reprobación" divina. Los "réprobos" son los que se condenan y sólo ellos.
La diferencia entre el calvinismo y el catolicismo es que para el primero la reprobación y la condenación al infierno se identifican y son anteriores a la previsión divina de las culpas, mientras que para la fe católica Dios no condena a nadie al infierno sin haber previsto sus culpas, libremente cometidas, y su impenitencia final.
Después vienen las discusiones entre teólogos católicos. Los tomistas dicen que hay una reprobación negativa antecedente que consiste en que Dios no elige a algunos para la vida eterna, y que es anterior a la previsión divina de las culpas. Tras la previsión divina de las culpas, viene la reprobación positiva, o condenación al infierno. Los molinistas dicen que no hay reprobación antecedente y que toda reprobación divina es posterior a la previsión divina de las culpas.
La tesis tomista, a mi modo de ver, está lógicamente conectada con la otra tesis, también tomista y entiendo que sumamente verdadera y vinculada a la fe católica, de que la elección y predestinación divina de los que se salvan es anterior a la previsión divina de sus méritos.
Saludos cordiales.
El Padre de NSJ nos bendice en el cielo en su Hijo -Cristo, antes de venir al mundo estamos en el pensamiento de Dios, con el Padre y el Hijo por el Espiritu Santo-Amor, no escoge para ser santos.
Nos Adopta por el bautismo para ser hijos en el Hijo único JesucrIsto,Esa es la voluntad del Padre "nos predestinó para adopción como hijos para sí mediante Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad,"…Ef ,5
En Romanos 8:29-30 nos dice, “Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de Su Hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.”
De nosotros y de acoger la gracia dada por Jesucristo hace que reproduzcamos en nosotros la imagen perfecta y semejanza perdida por el pecado original.
Al nacer somos todos criaturas de Dios ,lo demás que hagamos depende de nosotros, el que no acepta a Jesucristo no se hace semejante a Él, que ya Él nos alcanzó la salvación , ¿Qué mas puede hacer ?
Nosotros acoger lo ya dado ,con su gracia y sacramentos, la negación es libre ,como libre es la condenación. Dios no nos destina a ser condenados
Me gustaría compartir una duda que me ha surgido al tratar de entender la siguiente parte del comentario de Néstor:
"Los tomistas dicen que hay una reprobación negativa antecedente que consiste en que Dios no elige a algunos para la vida eterna, y que es anterior a la previsión divina de las culpas."
Una conclusión aparentemente necesaria es que Dios designa la creación de algunos sin otro destino para ellos que la condenación (algo que, como apuntan LF y Néstor entre otros, es un concepto del calvinismo); teniendo en cuenta que todos necesitamos ser uno con el Creador, pues procedemos de Él y nuestra existencia terrena está encaminada a regresar a Él, ¿cómo puede entonces designar que no exista reprobación positiva para algunos mediante el concurso de una reprobación negativa antecedente?
Él quiere venos Crecer en medio de la cizaña, soportar resistir, testimoniar y dar frutos. La buena cosecha tiene una bodega esperando con su número de habitaciones exactas y su mano siembra.. siembra. Hay diversos modos que Dios nos ha tocado y ha sembrado su amor, porque él quiere que todos se salven y da lo que se necesita, lo que hay pedir Gracias y Asistencia.
Es evidente que querer desde toda la eternidad y con la misma voluntad antecedente que todos los hombres se salven y que sólo algunos se salven es contradictorio. Querer a la vez que "todos se salven" y que "sólo algunos se salven" es contradictorio, luego si Dios con voluntad antecedente quisiera ambas cosas Dios querría algo contradictorio, lo cual no es posible en Dios.
Por tanto, parece que si Dios con voluntad antecedente quiere que "todos los hombres se salven", no puede querer con esa misma voluntad que sólo algunos hombres (los elegidos) se salven, y por tanto querer que sólo los elegidos se salven y que los no elegidos se condenen pertenece a la voluntad no antecedente sino consiguiente de Dios.
Y si querer que los elegidos se salven y que los no elegidos se condenen pertenece a la voluntad divina consiguiente, es que Dios tiene en cuenta las obras buenas que al amparo de la gracia hacen los que se salvan y las malas obras que por resistir a la gracia hacen los que se condenan.
Ademas, si la voluntad antecedente de Dios es de suyo una voluntad falible e impedible, resultaria que podría fallar el número de los elegidos y de los no elegidos por Dios para salvarse si dicha elección fuese hecha con voluntad divina antecedente, y por tanto la elección divina sería de suyo falible e insegura. Pero la elección o no elección de Dios para la gloria tiene que ser certísima y no admite error ni cambio, luego no puede ser querida por Dios con voluntad antecedente, ya que ésta es de suyo falible, resistible e impedible.
Pero bueno, es un tema difícil. Son preguntas, cuestiones, dudas que a mi torpe mente le asaltan cuando considera este grande misterio de la predestinación. Pero creo todo lo que la Iglesia enseñe con magisterio infalible acerca de este misterio como acerca de todos los demás como el de la Trinidad, la conversión Eucarística, etc......
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LF:
El profesor Edudaldo Forment explica en este artículo cómo trata Santo Tomás esa cuestión:
http://infocatolica.com/blog/sapientia.php/1510010709-xxvi-existencia-y-naturaleza
Pero yo lo resumi asi: "no toda cizaña es cizaña y no todo trigo es trigo a los ojos de Dios". El trigo es sembrado por Dios y la cizaña por el enemigo. (Lo que nosotros vemos o percivimos no es como Dios lo ve y percive). El sembrador se alegra ver crecer y dar fruto y espera ansiosamente la cosecha del trigo, no solo para poner los frutos (espigas) del buen trigo en el granero sino tambien para quemar la cizaña (su fin antes y despues porque esta subordinada) el sembrador se alegra ver crecer y producir, esa es la voluntad antecedente y cosecharlos y llevarlos al granero apartado para ellos es la "voluntad consiguiente". En Dios no hay contradiccion alguna, lo que sucede es que si intento pensar como El me puede ir mal (jamas podre acortar distancia). Pasa cuando creo ser Trigo porque tengo flores o me tiran flores o me siento florecido, quiza siento una cizaña. Tambien pasa sin uno se cree que es cizana hasta que se da cuenta que no lo es y por gracia se "Restaura", le paso a s. Pablo Saulo,s. Agustin de hipona y muchos mas.
Aca el tema es siempre maravillarce con sus obras, y no sentirce mal por nuestras limitaciones, y aferrarce a su alianza nueva y eterna (sacramentos). Saludos
Hitler y san Maximiliano Kolbe fueron contemporáneos. Ya sabemos lo que hizo cada uno, y dónde terminó al menos uno de ellos (creemos que está en el cielo a partir del juicio prudencial de la canonización). No tenemos certeza del destino final de Hitler (solo Dios lo sabe), pero a juzgar por sus actos públicos (especialmente en comparación con san Maximiliano Kolbe, que es con quien le comparamos) es probable que no se salvara (aunque, repito, eso solo lo sabe Dios). Para el siguiente ejemplo suponemos que se condenó.
Tanto Hitler como Maximiliano Kolbe (antes de ser santo) eran pecadores (¡Maximiliano Kolbe lo era aun cuando era fraile!), con más o menos asiduidad y gravedad, y por tanto reos de condenación. Ambos, durante su vida, recibieron la gracia suficiente para su salvación. Por lo que sabemos, Maximiliano Kolbe fue dócil a esas gracias y las mismas dieron frutos de salvación. No parece que fuera así con Hitler, quien parece que más bien las rechazaba, y así fue hasta su muerte (desesperada).
Por lo que hoy sabemos, parece que Maximiliano Kolbe está contado entre los elegidos y tanto las gracias suficientes como las gracias eficaces y el don de la perseverancia final le fueron dadas por Dios debido a que está contado entre los elegidos. Hitler recibió solo las gracias suficientes (que no las aprovechó) debido a que Dios desde toda la eternidad previó que así sería, que perseveraría en su maldad y no daría frutos de salvación. Y no solo lo previó sino que lo permitió.
O sea, Hitler y Maximiliano Kolbe eran reos del infierno, pero Dios quiso (desde siempre) elegir a Maximiliano Kolbe y le dio lo suficiente para salvarse y luego la perseverancia final para cumplir Su voluntad eterna de salvarlo, a Hitler solo le dio lo suficiente para salvarse, y no le dio la perseverancia final por previsión de su empecinamiento en el mal.
¿Porqué Maximiliano Kolbe y no Hitler no se puede saber, pues es un acto libérrimo y soberano de Dios? Lo único que podemos decir es con la Iglesia: "cuéntanos entre tus elegidos".
Saludos.
La cuestión es que él sabe desde antes todo y sabe que le harán todos a Él (incluso Judas) y también sabe que resucitara (eso vemos en ese evangelio de hoy 15/03/17. Por otro lado al mismo tiempo la cuestión era lo “consiguiente (el destino final)” desde la óptica humana de los seguidores de Jesús. La disputa es “quien estará en tal y tal puesto y quien ira al infierno”.
Jesús zanja toda presunción así: “pero el puesto a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre.»
Lo de Hitler o lo Maximiliano? o que puesto tendré Yo es la cuestión del debate humano. El pasaje que nos invita a caminar en dirección a Jesús, No sería plantendo la pregunta: que puesto tendrán los que azoten y crucifiquen a Jesús o que puesto tendrá los que le siguen como los Zebedeos? no es una buena senal.
El camino es un poco exigente y caya nuestras discusiones mundanas internas y externas. Jesús vive en una perfecta comunión con el Padre y las preguntas a Dios, las responde Dios y ciertamente las reservaciones si tienen nombre y apellido desde antes de todos los tiempos.
En toda palabra Jesús invita a "subir con él a Jerusalén" y lo demás vendrá por anadidura. Entonces eran 12 y quedaron 11 antes de la bajada.
Uno que se abrió a esa humilde subida fue Dimas, que descargo toda su confianza en Jesús y que le canonizo y le abrió la puerta el Paraíso ese mismo día Lc 23.
Saludos y gracias por su meditación pues nos hace ver tanta maravilla insondable y nosotros tan frágiles. Soy un padre de familia que ora, espero ayudar y no decir lo que no debo.
En primer lugar, se distingue la Voluntad divina antecedente y consecuente. La primera es la que tiende a la cosa en sí misma considerada, abstracción hecha de sus circunstancias concretas, y de un modo, por tanto, en el que nunca existe en la realidad. La segunda mira a la cosa con todas sus circunstancias, que es el modo en que puede ser existente y actual.
Con voluntad antecedente, entonces, Dios, mirando a que todos los seres humanos son creados a su imagen y semejanza, pero sin atender a las circunstancias concretas de cada uno, quiere que todos se salven.
Con voluntad consecuente, mirando a que en concreto algunos pecan y mueren en la impenitencia final, quiere que se condenen.
La Voluntad divina consecuente, entonces, es la única que produce efectos en la realidad.
Y de esta Voluntad divina consecuente es que proceden, según los tomistas, la reprobación negativa antecedente y la reprobación positiva consecuente.
Por la primera, Dios determina no elegir a algunos para la vida eterna, con anterioridad a la previsión de sus culpas. Con la segunda, con posterioridad a la previsión de sus culpas y de su impenitencia final, determina condenarlos al infierno.
Saludos cordiales.
Ante todo, no se puede hablar de este tema sin tener claro que se trata un misterio insondable. Y eso quiere decir, en particular, que hay que sostener al mismo tiempo verdades que no se contradicen, pero que parecen hacerlo.
Luego, los tomistas toman, valga la redundancia, en serio la palabra "elección". Elegir es tomar a unos y dejar a otros. No existe el elegir a todos.
El trasfondo es doble: la soberana Libertad divina, y el carácter sobrenatural e indebido de la gracia. Dios no está obligado a crear el mundo, si lo crea, no está obligado a crear seres humanos, si los crea, no está obligado a ordenarlos al fin último sobrenatural que es la participación en la misma Vida divina, y si determina ordenarlos a ese fin, no está obligado a elegirlos a todos para que efectivamente lo alcancen.
En resumen: Dios es Dios.
Y además, los tomistas, basados en la Escritura, sostienen que la elección y predestinación divina de los que se salvan es "ante praevisa merita": anterior a la previsión divina de los méritos, o sea, independiente de todo mérito de la creatura.
Y entonces es lógico que lo mismo debe suceder con la no elección divina de los que no se salvan, o sea, debe ser anterior a toda previsión de sus culpas e independiente de ella. Porque la elección de unos y la no elección de otros son como dos caras de una misma moneda, como la derecha y la izquierda: van juntas.
Seria absurdo sostener que la elección de los que se salvan es anterior a la previsión de sus méritos, y que la no elección de los que no se salvan es posterior a la previsión de sus culpas (sin duda que muchos teólogos lo hacen, y son tan católicos como el que más, pero a los ojos de los tomistas no son coherentes).
Sería como decir que el tomar tres de cinco manzanas se hizo el Martes y el dejar a las otras dos se hizo el Miércoles. No se puede, una cosa va con la otra. Elegir es no elegir.
Hay otras razones además, pero me remito a unos cuantos "posts" que tengo publicados aquí mismo sobre el tema.
Saludos cordiales.
Menuda religión la nuestra, esto es dificil de digerir, y no porque no se haya enseñado desde pequeños, sino simplemente por lo que ves en los comentaristas, se le atraganta a todo el mundo (menos a los que sin aportar argumento, acusan de voluntarismo a los demas).
Alonso Gracian: Sin ánimo de ofender, yo no puedo pensar como tú porque siento que es faltar a la caridad con el prójimo que no es elegido, no sé quién es, pero lo hay (y hasta puedo ser yo mismo, o tú, no estes tan seguro de ser el elegido). Tu razonamiento tiene también su inverso: Nadie es más esclavo que los no elegidos, que por no ser elegidos no son libres. El destino griego. Recuerda, no estes tan seguro de tu perserverancia final, de estar entre los elegidos, no te sientas tan liberado tan pronto, que no sabes tu destino. Luego ya viene el asunto de los indicios, pero son solo eso, indicios.
"La predestinación es una verdad de fe profundamente liberadora, porque implica que nuestra salvación está, principalmente, en manos de Dios, y secundaria y subordinadamente en la nuestra. Nuestros actos libres movidos por la gracia están, pues, incluidos en sus designios predestinantes, cuyo instrumento es la gracia eficaz. Nadie es más libre que los predestinados, que por ser predestinados son libres. "
"Cuéntanos entre tus elegidos" Para cambiar la voluntad soberana de Dios? Dios ya elegió, no va a cambiar nuestro destino en el momento que le pidamos que nos incluya entre sus elegidos. Para qué se le pide que nos incluya? Para que cambie su elección soberana? Es contradictorio con el concepto de soberanía de Dios antecedente.
La prueba de que el misterio de la predestinación no es contradictorio ni con la razón ni con la fe, es que para atacarlo se debe incurrir en errores conceptuales como el uso de la palabra "destino" en este contexto.
En realidad, la predestinación no es la negación del libre albedrío, sino la afirmación del libre albedrío de Dios, que nuestra época lo tiene bastante olvidado.
Si se la rechaza no es por poca libertad, sino por demasiada.
Y es el recordatorio, igualmente necesario en nuestra época, de que nuestro libre albedrío, a diferencia del divino, es creado y dependiente por tanto de Dios.
La caridad es ante todo amor a Dios, y al prójimo, por Dios. Lo que es contrario a la caridad no es reconocer el orden que Dios ha puesto en las cosas, sino al contrario, desconocerlo.
Amar al prójimo fuera de Dios es odiarlo.
La súplica ·"cuéntanos entre tus elegidos" se puede interpretar como pidiendo a Dios las gracias eficaces conducentes a la salvación eterna, que Él determinó desde la Eternidad darnos por nuestras oraciones inspiradas a su vez por su gracia - en el supuesto que seamos de los elegidos.
Cosa que en esta vida no lo podemos saber con certeza fuera de una revelación divina especial, dice el Concilio de Trento.
Y eso mismo es lo que nos mueve al abandono total y confiado en Dios, es decir, a pedirle su gracia y a esforzarnos para con ella alcanzar la salvación eterna, poniendo nuestra confianza en su misericordia y no en nuestros esfuerzos.
Saludos cordiales.
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LF:
Decía San Francisco de Sales esta oración (la digo de memoria, así que quizás no es exacta):
Señor, no sé si estoy entre tus elegidos, pero si no es así, permíteme al menos amarte y servirte en esta vida.
Como ves, no lejos de lo que tú has escrito.
Yo creo que rezar eso es señal de predestinación.
De lo contrario no tendría sentido la definición de Trento acerca de que no podemos saber en esta vida sin revelación divina especial si formamos parte del número de los predestinados.
La diferencia entre tomistas y molinistas, por ejemplo, no es acerca del hecho de la elección divina, que por ser elección, no es universal, sino sólo acerca del modo en que se realiza: con anterioridad a la previsión de los méritos, en los tomistas, con posterioridad a la previsión de los méritos, en los molinistas.
Pero aún siendo con posterioridad a la previsión de los méritos, en la tesis molinista, es una elección eterna e inmutable, e igualmente debe ser conciliada, porque la Revelación así lo exige, con el libre albedrío de la creatura.
Sólo que, señalan los tomistas, no deja suficientemente en claro la gratuidad, independencia y soberanía de la elección divina y la prioridad de la iniciativa divina en la salvación, haciendo a Dios de algún modo dependiente de las decisiones libres "futuribles" de la creatura, previstas por la "ciencia media" divina que ideó Molina, lo que entraña el riesgo de un cierto pelagianismo o semipelagianismo que pone el resorte último de la salvación en la voluntad del hombre.
Saludos cordiales.
La plenitud de esa confianza se da en Jesús que nos convoca a dirigirnos a la divina providencia de quien tiene “ordenada todas las cosas” nada es un sin sentido ni un producto del azar.
Adentrándonos en Lucas 16, 19-31, la figura -del Rico que es quien “en su autosuficiencia se hace despiadado” (el pecado de la soberbia de creer controlar las cosas o saber lo que hace y controlado to mediante sus obras o su capacidad de discernir para controla o lograr inimputabilidad) - es “la impiedad manifiesta- es el apartarse, es el cardo en la estepa” en cambio usa la figura del “mendigo lázaro” quien espera providencialmente el alimento. Él se fía de lo de arriba, su seguridad no es el ni lo que hace ni lo que tiene, ni su iluminativa conciencia, sino lo que Dios le da y lo pide, hace plegaria, auxilio, el reza sin caer en el propio juicio ni en el del otro.
Hoy 16 de marzo Jesús nos vuelve a hablar ahí, en sus formas y tiempos, que maneras de hablarnos…es que él es el único que nos entiende.
Ciertamente es doloroso vivir así!: no saber si nuestras obras agradan o no, a Dios y Pensar “racionalmente” que de nada serviría esto o lo otro, es una CRUZ PESADA y esta cuaresma se trata de eso SUBIR a Jerusalén junto a Jesús con esa CRUZ PESADA, El sin duda nos esta escuchando, no conoce y sabe los dolores, sabe que uno quiere tirar la toalla, él sabe nuestras penas y que todo pesa, si vemos bien esto nos sabremos escuchados, El nos escucha!!!! pero también ahí, antes de ese momento nuestro Ángel de la Guarda también consuela si piden. Una tarea por hacer es hablarle…. le hablare hoy.
¡Padre santo! Te damos gracias por Tu santo nombre que nos has hecho habitar en nuestros corazones, y por el conocimiento, la fe y la inmortalidad que nos has revelado por Jesucristo, Tu servidor. A Ti sea la gloria por los siglos de los siglos.
LF, he estado dos horas teniendo problemas para conectarme a Internet y mandar este mensaje, lo había escrito antes de leer tu comentario al mío de la 1:11 PM, gracias, mil gracias, el Señor te bendiga y nuestra Madre del Cielo te cuide.
Néstor, entiendo lo que apuntas sobre la Revelación terminada con nuestro Señor Jesús, un desarrollo teológico sobre la predestinación de Santo Tomás no será posible más allá de los aportes que llevó a cabo Molina entonces. Muchas gracias por tu paciencia y por hacer tan accesibles conceptos que nos cuesta incorporar a quienes estamos descubriendo la doctrina de la predestinación, el Señor te bendiga y nuestra Madre del Cielo te cuide. ¡Un abrazo a todos!
De todas formas la Iglesia claramente enseña que es errónea la no elección de algunos para la gloria, con anterioridad a la previsión del pecado o del mal uso de la gracia..
Y así el Concilio Valentino III, Denzinger 321, enseña que : "Creemos que nadie es condenado por previo dictamen de Dios, sino por razón de su propia maldad."
En el caso de haber una no elección divina a la gloria con anterioridad a la previsión del pecado o del mal uso de la gracia, tendríamos que algunos son condenados por previo dictamen de Dios, anterior a la previsión del pecado o del mal uso de la gracia, y ello iría en contra de lo enseñado por el Concilio citado.
Por tanto, creo que no se puede admitir en modo alguno, a no ser que queramos contradecir al Concilio Valetino III, una reprobación divina, o no elección divina para la gloria, con anterioridad a la previsión del pecado o del mal uso de la gracia.
Por tanto, si Dios con voluntad consiguiente, como Vd. dice, no eligiese a algunos para la gloria con anterioridad a la previsión del pecado o del mal uso de la gracia, Dios estaría condenando a algunos por previo dictamen, es decir, por un dictamen anterior a la previsión del pecado o del mal uso de la gracia, y por tanto lo dicho por el Concilio Valentino III y Denzinguer 321 sería erróneo.
Por tanto, estimo que si queremos ajustarnos a lo enseñado en dicho Concilio Valentino III, tenemos que negar una no elección divina para gloria por previo dictamen de Dios, es decir por un dictamen divino que sea anterior a la previsión del pecado o del mal uso de la gracia de los no elegidos.
Y si una no elección divina a la gloria anterior a la previsión del pecado o del mal uso de la gracia es inadmisible, tampoco es admisible una elección divina a la gloria anterior a la previsión del pecado o del buen uso de la gracia, ya que, como Vd. muy bien dice, ambas cosas van unidas, son como las dos caras de una misma moneda, o como la derecha y la izquierda. Elegir a uno es no elegir a los otros.
Por tanto si la no eleccion de los que no se salvan no puede ser, como enseña el Concilio citado, anterior a la previsión del pecado, tampoco puede ser anterior a la previsión de los méritos la elección de los que se salvan
Vd. mismo dice muy bien que "sería absurdo sostener que la elección de los que se salvan es anterior a la previsión de sus méritos y que la no elección de los que no se salvan es posterior a la previsión de sus culpas." Por tanto, si la no elección de los que no se salvan no puede ser anterior sino posterior a la previsión de sus culpas, como enseña el Concilio Valentino, también la elección de los que se salvan tiene que ser no anterior sino posterior a la previsión de sus méritos.
De todas formas todo esto que digo no son sino cuestiones que me asaltan respecto al misterio de la Predestinación. Si la Iglesia enseña realmente que los elegidos a la gloria lo son con anterioridad e independencia a que Dios prevea sus méritos, yo lo creo. No tengo ningún interés en negar la enseñanza verdadera e infalible de la Iglesia, ello sería una solemne tontería. Sólo propongo dudas, preguntas y cuestiones que me inquietan. Un cordial saludo.
Por ejemplo:
BENEDICTO XIII: Breve "Demissas Preces", 1724. Dirigido a los dominicos (es decir, a los tomistas).
“Despreciad con gran ánimo, por tanto, queridos hijos, las calumnias intentadas contra vuestra sentencia especialmente de la gracia por sí e intrínsecamente eficaz y de la predestinación gratuita a la gloria sin ninguna previsión de los méritos, que laudablemente hasta ahora habéis enseñado, y que vuestra escuela con recomendable estudio se gloría de que proceden de los mismos santos doctores Agustín y Tomás, y de que son consonantes con la Palabra de Dios, los decretos de los Sumos Pontífices y los Concilios, y los dichos de los Padres.”
BENEDICTO XIV al Supremo Inquisidor de España sobre la controversia "de auxiliis" (1784).
«Tú sabes que en las celebérrimas cuestiones sobre la predestinación y la gracia y sobre el modo de conciliar la omnipotencia de Dios con la libertad humana, hay en las escuelas multiplicidad de opiniones. Los tomistas son acusados como destructores de la humana libertad y como seguidores no ya sólo de Jansenio, sino hasta de Calvino; pero como ellos responden muy bien a lo que se les objeta y su sentencia no fué nunca reprobada por la Sede Apostólica, en ella se hallan impunemente los tomistas y no es lícito a ningún superior eclesiástico en el presente estado de cosas removerlos de su sentir."
Esto fue escrito unos 900 años después del Concilio de Valence.
Y el punto es que la condenación al infierno es la reprobación positiva, no la reprobación negativa, que es solamente la no elección para la vida eterna.
No son lo mismo. La primera incluye la pena por el pecado y la impenitencia final, la otra incluye solamente la denegación de un beneficio gratuito e indebido como es la bienaventuranza.
Por eso, afirmar la reprobación positiva antecedente, o sea, anterior a la previsión divina de las culpas, es la herejía calvinista, mientras que la reprobación negativa antecedente es solamente la no elección para la vida eterna, y no incurre en censura teológica alguna.
En cuanto a Molina, no hace ningún desarrollo teológico del tomismo, sino que lo contradice frontalmente, y de un modo que, según los tomistas, es menos ajustado a lo que nos enseña la Revelación.
Saludos cordiales.
Por eso mismo el molinismo se acerca peligrosamente al pelagianismo, porque pone el último resorte de la salvación en la voluntad humana.
Efectivamente, lo que decide en definitiva en esta hipótesis quién se ha de salvar y quién no es la decisión libre de cada uno, prevista eternamente por la "ciencia media" divina.
Así que la salvación deja de ser don de Dios para convertirse en conquista humana, y el bienaventurado en el Cielo debería en última instancia agradecerse a sí mismo.
Saludos cordiales.
En caso de que no hubiera sido indebido, Jesucristo cargó con los pecados del hombre pero el hombre siguió con el beneficio indebido? No me cuadra. Hay una promesa de la vida eterna si se cumplen los mandamientos. El beneficio es debido a esa promesa.
Otra cosa es que sea gratuito el don de nuestra existencia y la promesa del cielo. Pero para ir al cielo habia condiciones tanto a los angeles como a los hombres, y si se cumplian se podia reclamar el cielo lo mismo que se puede reclamar lo prometido, pero habia que cooperar segun la promesa.
Lo que venis a decir es que si se va al cielo, es por mérito de Dios exclusivo. Entonces a qué viene lo de cooperar con la gracia??. Podíamos cerrar esta discusion aqui, habria que suprimir la palabra cooperacion, porque esto es cosa exclusiva de uno, solo de Dios, aunque cooperar es cosa de dos.
No resistir a las gracias suficientes no es mérito del hombre, es lo que significais. En realidad decis que nada es del hombre, que no se merece nada (aun despues de Cristo). Pero tampoco es un animal porque la cooperacion a la gracia es libertad, pero que incluso el no resitir a la gracia viene de Dios y no del hombre.
Si nada depende del hombre, ni siquiera cooperar con la gracia, la prueba desaparece. Nuestro tiempo en la tierra es tiempo de merecer, merecer, y Dios da a todos los hombres las gracias suficientes para que se salven.
Habria que suprimir de los catecismos las palabras cooperacion y merecer.
Intuyo que todo esto que tanto se atraganta a casi todos los comentaristas es para que nadie se crea que tiene ningun merito propio por las obras buenas, que todo lo bueno que hacemos es concedido por Dios, y si no pensamos asi nos deslizamos a áreas filopelagianas, de orgullo.
Si yo pensara por un momento que no hay una parte que depende de mi, mi parte de cooperacion, hacía tiempo que habria descuidado la lucha permanente contra el pecado, hacía tiempo que habría acabado hundido en innumerables pecados mortales. Esto no quita para que pida ayuda divina para resistir las tentaciones, pero resistir y pedir ayuda divina para resistir es cooperacion tambien.
1) Según ustedes, no existe ningún ser humano predestinado al infierno, sino simplemente una "reprobación negativa" que consiste, simplemente, en que una serie de seres humanos no están predestinados a conseguir la gloria. Entiendo, también, que quien no está predestinado a la gloria irá indefectiblemente al infierno. Es decir, que según los calvinistas, se da una predestinación positiva al infierno, y todos los afectados por ella irán al infierno, y según la tradición tomista, se da una reprobación negativa que tan solo implica que los afectados por ella no irán al cielo, y por tanto irán al infierno. ¿Podría decirme en qué consiste exactamente la diferencia, más allá de meros juegos de palabras?
2) Insisten ustedes en que Dios "permite" los pecados de los no predestinados, sin ser Él mismo su autor. Ahora bien, es evidente que yo, criatura mortal, puedo no impedir que X, Y o Z realicen un pecado, en tanto que soy un ser finito, limitado. En el caso de Dios, que es omnipotente y autor de todo cuanto existe, ¿cómo puede entenderse que "permita" algo sin "hacerlo"? ¿Qué existe en el Universo que sea independiente de Dios? La clásica solución de que el mal es un "no ser" y por tanto no ha sido necesario que Dios lo cree es muy bonita, pero tiene un problema fundamental: yo, Oriol, contengo en mi ser una serie de pecados e insuficiencias, y como tal he sido creado por Dios, que me ha definido de tal manera que tengo esos pecados e insuficiencias. Si partimos de la posición de que Dios es causa última de todo mi ser, ¿podemos decir seriamente que Dios me "permite" cometer pecados sin haberlos creado él mismo, o que no es autor de todo lo que hay en mí y es malvado y pecaminoso? En definitiva, la posición de todos ustedes es que Dios es el autor del pecado, por mucho que traten de disfrazarlo con piruetas verbales.
3) Néstor acaba de citarnos unos textos interesantes. Aparte de que tengan o no valor magisterial, y en qué grado -esa cuestión les preocupa mucho a ustedes en otros contextos; aquí, en cambio, una mera admonición se pone por encima de un concilio-, esas citas tan solo dicen que la doctrina bañeciana es aceptable en el marco de la fe católica. Nada más. No excluyen otros puntos de vista.
4) Luis Fernando, la doctrina de la predestinación es católica, efectivamente, pero sujeta a interpretaciones contradictorias, y no parece que haya habido un pronunciamiento oficial en uno u otro sentido. Así pues, quizá deberíais mostraros más prudentes.
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LF:
A mí esto me parece un pronunciamiento oficial pontificio absolutamente concluyente:
"La gracia eficaz por sí misma e intrinsecamente, a la predestinación gratuita a la gloria sin previsión alguna de méritos los cuales ustedes han enseñado tan laudablemente hasta ahora, y sobre la que su escuela con aplaudible celo se gloría de haber recibido de los doctores Agustín y Tomás mismos y están en armonía con la palabra de Dios, los decretos de los Supremos Pontífices y con los Concilios y los escritos de los Padres."
Benedicto XIII a los dominicos
Sinembargo la frase del Concilio Valentino III, Denzinguez 321, no deja de inquietarme: "Creemos que nadie es condenado por previo dictamen de Dios, sino por razón de su propia maldad." Conciliar esa frase con una reprobación negativa antecedente me resulta problemático. Pero a pesar de todo creo lo que enseña la Iglesia sobre la predestinación y la reprobación, por mucho que me inquiete esa frase del citado Concilio.
Por otra parte, el texto dice simplemente "sobre la que su escuela con aplaudible celo se gloría de haber recibido de los doctores Agustín y Tomás mismos y están en armonía con la palabra de Dios, los decretos de los Supremos Pontífices y con los Concilios y los escritos de los Padres". Lo cual está muy bien. La doctrina está en armonía con la palabra de Dios -pero no es Palabra de Dios-, etc. La escuela se gloría con "aplaudible celo" de haberla recibido de tales doctores, pero fíjese que elogia a "la escuela" por predicar una doctrina recibida de San Agustín y Santo Tomás. Sin duda alguna, elogia la doctrina, pero no dice de ningún modo que sea la doctrina oficial de la Iglesia Católica, con exclusión de todas las demás.
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LF:
Más que ex cathedra cabe preguntar si el pronunciamiento es cierto. Y ciertamente lo es. Por tanto, es doctrina católica. Y siendo doctrina católica, necesariamente emana de la Revelación de Dios, porque la Iglesia no se inventa nada.
Que no se haya condenado otra forma de explicar la predestinación no cambia un ápice el hecho de que la predestinación existe. Eso no está en discusión. No puede estarlo. Aparece en la Escritura, aparece en la Tradición, está en el Magisterio.
Es decir, sin pecado y con fin último sobrenatural, la salvación seguiría siendo gratuita. La participación en la misma vida de Dios no puede nunca dejar de ser un regalo para la creatura racional, en cualquier mundo posible.
La libre cooperación del hombre es precisamente efecto de la gracia divina eficaz, que es distinta de la gracia suficiente.
Por eso, no hay una parte de Dios y una parte nuestra. Dios es Causa Primera de todo el acto libre y meritorio del hombre, y el hombre es causa segunda de todo ese mismo acto.
La diferencia entre no elegir para la gloria considerada como un don gratuito y no exigible y condenar al infierno en vista de los pecados y la impenitencia final eternamente previstos no es ningún juego de palabras.
En el primer caso lo único que entra en juego es la gratuidad y libertad de don divino, en el segundo caso es determinante el pecado de la creatura y por eso mismo está implicada la justicia divina.
Nada en el Universo es independiente de Dios, pero una cosa es depender por permisión y otra depender por querer y causalidad.
La Omnipotencia divina sólo quiere decir que lo que Dios no permite, no ocurre, no que todo lo que ocurre sea causado o querido por Dios.
El bien, siendo un ser, tiene que ser causado, y por tanto, querido, por Dios; el mal, siendo un no ser y una privación, no tiene causa eficiente, si es mal moral, o no la tiene directa, si es mal físico.
Del lado de Dios, el mal moral no tiene por eso mismo causación, sino sólo permisión.
Y si la permisión del pecado no puede distinguirse de causar el pecado queriéndolo, entonces, ¿cómo es que hay pecado en el mundo? Porque en esa hipótesis, o Dios lo quiere, y no es Bueno, o se le impone contra su Voluntad, y no es Omnipotente.
Los textos citados muestran fuera de toda duda que el tomismo (y eso incluye, obviamente, la reprobación negativa antecedente) no está condenado por la Iglesia. Para eso los cité, ante la acusación previa de contradicción con el Concilio de Valence.
Nadie ha dicho aquí que la reprobación negativa antecedente como tal esté enseñada por la Iglesia, sí hemos dicho que a nuestro juicio y el de muchos grandes teólogos es la tesis más coherente con la Revelación divina.
Como ya expliqué, al hablar de la reprobación negativa antecedente no se habla de condenación ninguna, por eso nada tiene que hacer el Concilio de Valence con esa doctrina.
Saludos cordiales.
De todas formas, según los tomistas, tanto la reprobación negativa antecedente como la reprobación positiva consecuente, pertenecen a la voluntad divina consecuente. No son más que dos modalidades o momentos de la voluntad divina consiguiente o consecuente.
Como la voluntad divina consecuente considera o atiende a las cosas teniendo en cuenta sus circunstancias concretas, entonces la reprobación negativa antecedente, al pertenecer a la voluntad consecuente divina, tiene forzosamente también que mirar o atender a las cosas, en este caso a los seres humanos, en sus circunstancias concretas, entre ellas el pecado y la culpa.
Por tanto, la misma reprobación negativa antecedente, si atiende a los pecados o culpas, aunque sea de una manera genérica, de los no elegidos para la gloria, es que Dios en la no elección de ellos para la gloria considera o prevee de alguna manera los pecados o culpas de los réprobos.
Por tanto, incluso en la misma reprobación negativa antecedente tomista, por pertenecer ésta a la voluntad divina consecuente, Dios tendría que tener de alguna manera en cuenta los pecados o culpas de los réprobos, siendo por tanto su no elección a la gloria no anterior sino posterior a la previsión de las culpas y el pecado.
Desde mi punto de vista, este tema de la predestinación y de la reprobación, si son hechas por Dios con anterioridad o posterioridad a la previsión de los méritos de los predestinados y de las culpas de los réprobos, no está suficientemente resuelta o definida por el Magisterio, y creo que mientras no haya un Papa que la resuelva por una definición solemne excátedra seguiremos discutiendo, eso si con toda cordialidad, en el seno de la Iglesia, entre los teólogos o los meros aficionados a la teología, como Esaú y Jacob discutían en el seno materno de Rebeca.
A mi juicio, para saber con total certeza a qué atenernos sería muy necesaria una solemne definición magisterial. Pero el Magisterio está ahora ocupado en otras importantes batallas y creo que tardará bastante tiempo, si es que algún día se ocupa de ello. Así que seguiremos discutiendo varios siglos mas, si Dios no lo remedia.
Está claro que la predestinación y la reprobación son verdades de Fe, pero el que se realizen por Dios con anterioridad o posterioridad a la previsión de los méritos y de las culpas creo que no está claro. Yo por una parte tiendo a pensar que se realizan con anterioridad, como dicen los tomistas, pero el dichoso Concilio Valetino III, me hace dudar y no lo veo claro, pues la declaración unánime conciliar en comunión con el Romano Pontífice de que "Creemos que nadie es condenado por previo dictamen de Dios, sino por razón de su propia maldad", me inquieta y sacude una pacífica y cómoda posición en el tomismo. Incluso confesaré que hoy por hoy me inclino mas por el molinismo.
Un cordial saludo.
Lo que pasa es que entre los decretos divinos hay un
orden de anterioridad y posterioridad, no temporal, porque Dios es Eterno e inmutable, pero sí lógico.
Este orden lógico, no temporal, entre los decretos y actos divinos lo admiten también los que hablan de una predestinación "posterior" a la previsión divina de los méritos o de una reprobación solamente "posterior" a la previsión divina de las culpas.
En la Voluntad divina consecuente, por tanto, es lógicamente anterior la no elección de los réprobos a la permisión divina de su impenitencia final. Porque lo primero pertenece al orden del fin, lo segundo, al orden de los medios, y las decisiones tocantes al fin son lógicamente anteriores a las decisiones acerca de los medios.
Es claro que para que Dios permita la impenitencia final de alguien, de la cual se sigue necesariamente la condenación, se presupone que no lo ha elegido para la vida eterna.
Y es lógicamente anterior la permisión divina de la impenitencia final a previsión divina de esa misma impenitencia final.
Porque Dios no puede prever sino lo que va a suceder, y la impenitencia final no sucede si no es permitida por Dios.
Tiene que darse la permisión divina de la impenitencia final para que ésta sea futura y como tal previsible por Dios.
Sabiendo por otra parte que para Dios todo es presente y que propiamente hablando no prevé sino que ve. Pero eso no cambia lo que venimos diciendo.
Y es lógicamente anterior la previsión divina de la impenitencia final a la reprobación positiva consecuente, que es la condenación al infierno, y que es, esa sí, posterior a la previsión divina de las culpas.
O sea que el orden es: reprobación negativa antecedente o no elección - permisión divina de la impenitencia final de los réprobos - previsión divina de esa impenitencia final - reprobación positiva consecuente o condenación al infierno.
El orden concreto, entonces, que mira la Voluntad divina consecuente en el "momento" lógico de la reprobación negativa antecedente no contiene todavía la previsión del pecado de la creatura y de su impenitencia final, por eso es anterior a esa previsión divina de las culpas.
El orden concreto que mira la Voluntad divina consecuente sólo contiene la circunstancia concreta del pecado y la impenitencia final de la creatura sobre la base de la reprobación divina antecedente y la permisión divina del pecado y la impenitencia final, y por tanto, en un momento lógicamente posterior a las mismas.
Por tanto, la reprobación negativa antecedente no mira en modo alguno al pecado de la creatura ni a su castigo, sino solamente al hecho de libremente no conceder un don gratuito y no exigible en modo alguno por la creatura.
Y por eso la reprobación negativa antecedente no se confunde en modo alguno con la reprobación positiva consecuente o condenación al infierno.
Saludos cordiales.
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LF:
Seguramente, la totalidad de los indicios a lo largo de la vida del ladrón que murió crucificado junto a nuestro Señor y que se fue directamente al paraíso, indicaban que se iba a condenar.
Y sin embargo, Dios había dispuesto que se salvara.
Nos hace poner toda nuestra confianza en la Cruz de Nuestro Señor Jesucristo, y en el inmenso amor con que Él dio su vida por todos los hombres, aunque no todos de hecho quieran recibir la salvación que Él nos trajo.
Saludos cordiales.
Dice Vd.. "La reprobación negativa antecedente no mira en modo alguno al pecado de la creatura, sino simplemente al hecho de no conceder libremente un don gratuito y no exigible en modo alguno por la creatura."
Pero sí ello es así, entonces está claro que Dios dictamina no elegir para la gloria a los réprobos de una manera previa a la consideración de sus pecados o culpas, y como los no elegidos para la gloria infaliblemente se condenan, resultaría que los tales se condenarían por previo dictamen de Dios, anterior a la previsión o consideración de sus culpas o pecados, lo cual va en contra de lo definido en el citado Concilio Valentino III, Denzinguer 321: "Creemos que nadie es condenado por previo dictamen de Dios, sino por razón de su propia maldad."
En definitiva, estimado profesor Néstor, no veo la manera de conciliar esa voluntad o dictamen divino de reprobación negativa antecedente, que los mismos tomistas reconocen sin complejos ser hecho previamente a la previsión de la culpa o del pecado, con lo enseñado en el citado Concilio.
Además, si como admiten los mismos tomistas, sólo la voluntad consecuente de Dios es infalible o infrustrable, no siendo voluntad divina consiguiente la mera no elección a la gloria de los réprobos sin considerar las circunstancias concretas de sus pecados o culpas, resultaría que éstos no se condenarían infaliblemente, lo cual es contrario a la enseñanza de la Iglesia que dice que los no elegidos a la gloria infaliblemente se condenan.
De similar modo, si la predestinación a la gloria es dictaminada por Dios sin tener en cuenta las buenas obras y méritos de los elegido, tampoco sería una verdadera voluntad consecuente divina, al no tener en cuenta las circunstancias como son las buenas obras y méritos de los predestinados, y por tanto la voluntad divina de predestinación seria también falible o frustrable, por lo cual los predestinados no irían infaliblemente a la gloria, lo que es contrario a la doctrina de la Iglesia.
En resumen, una predestinación y reprobación que no tuviesen en cuenta las buenas obras y méritos de los predestinados y los pecados o deméritos de los réprobos, además de ir en contra de lo enseñado en el Concilio ya citado, no serían voluntad consecuente de Dios, y por tanto ni los predestinados se salvarían infaliblemente ni los réprobos se condenarían infaliblemente, lo cual es contrario a la misma esencia de la predestinación y de la reprobación, las cuales por definición son infalibles e infrustrables.
Un cordial saludo.
En la reprobación negativa antecedente, no hay todavía ninguna determinación previa de la Voluntad consecuente divina, porque el acto de la voluntad respecto del fin es el primero de toda la serie de actos voluntarios.
En cambio, la reprobación positiva consecuente reconoce dos actos lógicamente previos de la Voluntad consecuente divina: la reprobación negativa antecedente y la permisión divina de las culpas, incluida la impenitencia final, y un acto lógicamente previo del Intelecto divino: la previsión divina de esa misma impenitencia final.
Por eso es que el objeto de la Voluntad divina consecuente, considerado en sus circunstancias concretas, no es el mismo en el momento lógico de la reprobación negativa antecedente, y en el momento lógico de la reprobación positiva consecuente o condenación al infierno.
En ambos casos, por tanto, se trata de la Voluntad divina consecuente, y es infalible: los no elegidos, infaliblemente resultan no elegidos, la impenitencia final permitida por Dios infaliblemente tiene lugar, y los condenados al infierno infaliblemente se condenan.
Pero los que se condenan no se condenan porque no hayan sido elegidos por Dios, sino por sus culpas, que las cometen libremente, sin que tampoco puedan atribuirlas a Dios, porque Él no las causa, sino que sólo las permite. Y no estando Dios obligado a elegir a nadie para la Vida eterna, no se le puede hacer responsable de lo que libremente harán los no elegidos, por más que lo hagan infaliblemente.
De hecho, lo mismo sucede a fin de cuentas en el molinismo. Es cierto que según Molina Dios elige a unos porque prevé que responderán positivamente a la gracia, y reprueba a los otros porque prevé que la rechazarán.
Pero eso se debe a las circunstancias concretas en que se encontrarían en ese mundo "futurible". En otras circunstancias concretas, en otros mundos posibles, según el molinismo, el que rechaza la gracia la aceptaría, y el que la acepta, la rechazaría.
Y entonces resulta que la decisión divina de crear a estas personas con estas circunstancias concretas y no con aquellas otras, de lo cual se sigue infaliblemente que tales se salvarán (que en otras hipótesis se condenarían) y tales se condenarán (que en otras hipótesis se salvarían) es también independiente de la previsión divina de los méritos y culpas, aunque no sea anterior a la misma, y depende de la pura y soberana Voluntad divina.
Porque en efecto, toda la importancia de saber si la elección o la reprobación divina son anteriores o posteriores a la previsión divina de los méritos y las culpas está en saber si esa elección y reprobación son o no independientes de los méritos y culpas de las creaturas.
¿Diremos entonces que también en el molinismo el que se condena lo hace por un dictamen divino que es independiente de la previsión de sus culpas?
Saludos cordiales.
Dice Vd.: "La reprobación divina consecuente reconoce dos actos lógicamente previos de la Voluntad consecuente divina: la reprobación negativa antecedente y la permisión divina de las culpas, incluída la impenitencia final, y un acto lógicamente previo del intelecto divino:la previsión divina de esa misma impenitencia final."
Por tanto, Vd. mismo reconoce que la previsión y permisión divina de las culpas, incluida la previsión y permisión de la misma impenitencia final, son anteriores a la reprobación positiva consecuente, y que por tanto, si pertenecen a la Voluntad consecuente divina, han de pertenecer forzosamente a la reprobación negativa antecedente.
Por consiguiente, Dios en Su voluntad de reprobación negativa antecedente tiene en cuenta y permite las culpas y la impenitencia final de los réprobos y no solamente se limita a no elegirlos para la Vida Eterna.
Y por tanto, como la reprobación antecedente divina es lógicamente anterior a la reprobación positiva consecuente, Dios tiene previstas y permite las culpas y la impenitencia final de los no elegidos antes de que por la reprobacion positiva consecuente les condene efectivamente al infierno.
Por tanto, estamos de acuerdo ambos dos en que Dios antes de condenar a los réprobos al infierno en virtud de la voluntad de reprobación positiva consecuente, prevee y permite con voluntad de reprobación negativa antecedente las culpas y la impenitencia final de ellos y no sólo y simplemente se limita a no elegirles para la Vida Eterna.
En definitiva, creo estamos de acuerdo en que en la reprobación de los no elegidos para la gloria, la previsión y permisión divina de las culpas y de la impenitencia final es anterior lógicamente a la voluntad de Dios de condenarlos al infierno
O Vd. se ha vuelto molinista o yo me he convertido en tomista.
Pero lo que en todo caso celebro es que estemos de acuerdo en que Dios, cuando no ellge a los réprobos para la Vida Eterna, esa voluntad reprobatoria divina no se limita sólo al simple acto de no elegirlos sino que también tiene en cuenta o prevee y además permite las culpas y la impenitencia final de los así reprobados. Haber podido llegar con Vd. a este acuerdo es para mí el mejor regalo que podía haber recibido por mi santo. Muchas gracias, estimado profesor Néstor.
Un cordial saludo.
Me parece que no ha leído Ud. la parte en que digo.
"O sea que el orden es: reprobación negativa antecedente o no elección - permisión divina de la impenitencia final de los réprobos - previsión divina de esa impenitencia final - reprobación positiva consecuente o condenación al infierno."
Que la permisión divina de los pecados y la previsión divina de los mismos sea anterior a la reprobación positiva consecuente no quiere decir que no sean también posteriores a la reprobación negativa antecedente, no idénticos a ella ni incluidos en ella.
Por tanto, estamos de acuerdo ambos dos en que Dios antes de condenar a los réprobos al infierno en virtud de su Voluntad de reprobación positiva consecuente, prevee y permite las culpas y la impenitencia final de ellos.
Pero no estamos de acuerdo en que eso lo haga mediante la reprobación negativa antecedente, que es anterior a todo ello y tiene por objeto exclusivamente la no elección de los réprobos mediante la no concesión de un bien indebido como es la gracia de la perseverancia final y la gloria eterna.
Y parece que también estamos de acuerdo en que la reprobación negativa antecedente no se identifica con la reprobación positiva consecuente o condena al infierno.
Espero que de todos modos tenga un feliz día.
Saludos cordiales.
Entonces, si la previsión y permisión de las culpas y de la impenitencia final no pertenecen ni a la reprobación negativa antecedente ni a la reprobación positiva consecuente, es que no pertenecen a la reprobación, pues no parece que pueda haber una reprobación intermedia o media entre las dichas.
En tal caso, las culpas y la impenitencia final de los réprobos serían hechos extrínsecos concomitantes a la reprobación pero que no formarían parte de la misma, y por tanto Dios ni las preveería ni las permitiría como parte de la reprobación.
Por lo cual, Dios pasaría directamente de la reprobación negativa antecedente a la positiva consecuente, sin tener para nada en cuenta ni las culpas ni la impenitencia final de los no elegidos.
Como ello no puede ser, forzosamente la previsión y la permisión de las culpas y de la impenitencia final tienen que pertenecer a la reprobación negativa antecedente, y por tanto ésta no puede consistir exclusivamente en una simple o mera no elección divina a la Vida eterna de los réprobos, sino que a esa no elección le deben acompañar la previsión y permisión de las culpas y de la impenitencia final. Es decir, Dios no deja de elegir a algunos a la Vida eterna sólo por ser un bien indebido sino también porque prevee y permite las culpas y la impenitencia final de los reprobados.
No parece pues que sea la simple no elección divina la que exclusivamente determine la reprobación negativa antecedente, sino también la previsión y permisión de las culpas y de la impenitencia final de los mismos no elegidos o reprobados.
Por tanto, en mi opinión, puedo estar equivocado, Dios no simplemente no elige a los réprobos para la vida eterna por serles ésta un bien no debido en justicia, sino también porque además de ello prevee y permite las culpas y la impenitencia final de ellos debidas al mal uso o abuso que los tales hacen de la gracia.
Un cordial saludo y le agradezco su amable felicitación.
Pero suponen la primera y son supuestas por la segunda.
Como el 2 y el 3 suponen el 1 y son supuestos por el 4.
Sin ser ni el 1 ni el 4.
O como la secuencia que hay entre abrir la boca, hablar, que el otro me oiga y que el otro me responda.
Hablar y que el otro me oiga no son parte ni de abrir la boca ni de que el otro me responda, pero suponen lo primero y son supuestos por lo segundo.
Así debe ser, además. Porque es indudable que la permisión divina del pecado y la impenitencia final es anterior a la reprobación positiva consecuente o condenación al infierno. No puede haber condenación sin pecado e impenitencia final previos, y éstos suponen como lógicamente anterior la permisión divina de los mismos.
Ahora bien, es claro que la permisión divina del pecado y la impenitencia final supone la no elección para la gloria o reprobación negativa antecedente.
¿Cómo va Dios a permitir la impenitencia final de alguien, de la cual se sigue necesariamente la condenación eterna, sin haber ya previamente determinado no elegir a esa persona para la vida eterna?
Y es que el acto de la voluntad respecto del fin, de quererlo o no quererlo, es anterior al acto de la voluntad respecto de los medios, de quererlos o no quererlos según se quiera o no el fin.
Y entonces es clara la secuencia: reprobación negativa antecedente o no elección de algunos para la gloria a título de bien indebido, permisión del pecado y la impenitencia final de éstos, condenación eterna o reprobación positiva consecuente de los mismos.
Y como la previsión divina de las culpas supone la permisión divina de esas mismas culpas, porque no se puede prever sino lo que Dios hace o permite, ya que ninguna otra cosa sucede, entonces el orden completo es el que ya mencioné: reprobación negativa antecedente - permisión divina de la impenitencia final - previsión divina de la impenitencia final - reprobación positiva consecuente o condenación al infierno.
De donde queda claro que la reprobación negativa antecedente no supone ni incluye la permisión y previsión divina del pecado y la impenitencia final, sino que es supuesta por ellos, y que tampoco se identifica con la reprobación positiva consecuente, que sí los supone.
Saludos cordiales.
Entonces, si no he entendido mal, según el tomismo, Dios, con voluntad negativa antecedente, dictamina no elegir a algunos para la gloria previamente a la consideración o previsión de sus culpas, de su impenitencia final y del mal uso de la gracia.
Pero como el dictamen divino de no elegir a la gloria equivale a dictaminar la eterna condenación de los no elegidos, ya que dicho dictamen es de suyo infalible o infrustrable y la gloria no tiene otra alternativa más que el infierno, resultaría que Dios, con ese dictamen de Su voluntad negativa antecedente, estaría condenando infalible o irremisiblemente al infierno a los no elegidos de manera previa a la consideración de sus culpas.
Es decir estaríamos claramente ante un dictamen divino que condena a algunos previamente a la previsión de sus culpas, lo cual va contra lo enseñado en el Concilio Valentino III, Denzinguer 321, que dice: "Creemos que nadie es condenado por previo dictamen.de Dios, sino por razón de su propia maldad."
Es evidente que un dictamen de la voluntad divina de no elegir a algunos para la gloria, que no considerase o previese las culpas de los no elegidos, sería lógicamente previo respecto a tales culpas, y por tanto sería un dictamen previo de Dios.
Estimado profesor Néstor, no tengo ninguna inquina contra Santo Tomás ni los tomistas, al contrario, tengo mucha admiración y devoción por Santo Tomás, pero me parece que un dictamen divino de no elegir para la gloria a algunos, lo cual equivale a elegirlos ifaliblemente para que se condenen, que fuese previo a la previsión de las culpas de los réprobos, va en contra de la enseñanza del citado Concilio, y por tanto en esto el tomismo me resulta muy difícil de admitir.
¿Cómo conciliaría Vd. la doctrina tomista, según la cual Dios, con un dictamen de voluntad de reprobación negativa antecedente, elige a algunos para que se condenen sin la previsión de sus culpas, con lo enseñado en el citado Concilio de que "nadie es condenado por previo dictamen de Dios, sino por razón de su propia maldad."?
Un cordial saludo.
Y la razón es la que he dado ya varias veces en esta misma conversación: la reprobación negativa antecedente no tiene por objeto ni el pecado de los réprobos, ni su impenitencia final, ni su condenación eterna.
Porque su objeto es precisamente la no concesión de un don gratuito e inexigible por parte de la creatura. Nada más.
Lo que se sigue de la reprobación negativa antecedente se sigue solamente mediante la libre determinación de la creatura, y por tanto, sólo ella es la responsable.
En efecto, como no está obligado a elegir para la vida eterna a todas las creaturas racionales que crea (y en rigor, no puede hacerlo, por el sentido de "elegir"), Dios tampoco está obligado a sostener en el bien cada acto libre de la creatura racional.
Es gratuito y calumnioso para la sentencia tomista decir que según ella Dios elige a algunos para la condenación eterna.
De lo contrario habría que decir que también en el molinismo Dios envía al Infierno a los réprobos por previo dictamen.
Porque como ya le dije, depende de la pura y sola Voluntad de Dios, en el molinismo, crear a Fulano en las circunstancias en que según la "ciencia media" Dios prevé que rechazará la gracia y se condenará, en vez de crearlo en las circunstancias en las que según la "ciencia media" Dios prevé que aceptará la gracia y se salvará.
Saludos cordiales.
Ante todo le pido perdón si he ofendido a los tomistas. Sin duda será mi dificultad para entender la verdad del tomismo lo que me ha llevado a sacar de él consecuencias equivocadas y objetivamente ofensivas.
Le doy las gracias por dedicar algo de su tiempo en responder a las dificultades que encuentro en el tomismo respecto al tema de la predestinación y la reprobación.
Las leeré y consideraré mas despacio y a ver si logro asimilarlas o entenderlas, pero de momento lo enseñado en el Concilio citado constituye para mí, tal vez equivocadamente por mí parte, un obstáculo para admitir la voluntad de reprobación negativa antecedente tomista.
No sé, la verdad es que hoy por hoy estoy hecho un lío. De todas formas agradezco su amable atención y le reitero mis disculpas si en algo he podido ofender al tomismo.
Un cordial saludo.
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