Siento algo muy parecido al miedo

No os unzáis a un mismo yugo con los infieles. Porque ¿qué tiene que ver la justicia con la iniquidad? ¿O qué tienen de común la luz y las tinieblas? ¿Y qué armonía cabe entre Cristo y Belial? ¿O qué parte tiene el creyente con el infiel? 
2 Cor 6,14-15

Ayer me acosté con la noticia de tres jesuitas chilenos alabando las uniones homosexuales. Nada extraño, por otra parte, sabiendo en lo que se ha convertido la orden religiosa fundada por San Ignacio de Loyola, que debe ser el santo más triste de todo el cielo. Hoy me despierto con la noticia del cardenal Ravasi diciendo que tenemos cosas en común con los masones. Curiosamente, a eso de las cuatro de la madrugada me he despertado y durante un tiempo de oración le rogué al Señor que acabe ya con esta locura por la que está pasando la Iglesia. Pero claro, no sabía todavía lo de ese cardenal. Mi oración era absolutamente pertinente.

Hace tiempo que vengo diciendo a algunos de mis hermanos en la fe que íbamos a ver cosas peores. Pues bien, me pregunto si no me habré quedado corto. No soy muy partidario de caer en psicosis apocalípticas y en ver el fin de los tiempos a la vuelta de la esquina, pero no puedo escapar de la sensación de que puede que estemos entrando, esta vez sí, en esa etapa previa al regreso de Cristo.

La Iglesia parece estar en manos de Satanás. Digo parece porque ciertamente no lo está. Cristo está al mando y siempre lo estará. Pero el humo de Satanás del que hablaba Pablo VI tiene hoy cara, manos y pies. Por primera vez siento algo muy parecido al miedo. Rezad por mí, pero sobre todo rezad por la Iglesia. Toca confiar en Dios más que nunca. Y rezar más que nunca. Y hacer penitencia más que nunca.

Luis Fernando Pérez Bustamante