Lo que verdaderamente ha dicho el P. Cantalamessa y disculpas
Hoy he escrito un post criticando lo que me parecía una proposición inaceptable del P. Raniero Cantalamessa. Pues bien, lo inaceptable es que yo escriba algo sin asegurarme al cien por cien de que aquello sobre lo que estoy escribiendo es cierto. Tanto más si lo que escribo es para criticar a alguien.
Empezaba mi post diciendo:
Según informa Messa in Latino, el P. Raniero Cantalamessa ha tenido la peculiar idea de que los católicos deberíamos disminuir nuestra devoción por la Virgen María para no ofender a los protestantes.
Este es el texto del P. Cantalamessa sobre el papel de María en el ecumenismo. Ya me dirán ustedes dónde está, literalmente, la idea de que tengamos que disminuir nuestra devoción por María:
2. María Madre de los creyentes desde una perspectiva ecuménica
Lo que quisiera hacer es poner de relieve la importancia ecuménica de esta mariología del Concilio, es decir, cómo podría contribuir – y está contribuyendo- a acercar a católicos y protestantes sobre este delicado terreno y controvertido que es la devoción a la Virgen. Aclaro sobre todo el principio que está en la base de la reflexión que sigue. Si María se coloca fundamentalmente de la parte de la Iglesia, consigue que las categorías y las afirmaciones bíblicas de las que partir para alumbrar sobre ella son más bien las relativas a las personas humanas que constituyen la Iglesia, aplicadas a ella “a mayor razón”, en vez de las relativas a las personas divinas, aplicadas a ella “por reducción”.
Para comprender, por ejemplo, en la forma correcta, el delicado concepto de la mediación de María en la obra de la salvación, es más útil partir de la mediación de las criaturas, o desde abajo, como es la de Abrahán, de los apóstoles, de los sacramentos o de la Iglesia misma, que no de las mediación divino-humana de Cristo. La distancia más grande, de hecho, no es la que existe entre María y el resto de la Iglesia, sino es la que existe entre María y la Iglesia de una parte, y Cristo y la Trinidad de la otra, es decir, entre la criatura y el Creador.
Ahora sacamos la conclusión de todo esto. Si Abrahán, por lo que ha hecho, ha merecido en la Biblia el nombre de “padre de todos nosotros”, es decir de todos los creyentes “ (cf Rm 4, 16; Lc 16,24)), se entiende mejor porque la Iglesia no duda en llamar a María “Madre de todos nosotros”, madre de todos los creyentes. De la comparación entre Abrahán y María podemos recabar una luz aún mejor, que tiene que ver no solo con el simple título, sino también con su contenido o significado.
¿Madre de los creyentes es un sencillo título de honor o algo más? Aquí se ve la posibilidad de un discurso ecuménico sobre María. Calvino interpreta el texto donde Dios dice a Abrahán: “por ti se bendecirán todos los pueblos de la tierra” (Gn 12, 3), en el sentido de que che “Abrahán no será solo ejemplo y patrón, sino causa de bendición” . Un conocido exegeta protestante escribe, en el mismo sentido:“Se ha cuestionado si las palabras del Génesis 12, 3 [“por ti se bendecirán todos los pueblos de la tierra”] pretenden afirmar solamente que Abrahán se convertirá en una especie de fórmula para bendecir, y que la bendición de la que él goza pasará en proverbio […]. Se debe volver a la interpretación tradicional que entiende esa palabra de Dios “como una orden dada a la historia” (B. Jacob). A Abrahán se le reserva, en el plano salvífico de Dios, el rol de mediador de la bendición para todas las generaciones de la tierra” .
Todo esto nos ayuda a entender lo que la tradición, a partir de san Ireneo, dice de María: es decir, que ella no es solo un ejemplo de bendición y de salvación, sino, de una forma dependiente únicamente de la gracia y de la voluntad de Dios, también causa de salvación. “Como Eva, escribe san Ireneo, desobedeciendo, se convierte en causa de muerte para sí y para todo el género humano, así María…, obedeciendo, se convierte en causa de salvación para sí y para todo el género humano” . Las palabras de María: “Todas las generaciones me llamarán beata” (Lc 1, 48) son para considerar, también, “¡una orden dada por Dios a la historia!”
Es un hecho alentador descubrir que los mismos iniciadores de la Reforma han reconocido a María el título y la prerrogativa de Madre, también en el sentido de Madre nuestra y madre de la salvación. En una predicación para la misa de Navidad, Lutero decía: “Esta es la consolación y la desbordante bondad de Dios: que el hombre, en cuando que cree, pueda gloriarse de un bien tan precioso, que María sea su verdadera madre, Cristo su hermano, Dios su Padre… Si crees así, te sientas verdaderamente en el vientre de la Virgen María y eres su querido niño” . Zwingli, en un sermón del 1524, llama a María “la pura Virgen María, madre de nuestra salvación” y dice que nunca ha “pensado y mucho menos enseñado o dicho en público nada malo, vergonzoso, indigno o malo” .
¿Cómo es posible que hayamos llegado a la situación actual de tanto desagrado por parte de los hermanos protestantes hacia María, al punto que en algunos ambientes se considera casi un deber disminuir a María, atacar en este punto a los católicos, pasar de largo todo lo que la escritura dice sobre ella?No es este el lugar para hacer una revisión histórica, quiero solamente decir cuál camino me parece la salida de esta triste situación sobre María. Tal camino pasa por un sincero reconocimiento por parte de nosotros los católicos por el hecho de que muchas veces, en los últimos siglos, hemos contribuido a volver a María inaceptable a los hermanos protestantes, honrándola a veces de manera exagerada y desconsiderada, y sobre todo no colocando tal devoción dentro de un cuadro bíblico bien claro que dejara ver su rol subordinado respecto a la Palabra de Dios, al Espíritu Santo y al mismo Jesús. La mariología en los últimos siglos se había vuelto una fábrica continua de nuevos títulos, nuevas devociones, muchas veces en polémica con los protestantes usando a veces a María -¡nuestra madre común!- como un arma contra ellos.
Ante esta tendencia el Concilio Vaticano II ha oportunamente reaccionado. El ha recomendado a los fieles “sea en las palabras que en los hechos evitar diligentemente cualquier cosa que pueda inducir a error a los hermanos separados o cualquier otra persona, sobre la verdadera doctrina de la Iglesia”, y ha recordado a los mismos fieles que “la verdadera devoción no consiste ni en un estéril o pasajero sentimentalismo, ni en una cierta vana credulidad” .
Por parte de los protestantes creo que haya que tomar acto de la influencia negativa que tuvo en sus actitudes hacia María, no solamente la polémica anticatólica, sino también el racionalismo. María no es una idea, sino una persona concreta, una mujer y como tal no es fácilmente teorizable o reducible a un principio abstracto. Ella es el símbolo mismo de la simplicidad de Dios. Por esto ella no podía, en un clima dominado por un exasperado racionalismo, no ser eliminada del horizonte teológico.Una mujer luterana, fallecida hace algunos años, Madre Basilea Schlink, ha fundado en el interior de la Iglesia luterana, una comunidad llamada “Las hermanas de María”, ahora difundida en varios países del mundo. En un libro suyo, después de recordar diversos textos de Lutero sobre la Virgen escribe:
“Cuando se leen las palabras de Lutero, que hasta el final de su vida ha honrado a María, ha santificado sus fiestas y cantado cada día el Magníficat, se siente como nos hemos alejado, en general, de la actitud justa hacia Ella… Vemos como nosotros los evangélicos nos dejamos sumergir por el racionalismo… El racionalismo que admite solamente lo que se puede entender con la razón, difundiéndose ha echado afuera de las Iglesias evangélicas las fiestas de María y todo lo que a Ella se refiere, y ha hecho perder el sentido de cada referencia bíblica sobre María: y a esta herencia la sufrimos aún hoy. Si Lutero, con esta frase: ‘Después de Cristo Ella es en toda la cristiandad la joya más preciosa, nunca suficientemente alabada’ nos inculca esta alabanza, yo por mi parte tengo que confesar que estoy entre quienes por largos años de la propia vida no lo han hecho, eludiendo así también lo que dice la Escritura: ‘De ahora en adelante me llamarán beata’ (Lc 1,48). Yo no me había puesto entre estas generaciones” .
Todas estas premisas nos permiten cultivar en el corazón la esperanza de que, un día no lejano, católicos y protestantes podamos no estar más divididos, sino unidos por María, en una común veneración, diversa quizás en las formas, pero concorde en reconocer en ella a la Madre de Dios y a la Madre de los creyentes. Yo he tenido la alegría de constatar personalmente algunos síntomas de este cambio en acto. En más de una ocasión he podido hablar de María en un auditorio protestante, notando entre los presentes no solamente acogida, sino al menos en un caso, una verdadera conmoción, como cuando uno encuentra algo querido y una sanación de la memoria.
Hay un párrafo con el que no estoy de acuerdo, y que he señalado en negrita. Entre otras razones porque no se puede pretender reducir la devoción mariana a un cuadro estrictamente bíblico, ignorando que la Tradición es en gran medida fuente de esa devoción.
Pero una cosa es no estar de acuerdo con esas palabras del predicador de la Casa Pontificia, dichas en un contexto que muestra avances hacia la devoción mariana en el seno del protestantismo, y otra acusarle de pedir a los católicos que veneren menos a la Virgen. Eso no lo ha hecho. Y yo no debí escribir el post que escribí esta mañana. Bien que lo siento. Pido disculpas a mis lectores y, sobre todo, al propio P. Cantalamessa.
Luis Fernando Pérez Bustamante
49 comentarios
Pues no, Luis Fernando, ninguna exageración. No hay tal. Y si no se ve la gravedad de lo dicho por este hombre, mal vamos.
Salu2. Paz y Bien.
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LF:
No me gusta lo que ha dicho en ese párrafo. Ni poco ni mucho. Pero de ahí a poner en su boca algo que no ha dicho, pues no.
Salu2. Paz y Bien.
Hay una gran diferencia entre lo primero y lo segundo. La misma Tradición, que como bien dices es en gran medida fuente de la devoción mariana, hace eso que dice el P. Cantalamessa. Toda la Tradición de la Iglesia se sitúa dentro de un cuadro bíblico bien claro, como es fácil constatar, en particular aquella parte de la Tradición que habla sobre la santísima Virgen María.
Por lo demás, excelente la contribución del P. Cantalamessa. Por esa vía yo creo que veremos grandes milagros ecuménicos: tenemos que facilitar el camino para que María reúna a sus hijos en su seno.
Enhorabuena por tu actitud y pensamiento. Errar es humano; reconocerlo, de sabios; pedir perdón, de santos; perseverar en el error, de precitos.
Concuerdo que el párrafo destacado es, como mínimo, ambiguo e indiscriminado, y me da mucha pena.
Propongo unexperimento sencillo, que yo he hecho este año: léanse los textos de Maitines de un Breviario pre o incluso Divino Afflatu y a ver cómo se le queda a uno el cuerpo. A ver cómo se le queda a don Rainiero el cuerpo.
Ir acumulando, día tras día y un crescendo absolutamente admirable los tesoros de alabanza que le dedican a la Theotokos san Ambrosio, san Epifanio, san Jerónimo, santo Tomás, san Bernardo, san Juan Damasceno, san Juan Crisóstomo.
"Muta ergo iniquae excusationis verbum in vocem gratiarum actionis, et dic: Domine, mulier quam dedisti mihi dedit mihi de ligno vitae, et comedi; et dulce factum est super mel ori meo, quia in ipso vivificasti me.
Ecce enim ad hoc missus est Angelus ad Virginen. O feminam singulariter venerandam, super omnes feminas admirabilem, parentum reparatricem, posterorum vivificatricem!"
Excesivo???
"Per te enim, o Virgo! mefius obstructionis paries inimicitas dissolvit; per te pax coelestis donata est mundo; per te homines facti sunt Angeli; per te homines appelati sunt amici, servi et filii Dei; per te homines meruerunt esse conservi angelorum, et cum eis familiariter conversari... PER TE MORS CONCULCATUR, ET EXPOLIATUR INFERNUS."
Ha sido necesario que eliminaran todo esto, que lo ocultaran, que lo sacaran del Breviario, del corazón y conocimiento de curas, laicos y consagrados para poder decir librementw las chorradas de don Rainiero.
Excesivo?? En los últimos 50 años???
El día que alguna Biblia luterana traduzca bien kejaristomene que vengan y me lo cuenten. Porque eso sí es exagerar, kejaristomene, pero asï es como Dios se dirige a ella.
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LF:
Paco Pepe se fió de una web que casi siempre es fiable.
Porque si leemos y meditamos la Biblia encontramos:
1º.- Que María aparece al inicio de la historia humana, en el Génesis, como promesa de triunfo final frente al pecado. Será una mujer -junto con su estirpe, su Hijo- la principal enemiga del Maligno. Juntos, pues, anunciándosenos desde primera hora su misión corredentora. Precisamente ella, cuando aún no era sino el más sublime proyecto de la voluntad divina.
2º.- Es por su libre voluntad, por su aceptación libre de la voluntad del Altísimo, por su cooperación al misterio de la Encarnación por la que nos ha venido el bien absoluto de su Hijo, Nuestro Dios y Señor. (Es pues claramente "madre de Dios") . Porque "María concibió en su corazón, antes que en sus entrañas" dice San Agustín .
3º.- Es clave en el inicio de la vida pública del Señor, anticipando por su poderosa mediación la hora en que el Señor comenzaría a manifestar los signos de su misericordia (es por lo tanto, sin contradicción, mediadora poderosa ante su Hijo, único mediador).
4º.- Es esencial su presencia al pie de la cruz, recibiendo de su Hijo el encargo de ser literalmente la madre de todos los que anhelamos ser "discípulos amados de Jesús". Unida a la pasión de su Hijo, se nos muestra su con-pasión, es decir, su corredención.
5º.- Aparece en la primera comunidad cristiana tras la Ascensión del Señor, como madre de todos aquellos que creyeron en Él (es decir, Madre de la Iglesia). Presencia discreta pero a la vez poderosísima. Una dulce madre de todos los cristianos, de ayer, de hoy y de siempre.
6º.- Aparece al final de los tiempos (identificada con el Israel de Dios, pues ella es el más hermoso fruto, tras su Hijo, del pueblo elegido), como la mujer vestida de sol, frente a frente -una vez más- al dragón, al demonio. Será al final cuando esa misión corredentora se nos presente con absoluta claridad.
Es decir, la presencia de María está al inicio y al fin de la historia humana; al inicio y al fin de la vida humana del Verbo hecho carne; y al inicio y al fin del duro camino de la Iglesia de su Hijo. Y todo descrito en la Biblia, sin salirnos de sus textos.
En definitiva, la historia de María no es un problema para el ecumenismo con los protestantes. Es más la bien la solución. Que lean la Biblia sin prejuicios y lo comprobarán.
Lo mejor es oponer a este fraile con un Santo de la talla de Luis María Grignon. Y obviamente quedarse con el segundo y menos cuando el primero es tan dado a verse envuelto en actos ecuménicos MUY discutibles.
" Los devotos críticos son, por lo común, sabios orgullosos, engreídos y pagados de sí mismos, que en el fondo tienen alguna devoción a la Santísima Virgen, pero critican casi todas las formas de piedad con las que las gentes sencillas honran ingenua y santamente a esta buena Madre, sólo porque no se acomodan a sus fantasías. Ponen en duda todos los milagros e historias referidas por autores fidedignos o extraídas de las crónicas de las Órdenes religiosas, que atestiguan la misericordia y poder de la Santísima Virgen. Se irritan al ver a las gentes sencillas y humildes arrodilladas, para rogar a Dios, ante un altar o imagen de María o en la esquina de una calle... Llegan hasta acusarlas de idolatría, como si adoraran la madera o la piedra. En cuanto a ellos, así dicen, no gustan de tales devociones exteriores ¡ni son tan cándidos para creer a tantos cuentos e historietas como corren acerca de la Santísima Virgen! Si se les recuerdan las admirables alabanzas que los Santos Padres tributan a María, responden que hablaban como oradores, en forma hiperbólica, o dan una falsa explicación de sus palabras.
Esta clase de falsos devotos y gente orgullosa y mundana es mucho de temer: hace un daño incalculable a la devoción a la Santísima Virgen, alejando de Ella definitivamente a los pueblos so pretexto de desterrar abusos."
El planteo en conjunto es el del minimalismo mariano cada vez más en auge, que quiso reparar S.Juan Pablo II, para congraciarnos con un ecumenismo también cada vez peor entendido, como bolsa de gatos. "María Santísima molesta", simplemente. Por más que le pongan bemoles a la cosa, eso es el fondo.
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LF:
Digamos que no hace falta ser injusto acusando de algo que no es cierto para así poder ser justo en la crítica de lo que es criticable.
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LF:
Ya digo que ese párrafo no me gusta lo más mínimo. Pero no es una proposición sino una afirmación... injusta para el catolicismo de los últimos siglos.
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LF:
No, no es una maravilla acusar al catolicismo de haberse excedido en la veneración de María en los últimos siglos. De ninguna de las maneras. Porque además, en las últimas décadas ha ocurrido EXACTAMENTE lo contrario.
1- Independientemente de si lo ha dicho o no textualmente, la mayoría de la gente que lo lea (con mayor o menor formación) lo más probable es que llegue a la conclusión de que debemos bajar el nivel de devoción a la Virgen en aras de un pretendido entendimiento con los protestantes. Lo cual sería aún peor que si lo hubiera dicho textualmente.
2- Aún suponiendo que no defiende esa tesis es preciso que nos demos cuenta que hay una especie de virus por el cual hoy debemos callar partes de la verdad para favorecer la "unidad", hace poco escuché a responsables de una autodenominada " comunidad católica" decir que "nosotros no hablamos de la Virgen María porque tenemos un carisma ecuménico"...
3- Esta tarde he tenido la suerte de hacer una breve visita a la Iglesia de Santiago. Se estaba rezando el Rosario. El verdadero ecumenismo se podrá lograr cuando todos unidos nos consagremos a la Virgen Inmaculada, Madre de Dios y Madre nuestra.
Yo creo que si todos los cristianos confesamos la verdad de la Encarnación - y, sin eso, no seríamos cristianos - es imposible que todos los cristianos no veneremos a la Madre de Jesús: la Madre de Dios y la perfecta discípula.
Para un cristiano, basándose en la Escritura unida a la Tradición, no cabe pensar de otro modo.
Yo creo que María, que es madre, nos va a unir a todos los seguidores de Jesús. Las buenas madres no buscan que sus hijos se peleen entre sí.
La madre, une. María, nos une a todos.
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LF:
Así sea.
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LF:
Permítame que le diga que es usted un rociero peculiar. No hace falta decir que la Virgen no hace milagros. Basta con explicar que nos los obtiene por su intercesión. Es evidente que solo Dios es el autor de cualquier milagro, pero si quiere obrar a través de sus santos, y no digamos de la Madre de Cristo, no hay que excluir a estos de la autoría de dichos milagros.
Por ejemplo, leemos en la Biblia:
El mismo Simón también creyó y, una vez bautizado, estaba constantemente con Felipe, asombrado al ver los signos y grandes milagros que se obraban. (Hech 8,13)
Dios hacía por medio de Pablo milagros no comunes (Hec 19,11)
A este se le ha concedido hacer milagros; a aquel, profetizar. (1ª Cor 12,10)
Y Dios los dispuso así en la Iglesia: primero apóstoles, segundo profetas, tercero doctores, luego el poder de obrar milagros, después el don de curaciones, de asistencia a los necesitados, de gobierno, de diversidad de lenguas. (1ª Cor 12,28
Los signos del apóstol se vieron realizados entre vosotros: aguante perfecto, signos, prodigios y milagros. (2ª Cor 12,12)
Por tanto, le sugiero que deje de predicar que la Virgen no obra milagros. Los hace. Ciertamente por el poder de Dios. Pero los hace.
Tampoco creo que tenga mucho sentido confrontar la idea de "oración mariana" versus "oración cristológica". Todo lo que es mariano es cristológico. Empezando por el mayor de los títulos de María: Madre de Dios. María es quien es porque su Hijo es quien es. Pero resulta que su Hijo es también fruto de su vientre. Gran misterio es ese, que el Creador fuera hijo de una mujer. Por eso en el segundo siglo dos padres de la Iglesia la consideran fuente de nuestra salvación y abogada nuestra. No es poca cosa eso.
Las palabras del P. Cantalemessa no son centradas. Para serlo, debería de empezar por criticar al menos con la misma contundencia el hecho de que la inmensa mayoría de los protestantes de hoy en día consideran que cualquier tipo de culto a María y los santos es idolátrico. Y si digo cualquier tipo es... cualquier tipo. Los ejemplos que pone de cierta devoción a María en sectores luteranos son la excepción que confirma esa regla.
A los protestantes hay que explicarle lo que es la fe, simplemente. Y el ecumenismo debe ser el "ecumenismo del retorno". Ese ecumenismo dio buenos resultados en la segunda y tercera década del s. XX: unos 200.000 protestantes alemanes se hicieron católicos en esos años, algo parecido pasó en GB, etc.
Lo dicho por Messa in Latino es una deducción, no transcripción. Si se toma por transcripción de las palabras de Cantalamessa, no está bien. Pero, visto lo visto, es lo que es fácil de deducir.
Realmente uno se pregunta: ¿y qué es lo que ha querido decir el P. Cantalamessa? Y si tienes que preguntar eso, mal andamos.
Recordaré el viejo adagio católico: De Maria numquam satis. (De María nunca bastante - San Bernardo de Claraval)
Abrz
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LF:
Para mí es lo mismo.
Disculparse, según DRAE (3ª acepción), es sinónimo de pedir perdón.
Sr. Tulkas:
Eso, que sean consecuentes con "kejaristomene". Pero no lo son (tampoco es lo único, la verdad) Si lo fueran, tienen el riesgo que les pase como a este:
religionenlibertad.com/el-pater-tiene-6-hijos-era-anglicano-y-se-convirtio-en-33980.htm
[...]
Él y otro capellán anglicano plantearon al capellán católico (el "páter" le suelen llamar los militares españoles), mientras comían, de dónde salía la peculiar creencia “no bíblica” de los católicos de que la Virgen María no tenía pecado alguno desde su concepción.
- Oh, pero sí que es una creencia bíblica. Está ahí, en el Evangelio, lo dice el Ángel al saludarla: “Salve, María, llena de gracia” –respondió el capellán católico.
Y es que católicos y ortodoxos se han tomado siempre en serio ese saludo, que en griego utiliza la palabra “Kejaritomene”… La traducción correcta es “completamente rebosante, llena del todo, de Gracia [Jaris]”. Tan llena de Gracia de Dios, de la acción y el poder gratuito de Dios, que nada hay en ella que no sea Gracia… no hay, por lo tanto, nada en ella de pecado. Y así lo han enseñado las Iglesias apostólicas, católicas u orientales.[...]
http://infocatolica.com/blog/coradcor.php/1410151052-maria-destructora-de-todas-la
«La mariología en los últimos siglos se había vuelto una fábrica continua de nuevos títulos, nuevas devociones, muchas veces en polémica con los protestantes».
Se va contra Lourdes, contra Fátima, contra La Salette, y para mí, algo especialmente doloroso, contra El Buen Suceso, las apariciones de la Santísima Virgen María en la época colonial en Quito (siglos XVI-XVII), cuyas revelaciones sobre el futuro de la Iglesia, del mundo y de la patria, se han cumplido al pie de la letra.
Lamentablemente ya oí de la boca de un vicario episcopal eso de disminuir las glorias de Maria para no contrariar los protestantes y hacer posible el diálogo ecuménico.
Recuerdo un paciente que siempre blasfemaba sobre la Virgen. Era aragonés, y yo le llamaba la atención, pero no me hacía caso. Se puso enfermo y tuve que ir a su casa a visitarlo, y en la mesita de noche tenía la imagen de la Virgen del Pilar. Cuando soltó una blasfemia sobre María le dije que había insultado a la Pilarica, y todo sorprendido me dijo que una cosa era María y otra la Pilarica. Su eposa le dijo que yo tenía razón. Desde entonces dejó de blasfemar.
LF, tiene usted una legión de lectores habituales no sólo por escribir bien, sino principalmente porque ofrece doctrina sólida. Hoy me parece que sus escrúpulos le han jugado una mala pasada y han sembrado confusión entre muchos. Hace unos pocos siglos, la gente en España se juramentaba con perder hacienda y vida por defender el dogma no proclamado aún de la Inmaculada Concepción. Eso era amor de muchos quilates. Hoy se nos dice desde muy arriba que ya está bien de honrar tanto a Nuestra Señora y nosotros nos perdemos en una nube de distingo, matizo, quiero aclarar, donde dije digo y veamos si podemos llegar a un acuerdo.
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LF:
Dado que he señalado aquello que no me parece nada bien del texto del P. Cantalamessa, explicando además por qué no estoy de acuerdo, no considero justo que se me acuse de haber hecho nada malo. Pero sobre gustos, colores.
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LF:
Eso, ahora toca desprestigiar, vejar, menospreciar, machacar, ningunear, etc, a la religiosidad popular, diciendo que ha convertido a la Virgen en una diosa.
Eso sí, luego resulta que es maravillosa en no se sabe qué ocasiones.
Los protestantes, por supuesto, felices ante el espectáculo. Les conozco bien. Sé lo que piensan y lo mucho que pueden usar ese texto de Cantalamessa para acusar a TODOS los católicos -ellos no tienden a hacer distinciones- de idolatría.
Pero al hilo de lo comentado sí quisiera inicidir en la necesaria catequesis sobre nuestra Madre del Cielo porque a veces, entre los extremos de la mariolatría y la renuncia a nuestra Madre, se opta por un no hacer nada y no catequizar nada. Y acaban sucediendo casos como este de la Pilarica que se ha dicho y otras situaciones como la que me pasó siendo pequeño, unos 12 años. Entraron unos señores a la parroquia de mi pueblo, querían saber si podían conocerla. Pedí permiso a mi párroco que accedió, siempre que fueran acompañados. Así que cumplí con el papel de guía. Recuerdo que a la salida, en una hornacina bien iluminada, se encontraba la última imagen por ubicación (que no por importancia). Ahí fue donde dije: "Y esta última imagen, de gran devoción en el pueblo, es Nuestra Señora del Monte Carmelo" En ese momento me dieron una soberana colleja, obra de una señora que ni había visto porque estaba en un rincón. Colleja que me fue justificada con un "Niño, a ver si tenemos un poco más de respeto, que esta es la Virgen del Carmen, esa del Monte Carmelo tu sabrás de donde te la has sacado pero no confundas a los señores que esta virgen no es esa, es otra"
A los protestantes lo que les encantaría es que desde la Iglesia no se clarificara y enseñara adecuadame te el papel de la Virgen. Para así poder decir impune e injustamente que todos los católicos somos unos idólatras.
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LF:
La realidad es que la religiosidad popular ha sido mucho más despreciada que objeto de "catequización" en los últimos 50 años. Y eso ha supuesto un daño espantoso para la fe católica en amplias zonas de España.
Que nos queda a los católicos? Por mucho que me tome "misericordina" la pena y la vergüenza no se me pasan: voy a seguir con las devociones y oraciones de los grandes Santos:
Sta Misa, confesión y Sta Eucaristía, Sto Rosario, Hora Santa, Trisagio, Devoción al Sagrado Corazón de Jesús (viernes) y Maria (Sabado), oración en especial al Arcángel San Miguel, obras de penitencia y de caridad
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LF:
Lo de Asís no tiene nada que ver con el ecumenismo y sí con el diálogo inter-religioso. No es lo mismo una cosa que la otra.
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LF:
Oh, por fin alguien encuentro a alguien que discierne mi corazón como el mismísimo Dios. Dígame dónde vive para ir a postrarme en su presencia en adoración.
Por cierto, durante el pontificado de S.S.Benedicto XVI no recuerdo que hubiera que estar aclarando constantemente las palabras de ese predicador.
O tomamos nuestra devoción a la Madre de Dios con una referencia cristológica o es muy fácil caer en la idolatría. Ya el título tiene implícita una irrenunciable referencia cristológica. Y no querer reconocer errores en la práctica de nuestra fe por miedo a que los protestantes nos critiquen, sencillamente está mal.
Si solo hubiera sido en España.... Ha sido allí donde había (y/o hay) religiosidad popular. Y peor todavía, con la "excusilla" de "idolatría o superstición" se han acabado con instituciones litúrgicas muy populares: llevar los últimos sacramentos a los agonizantes; adoración eucarística; procesiones varias.... Esto, sin hablar del descuido, si no persecución, de la institución de los monaguillos.
Curiosamente, estamos en la misma situación que cuenta Dickens:
«Todos conocen la historia de aquel filósofo experimental que quiso probar al mundo que un caballo es susceptible de vivir sin comer, y para acostumbrarle le reducía la ración todos los días. Indudablemente, se hubiera convertido en el animal más ágil y ligero á no haberse muerto cuando menos podía suponerlo el amo, veinticuatro horas después de haber probado la primera ración de aire.»
«honrándola de manera exagerada y desconsiderada»
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1º.- Es dogma de fe el siguiente aserto:
La Santísima Virgen María es Madre de Dios.
Luego después de Dios mismo (al que se tributa culto de latría o adoración), la Santísima Virgen María requiere culto inmediatamente inferior, de hiperdulía, y mayor que el que se rinde a los ángeles (ontológicamente superiores a María) y los santos.
Luego la aseveración del P. Cantalamessa es exagerada y desconsiderada respecto al culto/honra que se le debe tributar a la Madre de Dios.
2º.- Es dogma de fe el siguiente aserto:
La Santísima Virgen María fue concebida sin mancha de pecado original.
Cosa que no ha ocurrido ni con Moisés, ni con Abraham, ni con ningún santo. Improcedente la comparación de Abraham con la Madre de Dios.
3º.- Es sentencia próxima a la fe la siguiente aseveración:
Por un privilegio especial de la gracia, la Santísima Virgen María estuvo inmune de todo pecado personal durante el tiempo de su vida.
Cosa que no se le ha concedido a ningún profeta ni santo. Nueva improcedencia comparativa.
Y así sucesivamente.
4º.- Pero es que el Concilio Vaticano II declara:
"María, que por la gracia de Dios, después de su Hijo, fue exaltada por sobre todos los ángeles y los hombres en cuanto que es la Santísima Madre de Dios, que intervino en los misterios de Cristo, con razón es honrada con especial culto por la Iglesia (Const. Lumen Gentium, n. 66).
En consecuencia, algunas de las aseveraciones del P. Cantalamessa son desafortunadas, exageradas y desconsideradas, además de incompatibles con lo que es deducible (o inducible, en su caso) del depósito de la Fe.
Una vez, un protestante le espetó a la hermana Teresa:
- Ustedes, los católicos, se pasan con María.
A lo que la próxima santa, con sencillez y concisión; pero con una sabiduría teológica que superaría textos enteros de Mariología, respondíó:
- Sin María, no hay Jesús.
Excogiten ustedes las consecuencias lógico-teológico-ontológicas de esta breve y densa sentencia.
No es este el lugar para hacer una revisión histórica, quiero solamente decir cuál camino me parece la salida de esta triste situación sobre María. Tal camino pasa por un sincero reconocimiento por parte de nosotros los católicos por el hecho de que muchas veces, en los últimos siglos, hemos contribuido a volver a María inaceptable a los hermanos protestantes, honrándola a veces de manera exagerada y desconsiderada, y sobre todo no colocando tal devoción dentro de un cuadro bíblico bien claro que dejara ver su rol subordinado respecto a la Palabra de Dios, al Espíritu Santo y al mismo Jesús. La mariología en los últimos siglos se había vuelto una fábrica continua de nuevos títulos, nuevas devociones, muchas veces en polémica con los protestantes usando a veces a María -¡nuestra madre común!- como un arma contra ellos.
Y eso confunde que es lo peor porque dice cosas buenas pero también dice algo muy malo como es eso, si ya eso no lo ven malo.
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LF:
¿Se ha leído usted mi post?
El poder ordenado, es un poder real, y es por eso que Cristo le pidió al rey de Francia Luis XIV que se consagrara a ÉL, es por eso que Cristo les pidió al Papa Pío XI y a los obispos del mundo que consagraran Rusia.
La santísima Virgen no es una diosa, sino la criatura mas llena de Dios que existe, ella fue un tabernáculo viviente, es la llena de gracia, la madre de Dios, reina del Cielo, es quien aplasta la cabeza al padre de la mentira.
Como es lógico, la Iglesia cree en lo que ora, y aun que aun no haiga sido declarado el quinto dogma mariano, María como Corredentora, Mediadora de todas las gracias y Abogada, desde siempre la cristiandad en la oración la ha reconocido, basta con analizar el ave María y las letanías.
El mandamiento de la ley de Dios de honrar al padre y a la madre es una preparación, un Tipo bíblico, una imagen profética de nuestra madre María: "Todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mi maravillas el Poderoso".
Incluso la naturaleza angelical le rinde tributo: "Salve llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tú entre todas las mujeres".
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