La gran farsa ha de acabar
Sí, es la gran farsa. Consiste en la idea de que pueden permanecer en un mismo cuerpo eclesial personas que profesan una fe radicalmente distinta. Consiste en la idea de que la verdad y la mentira pueden ir de la mano. Consiste en la idea de que se puede ser católico y pensar como un protestante liberal, un budista o un sintoísta.
Cualquier católico digno de dicha condición entiende que el artículo que el sacerdote Pablo D´Ors publicó en Vida Nueva (más bien Herejía de Siempre), es radicalmente incompatible con la fe que profesa. Es más, no hay asomo de catolicismo en las palabras de ese presbítero madrileño y, en no pocos aspectos, tampoco lo hay de otro tipo de cristianismo no católico.
Tanto Mons. Munilla como Mons. Rico Pavés se han encargado de recordar que las tesis de D´Ors no tienen encaje en la Iglesia. Y sin embargo, y aquí está el escándalo y la farsa, estamos ante un sacerdote que fue nombrado recientemente consultor del Pontifico Consejo para la Cultura, que preside el cardenal Ravasi. Hace años un español que trabajaba en el Vaticano me dijo que se le conocía como el último bultmaniano de la curia. Me temo que ya no está solo.
No hace falta ser obispo ni haber estudiado en la Gregoriana para entender que no puede ser catolico, y mucho menos sacerdote, si se piensa esto:
Y eso de reservar la eucaristía en un sagrario, ¿a qué viene?
La pregunta es a qué viene que Pablo D´Ors pueda consagrar, siendo que no cree ni por un casual en la doctrina sacramental de la Iglesia.
Otro ejemplo de la gran farsa es la presencia en órdenes religiosas de personajes que se chotean del carisma de sus fundadores y que pisotean su condición de personas consagradas. Sinceramente, ¿alguien puede explicarnos qué hace Sor Lucía Caram en la misma orden que Sor María Pilar Cano? La primera tiene de monja dominica lo que yo de lama tibetano. Y la segunda se encarga de recordarlo con palabras claras, contundentes:
En este sentido he tenido con dolor que escuchar de ti y ver actitudes en ti que desdicen de una persona, y más de una religiosa, ya que dividimos a los hermanos en lugar de dar ejemplo de integración y de acogida.
Termino con un último consejo desde mi experiencia de ser una hermana de tu Orden: Nuestra misión y vocación necesita espacios de relación comunitaria y con Dios, cuidando las relaciones fraternas con las demás hermanas, la comunión con todas. Si dices al mundo que monja de clausura, no. Monja de silencio, no…de obediencia, no ¿qué es lo que queda de consagrada?
La cosa empeora, y mucho, cuando vemos que hay cardenales y obispos participando en un sínodo con la intención de cargarse la fe de la Iglesia y el mandato de Cristo sobre el sacramento del matrimonio. Sí, ciertamente hay otros dispuestos a no ceder, pero, ¿cómo pueden unos y otros formar parte de la misma Iglesia? ¿qué tipo de engaño quieren colarnos? ¿acaso el catolicismo es una copia barata del anglicanismo, donde lo mismo da pensar una cosa que la contraria en doctrinas fundamentales?
Quienes han recibido el don de una fe asentada, madura, firme, soportan con mayor o menor tranquilidad o inquietud este sinsentido que llevamos viviendo desde hace demasiado tiempo -esto no es de ahora-, pero ¿qué ocurre con los débiles en la fe? ¿quién cuida de ellos? ¿quién les orienta? ¿quién les atiende pastoralmente?
No abundan los pastores que, como Rico Pavés, obedecen este mandato del Concilio Vaticano:
Cada uno de los Obispos que es puesto al frente de una Iglesia particular, ejerce su poder pastoral sobre la porción del Pueblo de Dios a él encomendada, no sobre las otras Iglesias ni sobre la Iglesia universal. Pero en cuanto miembros del Colegio episcopal y como legítimos sucesores de los Apóstoles, todos y cada uno, en virtud de la institución y precepto de Cristo, están obligados a tener por la Iglesia universal aquella solicitud que, aunque no se ejerza por acto de jurisdicción, contribuye, sin embargo, en gran manera al desarrollo de la Iglesia universal.
Lumen Gentium, 23
Menos aún abundan los religiosas que, como Sor Maria Pilar, no se resignan a ver cómo sus compañeros de orden destruyen en poco tiempo aquello que durante tantos siglos ha dado frutos estupendos a la Iglesia.
Creo que esta situación no se puede prolongar mucho más. Dios es muy paciente, pero llegado un momento, acabará interviniendo, como hizo en el pasado, para poner las cosas en su sitio. No sabemos con total seguridad cuándo ni cómo lo hará, pero cuando lo haga, más nos vale estar firmes en la fe. Para ello contamos con la imprescindible asistencia de la gracia. Es hora de llevar una vida sacramental más intensa, con más oración, penitencia y meditación en la Palaba de Dios. Cada uno según el don que haya recibido, pero sabiendo que basta un poco de fe para permanecer anclados en Cristo.
Que María, destructora de todas las herejías, interceda ante Dios para confundir a los farsantes que quieren cambiarnos la fe de la Iglesia por un subproducto contaminado por el espíritu del príncipe de este mundo.
Reforma o apostasía. Santidad o muerte. Fidelidad o condenación.
Luis Fernando Pérez Bustamante
42 comentarios
Fe perseverante y esperanza en la oscuridad. Llega la época del desierto.
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LF:
No creo que ese sacerdote tenga encomendada ninguna labor pastoral en Madrid. Lo cual no quiere decir que el arzobispo no pueda intervenir si está incardinado allá.
Soy un simple laico de a pie. Pero mi ignorancia no me impide notar que esto que ud ha descrito en su artículo está también cruelmente reflejado en "el cómo" es celebrada la liturgia, particularmente la Santa Misa. Esto me lleva a pensar: ¿Qué fe estamos celebrando con tantos elementos folcklóricos, componendas y música pagana, todo ello total y literalmente INSIGNIFICANTE (perdón por la mayúscula, no es descortesía)? ¿En qué punto un seminarista o un ya sacerdote pierde la brújula? Bendiciones
Son muy famosos entre el publico católico lector sus escritos sobre el sufrimiento a lo viktor frankl, ese es el problema, lobos con piel de cordero..
¿Cómo han podido en Vida Nueva publicar lo que parece escrito por un fundamentalista anticatólico, un agnóstico contumaz o un ateo resabiado?
Y dos semanas después del artículo, ¿ es posible que un sacerdote que se cisca en la doctrica católica sobre la Eucaristía siga siendo miembro del Pontificio Consejo para la Cultura? ¿En manos de quién estamos? ¿Qué es esto?.
Respondo yo mismo: esto es un cisma de facto. El que no lo quiera ver, allá él.
Reconozco que me dan muchas ganas de hacerme ortodoxo.
Como diría el padre Iraburu: oremos, oremos, oremos.
Que el impío se haga más impío y que el bueno sea más bueno. Para mí tengo que el misterio de iniquidad dentro de la Iglesia es permitido por Dios para separar al resto fiel.
En un plano diocesano: ¿Quien "acoge" en cargos a gays activos o mira para otro lado con sacerdotes abarraganados?
En un plano parroquial: ¿Quien no rellena las pilas de agua bendita, despoja la liturgia de su riqueza para dar lugar a su circo, etc?
Desde el momento que hay temas que se consienten se instala la podredumbre y contamina todo, paso a paso, de lo cotidiano y próximo hasta lo más alto, entendido desde punto vista jerárquico.
Los Munilla, Rico Pavés y otros son minoría...quizás consentida para "ayudar a tragar" en sectores más "conservadores".
Un pasito alante otros tres atrás... y que siga así...vemos la primavera que estamos viviendo, ¿no?
- Si toda esta serie de personajes heterodoxos tiene sus minutos de gloria en la Iglesia Católica, es porque así lo quieren sus superiores jerárquicos. Y que no me vengan con el camelo que el silencio de sus superiores es para evitar posibles cismas (con los legrevrianos no tuvieron ni tienen ninguna paciencia), porque a estos personajes no les seguiría ni su señora madre si decidieran apartarse formalmente de la Iglesia (materialmente ya están fuera). Sus superiores son similares a ellos, heterodoxos mundanos a los que no les queda más remedio que seguir mínimamente la Doctrina por el cargo que ocupan y por el que fueron nombrados: deben obligatoriamente cubrir unos mínimos doctrinales, sino se les vería el plumero a dos leguas y seguirían la misma suerte que sus "protegidos contestatarios".
- Todos estos personajetes heterodoxos son "de buena familia" y su rango aristocrático les lleva a un engreimiento genético de estar por encima del resto de los mortales. Ellos llevan la razón y los que les precedieron durante dos mil años son unos gilipuertas.
- El peligro para la Iglesia en los sínodos no vendrá por los Kasper y compañía (sabemos todos de qué pie cojean), sino por los heterodoxos disfrazados de ortodoxia que, si alguna vez votan secretamente, tendremos desagradables sorpresas.
Saludos cordiales.
Saludos cordiales.
Saludos cordiales.
Dios conoce con exactitud la sinceridad, voluntad, honestidad, humildad y amor que ponemos para regresar con paso firme hacia Dios.
Somos unos 1200 millones de católicos porque hemos recibido el Sacramento del Bautismo. Pero lo más importante es ser un buen cristiano y lo somos en la medida que nuestra conciencia se va transformando camino de una conciencia similar (hasta donde Dios Padre quiera) a la de Jesús, y obremos y amemos de una forma cada vez más similar a como Jesús lo haría en cada momento y circunstancia en que nos encontremos.
La Verdad nos hace libres. El Verdadero Amor es el Camino hacia Dios.
Ánimo y un abrazo
Dios conoce con exactitud la sinceridad, voluntad, honestidad, humildad y amor que ponemos para regresar con paso firme hacia Dios.
Somos unos 1200 millones de católicos porque hemos recibido el Sacramento del Bautismo. Pero lo más importante es ser un buen cristiano y lo somos en la medida que nuestra conciencia se va transformando camino de una conciencia similar (hasta donde Dios Padre quiera) a la de Jesús, y obremos y amemos de una forma cada vez más similar a como Jesús lo haría en cada momento y circunstancia en que nos encontremos.
La Verdad nos hace libres. El Verdadero Amor es el Camino hacia Dios.
Ánimo y un abrazo
Sin embargo, si se consagra sin fe, aún presuponiendo la intención, se comete un pecado grave. Dios libre a todos de ello. Y los pastores que sean prontos a corregir. En caso contrario, tienen también su responsabilidad, y bastante grave.
Saludos
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LF:
No sé. Creí que con el nuevo director estas cosas no pasarían. Pero pasan.
Bien se ve que a e este hombre no le cabe que a la infinita progenitura del Dios Padre; desde sus alturas celestiales y en la parte de su parte, humillada su divinidad; y vistiéndose de carne mortal, -hombre-. descienda a estas nuestras profundidades terrenales con el insólito propósito de arrancar al hombre de éste su propio pecado, el que en definitiva siendo la oscuridad y la muerte fue causa de una desobediencia en Pecado Original.
Y como a este personaje no le cabe aceptar esta insólita pretensión de Dios hacia el hombre pecador simplemente por amor. Tampoco le cabe aceptar que Él, como Dios Hombre, pueda decir algo así:
-Hasta entonces, me creyereis o no me creyereis estuve con vosotros en mi divinidad humillada. Ahora de mi carne mortal humillado y ya resucitado me voy ; Y como fuere que vine al mundo, para estar con vosotros hasta el final de los siglos; y no me quisisteis . Y hasta el final de este tiempo cuando vuelva por segunda vez; me creyereis o no me creyereis os dejo sí, en pan y vino, más humillada mi personalidad.
Nuestro obispo está calladito, y Pedro no para.
Lo llevamos con dolor.
Eso sí,somos pocos.
Los de Oriente son más y corren peligro, pero no pasa nada.
L.F., me has hecho recordar un artículo extraordinario de Bruno de hace unos meses sobre la pérdida del sentido de la autoridad en la Iglesia.
Desde luego, son días de oblación por la Iglesia, de oración intensa por Ella, de hacer de nuestras vidas un permanente sacrificio de amor por Ella para que el Señor la despoje del velo de luto que la envuelve a causa de nuestros pecados y la muestre a la vista de todos los hombres radiante de hermosura.
Muchas gracias, L.F., por su permanente llamada a confiar en la gracia y en el poder de nuestro Dios. Un abrazo, el Señor le bendiga
No faltan las reseñas a los libros de Pagola y por supuesto... el enlace a la revista Vida Nueva.
Y según la visión de 1890 del Papa Leon XIII, el diablo pidió mas tiempo y mas poder para dañar a la Iglesia, y le fue concedido mas tiempo y mas poder.
No hay ninguna autoridad eclesiástica que ponga orden y si algún obispo intenta poner orden y disciplina desde Roma le cambian a otro sitio . Lo explica muy bien el Padre José María Iraburu en "Infidelidades en la Iglesia".
Muchas gracias al Padre Iraburu por su gran sentido comun y visión sobrenatural.
Oremos, oremos, oremos.
A Mariasol Martin decirle que usted comentó otra noticia, donde daba claro apoyo al Sr. Pérez Pallarés. Parece ser que no le horroriza lo que pasa en Málaga. Pues le animo a que lo estudie mucho mejor, porque en esa diócesis hay mucha tela que cortar. Y muchísima gente estamos hasta las narices de aguantar tantas herejías, sacrilegios, abusos y desmanes.
Hay que cortar de una vez estas cosas y no callar ante todos los que van disfrazados de católicos pero desde dentro contribuyen a la demolición de la Iglesia. Basta ya. Hay que denunciar todos los venenos que esparcen por obra u omisión. ¿Se puede entender que un alto cargo de la diócesis de Málaga diga que "la adoración eucarística perpetua es irrelevante"? Por eso se entiende que no haya el más mínimo interés en el Obispo y sus ayudantes en abrir la capilla de adoración perpetua que el pueblo de Málaga pide, reclama y reza para que a pesar de las oposiciones tenebrosas, un día pueda ser una realidad.
Los sacerdotes que no colaboren con el reinado eucarístico de Jesucristo, y sobre todo, lo perjudiquen con su omisión o malas artes, son unos apóstatas y herejes que si no se convierten van camino del infierno eterno.
Un cuarto de hora de notoriedad no vale la pena, ante siglos de la inmutable verdad de Cristo y su Iglesia, ayer hoy y para siempre (Hebr 13, 8).
Estamos dolorosamente hartos de tanto despropósito.
¿Pero, en la práctica, cómo?
¿Cómo se acaba con esta farsa?
Ha cogido tal vuelo que ya parece humánamente imposible pararla. Los D'ors abundan por todo: muchísimos fieles entusiasmados con este "discípulo del silencio", muchos sacerdotes, monjas, monjes, frailes...
¿Cómo se detiene esto? ¿Con un cisma? ¿Con excomuniónes a discreción? ¿Con documentos melífluos que nadie lee y nadie obedece?. Porque me da la impresión de que esta situación se va a perpetuar y perpetuar hasta la Parusía...
Lo malo de estar a la última es que tienes que editar un libro al año porque si no el público progre, ávido de novedades, se desplaza a otro autor.
Pagola lo viene haciendo cada año para mantenerse pero ahora ya empieza a decaer algo y ha tomado el relevo Pablo D'Ors.
Ya va teniendo un estante dedicado (junto al de Pagola que va decayendo, y sustituyendo a Queiruga que ya no está tan a la moda) en algunas librerías supuestamente católicas (San Pablo...)
Tal es la situación que he perdido la esperanza de que acabe y estoy hecha a lo peor.
A los pocos cristianos que tratamos de ser coherentes con nuestra fe que vamos quedando, nos atacan continuamente desde todos los medios de comunicación, y ya hasta del mismo interior de la Iglesia, incluyendo grupos de la misma Iglesia que tendrían que unir bajo el Evangelio, no separar. Por tanto andamos cómo ovejas sin pastor, en toda la extensión de la palabra.
Ayer mismo TVE daba la noticia de que los hechos paranormales, son producto del cerebro. Se acabaron las visiones de los místicos, las posesiones diabólicas y todo cuanto tenga que ver con algo que no sea la vida animal. Este tipo de cosas, hacen un daño horrible a los pequeños en la fe, que hoy en día son una inmensa mayoría de los que aún siguen teniendo alguna, y el artículo de hoy muestra un ejemplo evidente de falta de fe de uno de sus consagrados con un puesto relevante además.
Y cuando el hombre se aparta de Dios, puede caer en cualquier cosa, incluído lo peor.
El problema de Pablo D'Ors no es un problema "doctrinal" sino pura y simplemente de pérdida de fe. Así de sencillo. Si alguien ha perdido la fe (y muchos lo han hecho) eso no se solucionará con anatemas y condenas. Más bien se agravará, como nos indica el caso de los "modernistas" (que no eran herejes sino gente que había perdido la fe pero se resistía a aceptarlo). ¿Cómo se puede resolver? No lo sé, por desgracia. Pero insisto: no con condenas y anatemas (que ni siquiera sirven para acabar con las herejías, véase el caso del arrianismo, que no desapareció con la condena de Nicea sino que se hizo más fuerte en las décadas posteriores, y que en diversas formas ha persistido hasta hoy, si bien los arrianos no se llaman arrianos sino musulmanes).
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LF:
Lo editado era una calumnia, así que fuera.
Eso de que las condenas y anatemas no sirven para nada es absurdo. Cuando se condena una herejía no se pretende que desaparezca, por la sencilla razón de que ya se nos dijo que SIEMPRE habría falsos maestros. Lo que se pretende es que quede claro lo que es ortodoxo y lo que no lo es. Y a partir de ahí, el que quiera seguir el error, que lo haga. Y el que reciba el don de permanecer en la verdad, que sea fiel a dicho don.
A menos, claro, que pienses que San Pablo se equivocó al decir que aquellos que predican otro evangelio deben ser anatematizados.
De acuerdo con lo que dices de D´Ors.
Y yo me pregunto sin obtener respuesta, ¿Qué hace un sacerdote que ha perdido la fe y sigue dentro de la Iglesia cómo ordenado? Debe ser algo durísimo tener que seguir en un ministerio en el que ya no se cree y que además conlleva tan grandes sacrificios a nivel personal y por tanto humano. ¿Sigue por libre llevando una doble vida? ¿Por que no abandona algo en lo que ya no cree?
Por eso se quedan en la Iglesia Católica, para intentar acabar con ella. Lo mejor sería convencerles para que fundaran una nueva iglesia: la "Iglesia de los que han perdido la fe"o "Iglesia de los tristes". Porque no hay nada más triste que un sacerdote, un religioso o religiosa que ha perdido la Fe, es decir una vida inútil.
Me parece muy bien que haya obispos que puntualicen, y fieles que les apoyemos, pero esto debería darse por supuesto.
Si pastorear es servir, los pastores deben tener claro a quien sirven, si al mundo o al bien del rebaño, a los intereses del lobooo a los del Dueño de la ovejas.
Existe un clericalismo infame de delicadezas con los disidentes y palo a los leales. Qué vergúenza y qué desgracia.
Saludos cordiales.
Saludos cordiales
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