Les puedes matar antes de nacer, pero no dar dos bofetadas
De entre las cosas interesantes que cuenta el Papa en su última entrevista a un periódico argentino, me ha llamado la atención esta:
Durante la audiencia general del miércoles por la mañana, en la que se refirió a los valores de la familia y a la educación de los hijos, Francisco contó en italiano una anécdota de cuarto grado. Por la tarde, la repitió en castellano en la entrevista con el periodista de La Voz del Pueblo: “Yo estaba en la preadolescencia, tenía unos 10 u 11 años, y la maestra no recuerdo qué dijo y yo largué un término que no correspondía. Y me escuchó. Cuando salimos al recreo me dijo: ‘Eso no se dice, así que te voy a mandar una nota para que venga tu mamá mañana’".
“Mi mamá fue, la maestra salió del aula y me mandaron a llamar. Y mi mamá muy tranquila me comentó: ‘Lo que le dijiste a la maestra no se dice, ella trabaja para enseñarte, para hacerte hombre, así que pedile perdón’. Le pedí perdón a la maestra, me dio un beso y me dijo que volviera al aula. Y un poco dije, ‘ya está, la pasé’. Pero ése fue el primer capítulo, el segundo fue cuando llegué a casa. Ahí sí cobré lindo…
“Y es verdad, hoy día los métodos de castigo a los chicos cambiaron, hay otra sensibilidad. En aquella época te daban dos cachetazos y listo. Siempre digo: ‘Nunca le den un cachetazo en la cara a un chico porque la cara es sagrada, pero dos o tres palmadas en el traste no vienen mal’. Eso mismo lo dije en la audiencia una vez y algunos países me criticaron. Son países que tienen leyes de protección al menor muy estrictas… El Papa no puede decir eso. Pero curiosamente esos países, que incluso castigan al padre o a la madre que le pega al menor, tienen leyes que les permiten matar a los chicos antes de que nazcan. Esas son las contradicciones que vivimos ahora".
Creo que está dicho todo. Nada más que añadir.
Luis Fernando Pérez Bustamante
40 comentarios
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LF:
En el tema del aborto, el Papa siempre ha sido claro.
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LF:
A mí casi me detienen hace 15 años por soltarle un guantazo en plena calle de Madrid a mi hijo mayor, que venía fumando. Tenía 10-11 años el crío. Una pareja de guardias municipales nos trasladaron a los dos a comisaría para ver si tenía indicios de maltrato.
Hoy mi hijo no fuma.
Si le hubiera pegado más guantazos por otros asuntos, le habría evitado muchos problemas.
Sobre las correcciones a los hijos, en la época en que vivimos existe una gran confusión, sobre todo en las generaciones de alrededor de 40 años o menos, pues los padres quieren ser mas "amigos" para sus hijos, que "padres". El respeto se ha perdido, la misión de los padres ya no es formar valores, ni preparar a los hijos para la vida, con lo bueno y lo malo que eso conlleva, sino "darles todo lo que pueden", es decir cosas materiales, complacer caprichos y sacarlos de todos los problemas, y por ello los nuevos "adultos" no tienen más madurez que un adolescente de 16 anos.
Nunca he tenido problema con la idea de que un par de tortazos, no para lastimar ni traumatizar a nadie, son positivos si se dan con el fin de recalcar la gravedad de alguna falta cometida y obtener toda la atención del niño mientras se le educa para el futuro. Yo agradezco mucho ahora los que mis padres me dieron cuando era niño. Conociéndome, se que esas lecciones no las hubiera tomado en serio y aprendido de por vida si no me hubieran dado esas nalgadas, y "solo hubieran conversado conmigo sobre la situación", como se hace ahora.
Pero bueno, esa es la raíz de los males de nuestro mundo actual. Padres que no educan, sino que siguen la corriente y dejan la niño libre a escoger y hacer lo que quieran, incluyendo valores morales y la fe.
¿Pero lo de dar bofetadas? Si un niño tiene que hacer caso a sus padres porque le dan un par de cachetadas, mal vamos. El niño va a coger miedo y te va a obedecer porque no tiene más remedio, pero en cuando pueda, volverá a hacer lo que quiera porque actúa por el miedo, no porque realmente comprende que está mal. Y cuidado con la violencia, aunque sea pequeña, porque luego se puede llegar a guardar rencor. Mejor enseñarles el valor de las cosas, insistir en lo que está bien y mal y, sobretodo, el ejemplo. Buenos valores cristianos, práctica cristiana lo más que se pueda. Pero bofetada... ni una!!
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LF:
¿usted ha leído lo que la Escritura enseña al respecto?
Obviamente no se trata de liarse a palos con los niños cada vez que no obedecen. Pero si alguna vez hace falta algún cachete, se le da. Y no pasa nada, no hay ningún trauma ni nada parecido.
La atrición, dicho sea de paso, es muy sana como último recurso.
Y la práctica le va ayudando, la estocada que hizo al final de esta entrevista vale oro... Más de uno por allí debió sentir el guantazo...
Y de paso, si anulamos la autoridad paterna conseguimos que el estado se ocupe de todo: "tome señor estado, mi hijo se está convirtiendo en un indeseable, y usted no me permite tomar las medidas necesarias; ahí lo tiene". Y la familia queda por supuesto desautorizada; al final ha triunfado el axioma progre de que en el núcleo familiar se ejerce violencia sobre el niño. No nos desanimemos, occidente son cuatro países mal contados, cada vez pintan menos. Nosotros a lo nuestro, como rezaba el estandarte de Cortés: "Amigos, sigamos a la Cruz".
Hace un tiempo aquí en Chile hubo una polémica absurda: un video viral en youtube mostraba a una mujer cantando una canción que escribió como homenaje a dos profesoras que se iban de un colegio; en un momento, la cantante tuvo que interrumpir la canción para pegarle un palmetazo en la nuca a un niño que no la dejaba tranquila. En su momento, UNICEF-Chile hizo un reclamo contra este video porque "fomentaba el maltrato infantil".
Poner en el mismo saco la reprimenda con la agresión e incluso explotación de niños (laboral y/o sexual) lo veo como una propaganda para decir que "la familia es algo malo"; por éso tanto interés en desacreditar la autoridad materna y paterna, colocando a otros entes, principalmente del estado, "vigilando" a la familia.
Evidentemente, cuando entramos en el tema de los castigos, siempre resulta complicado hallar ese equilibrio virtuoso en el que confluyen tantos opuestos:
- El justo premio y el justo castigo (justos por administrarse con justicia, pero también por hacerse en la medida justa, sin excesos)
- La cercanía y confianza, y el respeto a la autoridad.
- Los razonamientos y explicaciones, y la confianza en cumplir con lo que aún no se puede explicar porque aún no se puede comprender (siempre se critica la respuesta "porque sí", pero hay veces que es la única posible en ese momento).
Por eso el castigo físico no se debe criminalizar (el maltrato sí, evidentemente): hay momentos (pocos) en los que es necesario, porque no hacerlo causa un mal mayor. Y si se hace uso de él, debe ser siendo conscientes de que es un mal necesario, es decir, sólo debe usarse cuando el golpe duela más a quien lo da que a quien lo recibe.
Y para eso, siempre, sin ira. Contando diez o incluso cien antes. Un arranque de ira no aguanta hasta el final de la cuenta, y una vez ahí la mayoría de las veces se ha llegado a la conclusión de que no era necesario llegar tan lejos.
Un saludo.
sobre el problema "maltrato" y el recurso al "cachete", recomiendo escuchar a los expertos,
eldiario.es/andalucia/emilio_calatayud_entrevista_cachete_educacion_0_110938984.html
Pero si usamos el recurso de la violencia física, y además humillante como pegarle en la cara al niño:¿ por qué no podría el niño suponer que los más grandes pueden pegarle a los más pequeños y hacer lo mismo cuando tuviera la oportunidad?
Y la frase del Papa Francisco no está dirigida a promocionar los cachetazos sino a poner de relieve la contradicción de suprimir los cachetazos en la educación de los niños y matarlos antes de que nazcan.
¿Se imaginan a la Virgen o a San José educando a Jesús a los cachetazos? ¿Por qué no haberle dado uno cuando se fue sin avisar ni pedir permiso a predicar a los doctores de la Ley y lo buscaron por tres días?
Bendiciones. Ana
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LF:
No, mira, te lo explico. Yo a mis hijos siempre les he dicho, explicando las razones, que de fumar y emborracharse, nada de nada. Al menos mientras sean menores de edad. Eso se lo dije también al mayor antes de que le pillara fumando por la calle. Cuando le vi, mi reacción no fue darle una palmadita en la espalda y decir: "Pero chiquitín, ¿no te he dicho que eso está feo? anda, tíralo y que no te vuelva a pillar". Fue, le di un cachete -tampoco gran cosa- y punto. Él me lo ha agradecido después, como yo agradezco a mi padre las dos únicas veces que me puso la mano encima. Las recuerdo perfectamente y sin duda me lo merecí.
Hablamos de situaciones ciertamente ocasionales. No soy partidario de educar a los niños a golpes. Pero a veces, una buena torta vale más que mil palabras. Es más, por lo general te duele más la torta a ti que al crío.
Lo que dices de María y José es una BESTIALIDAD, porque das por hecho que en algún momento el niño Jesús fue un mal hijo que merecía un cachete.
Pero precisamente la ley mosaica es clara y rotunda. Habla de aplicar la vara al hijo rebelde.
Y no manipules al Papa, que en esto ha sido muy clarito:
Siempre digo: 'Nunca le den un cachetazo en la cara a un chico porque la cara es sagrada, pero dos o tres palmadas en el traste no vienen mal'.
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LF:
Era un momento en que había muchas noticias de maltrato infantil en España. Tampoco reprocho a los municipales lo que hicieron.
Y eso de que los niños se traumatizan con los cachetes de los padres es una solemne majadería. Una cosa es un cachete -bien dado en tiempo y oportunidad- y otra muy, muy diferente ser cruel o maltratador con un niño (el niño no es tonto, es el primero que capta la diferencia). Y ello con independencia de lo que digan las leyes actuales, ideologizadas hasta la náusea.
Dios sabe lo que hubiera salido de mí si mis padres hubieran sido como esos grotescos padres -que aparecían en el programa "Hermano mayor"- impotentes y pasmados ante niños de cuatro y cinco años que les insultan gravemente con palabrotas que asustan y rompen cosas delante de sus narices.
Sugiero que el texto se ponga en un cuadro que se cuelgue en el acceso y otro en el despacho de la dirección de todas las escuelas católicas del orbe. Si incluye una imagen de Francisco sonriente, mejor.
Y que se lea en esos establecimientos, por lo menos en la primera reunión de padres de alumnos que se convoque cada año.
Falta que hace.
Nosotros, mis hermanos y yo, éramos lo que se dice muy buenos y obedientes, así que no nos tocaron (porque no se tocaba a los niños sin ton ni son) pero he visto correr a más de un amigo delante de su madre que casi nunca le pillaba, mientras los amigos se dividían entre los que animaban al chico/a y los que tenían alguna cuenta que cobrar y animaban a la madre: ¡Dele, Doña Maruja, que se le escapa!
También a mi madre le tocó correr delante de mi abuela, según me contó, y no puedo imaginarme que pudo hacer mi madre (seguramente negarse a hacer alguno de los muchos trabajos que los niños hacían para ir a jugar).
Pero lo cierto es que los niños asumían con un realismo impresionante la situación familiar sin quejarse. Por ejemplo, niños que alquilaban de vez en cuando bicicletas y que ni se planteaban pedirle una a sus padres porque sabían hasta el último céntimo que entraba en casa (tampoco se les ahorraba los problemas económicos).
Hoy en día de puro tiquismiquis que somos ni sainetes se pueden escribir: no toques al niño y que no sé dé cuenta de que no llegamos a fin de mes.
Por la edad que tiene el Papa Francisco tuvo que ver alguna escena de esas necesariamente y seguramente, como yo, se enternece recordándolas.
Hoy le agradezco.
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Bravo por los padres y madres que se desviven en educar a los hijos ellos personalmente y les enseñan a ser personas, y no máquinas.
Bravo por el Papa Francisco y su titánica misión de despertar al mundo aletargado y muy poco atento a los signos de los tiempos. Es un Don inmenso de Dios.
Todas estas pedagogias cambiarian si se fijasen como educaba santa Teresa de Lisieux, con una efectividad asombrosa, y desde luego sin el recurso al cachete, como san Juan Bosco. Es mas, a mayor gravedad de la falta, mayor serenidad en la medida disciplinaria, pero el correctivo físico introduce un componente de descontrol y animalesco. Hay mil formas severas de corregir sin recurrir al golpe, en mi caso digo que escriba el pecado en su cuaderno de pecados para la confesión y vaya cuanto antes al confesionario, y lo acusa mucho, pero si mediara el cachete perdería importancia/efectividad la medida, por ejemplo.
Que así piense el papa no me sorprende, porque a pesar de las apariencias, es una persona muy autoritaria.
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LF:
A mí me parece que este proverbio no es animalesco:
Prov 13,24
Quien escatima la vara odia a su hijo, pero quien lo ama lo corrige a tiempo.
Y este, tampoco:
Prov 23,13-14
No escatimes castigos al joven, no va a morir porque lo azotes; si lo azotas con la vara, librarás su vida del Abismo.
Si quiere sigo.
Una nalgada bien colocada de cuando en cuando (habitualmente ya es maltrato) hace que el muchacho entre en razón. Así de simple.
No es casual que pese a que se rasgen las vestiduras la progresia ha conseguido formar una sociedad donde el maltrato al niño es habitual el fisico (no hace falta mas que leer los sucesos) y el psicologico (se hace incluso a bebes pasarselos como a una pelota, los niños maleta criaturas obligadas a vivir sin hogar).
Pero eso te diran que es culpa de la herencia cristiana,asi consiguen ser impolutos per secula pues lo bueno es merced suya y lo malo es siempre por culpa del atavismo catolico
Pero no puedo estar de acuerdo con la defensa de la bofetada, tortazo, capón, nalgada o similar. Les guste o no, es violencia. Pueden decir que no es maltrato porque no es continuado. Y pueden seguir utilizando el tan manido "me duele más a ti que a mí" Pero se están escondiendo y justificando.
Claro que hay que enseñar a los niños. Claro que hay que guiarles. Claro que los padres sabemos más que ellos. Pues precisamente por eso también debemos tener más recursos que el niño de cuatro años que, cuando se siente frustrado con otro porque no le devuelve su balón, le pega.
No podemos conformarnos con todas esas frases hechas sobre niños sin límites y falta de traumas. Cuántas veces he visto delincuentes menores en los Juzgados (en mi vida profesional) y todos habían recibido sus correspondientes "tortas a tiempo". De hecho, muchos habían empezado ya a repartirlas también por su cuenta. Se ve que eso de "funciona" no está muy contrastado.
Pero, dejando de lado lo anterior, ¡bravo por el Papa defendiendo al no nacido! Eso es lo que no debería acomplejarnos a los católicos. Ni a la hora de hablar ni a la de votar.
Te lleva a juicio, si te resistes, te manda a la policía, que te golpea, te arrastra a la fuerza, te encarcela, te multa, te maltrata sin piedad.
Si tan bueno fuera el método pedagógico progre, el juez hablaría contigo, te intentaría convencer, si le insultas al juez, o lo pateas, te volverían a hablar, sin ira, sin violencia, pedagógicamente, vamos.
Pues esa ridiculez es la que quieren para educar a un niño. Por supuesto que con el niño que escucha y obedece no hace falta nada, pero con el que sale torcido y hace lo que le apetece, no hay más correctivo que la amenaza.
Sí, por supuesto que hay que educar a los hijos y hacerles ver lo que está bien y lo que está mal. Pero el método de "una bofetada a tiempo es muy útil" no me convence. Y cada uno es cada uno. Hay jóvenes para los que una simple torta puede constituir un trauma. Como muy bien señala Alejandra, ha habido delincuentes juveniles que habían recibido en su casa esa "bofetada a tiempo" y de poco les sirvió. E incluso cabe preguntarse si esas bofetadas no influyeron parcialmente en el hecho de que cayeran en la delincuencia.
Creo que hay mejores maneras de educar a los hijos sin malcriarles que el famoso cachete, aunque ya supongo que algunos no estarán de acuerdo.
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LF:
Lo que me faltaba por leer es la comparación entre lo que manda la Biblia hacer respecto a los hijos -ya he citado unos cuantos versículos- y que el marido pegue a la esposa.
¿Usted es consciente de la BARBARIDAD que ha escrito?
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LF:
Si nos ponemos a hacer comparaciones absurdas, mal asunto. El divorcio se planteaba como una concesión a un mal. El castigo físico a los hijos, obviamente no exagerado, siempre se planteó como algo bueno, a menos que creamos que la Biblia enseña cosas que no son ciertas. Otro versículo, esta vez de Eclesiástico:
Acerca de los hijos. Quien ama a su hijo usa también los azotes, para alegrarse en el futuro.
Sir 30,1
Pero ya puestos, veamos:
"Porque el Señor corrige al que ama y azota a todo aquel que reconoce como hijo".
Heb 12:6
Eso es Nuevo Testamento.
Ojito con comparar las cachetadas a los hijos con el trato a los perros, o algunos vamos a empezar a mosquearnos seriamente.
Aquella foto define mejor que cien tomos la ideología que nos inunda ahora.
Gracias a Dios, tenemos un papa que habla claro, que no tiene miedo al que dirán. Que dice la verdad.
Yo es que en verdad lo siento asi: que el azote fisico esta reservado a los animales, pero no pienso que el que lo haga trata a sus hijos como a perros, ni que esta fuera de la Doctrina. Simplemente creo que hay otras formas mejores y mas efectivas que el azote (no hablo de la muy tierna infancia). Pero bueno, pensé que mí primer comentario podía serle útil a alguien, tutto li, como dicen los italianos. Me viene ahora mismo a la cabeza san Juan de Dios, al que también alguno le podía haber venido con tus mismas respuestas, pero él aplico otros métodos para mi mejores de los de hasta entonces. También supongo que no debo inferir de tus respuestas, que el que no azota a sus hijos, no está en la doctrina de la Biblia.
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LF:
Dice que no habla de la muy tierna infancia. Bueno, yo tampoco creo que con un joven de 17 años valga de algo el castigo físico.
Por acabar. Cada cual educa a sus hijos como mejor le parece. Si se logra educarlos bien sin ponerles la meno encima, bien. Si a veces es necesario acudir al castigo físico, siempre que no sea excesivo, pues también bien.
Te respondo:
Lo ven, pero les da igual.
En el caso de los menores es lo mismo: uno o dos cachetes "correctivos" de un buen padre de familia es penado de igual forma que una quemadura de cigarrillo gratuita, por ejemplo, de un padrastro hacia su hijastro para que "se entere de quien manda" cuando no tiene otra cosa que hacer. Hay "padres" que golpean a sus hijos con toallas mojadas para no dejarles señales físicas. todo en el mismo saco para atacar a la familia como sea y donde sea, hay que dividirla y atomizarla para que no represente un peligro real para los poderosos como en otras épocas, es en la familia donde se cuece todo...
“Un cachete en el momento justo, con la intensidad adecuada, es una victoria”
"Confundir un cachete con un maltrato me parece una tontería", asegura Calatayud, quien indica que en España se está viviendo una crisis de valores.
Se ve que es un experto de verdad, no de esos que van de expertos sólo para repetir como loros los dormas antipedagógicos progres.
Y valiente, además, al hablar clarito públicamente. ¡Sí señor!
PD: Recuerdo el caso de un padre amorosísimo que, haciendo un látigo con cuerdas, dio unos cuantos golpes a unos hijos díscolos que habían convertido la casa de su Padre en una casa de mercado. (Jn 2, 14-16)
Un saludo.
Esa doble moral la han usado y la siguen usando desde la revolución francesa....¿o antes?
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LF:
¿?
Hombre, la doble moral existe desde que el mundo es mundo. Hace un par de milenios, sin ir más lejos, estaban los que no veían la paja en el ojo propio, pero sí la viga en el ajeno.
De hecho, la doble moral no solo no surgió con la Revolución Francesa sino que tampoco es exclusiva de los no católicos: a la mayoría de los que hoy nos declaramos católicos se nos puede echar en cara nuestra incoherencia, las infinitas formas de tibieza que exhibimos, la forma en que buscamos cumplir con lo accesorio para creernos justificados por no haber cumplido con lo esencial. Eso también es una doble moral.
Un saludo.
Quizás me he dejado llevar por la pasión y no me he expresado bien, o he dicho algo que no quería decir. Te ruego que me perdones y no te enfades conmigo. Y saludos a tu esposa y tus hijos, que seguro que para ti son un tesoro regalado por Dios.
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LF:
No hay nada que perdonar. Y desde luego, si no hace falta usar los cachetes, mejor. Yo los he usado poquísimo y hace años que no los uso, :D. Pero si es necesario, se usan. Conviene desdramatizar este asunto.
Ahora resulta que no hay sacerdote catolico que no condene las zurras en el hogar , esto es un mundo de locos , lo que valia para los de mi generacion ahora ya no vale para los de las generaciones actuales ,hasta el obispo Jose Ignacio Munilla se pronunciò contra el castigo corporal en el hogar , ¿¿¿ porque no lo hizo hace cuarenta años ??? cuando tanto nuestros padres como nuestros profesores nos zurraban el trasero a base de bien .
Hay que ser menos hipocritas y mas coherentes con las verdades que se apoyan pues son las mismas hace 40 años que ahora en la actualidad .
BENDICIONES !
DAYSY PAEZ
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LF:
Debe haber un equilibrio. Ni las palizas brutales de otros tiempos ni la laxitud de ahora.
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