Dice el necio en su corazón: no hay Dios
Hoy el diario El Mundo nos obsequia con una entrevista a esa eminencia de la ciencia llamado Stephen Hawking, de quien entre otras cosas cabe alabar la forma en que afronta una enfermedad terrible.
El titular del diario de papel reza así:
“EL milagro no es compatible con la ciencia”
Pero en la edición en internet, tienen este otro:
Hawking: “No hay ningún dios. Soy ateo".
Bien, ciertamente los milagros no son explicables por la ciencia. Pero existen. Señal de que la ciencia no lo puede explicar todo. Negar que existen es como negar que la tierra es redonda y la luna da vueltas alrededor de la misma. Aquellos que se burlan de la Iglesia por el proceso a Galileo, que no hay que olvidar que fue objeto de críticas tremendas por los científicos de su época, miran con tono burlón, de desprecio e incluso de odio -de todo hay- a quienes no solo afirmamos la existencia de los milagros sino hemos sido testigos de algunos.
Desgraciadamente, encuentran apoyo en algunos pseudocristianos que dicen creer en Dios pero se niegan a aceptar la historicidad de los milagros de las Escrituras. No hay cosa más patética que un cristiano así, si es que en verdad se le puede llamar cristiano.
La necedad, en palabras del salmista, de los que niegan la existencia de Dios, y no digamos nada si encima se dedican a estudiar una de las más grandes pruebas de su existencia tal y como explica san Pablo en Romanos 1, es fruto de la falta de fe. La necedad de los que niegan la posibilidad de que Dios intervenga directamente en la vida de los hombres obrando milagros y prodigios, es casi siempre fruto de la traición a una fe ya recibida. En ese sentido, Stephen Hawking tiene menos responsabilidad moral que “teólogos” como Torres Queiruga.
Lo que diferencia a los ateos de los agnósticos, es que aquellos niegan lo que no conocen y los segundos solo dudan. El agnóstico no niega categóricamente la existencia de Dios, sino la capacidad del hombre de entenderle. Lo cual, dicho sea de paso, tiene un punto de razón. A Dios no le comprenderíamos bien si Él no se nos hubiera revelado en Jesucristo.
Aunque como se encargó de explicar Santo Tomás, hay elementos de sobra para que el hombre natural crea en la existencia de Dios, lo cierto es que solo por la gracia se puede no solo creer en su existencia sino creerle a Él y vivir en Él. El apóstol san Pablo explica perfectamente la imposibilidad de que el hombre natural entienda las cosas que son del espíritu:
Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.
1ª Cor 2,14)
Hawkings encaja como mano en guante en esa descripción. Por mucho conocimiento científico que tenga, cualquier niño con una fe sencilla es infinitamente más sabio que él en aquello para lo que la sabiduría es verdaderamente útil de cara al fin del hombre, que no es otra cosa que dar gloria al Dios que le ha creado y redimido.
Aun así, el mismo Dios que es negado por ese científico ateo, puede obrar el milagro de su conversión. Mientras viva entre nosotros, tal cosa es posible y por ello debemos rogar al Señor. Si se convierte y da testimonio de su conversión, la gloria de Dios sería visible a los ojos del mundo. Si lo hace poco antes de morir y nos enteramos, la fiesta en el cielo será igualmente grandiosa.
Mientras tanto, solo nos cabe recordar que aquellos que niegan a Dios, no son otra cosa que pobres necios necesitados de misericordia.
Luis Fernando Pérez Bustamante
26 comentarios
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LF:
El caso es que mirando por un telescopio, hay señales de la existencia de Dios. Y contemplando un amanecer en la naturaleza, también.
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LF:
Otro que ignora de qué va la infalibilidad de la Iglesia, que no tiene nada que ver con lo de Galileo.
Pues nada, quede en la ignorancia. No pierdo el tiempo explicándolo.
Su sufrimiento tiene que ser terrible pues no tiene ni una pizca de sabiduría de que su degeneración natural solo está en función de la gloria de Dios.
Rezamos por el.
"En toda mi vida he encontrado sólo una persona que asegure haber visto un espíritu.
Y el aspecto mas interesante de la historia es que esta persona no creía en la inmortalidad del alma antes de ver el espíritu, y siguió sin creer después de haberlo visto."
Y es que la filosofía que amueble nuestra alma será la que determine en que creemos o no.
He aqui la llave que abre el cielo,la comunicacion con Dios,la revelacion.
Mientras el hombre no es limpiado de pecado,no tiene acceso a Dios,pues el Espiritu que lo da en base a los meritos de Cristo,es SANTO.
Una vez encendido el corazon y puesto el foco hacia el interior,a Dios le vemos por todas partes,pues EL mismo lo inunda todo.
"Arrepentios y convertios" ,porque a Dios se le escucha a partir de entonces.
La Paz de Cristo.
Saludos cordiales.
De aquí que Hawking siga sin entender ni el porqué, ni el cómo, ni el para qué estamos en este Mundo; entre tantas y tantas cosas más que a otros con menos predicamento les es dado a conocer.
Nosotros sirviéndonos de los elementos que nos proporciona la naturaleza podremos crear, fabricar o componer servidores autónomos dependientes de nuestra voluntad.
Dios sirviéndose de sí mismo: Crea, constantemente, individuos semejantes a Él, libres y responsables de ser y estar junto a Él.
Y su limitación física, probablemente, le imprime una dirección emotiva de rechazo que no ayuda a la rigurosidad en este terreno.
Ningún genio tiene garantías automáticas de acertar. Y menos en terrenos que no son los suyos.
Creo que necesita nuestra oración.
Galileo era un genio, pero de la variedad "soberbio arrogante". Hizo grandes descubrimientos, pero también:
- Intuyó otros sin tener pruebas suficientes, lo que no le impidió defenderlos a capa y espada. Digan lo que digan en la wikipedia, su modelo heliocéntrico, en el momento en el que lo desarrolló, no explicaba todos los fenómenos observados, al contrario que el del luterano Tycho Brahe. Las pruebas definitivas del modelo de Galileo (paralaje estelar) no se descubrieron hasta 1838, cuando el bueno de Galilei llevaba casi 200 años muerto.
- Cometió errores de bulto, que por supuesto también defendió a capa y espada, cachondeándose de todo aquel que le llevara la contraria y tratándolo como un zafio ignorante. Como por ejemplo en el asuntillo de la naturaleza de los cometas, en el que el amigo Galileo decía chorradas y los astrónomos jesuitas (Grassi) tenían razón. Hecho que los Galileófilos ignoran u ocultan.
Es decir, que en vida Galileo fue un tío insoportable que se ganó muchos enemigos por su carácter prepotente. Se creyó tan en posesión de la verdad que hasta intentó ordenar a la Iglesia que cambiase la interpretación teológica de algunos pasajes bíblicos, para adecuarla a sus hipótesis (por mucho que él dijese que eran teorías sólidas, aún no pasaban de hipótesis).
La respuesta de la Iglesia llegó en 1616, de mano de San Roberto Belarmino. En realidad el santo se comportó de manera más científica que Galileo. Le dijo que sus hipótesis eran posibles, pero no concluyentes, y que no podía presentarlas como la única explicación cierta de determinados fenómenos, porque no era sí. Y que, mientras tanto, no tocase las narices exigiendo revisiones teológicas. Otra vez diga lo que diga la Wikipedia, esto no era ni una censura ni una condena. Entre otras cosas porque Galileo tenía muchos contactos y amigos influyentes en la Iglesia y la nobleza. El concepto de "pobre científico aislado del mundo e indefenso ante el Poder" es completamente falso.
Pero, como digo, Galileo era un soberbio, y no podía dejar pasar lo que él consideraba una afrenta insoportable. Así que decidió vengarse de manera mezquina. En 1632 publica otra obra en la que expone sus hipótesis en forma de diálogo, junto con las hipótesis geocéntricas. El problema es que el personaje que expone estas últimas parece tener las mismas luces que Ralph Wiggum de Los Simpson. Todavía peor, se ve claramente que dicho personaje está basado en el papa Urbano VIII, que hasta ahora había sido un buen amigo de Galileo.
Ante esta traición de un amigo, la cosa se salió de madre y dejó de ser un debate estrictamente científico y filosófico. Entraron en liza cuestiones personales justo cuando Galileo se quedó sin apoyos. Y, como digo, se había ganado a pulso enemigos importantes. El resto es historia.
En cuanto a Hawking, aunque es un físico extraordinario, pero nunca ha sido un buen filósofo de la ciencia. De todas maneras, igual que LF, no le juzgo ni le echo nada en cara. Si yo tuviese una cruz la décima parte de pesada que la suya, estoy seguro de que diría cosas mucho peores. Salvo milagro. Quiera Dios que se salve para que su sufrimiento tenga finalmente alivio y consuelo.
En efecto, la posición agnóstica es mucho más prudente intelectualmente, pues afirmar que no se tiene la certeza en la vida de uno de que Dios exista, no establece como dogma su inexistencia. Es una lástima que Hawking no mantenga el mismo rigor que cumple en sus planteamientos científicos cuando considera temas filosóficos o religiosos. Como apunta Percival, es muy posible que la enfermedad que padece no esté siendo bien vivida por él, y reaccione ante ella con el orgullo herido de quien no se deja vencer por las circunstancias. Tal vez (y sé que es muy difícil) si pudiera vivir su condición personal con más humildad, pudiera abrirse un poco al misterio de la acción de Dios en su vida.
Pero no somos quiénes para acusar a alguien que atraviesa una situación muy penosa desde hace décadas de que no sienta la presencia de Dios por ningún lado. Lo que sí es criticable es su dogmatismo, su orgullo tal vez resentido de negar aquello que no puede entender o abarcar con su mente.
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Así es Pacote, y de ahí se ve cómo el actual auge del panteísmo (la Naturaleza es Dios) tiene por una de sus principales causas el quererse negar la existencia del Dios revelado.
Otra cosmovisión en cierta medida emparentada es la que acepta la existencia de un "dios" hecho a imagen y semejanza de la razón humana. Es un "dios" no personal, que no premia ni castiga ni se ocupa de su creación, sino que luego de "fabricar" el Universo cual genial "arquitecto", permanece eternamente descansando en el "séptimo día".
Ésta era la cosmovisión de Eisntein, por ejemplo, y es la de la Masonería y la de tantísimas almas.
Dsede sus 25 años fue diagnosticado que no viviría 10 años más, cuando ya ronda los 70, si no me equivoco. Y llevando una vida muy difícil, atado a su silla de ruedas y a los accesorios digitales por los cuales aun se comunica. Y mi Señor a mi me colmó de bendiciones durante mi juventud y madurez, en ese sentido.
Repito, lo admiro por ser un super genio que ha superado a Einstein, y aunque varias de sus propuestas científicas ha sido rebatidas y/o derrotadas, muchas se han abierto paso y han dado mucha luz a la ciencia.
Si él aplicara sus luces científicas a analizar seriamente las religiones, seguramente desembocaría en el Catolicismo.
Por el bien de la conversión humana, sería yo muy feliz, si él se convirtiera ahora que ya es mayor.
Dios quiera seguir llamándolo, a diestra y siniestra.
Cada día la lista de factores finamente ajustados va aumentando:
1-Constante de la fuerza nuclear fuerte
2-Constante de la fuerza nuclear débil
3-Constante de la fuerza gravitacional
4-Constante de la fuerza electromagnética
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93-Fuerza del campo magnético primordial cósmico
Estas 93 constantes y condiciones caen en un rango extremadamente estrecho de valores que posibilitan la vida.
Si cualquiera de estas contantes o condiciones iniciales fuera alterado por menos que el ancho de un cabello, la conclusión siempre es que el equilibrio que hace posible la vida se destruiría y la vida no existiría.
Tenemos un creador que sabe como crear un Universo, donde por lo menos en un planeta, es posible la existencia del hombre, de un ser inteligente hecho a su imagen y semejanza y capaz de relacionarse con su creador y si quiere también gozar de su dicha.
En la Escritura ya habla Dios de este ajuste finísimo:
¨Pero Tú lo has regulado todo con medida,número y peso¨
(Sabiduría 11,21)
Rezo por el Sr Hawking y todos aquellos que no ven lo que a los ojos de muchos es evidente.
Es interesante que el mismo Gödel haya desarrollado una demostración matemática del argumento ontológico de San Anselmo (que a nosotros los tomistas no nos gusta demasiado). Quizá Hawking, que en la conferencia que cito manifiesta haber cambiado su punto de vista estudiando el teorema de Gödel, pudiera encontrar alguna luz estudiando esta demostración.
La existencia de los milagros no se contrapone a la ciencia por la sencilla razón de que sólo en un universo racional, sometido a leyes constantes y modelizable matemáticamente como es el nuestro se puede percibir la existencia de fenómenos extraordinarios que parecen contravenir esas leyes.
Y muchos de esos fenómenos, los milagros, no sólo que sí existen sino que son la causa y la razón necesarias para que el mundo material exista, el cual no se puede explicar por sí mismo.
Olé, y dos orejas.
Por cierto, sobre el comentario de la Wiki, es notable la diferencia entre la versión española y la inglesa. En la española vienen a decir que Galileo tendría todos los argumentos para demostrar su teoría pero si te pones a analizar lo que está escrito (el ejemplo mas clamoroso es el de las mareas) te dicen que cuando estaba equivocado (las mareas las causaba la rotación de la tierra y no la Luna) en realidad, en el fondo, tenía razon.
La inglesa es mucho mas comedida y racional.
ENTREVISTA:
Dr. J. A. Benito: El milagro: ¿Cómo es compatible la ciencia, con sus leyes fijas dadas por Dios, con el milagro que va contra ellas, sobre todo en la resurrección, la gran prueba de credibilidad?
P. M. Carreira: Quienes objetan a la idea del milagro suelen objetar diciendo que si se acepta que puede haber milagros se viene abajo la ciencia, porque entonces uno nunca sabe lo que va ocurrir y la ciencia necesita ser capaz de predecir lo que va a ocurrir. A eso yo respondo con un sencillo experimento: ¿Puede la ciencia predecir con certeza si dentro de 3 segundos este lapicero va estar sobre la mesa, porque lo dejo caer, o no? Es obvio que la ciencia no puede predecirlo. Pues si la ciencia no puede predecir mis acciones libres, no es extraño que no pueda predecir las acciones libres de Dios. Pero la ciencia no se viene abajo por no poder predecir qué haré yo, ni tampoco por no predecir que va a hacer Dios. El milagro no es una actividad arbitraria de Dios, para estorbar a los científicos: se hace en un contexto claramente religioso, para mostrar que Dios puede libremente hacer lo que va más allá de la actividad normal de la materia. No hay problema lógico en eso. Pero el milagro tiene que servir como prueba de acción divina, y tiene que ser algo externo, observable por creyentes o no creyentes, y por tanto no se puede llamar milagro a cualquier cosa que yo no entiendo o que es solamente de orden psicológico.
Dr. J. A. Benito: ¿Puede contarnos uno, así palpable, en tiempos modernos?
P. M. Carreira: Hay uno muy famoso bien atestiguado históricamente que debe satisfacer a cualquiera, el milagro de Calanda en España, en el siglo XVIII. A un joven que trabajaba en el campo, un carro cargado de cosas de labranza le pasó por encima de la pantorrilla, le deshizo el hueso, tuvieron que apuntarle la pierna, por debajo de la rodilla y después de unos dos años y dos meses, si no me falla la memoria, se acostó con una pierna y a los 15 minutos se despertó con las dos. Fue un caso que se hizo famoso en todo Europa; el rey mismo en Madrid pidió que fuese a verlo este joven y así fue, después de un juicio eclesiástico y otro civil, para estar seguros de que no había engaño, que no había fraude de ningún tipo. Testificaron los médicos que le habían amputado la pierna, y centenares de personas que le vieron con el muñón y sólo con una pierna durante años pidiendo limosna. No hubo otra forma concluir nada sino que ese milagro así fue. Esto tiene todas las credenciales históricas y como única explicación hay que aceptar una acción de Dios, porque no ha ninguna posibilidad de explicar por ley física alguna que una pierna que estaba enterrada en el huerto de un hospital hacía dos años aparezca de nuevo, viva, unida al muñón, que tenía todavía las cicatrices de donde se la habían amputado.
Los milagros de Cristo también tuvieron que ser perfectamente demostrados para cambiar la mentalidad de los apóstoles y hacerles aceptar que aquel hombre era verdaderamente el hijo de Dios. Tuvieron que ser convencidos –diríamos, a la fuerza- de la realidad de la resurrección y terminaron afirmándola claramente como la base de su fe, aunque les costó la vida: "Nosotros, que comimos y bebimos con Él, después que resucitó de entre los muertos, damos testimonio de lo que hemos visto y de lo que tocamos con nuestras manos". No tiene sentido que ellos se dejasen matar por eso si no hubiesen visto lo que vieron y tocado lo que tocaron. El Cristianismo no se basa en cuentos, se basa en hechos históricos y estos finalmente tienen que tener como criterio de la divinidad de Cristo a sus milagros. Él lo dijo explícitamente: «Si yo no hubiese venido y no hubiese hecho cosas que nadie jamás ha hecho, no tendríais pecado en no creerme: pero las hice, y las visteis y no queréis creer. No tenéis ninguna excusa.» Blog: JABENITO
"La ciencia más granada
es hacer que el hombre se salve,
porque al final de la jornada,
el que se salva, sabe,
y el que no, no sabe nada"
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LF:
Genial el jesuita argentino.
Si le quitan al hombre la fe en Dios y con ella la esperanza, no le queda nada.
El necio, ignorante y no desear obtener conocimientos para su persona es el dano mas grave que puede existir para convivir con otras personas, pues esas personas ya no escuchan tienen una manera de pensar y asi tratan de obligar al otro a vivir como ellos.
Asi son mis suegros, desgraciadamente, no aceptan la palabra de Dios pero se dicen ser catolicos! van a misa una vez el domingo y pero necios en entender y escuchar que todos tenemos errores y el unico perfecto es Dios. Nei
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