Alguien más debe seguir los pasos del P. Beto, Rosemarie... y sus obispos
Roberto Francisco Daniel ha dicho no a su obispo, Mons. Caetano Ferrari, que le pidió que retirara de internet el material contrario al magisterio de la Iglesia y que además se retractara públicamente. Ayer el conocido como P. Beto anunció que dejaba el sacerdocio.
Rosemarie Smead abandonó hace un tiempo la condición de monja carmelita, y este fin de semana ha decidido abandonar la Iglesia Católica al participar en una charlotada por la cual pretende haber recibido el sacramento del orden. Cosa que ni en sus más oníricos sueños sería cierto. La pena que le espera es la excomunión, pero esa señora ya ha dicho que le importa bien poco que la excomulguen. A sus 70 años, y hablando de los obispos, ha tenido el cuajo de afirmar que está “bien lejos de permitir que octogenarios nos digan como debemos vivir“. Lo cual es curioso ya que no existe ningún obispo en ejercicio que tenga más de 80 años.
El brasileño aún no ha decidido sobre su futuro, aunque tiene planes de seguir en contacto con los fieles de Bauru, con quienes pretende organizar grupos de oración. Supongo que su obispo advertirá a los fieles católicos de que no pueden organizar nada con ese señor. Si quiere montar un chiringuito pseudo-eclesial de corte protestante liberal -donde los evangélicos no tiene sitio-, es muy libre de hacerlo. Pero no puede ser católico y sostener las ideas que sostiene.
La ex-monya yankee pasa a formar parte de la lista de personajes estrambóticos que pululan por el páramo religioso de su país. Hoy es noticia por el show en el que ha participado y en unos días o semanas lo volverá a ser cuando llegue el decreto de excomunión. Luego, la nada.
Lo cierto es que en España tenemos a curas y monjas que creen y dicen exactamente lo mismo que el ex-sacerdote y la ex-monja. Por ejemplo, el P. Ángel, presente en todos los saraos donde haya una cámara de por medio, dijo en su día a la agencia Efe que “la familia es igual de válida si está conformada por dos heterosexuales, una pareja de homosexuales o una unidad monoparental". En esa misma línea se pronunció Sor Teresa Forcades. La, todavía, monja benedictina es además defensora del derecho al aborto de la mujer.
Podríamos dar muchos más ejemplos como los dos mencionados, pero el punto que quiero señalar, lo que marca la diferencia entre unos y otros casos es la actuación de la autoridad de la Iglesia. En el caso del sacerdote brasileño, un obispo le dio unos días de plazo para rectificar. En el caso de la ex-monja, el arzobispo de Louisville ha advirtió que la Iglesia aplicará previsiblemente el derecho canónico. Lo ha hecho en otras ocasiones con otras mujeres que han participado en esos simulacros de ordenación. Eso significa que cuando la Iglesia quiere, puede poner fin al espectáculo dantesco que supone tener a sacerdotes y religiosos mofándose abiertamente de la doctrina católica en los medios de comunicación.
Como he dicho en anteriores ocasiones, lo ideal es que esos heterodoxos fueran consecuentes y abandonaran la Iglesia. Pero, como casi nunca lo hacen, debemos pedir que la Iglesia les aplique la ley que se ha dado a sí misma. Necesitamos obispos dispuestos a no tolerar el disenso doctrinal en materias graves. Ni siquiera hace falta que Roma intervenga. Un obispo tiene autoridad más que de sobra para poner fin a esos espectáculos.
Ni que decir tiene que lo ideal es que todos esos heterodoxos siguieran los pasos de Norma Jean Coon Lifted. Pidamos al Señor que les conceda esa gracia y ellos la acepten.
Luis Fernando Pérez Bustamante
16 comentarios
La respuesta del Señor fue tremenda. Mandó directamente a Coré y a sus rebeldes -abriendo la tierra bajo sus pies- al Seól (al infierno, vamos).
Que un cristiano/a, ya ungido en el bautismo como Sacerdote, Profeta y Rey (en cuando participa de esas tres dignidades mesiánicas de nuestro Señor), desprecie esos dones sublimes (o le parezcan poco) y quiera elevarse por sí mismo -sin que el Señor le llame- al mismo trono donde emerge el único Sacedocio, el de Cristo, es un acto de soberbia verdaderamente demoníaca.
Y ya sabemos donde acabó el demonio. Y donde acabó Coré.
Entrar en su Iglesia es estar en comunión con Él en Espiritu y Verdad ,al día de hoy confundimos las ideas con el misterio del Espiritu Santo, nuestras ideas tienen que ser acordes con el corazón del Amor del Señor que es lo que nos pide, no es decir "Creo en Jesús pero no en esta Jerarquía de Iglesia" La comunión visible implica aceptar esta nuestra Iglesia- Jerarquía y fieles- y la Iglesia es la depositaria del tesoro de la fe.
Si los enviados en misión pública Eclesial no cumplen con el Ministerio,la autoridad eclesiástica en su deber, tiene que aplicar la disciplina canónica para el bien de la comunidad y saber a que atenerse los fieles.
Llegan a decir en algunos casos así se echan a los fieles,pero pertenecer a la Iglesia no es hacer lo que cada cual quiera.Sabemos que la sociedad actual no es conforme a la doctrina católica, pero lo esencial de la Iglesia no puede cambiar y es que aunque para los católicos seguir a Jesús es AMOR Y RAZÓN pero nunca están reñidos en la Iglesia, ya que obedece a la Verdad esencial de ser corpóreo espiritual, las ideas que no son acorde a la verdad natural y esencial no tienen porque ser admitidas por la Iglesia y ésta debe velar por la verdad revelada .
¿Y que pasa con los ministros y religiosos rebeldes? profesores de Religión y catequistas, que si van en contra de la vida, justifican el matrimonio entre iguales o les apoyan, o en el caso de las mujeres que se erigen en sacerdotes tendrán que retirar la missio canónica.
Pues la única opción es cambiar las declaraciones públicas que hacen daño a los fieles ,mantener la disciplina es necesario.
En esta época de relativismo social, la iglesia debe mantener la pureza y la verdad del Señor ,esta verdad costó mártires continuos, el Señor el primero. luchar contra el mal es necesario.
Dejación que es doblemente grave porque si los respectivos obispos actuaran como DEBIERAN, estarían dándole al díscolo un sacudón que podría ser ocasión para su conversión.
Como sucedió en el feliz caso que citas al final.
Pues eso...
Es del clan de la Forcades y el P. Angel.
¿Dónde quedan la CEC y el cardenal Rubén Salazar y el Provincial de los Jesuitas en Colombia?
la Iglesia es la esposa de Cristo, tenemos obligación de cuidarla y preservarla.
Ante estos casos siempre me acuerdo de San Pablo, él no se andaría con tantos miramientos.
Como siguió la cosa?
Entre los dos me llevaron al Patíbulo, como a tantos otros antes, comenzando por Jesús y tantos otros después.
Podemos sacar la correspondiente lectura a semejante actuación.
Que Iglesia quieren? La que tienen, y se hace todo, todo, todo, lo que ellos consideren conveniente contra quienes les descubren.
Y Roma, y la Nunciatura? qui lo sá
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