El ejemplo de la Francia laicista
Este fin de semana se ha producido en Francia la tercera mega-manifestación contra el gaymonio. Las cifras de asistentes varían según las fuentes, pero es evidente que ha sido un nuevo éxito.
El presidente de la República francesa, François Hollande, llevaba en su programa la equiparación al matrimonio de esas uniones contra natura, así que no tiene nada de particular que quiera llevarlo a cabo. Sin embargo, dado que para muchos franceses esa es una ley que pone en peligro la institución familiar y, sobre todo, el futuro de muchos niños adoptados, es también absolutamente normal que salgan a la calle para oponerse.
El papel de la Iglesia en el país galo ha sido exactamente el mismo que en el resto de países donde se quieren aprobar leyes similares. Como el aborto, estamos ante uno de los principios no negociables marcados por Benedicto XVI. Es decir, no cabe consenso alguno cuando se trata de defender el derecho a la vida y la institución matrimonial. Eso demuestran, al menos en la cuestión del matrimonio, los miles de alcaldes franceses que han dicho que se niegan a casar a homosexuales.
Este post no lo escribo para debatir sobre las razones de la Iglesia -y de los que sin ser católicos están de acuerdo con ella- sobre estos temas. Lo que quiero señalar es la absoluta normalidad, al menos aparente, con el que la actual clase gobernante francesa está reaccionando ante esas manifestaciones. No he visto a Hollande amenzar a la Iglesia con el apocalipsis. No parece que la izquierda del país vecino vea en los obispos una especie a perseguir por el delito de opinar. O sea, exactamente lo contrario de lo que pasa en España.
Ciertamente las relaciones entre el estado francés y las confesiones religiosas no son las mismas que en este país. Allá no hay un acuerdo entre el estado y la Iglesia Católica, los evangélicos, musulmanes y judíos parecido al que sí existe en España. Pero la situación española no es especialmente extraña. Hay otros países europeos donde incluso existe una confesionalidad del estado. La mayor parte de los países confesionales son protestantes (p.e, Gran Bretaña y Dinamarca). En Alemania, existe un impuesto religioso que pagan los fieles de cada denominación cristiana. Pero, hasta donde yo sé, España es el único país europeo donde la clase política de izquierdas -lo que incluye al partido que puede llegar de nuevo al poder- considera a la Iglesia como el enemigo a batir por las buenas o por las malas.
Ni que decir tiene que la Iglesia en España no puede responder con la misma moneda. El único enemigo real que tenemos es la apostasía, la paganización y el aumento de la inmoralidad en este país. Y eso viene ayudado tanto por la izquierda política y parlamentaria como por el principal partido de la derecha de esta nación -y la derecha nacionalista autonómica-. Lo único es que esa derecha española no es anticlerical. La izquierda sí lo es.
Es tarea de los seglares católicos españoles dar esa batalla en la vida pública y política. Y no basta con las organizaciones cívicas. Necesitamos representantes auténticamente católicos, que no estén más pendientes de las consignas de sus partidos que de defender los valores que queremos para nuestra sociedad. Da igual que dichos valores sean minoritarios. Hay que defenderlos en las Cortes, en los parlamentos autonómicos, en los ayuntamientos, etc. No puede ser que el anticlericalismo trasnochado, pero real y peligroso, de la izquierda, no reciba cumplida réplica, siquiera dialéctica, allá donde se decide el presente y el futuro de nuestra nación.
Por tanto, vuelvo a pedir la creación de una plataforma política -a la que se sumen partidos ya existentes y organizaciones cívicas- basada en los principios no negociables, en la que quepan todos los católicos y el resto de ciudadanos que compartan dichos principios. El futuro de España está en juego.
Luis Fernando Pérez Bustamante
21 comentarios
¿Por qué no iniciarlo desde aquí con un manifiesto? Así no resultaría iniciativa de ningún partido, y podrían adherirse las personas que estén de acuerdo más facilmente.
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LF:
No nos corresponde a nosotros hacer ese manifiesto. Eso supera la función de un medio de comunicación. Lo que sí podemos hacer es difundirlo y apoyarlo mediáticamente
Yo repito cordialmente que lo firmaba ahora mismo y lo difundiría entre todos mis conocidos. No se trata de que Infocatólica deje de ser un medio de comunicación, sería un medio de comunicación que sirve de lanzadera para una iniciativa a favor del ideario y de los mismos valores católicos que son su razón de ser.
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LF:
Es un tema que ya hemos hablado en el consejo. Animamos a que se haga. Pero toca que lo hagan los católicos que se dedican a la política. No es nuestro caso.
La destrucción de los valores cristianos es una tarea común de toda la izquierda europea ( sobre todo desde Gramsci ), y buena parte de la derecha. Lo que ocurre es que en España, hasta ahora ha habido mucha resistencia, y a la izquierda aún le escuece ( y mucho ) la herida de la última Cruzada.
Yo también diría "el ejemplo de la Francia cristiana" porque también hay una Francia cristiana y ¿no fue Carlos Martel quien, con inferioridad numérica, paró en Poitiers a los sarracenos, que ya subían hacia toda Europa procedentes de España? No sabemos (no sé) como terminará lo de Hollande (recemos para que no se salga con la suya), pero, a mi juicio,nos jugamos mucho ahí, toda la Iglesia católica en Europa. Porque parece que en España estamos muy condicionados, para lo malo y para lo bueno, de lo que suceda en Francia. Parece, ciertamente, que algunos políticos de la izquierda españoles son mas "afrancesados" que los propios franceses en materia laicista (de golpear a la jerarquía eclesiástica). ¿Eso por qué?, me pregunto, ¿temen quedar mal ante sus jefes?, ¿temen los políticos franceses reavivar a una Iglesia ahora bastante sojuzgada por el Estado, si la atacan muy directamente? no sé. Por supuesto, es nuestra tarea dar la batalla en la vida pública española, pero creo que también colaborar en la, a mi juicio, trascendental batalla (esperemos que incruenta) que se está dando ahora en Francia.
En Jesús y María (Mediadora Universal de Todas las Gracias)
Aqui hay unas elites que ven al pueblo no como ciudadanos sino como súbditos. El tan "progresista" PSOE no es mas que un partido reaccionario que no aguanta las discrepancias ideológicas como hacían los monarcas absolutistas.
No han entendido nada de lo que es la Modernidad europea.
Mientras prevalezcan las estrategias particulares o las identidades excluyentes sobre los principios comunes que nos mueven a todos, me parece que la cosa está difícil. Y debería ser lo más fácil, pues en la pura marginalidad en la que estamos, nada tenemos que perder.
Quizá tengamos lo que nos merecemos. O quizá tampoco nos "representan" (por decirlo así, ya que son extraparlamentarios) quienes están comprometidos políticamente. Desde luego, si ni de esto son capaces, qué podemos esperar de ellos. Con todo, la urgencia es ya imperativa. Los católicos hemos de estar de forma activa en la vida pública para la toma de decisiones. De lo contrario, no solo desapareceremos como opción política, situación en la que nos hallamos sumidos desde hace 30 años, sino incluso como mera presencia, como realidad social.
Tal vez sea la hora de que los católicos de a pie, los absolutamente anónimos, los que jamás han estado afiliados a nada, los que jamás han sido ni falangistas, ni de AES, ni de HO, ni de nada, comiencen, comencemos a movernos. Pero este grupo, que desconozco su tamaño, ¿querrán hacerlo?, ¿sienten siquiera la necesidad o la conveniencia de hacerlo?
Falta liderazgo que aúne, sí, pero me temo que faltan más cosas. Y sin embargo, la necesidad aprieta como nunca desde hace 80 años.
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LF:
¿Tú sabes eso de predicar en el desierto?
Pues en esas andamos.
También somos gente normal, católicos de a pie. Sólo que nosotros ya nos hemos movido, cada uno donde ha creído conveniente, eso es todo. Sin necesidad de esperar al nacimiento de plataformas (conste que me parecería fenomenal que surgiera una, siempre que no estuviera contaminada de líderes peperos, no me fiaría de ellos).
Lo que ha destrozado el liberalismo y el socialismo en España no tiene nombre
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LF:
Bueno, los españoles dimos más mártires para Cristo en 3 años que ninguna otra nación en un periodo tan corto de tiempo.
Aquí somos capaces de lo mejor y de lo peor.
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LF:
Hombre, todos no.
No sé qué hacer para que se forme esa plataforma que muchos apoyaríamos con nuestro voto. El problema es que a la hora de la verdad hay un problema de unir a grupos afines por personalismos o no sé porqué.
Tal vez vosotros sí podíais ejercer una labor de "mediación" entre los distintos grupos.
Saludos.
No quisiera con este comentario que te dirijo ofenderte o molestarte de alguna manera. Sabes que te estimo, que te respeto y que admiro tu lucha y tu compromiso como afiliada a AES en medio de la más cerrada hostilidad, siendo la peor con diferencia aquella que procede de la Jerarquía eclesiástica. Es más, entre las formaciones realmente católicas, tu partido es el que me parece más próximo a mi "sensibilidad" política, por decirlo así. Pero eres quien me interpela y es a ti, pues, a quien me dirijo. Pero, por favor, no lo tomes como una alusión personal.
Es cierto que estas formaciones están integradas por católicos anónimos. Seguro que sí. Pero es un misterio que no logro dilucidar el que esos católicos tan íntegros, de cuya calidad no dudo en absoluto, antepongan su "patio particular", sus personalismos o sus identidades más o menos ancestrales a su catolicidad. Católico significa, como muy bien sabes, universal. Entonces, ¿cómo es posible que los más acendrados católicos de un país se comporten tan poco católicamente, de forma tan particularista? ¿No tenemos claro todos cuál es nuestra penosa situación política? ¿No tenemos claro todos que es lo esencial y el mensaje que defendemos y que queremos proponer y anunciar? Entonces, insisto, ¿por qué hacéis prevalecer vuestro falangismo, vuestro carlismo, vuestro "piñarismo", vuestro peperismo provida y otras diversas extravagancias, frente a vuestra genuina catolicidad que es vuestro mayor tesoro?
Un abrazo, Nova.
Por este motivo, a diferencia de Francia, Hungría, Polonia y otros muchos países europeos que sí tienen una derecha política de verdad, y una derecha además que defiende los valores y las raíces cristianas, en España no tenemos eso, ¡no tenemos eso!, sino tan solo un atajo de partidos corruptos y anticristianos que desprecian la vida y la familia.
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