El amor como excusa para justificar el mal
Los precandidatos democrata¿cristianos? a la presidencia chilena mantuvieron ayer un debate público en el que abordaron la cuestión del reconocimiento civil de las uniones homosexuales. No sé si ambos son católicos, pero para el caso, da lo mismo. Claudio Orrego sostuvo la tesis de que dichas uniones deben ser reguladas por el estado pero sin llegar a considerarlas como matrimonio. Tal postura es contraria al magisterio de la Iglesia, que ha decretado que las uniones homosexuales no deben recibir ningún tipo de reconocimiento legal. Ximena Rincón, por su parte, está a favor de darle el estatus matrimonial a ese tipo de relaciones. Su argumento fue que «si hay amor», por qué negarles a los gays la posibilidad de unirse en matrimonio. Eso mismo valdría para aprobar la poligamia, la poliandria, el incesto y cualquier otra cosa que se les ocurra. “Si se aman, llamémosle matrimonio".
Desde el punto de vista de la moral cristiana, el amor, que forma parte esencial de la naturaleza divina, se ha convertido en una excusa muy socorrida para justificar lo injustificable. Por ejemplo, entre los adúlteros suele darse una relación amorosa y no meramente física. Lo mismo ocurre entre los novios que no esperan a que Dios bendiga su unión para poder ser, como dice la Escritura, una sola carne.
Pero también se apela al amor para pedir a la Iglesia que deje que los herejes campen a sus anchas por los prados donde pasta el rebaño de Cristo. La disciplina, que bien entendida y aplicada, es un acto de amor que busca la corrección del que está en el error o en el pecado, es vista como algo ajena a la caridad cristiana. De hecho, malos padres son aquellos que dejan que sus hijos haganlo que les venga en gana.
Con todo esto no se logra otra cosa que prostituir una palabra que debería ser el motor de nuestras vidas. De hecho, creo que hace tanto daño la expansión de una idea equivocada sobre el amor que la expansión del odio. Es fácil ver la maldad en el odio. No es fácil ver lo mismo en el amor desnaturalizado.
Como cristianos debemos tener muy claro que lo primero de todo es el amor a Dios. Y en eso va incluido el rechazo del pecado. Incluso el amor humano puede convertirse en pecaminoso si lo ponemos por encima del que debemos a Dios. Ya dijo Cristo que quien amaba a sus seres queridos más que a Él, no era digno de Él. Lo cual no significa que no debamos amar a nuestros familiares y amigos. De hecho, debemos amar incluso a nuestros enemigos, cosa que ciertamente es imposible sin la gracia de Dios.
Como dice San Pablo, el amor es mayor incluso que la fe. Por tanto, amemos sin límite, pero siempre teniendo como referencia a Dios y su Palabra. Y, siendo como somos luz del mundo, proclamemos el verdadero amor en contra de esos sucedáneos que ocultan su verdadera naturaleza y que solo sirven como excusa para que el pecado y el mal sigan triunfando en el mundo.
Luis Fernando Pérez Bustamante
28 comentarios
El problema es que el lobby gay defiende un amor-eros falso, puro deseo, puro engaño y mentira en contra la realidad antropológica del hombre. Lo adornan con una pátina de naturalidad y todos los que estamos en contra somos intolerantes y homófobos según ellos. Hay que reconocerles que han sabido hacerlo y han ganado la lucha propagandística. Tienen a los medios de comunicación y a los partidos en palmitas.
Recomiendo la web para profundizar más: www.esposiblelaesperanza.com
Yo amo a mi perrito titín y el me ama a mí ¡Querémos ser matrimonio! pero, ya puestos, es que también me amo a mí mismo con gran deleite ¡quiero casarme con mi yo, yo conmigo mismo! vamos, mismamente yo mismo. Oohhh qué deleite.
Lo del amor entre familiares o entre niños y adultos mejor lo dejo estar por ser demasiado asqueroso y macabro. Aunque el PSOE rebajó la edad de consentimiento a los 13 años así que... Por cierto, el PP no ha cambiado esto, lo mantiene y lo ha asentado.
La ley sentimental desfigura la palabra amor, porque no reconoce limites.
Nuestro Creador sabe que la verdadera felicidad esta, en El, con sus mandatos, pero no impone esta verdad, (bienaventurados quien la acepte), nosotros tampoco debemos hacerlo, si, dar testimonio de esta verdad y predicarla sin cansancio.
En este año que la Iglesia proclama el don de la fe, pueda el hombre dejar la agobiante soberbia de creer en si mismo, producto de tantas des-gracias, violencia y rechinar de dientes.
Me uno a su luz, para poder ver al enemigo, del verdadero Amor.
Por la otra vereda política tampoco hay mucho que rescatar: Lawrence Golborne, abanderado de la UDI (partido definido tradicionalmente como católico, con muchos de sus miembros en el Opus Dei, Schöenstatt, Sodalicios y otros movimientos), está a favor del "acuerdo de vida en común", dice que aceptará que se debata el matrimonio homosexual y lo aceptará si así se aprueba, y además está a favor de una economía de mercado sin límites, con lucro desmedido y sin un marco ético que la conduzca hacia la justicia social. El otro candidato de derecha, Andrés Allamand (Renovación Nacional), agnóstico, divorciado y vuelto a casar, está de acuerdo con Golborne en lo económico y social, mientras que en lo moral es abiertamente liberal, y por ende, anticristiano.
Los demás candidatos, definidos como de centro-izquierda o centro-derecha independientes, apelan todos a un liberalismo absoluto en la sociedad chilena, con un discurso populista que hace parecer que son derechos los caprichos de grupos particulares.
Pero sin duda, la peor postura es la de Michelle Bachelet. Todavía no se sabe si la ex-presidenta será nuevamente candidata aunque ya tiene comando y eventual programa de Gobierno. Ella ahondará en una conducción neo-socialista del país, incluso en un aspecto más ideológico, que sabemos que es claramente opuesto a la fe de la Iglesia.
Conclusión: Si Orrego echa pie atrás a lo que el Partido le impone decir y se plantea conforme a sus convicciones, será mi candidato. De lo contrario, no hay por quién votar.
Pero que no se considere matrimonio. Y que no se obligue a ninguna Iglesia a aceptarlo. Pero es un hecho, es una realidad, y para asuntos como testamentos, firma de documento (legalmente el matrimonio es un acto legal, no un sacramento.
En definitiva, a pesar de mi asco sólo de pensar en la unión carnal de dos personas del mismo sexo, a pesar de que no considere que la convivencia de dos personas del mismo sexo pueda considerarse matrimonio, creo que hay que regularlo, porque tiene repercusiones económicas, que pertencen al César, no a Dios.
No vale la escusa esa que dices: "Si se aprueba el matrimonio gay, ¿por qué no se legaliza la poligamia o el incesto?"
¿Acaso no hay casos de hermanos gays que tienen una relación sentimental?
Vosotros y tú sois unos totalitarios, ¿por qué? Porque os metéis en la vida de los demás. Me da igual que uno practique la poligamia o un hermano se quiera casar con su hermana, ¿por qué os importa lo que hagan los demás con sus vida?¿acaso vuestra vida es tan patética que tenéis que molestar a los demás para sentiros a gusto, DAIS PENA.
Vivid vuestra vida y que el resto viva la suya.
¿No puede haber respeto y convivencia?
Pero claro, el autor del blog y muchos lectores no comprenden lo que es el respeto y la convivencia.
"Total, si se aman...". Desligados de Dios, a cualquier cosa llamarán amor.
Simplemente, No!
Cuando es contra natura, No!
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He visto a padres que, por AMOR a sus hijos, han hecho auténticas barrabasadas a los supuestos "competidores" de sus hijos en el deporte, la escuela, el empleo o la cultura, rayando el delito.
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LF:
¿Cómo ibamos a hacer una alusión crítica desde España a dos políticos chilenos de los que apenas sabíamos nada?
Quien sí les conocía era el arzobispo, obviamente.
En cuanto a herencias, pensiones etc. hace tiempo que el derecho prevé y contempla soluciones para esas situaciones sin que se le tenga que llamar matrimonio a cualquier convivencia con o sin cama.
Así, el "amor" clásico, evangélico o tradicional señalaba la superación del egoísmo, el darse, el entregarse sin reservas. Era la síntesis de la parte humana del Mandamiento por Antonomasia: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo".
En la acepción liberal, en cambio, "amor" significa sin más, "interés egoísta". Por eso es que las "relaciones amorosas" al uso son solamente "egoísmos coincidentes": si mi egoísmo coincide con el tuyo, ¡nos "amamos"!.Pero cuando el interés egoísta cambia de blanco porque alguno de los "amantes" ha conseguido algo que le satisface más su ego, la antigua relación de "amor" se borra de un plumazo y pasa a la historia.
Para mayor escarnio si posible fuese, ese "amor" egoísta ha sido elevado en la escala de "valores" vigente a la categoría de sagrado, de absoluto, de indiscutible.
Al paso que van, me parece que esta gente terminará por horrorizarse de sí misma.
Gracias por la columna, permite orientar sobre política nacional a quienes están fuera de nuestro país. La veo como una columna muy acertada y con ideas claras. Lamentablemente aquí hay una tremenda confusión doctrinal: por ej. un parlamentario DC me aseguró que iba a votar a favor de la ley de acuerdo de vida en pareja (legalizar las uniones de hecho homo y heterosexuales) porque era ¡católico¡. Justamente por eso (ser católico) la voy a votar a favor, me dijo. Con respecto a los candidatos presidenciales, ninguno se acerca un poco a los dictados de la ley natural. Los de derecha son iguales a Piñera.... y los otros para que decir. Yo creo que votar nulo con alguna leyenda es la mejor opción.
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LF:
Es IMPRESCINDIBLE enviar este documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe a todos los políticos católicos chilenos:
http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_20030731_homosexual-unions_sp.html
Que les quede CLARÍSIMO que no pueden votar a favor de NINGUNA legalización de las uniones homosexuales en cuanto a tales.
Y lo más triste de todo es que las políticas cristianas funcionan de verdad pero los Gay-ardones siguen sin enetrarse :Elard Koch demuestra con datos que la legalización del aborto no tiene efectos sobre la mortalidad materna
http://infocatolica.com/?t=noticia&cod=12355
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LF:
Ocurre que modero mi blog como creo oportuno. A veces doy paso a comentarios de gente no cristiana y no católica y a veces no. En muchos casos no tiene que ver con que el texto sea o no sea respetuoso. Depende más de si creo que lo dicho aporta algo sobre lo que me merezca la pena debatir o contestar.
Ante la pérdida del sentido, y el valor del matrimonio, véase el divorcio expréss e(x)pañol, un buen amigo siempre me recuerda que el hombre y la mujer, que quieren comprometerse para siempre, no pueden rubricar ese compromiso con el amparo legal necesario.
Si el matrimonio no es una con uno y para siempre, deja de ser matrimonio; se convierte en otra cosa. Si a eso le añades una persecución a lo "masculino", con pensiones alimenticias desorbitadas, pues tenemos que aquí no se quiere casar ni el tato, y mucho menos procrear.
Misael
Lo único en relación con lo cual se debe legislar son los aspectos contractuales, fiscales, hereditarios, etc. que se derivan de una vida en común, sin inmiscuirse en si ahí hay amor, o va a haber sexo, o si los contrayentes (del contrato) son del mismo o de distinto sexo o si son dos, o cuatro, o seis.
Tampoco es educada esa costumbre que tu y otros blogueros de Infocatólica tenéis de de publicar un comentario habiéndolo editado con vuestra respuesta . Con ésto, la opinión del que escribe aparece ya rebatida desde el principio, sin dar la oportunidad a que los lectores se formen su propia opinión. Tu respuesta debería ir en un comentario aparte.
Este comentario no hace falta que lo publiques, pero creo que este blog mejoraría bastante si hicieras lo que te sugiero que, por otra parte, es lo habitual en blogs serios.
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LF:
No está de más que lo recuerde:
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Hoy en día el pecado se ha disfrazado de Caridad, Amor, tolerancia, respeto, derechos humanos y amor al projimo para adormecer conciencias.
A los católicos que defendemos la fidelidad a la Iglesia, a su Magisterio y a la Palabra de Dios nos llaman "Intolerantes"
En cambio muchos catolicos viven felices "EN AMOR Y PAZ" quedandose con un DIOS AMOR A LA MEDIDA...olvidando que somos peregrinos y futuros ciudadanos del Cielo, se ha adulterado la Palabra de Dios para justificar los PLACERES VANOS.
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