Conversaciones entre la Iglesia y la FSSPX: paciencia y oración
La razón de que lleve tanto tiempo sin escribir en mi blog sobre la posible regularización canónica de la FSSPX es que es casi imposible hacer un juicio equilibrado sobre lo que están pasando, habiendo tanta filtración -casi siempre procedente de los sectores lefebvrianos-, tanto anuncio anticipado de acuerdo y tanta precipitación.
Al día siguiente del último encuentro del Card. Levada con Mons. Fellay (13 de junio), el comunicado vaticano informaba que el cardenal había presentado “la evaluación de la Santa Sede del texto remitido por la Fraternidad Sacerdotal San Pío X el pasado mes de abril como respuesta al ‘Preámbulo doctrinal’ enviado por la Congregación el 14 de septiembre de 2011 a esa Fraternidad“. Y que en caso de que se llegase a un acuerdo, podría ofrecerse a la Fraternidad constituirse en la Iglesia como una Prelatura personal.
Pero de la Nota se deduce que el acuerdo no se había producido todavía. Lo que se expresa más claramente en el comunicado de la Casa General de la FSSPX del 14 junio 2012:
“Durante este encuentro, Mons. Fellay escuchó las explicaciones y precisiones del cardenal Levada, al que presentó la situación de la Fraternidad San Pío X y expuso las dificultades doctrinales que presentan el concilio Vaticano II y el Novus Ordo Missae. La voluntad de clarificaciones suplementarias podría derivar en una nueva fase de discusiones".
Resulta alarmante que, tras muchos meses de conversaciones, todavía Mons. Fellay se esfuerce en explicarle al cardenal Levada “las dificultades doctrinales que presentan” el Concilio y el Novus Ordo. Estoy convencido de que todos en la Iglesia sabemos cuál es la opinión de la FSSPX sobre esas cuestiones. Es decir, según parece, estamos en un punto en el que las conversaciones han de proseguir, pues no se ha alcanzado un acuerdo suficiente. Es necesario el complemento de “una nueva fase de discusiones". De ser así, recordemos que no estamos ante dos interlocutores con el mismo nivel “eclesial”. En un lado de la mesa está la Santa Sede. En el otro, no.
Por otro lado, a algunos nos cuesta entender cómo es posible que Mons. Fellay haga declaraciones que ayudan más bien poco el acuerdo buscado, como las realizadas en la entrevista publicada en DICI el 7 de junio de 2012, una semana antes del encuentro con la Santa Sede. En ellas dice, por ejemplo:
“Así pues, es la actitud de la Iglesia oficial la que ha cambiado, nosotros no. No somos nosotros los que hemos pedido un acuerdo, es el Papa el que quiere reconocernos. Podemos pues preguntarnos el porqué de este cambio. ¡Todavía no estamos de acuerdo doctrinalmente, y sin embargo el Papa quiere reconocernos! ¿Por qué?”
Aparte del poso de soberbia corporativa (la de la Fraternidad) que, en mi opinión, traslucen esas palabras, ¿no se da cuenta Mons. Fellay de que lo único que consigue al decir eso es hacer aún más difícil al Santo Padre la reintegración de la Fraternidad en la plena unidad de la Iglesia? Y aún dice más:
Las autoridades oficiales no quieren reconocer los errores del Concilio. Ellas no lo dirán nunca de manera explícita. Sin embargo, si leemos entre líneas, se puede ver que quieren remediar a algunos de estos errores.
Como ejemplo de lo que afirma cita los documentos pontificios sobre la santidad sacerdotal, en torno al Año Sacerdotal y a la fiesta reciente del Sagrado Corazón. No se trataría en estos documentos de reafirmar las formidables enseñanzas del Vaticano II sobre el sacerdocio (Christus Dominus, Presbyterorum ordinis, etc.), liberándolas de interpretaciones falsas, y asegurando su verdadera interpretación, la que guarda continuidad con el Magisterio precedente, sino que se trataría de corregir implícita y vergonzantemente “los errores del Concilio“. Es ésta una interpretación falsa y pésima.
O mucho me equivoco, o Mons. Fellay, con buenas palabras y un tono más amistoso que el resto de los obispos lefebvrianos, no se mueve un milímetro de la postura típica de la FSSPX en las últimas décadas. Ya lo dice en la Entrevista aludida: “Mi posición es la de la Fraternidad y la de Mons. Lefebvre".
De él no oiremos afirmaciones como ésta de los otros tres obispos lefebvrianos:
¿Cómo se podría conciliar un acuerdo y una resistencia pública a las autoridades, entre ellas, al Papa? Y después de haber luchado durante más de cuarenta años, ¿la Fraternidad deberá ahora ponerse entre las manos de modernistas y liberales de los cuales acabamos de constatar su pertinacia?
De él no cabe esperar la contundencia de Mons. Tissier, que asegura en una entrevista reciente que quien está en situación irregular no es la Fratenidad sino la Roma modernista. Tampoco leeremos de Mons. Fellay algo tan brutal como lo que afirmó en una de sus últimas cartas Mons. Williamson:
La Nueva Iglesia de Benedicto XVI incluye a la vez elementos católicos y no católicos. Pero lo que no es católico en parte, no es católico como un todo. Por consiguiente la Nueva Iglesia Ecuménica de Benedicto no es, como tal, la Iglesia Católica.
Ni llega Mons. Fellay a afirmar abiertamente lo que el P. Cacqueray, Superior del Distrito francés de la Fraternidad decía en carta publicada en diciembre de 2011: “Los hombres de Iglesia y el mismo papa se han extraviado".
Pero aunque no llegue a semejantes despropósitos, Mons. Fellay permanece unido a sus hermanos de la Fraternidad en varias convicciones fundamentales, que nunca ha corregido y que muchas veces ha reafirmado: Que Mons. Lefebvre obró bien ordenando cuatro Obispos, y éstos aceptando la ordenación. Que su excomunión fue inválida e inexistente. Que los sacerdotes de la FSSPX no están “suspendidos a divinis” y que ejercitan lícitamente sus ministerios. Que los miembros de la Fraternidad no necesitan “reintegrarse en la unidad de la Iglesia", pues están ciertamente “dentro” de ella. Etc. En esta disposición de ánimo, no parece que el Superior General de la FSSPX vaya a aceptar, así sin más, las explicaciones que la Iglesia le ha ofrecido sobre el Concilio Vaticano II.
Para colmo de los colmos, hay quien difunde por ahí la idea de que desde la Congregación para la Doctrina de la Fe se está boicoteando el acuerdo de la Santa Sede con la Fraternidad. Cuando llevamos ya años comprobando al mismo tiempo la benevolencia del Papa y la discreción verbal de la Santa Sede, en contraste con la obstinación de la Fraternidad y la procacidad de sus declaraciones, ahora va a resultar que es Roma la que no cesa de poner obstáculos para la unión.
Más aún, se ha llegado a insinuar que el Card. Levada o quizá más exactamente, el Arzobispo Secretario de la Congregación de la Fe, hayan puesto en el último encuentro nuevas exigencias y nuevos obstáculos para la unión, obrando en desacuerdo con las disposiciones del Papa, más proclive al acuerdo.
Es una acusación gravísima y falta en absoluto de todo fundamento real e informativo. En serio, ¿a alguien le cabe en la cabeza que Mons. Ladaria es capaz de hacer algo así? ¿Acaso no es una ofensa intolerable contra el arzobispo español la mera insinuación de que haya cometido semejante barbaridad? Por muy arzobispo que sea, ¿un simple secretario de un dicasterio va a enmendarle la plana al Papa, mientras el Cardenal Prefecto mira al techo?
Aún hay otra grave dificultad para la unión, que no nace precisamente de Roma. Mientras que la Santa Sede ofrece a la Fraternidad, una vez logrados los acuerdos precisos doctrinales, la figura de las Prelaturas personales, “que consten de presbíteros y diáconos del clero secular” (Código, c. 294), la Fraternidad, y concretamente Mons. Fellay, al parecer pretenden más bien un Ordinariato. En la entrevista aludida dice el Superior General de la Fraternidad:
“Seamos claros, si una prelatura personal nos fuese dada, nuestra situación no sería la misma [de los miembros del Opus Dei, la única actualmente existente]. Para entender mejor lo que sucedería, creo que nuestra situación sería mucho más similar a la de un Ordinariato Militar, porque tendríamos una jurisdicción ordinaria sobre los fieles. Seríamos una especie de diócesis cuya jurisdicción se extiende a todos sus fieles, independientemente de su situación territorial".
Dicho en otras palabras, la Fraternidad no aceptaría el estatuto de Prelatura personal tal como se describe en el Código (cc. 294-297), sino que exige que sus miembros laicos estén bajo la jurisdicción de la “Prelatura", y sean así sacados de la jurisdición del Obispo de la Diócesis en que vivan.
Esto es muy fuerte. No soy canonista, por supuesto, pero todo parece indicar que la FSSPX no se conforma con una Prelatura personal, sino que pide un Ordinariato como el que tienen, por ejemplo, los anglicanos. Y todavía algunos pro-lefebvrianos echan a la Santa Sede la culpa de poner exigencias excesivas para lograr la unión. La imposibilidad por ahora del acuerdo y la plena unión de la Fraternidad con la Iglesia Católica no procede solamente de los tres Obispos lefebvrianos radicales, sino también, aunque en otro grado, de Mons. Fellay.
Seamos pacientes. Es mejor un buen acuerdo que deje todo atado y bien atado, que una solución de compromiso que suponga un quebradero de cabeza constante a medio-largo plazo, con incesantes y graves problemas con los Ordinarios católicos del lugar. El Papa quiere a la FSSPX dentro de la Iglesia, pero no la quiere de cualquier forma y a cualquier precio. Debemos orar para que se cumpla su voluntad, y se cumpla así la voluntad de Dios.
Luis Fernando Pérez Bustamante
41 comentarios
muchos problemas con los obispos. Ahora tienen libertad para fundar nuevos centros y hacer lo que quieran. Sería un problema gordo su integración.
Yo pienso que ponerse a esta altura de las conversaciones a regatear un ordinariato cuando luego de un largo estudio el Papa ha estimado apropiado ofrecer una prelatura, y lo ha hecho con todas las formalidades, es por lo menos una falta de respeto y una falta de seriedad.
Cualquiera sea el resultados de estas ya larguísimas conversaciones, lo que yo veo cada vez más claramente es que de ellas el Papa saldrá prestigiado y fortalecido, mientras que la Fraternidad habrá de pagar un alto precio en descrédito ante propios y ajenos.
En cierta forma comprendeo a los lefebvristas porque se les ha considerado algo casi peor que herejes por amplios sectores de la Iglesia, cuando muchos Pagolas andan sin problema alguno. Si me parece emblemático que muchos Obispos ecumenicen con pentecostales, invitándolos a los Templos católicos, y los lefebvristas se les considere como apestados. Pero me parece muy dañina su juicio sobre los más recientes Papas. Incluso dicen que Juan XXIII era liberal, que Juan Pablo II era liberal, incluso que aunque buen tipo, BXVI es un liberal hegeliano. Y estos son incluso miembros de Una Voce. Creo que sin una reconociliación, la FSSPX caerá en la herejía sedevacante. Y como todos los herejes, no reconocerán su herejía. Dios quiera que esto no pase.
Más que discusiones doctrinales, creo que se necesita mucha oración para una pronta reconciliación de la FSSPX con la Única Iglesia de la que no debieron haberse ido. Oración, humildad y mansedumbre.
Si se ha estado dispuesto a acarrear con tantos estigmas durante muchos años, pensar que se va a echar todo por la borda, traicionando lo esencial de la causa, sólo por ganar una situación de mayor comodidad social es no entender lo que es tomar la religión en serio.
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LF:
Esa "intransigencia" me extraña relativamente. Vamos, de hecho, en el fondo no me extraña nada. Es una forma de hablar.
Se podrá responder que lo mismo se podría decir de la "Iglesia modernista" actual, pero creo que más allá de los errores de muchos fieles y religiosos, desviados de la enseñanza del Magisterio único y vivo de la Iglesia, ninguno se compara con la falta de caridad presente en la fraternidad..
Ruego por la conversión de los fieles y religiosos pertenecientes a la FSSPX con el dolor propio de un amigo que quiere lo mejor para sus amigos: La santidad.
Saludos! +
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LF:
Dice Mons. Williamson en su última carta, en la que parafrasea a San Pablo en Gálatas:
"Aquellos que quieren que la Fraternidad San Pío X pase por el Vaticano II B, están simplemente tratando de evitar ser perseguidos a causa de la Cruz de Cristo. Ellos quieren que ustedes sean mundanos, guardando solamente las apariencias exteriores de Tradición. Ellos quieren volver con los Judaizantes en Roma, pero Dios no quiera que yo quiera otra cosa que no sea la Cruz de Nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo para mí ha sido crucificado y yo para el mundo. Quienquiera que siga la Tradición de esta manera, la paz sea con ellos y la misericordia (VI,12-16)".
Está la cosa "complicada", ciertamente.
A ver, si Mons. F. llega a decir esto que "No somos nosotros los que hemos pedido un acuerdo, es el Papa el que quiere reconocernos. Podemos pues preguntarnos el porqué de este cambio", por mi parte, sinceramente, aumentaré las oraciones para que los Lefevrianos vuelvan a la Iglesia, porque me parece que desde el lado humano, las cosas están muy malitas...
Muchos han identificado la actitud del Santo Padre Benedicto XVI con la del Padre de la parábola del hijo pródigo. Pero es que el hijo prodigo no está mirando con envidia las algarrobas de los cerdos, y dándode cuenta de su PECADO; en mi pobre entender se está revolcando en el lodo (Si, del pecado de cisma); y en esas condiciones, ya puede llegar el Padre al lado de la porqueriza a llamarlo lleno de afecto, que esperemos que no le tire un puñado de lodo a la cara....
En fin, que si, que almas más duras han caído, pero es que a veces me pregunto si REALMENTE eran más duras....
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LF:
Ellos no sienten que hayan hecho nada mal, así que difícilmente van a actuar como el hijo pródigo.
Dios lo perdone. Roguemos por su conversión.
Saludos! +
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LF:
Mons. Williamson está instalado desde hace mucho tiempo en el sedevacantismo radical. Otra cosa es que para guardar las formas y no ser expulsado de la FSSPX, no lo reconozca abiertamente.
Y aunque es menos dado a hacer declaraciones, Mons. Tissier de Mallerais no le va mucho a la zaga.
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LF:
A estas alturas, y en relación a este tema, dudo que el Papa haga nada que me sorprenda. O dicho de otra manera, me espero cualquier cosa. Distinto es lo que hagan los lefebvrianos. Sí que me sorprendería que, en caso de acuerdo, no acabaran tirándose los trastos los unos a los otros.
La existencia de la FSSP y otras muestra que su postura es arrogante. Pueden estar en plena comunión si quieren.
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LF:
Vale, pero si en conciencia ellos no pueden aceptar ni el Novus Ordo ni algunas enseñanzas del Concilio Vaticano II y la Iglesia no va a cambiar su postura sobre esos dos puntos, pues ya me dirás qué hacemos. Esto empieza a parecerse al diálogo ecuménico entre la Iglesia y las otras confesiones cristianas. Mucha reunión, muchas palabras bonitas pero no hay ni una sola denominación protestante que vaya a aceptar siquiera que la Tradición es parte de la Revelación. Y si, tras mucho diálogo, se llega a un acuerdo para firmar un comunicado conjunto (p.e con los luteranos sobre la justificación), no sirve de casi nada porque rápido asoman centenares de teólogos protestantes a decir que no lo aceptan. Que es lo que ocurriría con tres obispos de la FSSPX y Fellay accede al acuerdo.
Aun así, lo que para el hombre es imposible, Dios lo hace posible. Por tanto, a rezar.
A ver, el hombre tiene la obligación moral de seguir los dictámenes de su conciencia. Eso es doctrina común y aceptada, de acuerdo.
Pero la segunda parte de esta doctrina común y aceptada (pero muy poco difundida) es que la conciencia no es infalible.... tiene que ser formada rectamente.
Yo estoy discpuesto a pensar que un seguidor de Mons. Lefevre, en 1988, en conciencia, lo siguiera. Pero ya ha pasado mucha, mucha, agua bajo el puente.
El principio del catolicismo es la Tradición, por supuesto, pero basada en Piedra; quien no se basa en Pedro... no es católico.
Pero si esto no lo quieren aceptar... hay que pedirle al Espíritu Santo un Damasco 2.1 (para mi el Damasco 2.0 fue el levantamiento de las excomuniones, pero se ve que ni así...)
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LF:
Bueno, pero no me negarás que la carta de los otros tres obispos lefebvristas y la entrevista de Fellay una semana antes del encuentro con Roma no son precisamente un ejercicio de responsabilidad.
¿De verdad alguien está sorprendido de que la FSSPX con Mons. Fellay a la cabeza no acepte una regularización que implique la aceptación de las novedades de cvii, de la misa nueva, y la dependencia de los obispos ordinarios? Lo han dicho, repetido y reiterado en cada intervención pública que han hecho. Si la Santa Sede sabiéndolo ha continuado a hacer propuestas que vayan en ese sentido, entonces están promoviendo un diálogo para besugos que pone en muy mal lugar a Mons. Fellay ante los críticos de la FSSPX. ¿Quizá se busca voluntariamente una escisión?
Los institutos tradicionalistas de Ecclesia Dei son un pésimo ejemplo a poner a la FSSPX de las ventajas de la "plena comunión". A la FSSP la echaron de mi diócesis de la noche a la mañana, a la IBP no le dejan instalar su seminario en ningún sitio, hasta ha habido obispos que han logrado paralizar la venta de edificios a este instituto, el Centre Saint Paul en Paris sigue en situación alegal en Paris porque Mons. 23 no se ha dignado dirigirse a ellos, con el final del periodo ad experimentum de San Eloy en Burdeos, se alzan voces en la diócesis para echarlos a patadas, Le Barroux tiene enormes problemas para encontrar sitios en los que hacer nuevas fundaciones, los Redentoristas Transaslpinos están impedidos de celebrar misas públicas, en Agen el obispo le hizo la vida imposible al ICRSP sin permitirles enseñar el catecismo a niños hasta que se fueron de la diócesis, etc, etc. ¡Pero si precisamento son los contrarios a la regularización los que muestran la situación de los institutos ED para señalar los peligros del "acuerdismo"!
Y ésto es TRADICION pura y dura. Tradición de la Iglesia Católica. Por eso las congregaciones y las asociaciones suelen ir adonde las llaman, sin pretender meterse de prepo por la ventana de las diócesis. Y ésto es ETICA pura y dura. Ética de la Iglesia Católica.
Pretender como se pretende, por un lado dictarle al Papa (¡nada menos!) cuál ha de ser el tipo de encuadramiento eclesial que corresponde al caso, y por añadidura entrar "con coronita", de forma de poder "torcer el brazo" de los obispos que no quieran ver a la Fraternidad ni en figuritas, bueno, éso es arrogancia. Eso es soberbia. Eso es insolencia.
Eso es absurdo!.
Se pretende, bajo la excusa de la crisis indudable y lamentable que sufre la Iglesia, introducir la figura de una cuasi iglesia paralela. Ésto no sólo no va a contribuir en lo más mínimo a paliar la crisis que les sirve de excusa y ocasión, sino que la va a profundizar incorporando nuevos elementos centrífugos y conflictivos.
Bueno, si los lefevristas no quieren entrar en la plena comunión con aquél que es la garantía de la fidelidad a Cristo, debido a estas persecuciones que nos comentas "...están simplemente tratando de evitar ser perseguidos a causa de la Cruz de Cristo."
Pueden elegir la "persecución" fuera de la Iglesia(como reconoces, su apostolado les va viento en popa...) o afrontar, desde dentro de la Iglesia, a aquellos que no quieren ser fieles al Papa, y dar un testimonio de fidelidad. ¿Prefieren quedarse fuera? No es por falta de acogida.
A mi no tiene que convencerme de nada. Yo simplemente señalo que lo que está claro, claro, claro para todo aquel que oiga y entienda es que la FSSPX jamás transigirá con una solución canónica que implique la aceptación de las novedades del cvii, de la misa nueva y la dependencia de los ordinarios. Si se le han hecho a la FSSPX ofertas con esos requisitos estaban condenadas al fracaso de antemano y con pleno conocimiento del que las ha hecho.
No es del todo cierto lo que dice, piense en Cluny y sus fundaciones.
Lo que está claro es que una FSSPX "irregular" hace un gran trabajo por la Tradición. Casualmente, allá dónde la FSSPX está presente, los institutos ED tienen mayor facilidad para instalarse y organizar apostolados.
1. Las absoluciones de los sacerdotes de la fsspx son completamente inválidas:
“Canon 966 § 1. Para absolver válidamente de los pecados se requiere que el ministro, además de la potestad de orden, tenga facultad de ejercerla sobre los fieles a quienes da la absolución.”
Por tanto si alguien se confiesa con un sacerdote de la fsspx de pecados mortales, no se le perdonan, y cuando se muere, va al infierno.
2. Los matrimonios asistidos por sacerdotes de la fsspx son completamente inválidos.
“Canon 1108 § 1. Solamente son válidos aquellos matrimonios que se contraen ante el Ordinario del lugar o el párroco, o un sacerdote o diácono delegado por uno de ellos para que asistan, y ante dos testigos, de acuerdo con las reglas establecidas en los cánones que siguen, y quedando a salvo las excepciones de que se trata en los cc. 144, 1112 § 1, 1116 y 1127 § § 1 y 2.”
Al ser inválidos estos matrimonios, estas personas viven en concubinato, aunque piensen que están casadas.
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LF:
Lo de los matrimonios creo que se puede matizar, dado que los ministros del sacramento son los contrayentes. Es decir, si la Iglesia acepta los matrimonios celebrados entre protestantes, de forma que si se convierten al catolicismo no necesitan volverse a casar, no creo que obliguen a recasarse a los que se hayan casado con un sacerdote lefebvriano oficiando la boda.
Por supuesto que es tradición en la Iglesia someterse a la autoridad del ordinario del lugar, pero, igualmente, la situación de crisis que atraviesa la Iglesia es totalmente excepcional.
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LF:
A mí no me parece razonable que la FSSPX ponga condiciones a la Iglesia para regularizar su situación. Esto es como si te regalan un coche y dices que si no es un Mercedes SLX, no lo quieres.
Lo de la Fraternidad es una vergüenza: iban a firmar pero se encontraron con una prelatura y no con el ordinariato que pretendían. Que como bien dices, los permitiría pasarse por allí justamente a la autoridad de los obispos (que es lo que siempre han hecho) y así poder crear una especie de iglesia paralela.
Entonces no firmaron.
Y salieron diciendo que se necesitan "más conversaciones"...
Yo lo que creo que se necesitan son más oraciones, porque esto si no lo arregla Dios, no lo arregla nadie.
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LF:
No creo que el problema de fondo sea la cuestión prelatura-ordinariato. Siguen pesando más las cuestiones doctrinales, sobre todo dado el hecho de que lo otros tres obispos no están por la labor de ceder ni medio milímetro en ese tema.
Aludir a la cuestión de Galarreta, Williamson y Tissier de Mallerais diciendo que sus casos se estudiarán uno por uno, me suena a excusa. ¿Acaso no son los tres miembros de pleno derecho de la Fraternidad? ¿se va a levantar la suspensión a divinis en masa a todos los curas lefebvrianos mientras se mantiene a tres de los cuatro obispos?
No tiene buena pinta esa parte del negociado...
Le hacen de clá un par de americanos excéntricos,un gaditano visigodo,un isleño canario,y algún que otro preocupado por trapitos,encajes y puntillas...
Y a toda ese cúmulo de despropósitos,llaman SANTA TRADICIÓN.
¡Manda federico trillo...!
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LF:
Hombre, Paco Pepe no tiene la culpa de que se instalen allá los que no son admitidos en otras partes. Y su forma de moderar tiene poco que ver con la mía. Se parece más a la de Bruno, nuestro bloguero. Cada cual lleva su blog como mejor le parece.
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LF:
Pronto empieza el Año de la Fe, en el que parece que el Papa y el resto de la Iglesia va a reivindicar el CVII. O se llega antes a un acuerdo, o lo veo complicado.
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LF:
Hombre, eso de "veo contradicciones entre el Vaticano II y el Magisterio precedente (cosa reconocida por todos, claro...)" es mucho decir. De hecho, la cita del Papa no habla de contradicciones.
Dígalo allá. Es norma de InfoCatólica no traer a los blogs los asuntos de otros blogs. Me refiero a lo que se escribe en ellos, la forma en que se moderan, etc.
Bueno, pero no me negarás que la carta de los otros tres obispos lefebvristas y la entrevista de Fellay una semana antes del encuentro con Roma no son precisamente un ejercicio de responsabilidad.
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El intercambio epistolar no pretendía ser cosa pública. De hecho Mons. Fellay criticó que se le haya dado trascendencia. No se puede culpar a los "lefebvristas" por esto.
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LF:
Mons. Fellay hizo otra cosa:
http://infocatolica.com/?t=noticia&cod=11823
Filtrara quien filtrara el documento, ¿cómo no se va a dar trascendencia a una carta tan contundente de tres obispos de la Fraternidad?
Yo no comparaba a Cluny con la FSSPX, simplemente mostraba un ejemplo en el que el Papa permitió a una congregación escapar al control de los obispos ordinarios.
Lo que haya pasado durante las conversaciones no lo sé y me atrevo a decir que usted tampoco. De la prelatura como solución canónica se habla de hace varios meses, no creo que fuera una sorpresa para Mons. Fellay. Cuando se haga público el preámbulo doctrinal, las modificaciones y la oferta de la Santa Sede (si se hace público) podremos juzgar quien ha puesto trabas al proceso.
Por lo pronto, la conferencia episcopal alemana ha declarado que en caso de regularización canónica, todos los apostolados (capillas) de la FSSPX en Alemania serán prohibidos, no se permitirá crear ninguno nuevo, y se prohibirá terminantemente a todo sacerdote diocesano el tratar con miembros de la FSSPX. Así, preventivamente.
http://summorum-pontificum.de/meldungen/d-a-ch/78-deutschsprachige-bischoefe-schliessen-sicher-ungehorsamsinitiative-an.html
Con actitudes como esta, no le extrañe que la FSSPX se lo piense mucho antes de ponerse alegremente en manos de sus verdugos. Se les estaría pidiendo su disolución, no su regularización, que es lo que muchos quieren.
Mons. Fellay lo ha dicho y repetido: toda regularización pasa por permitir a la FSSPX seguir siendo lo que es. El que no se ha enterado es porque está sordo.
Como fiel de la FSSPX por ningún motivo quisiera estar bajo la jurisdicción de algún obispo de dudosa ortodoxia, es por ello que agradezco que se esfuerzen en estos diálogos de dejar a los fieles apegados a la Fraternidad y no a la deriva.
Por último les recuerdo (y para los que no lo saben) que todos los domingos en la adoración al Santísimo Sacramento rezamos por Su Santidad el Papa y por la Iglesia.
No bastaría que todos, sin distinción, realizaran el Juramento Antimodernista (y lo cumplieran) para solucionar la crisis de la Iglesia?
Ten en cuenta que la Santa Sede está negociando con la FSSPX; no le está exigiendo su rendición incondicional.
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LF:
Aquí nadie pide rendiciones incondicionales. El Papa que tanto les ama les ofrecerá aquello que crea mejor para su salud espiritual, pero no veo que estén respondiendo conforme se espera de buenos y fieles hijos. Esto es una apreciación personal, claro. Solo Dios conoce lo que hay en el corazón de todos.
No se hecha de la Iglesia a los no católicos y no se admite a los que no niegan ningún dogma pero tienen dudas de textos no dogmáticos sino pastorales. La Dignitatis humanae es una declaración, no un decreto y por tanto no establece ninguna doctrina permanente de la Iglesia. En cambio la Quanta cura de Pio IX que condena el catolicismo liberal está redactada en términos que implican infalibilidad. Estoy de acuerdo con Siderúrgico: Eclesia Dei está completamente perseguida por los obispos con testimonios de amigos mios. El Papa tiene muy buena voluntad pero la mayor parte de la Iglesia está en la ruptura y odio a lo preconciliar.
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LF:
La mayor parte de la Iglesia no. Al menos no en España. Ni en Italia. Ni en Irlanda. Ni en muchos otros países. Habrá algunos en que sí se pueda decir eso, pero ojo con las generalizaciones.
Ese es siempre el norte por expresa indicación de Nuestro Señor.
Si nos separamos siquiera emocionalmente de eso, acabamos des-nortados.
No hay bromas con Nuestro Señor.
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Luis Fernando, efectivamente el tema de la validez y licitud de los sacramentos en la fsspx es algo más complejo de lo que reflejé en mi comentario anterior, pero, en principio, es cierto que estas absoluciones y matrimonios son inválidos, salvo que los fieles sean “genuinamente ignorantes”.
Dice la Comisión Eclesia Dei:
“Concretamente, esto significa que las Misas ofrecidas por los sacerdotes de la Sociedad de San Pío X son válidas, pero ilícitas, i.e., contrarias a la Ley Canónica. Los Sacramentos de la Penitencia y del Matrimonio, sin embargo, requieren que el sacerdote goce de facultades de la diócesis o tenga delegación propia. Como ese no es el caso con estos sacerdotes, estos sacramentos son inválidos. Queda cierto, sin embargo, que, si los fieles son genuinamente ignorantes que los sacerdotes de la Sociedad de San Pío X no tienen la facultad propia para absolver, la Iglesia suple estas facultades para que así el sacramento sea valido (cf. Código de Derecho Canónico, canon 144) .”
También es verdad que si se llega a una regularización canónica, supongo que la Santa Sede, para subsanar los matrimonios, estudiará la posibilidad de “convalidación simple” (cánones 1156 a 1160) o bien la “sanación en raíz” (cánones 1161 a 1165)
http://apologetica.org/site/index.php?option=com_content&task=view&id=86
Significativo de lo que sucede dentro de la cabeza de muchos católicos.
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LF:
No conozco a nadie que diga que ese tema es un impedimento doctrinal. A nadie.
1. Monseñor Lefebvre firmó, favorablemente, todos los documentos del CVII.
2. Monseñor Lefebvre aceptó el encargo del Papa Pablo VI de explicar a algunas comunidades el CVII.
3. Que la Iglesia pre-conciliar era maravillosa y que no había luces y sombras en ella, es un cuento chino. La alianza del trono y el altar, es decir, dar por bueno determinado orden político social, justificándolo, fue nefasto. Innumerables gentes se perdieron la salvación segura que ofrece la Iglesia, al perder contacto con ella. Es entendible por el abandono pastoral de la Jerarquía a su pueblo -muy ocupada en agradar al trono- que alejó, en Europa, a la masa obrera industrial y a gran parte del campesinado, de Jesús. Recuérdese España en el siglo XIX y en el XX con la unión al franquismo. Los horrores de los rojos no justifican el rezar por los muertos de un sólo bando, plegándose a Franco.
4. No cabe duda que, en algunos puntos, hubo cambios que recogen la experiencia de los siglos, a fin de que los hombres gocen y usen de su libertad, no movidos por la coacción. El ejemplo más claro es la declaración Dignitatis humanae, defendiendo EL DERECHO DE LA PERSONA Y DE LAS COMUNIDADES A LA LIBERTAD SOCIAL Y CIVIL EN MATERIA RELIGIOSA. La Iglesia católica lucha por su supervivencia en algunos países gracias a que tiene la suficiente autoridad moral que le da esa declaración conciliar. La libertad religiosa es el argumento que usan los católicos yankis ante el intento avasallador de Obama, coaccionando en materia de moral sexual, e impidiendo, así, el libre ejercicio de la religión en la sociedad. El argumento de que no hay "derecho al error" hoy lo usa Obama para coaccionar a la Iglesia. Para él no dar anticonceptivos es un "error" inexcusable. Se ve, entonces, la falsedad de esta especiosa doctrina (no existe el derecho al error) otrora usada por las jerarquías católicas de la Iglesia pre-conciliar y corregida por la capital DH.
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LF:
No estoy nada de acuerdo en lo que dice en algunas cosas que dice en los puntos 3 y 4, pero como daría para dos posts, lo dejo para otro momento.
teología y se lo que se enseña. Admito que no en todas
partes pero si en las que se ha formado el clero progresista.
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