¿Y a qué dicen que se convirtió el bueno de Tony?
En repetidas ocasiones he dicho que pasar de ser protestante a católico no es algo que pueda alcanzarse sin la gracia de Dios operando en el alma. Y no lo digo solo porque yo mismo haya recibido ese regalo de lo alto. Basta con leer los relatos de los grandes conversos, como el del Beato Newman, para captar que dicho “cambio” no se produce sin intervención divina. A muchos les puede parecer raro que se hable de conversión debido a que en esos casos el converso ya era cristiano. Es decir, no hablamos de personas que antes no tuvieran fe cristiana y pasen a tenerla. Hablamos de aquellos que siendo ya creyentes en Cristo pasan a ser verdaderos discípulos de su Iglesia.
Aunque pueden ser muchas y muy variadas las razones “humanas” por las que un protestante pasa a ser católico, las espirituales son las únicas que sirven para discernir si la conversión es real o meramente interesada. En mi opinión, si hay algo que separa radicalmente al protestantismo del catolicismo es la cuestión del libre examen. El protestante no tiene por qué someterse a ningún magisterio eclesiástico. Muchos lo hacen en la práctica, pero nada les impide pasar de una denominación a otra si creen que aquella a la que van tiene una interpretación de la Biblia más acorde con su parecer personal. Y dicho cambio no hace que dejen de ser protestantes. Sin embargo, el católico sabe que la interpretación de la Palabra de Dios corresponde al Magisterio:
Pero el oficio de interpretar auténticamente la palabra de Dios escrita o transmitida ha sido confiado únicamente al Magisterio vivo de la Iglesia, cuya autoridad se ejerce en el nombre de Jesucristo.
Dei Verbum 10
Ni que decir tiene que ser católico es mucho más que aceptar la autoridad del Magisterio. Pero no hay manera de ser católico sin aceptar dicha autoridad. Y aunque los pronunciamientos del mismo requieren de diferentes grados de aceptación por parte de los fieles, es un grave error creer que un católico debe aceptar solo aquello que ha sido definido dogmáticamente. Ya lo dijo el Concilio Vaticano II:
Los Obispos, cuando enseñan en comunión con el Romano Pontífice, deben ser respetados por todos como testigos de la verdad divina y católica; los fieles, por su parte, en materia de fe y costumbres, deben aceptar el juicio de su Obispo, dado en nombre de Cristo, y deben adherirse a él con religioso respeto. Este obsequio religioso de la voluntad y del entendimiento de modo particular ha de ser prestado al magisterio auténtico del Romano Pontífice aun cuando no hable ex cathedra; de tal manera que se reconozca con reverencia su magisterio supremo y con sinceridad se preste adhesión al parecer expresado por él, según su manifiesta mente y voluntad, que se colige principalmente ya sea por la índole de los documentos, ya sea por la frecuente proposición de la misma doctrina, ya sea por la forma de decirlo.
Lumen Gentium 25
Ya hemos explicado con anterioridad que aquello que creemos es decisivo a la hora de determinar como nos comportamos. Podemos pecar haciendo aquello que sabemos que no debemos hacer, pero en ese caso tenemos la puerta abierta al arrepentimiento. Ahora bien, si nos negamos a aceptar que es pecado aquello que objetivamente sí lo es, entre otras razones porque la Iglesia dice que lo es, ¿cómo podremos arrepentirnos?
Tenemos hoy dos noticias que indican la necesidad de que los católicos asuman de una vez por todas lo que implica pertenecer a la Iglesia de Cristo. Un obispo suizo tiene revolucionada a su diócesis porque ha osado recordar que los divorciados vueltos a casar no pueden comulgar. No sé si ha llegado a decir las palabras de Cristo, que no tuvo el mayor inconveniente en llamarles adúlteros, pero sí que se ha mantenido fiel al evangelio y a lo que la Iglesia enseña sobre esa materia. Sin embargo, varios sacerdotes de su diócesis se niegan a leer a sus fieles la carta del pastoral. Y al parecer, Mons. Huonder ha afirmado que espera que algunos fieles abandonen la Iglesia por sus palabras. Esos sacerdotes podrían seguir el mismo camino. Nos harían un favor a todos. Si a Jesucristo le abandonaron algunos de sus discípulos cuando adelantó en qué iba a consistir la doctrina sobre la Eucaristía, no tiene nada de particular que a un obispo le abandonen sacerdotes y fieles por repetir en qué consiste la doctrina católica sobre el matrimonio. Al fin y al cabo, siempre habrá incrédulos a quienes la verdad moleste. Siempre habrá personas que prefieran vivir en las tinieblas y por ello se apartan de la luz.
Hemos sabido también que Tony Blair ha pedido a los diputados laboristas que voten a favor del matrimonio homosexual. Lo de este señor es un ejemplo de fraude espiritual de primer orden. Se dijo que se había convertido al catolicismo. Es obvio que no. Pero es igual de obvio que su mujer tampoco es católica. Alguien que, como la esposa de Blair, apoya a organizaciones abortistas no puede serlo. Alguien que, como la esposa de Blair, ataca públicamente la doctrina católica en televisión, no puede serlo. Por eso, cuando se dijo que él iba a convertirse al catolicismo para seguir los pasos de su esposa, algunos nos temimos que esa no era una conversión real. El tiempo nos da la razón. Estoy convencido de que en nuestra Iglesia han sido muchos los que quisieron, y quieren, aprovechar esa falsa conversión para “sacar pecho” y decir: mirad qué fuerte es la fe católica que hasta un primer ministro británico se convierte. Pues ya ven ustedes. Para este viaje no hacían falta esas alforjas. Mejor habría sido que se hubiera quedado como anglicano y que su esposa se hubiera “convertido” al anglicanismo. Recemos, en todo caso, para que Dios les conceda a ambos la verdadera conversión a la fe católica.
Luis Fernando Pérez Bustamante
18 comentarios
Algunas de las consecuencias del gobierno de Blair
La realidad de los frutos de Toni Blair como gobernante en la vida (y en la muerte) de los ciudadanos británicos.
http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=4573
Creo que Tony Blair se convirtió sinceramente, pero todavía le falta aceptar o comprender unas partes. Conocí a un británico que le pasa lo mismo en este tema pero él calla y acepta el magisterio aunque no lo entienda.
La oposición al pseudomatrimonio gay está clara incluso para muchas comunidades protestantes.
Pues va a ser que no si nos atenemos a lo que la Iglesia debe ser. Pero va a ser que sí si los "perros mudos" no se atreven a decirle a este señor que la Iglesia no necesita para nada su prestigio internacional. Que al contrario, quien necesita de la Iglesia es él, pero para que pueda sacarle provecho va a tener que entender que su trámite de conversión, que él creía meramente mediático, en realidad todavía no ha ingresado ni a la Mesa de Entradas.
Ojalá la cosa fuera como San Pablo, que se le apareció el Señor, se cayó del caballo y se levantó convertido. Para algunos la conversión es un proceso ardúo, diario, ir abandonando una ideas que has tenido toda la vida, unas conductas que tienes arraigadas... No es fácil y lleva tiempo.
Si le dejas, Dios entra en tu vida y lo pone todo patas arriba, pero no de la noche a la mañana... Con el agravante de que Blair es un político y como tal tiene ese vicio de buscar el buenismo y lo políticamente correcto para contentar al máximo rebaño posible.
la unión de dos hombres (con sexos iguales y que no pueden procrear entre si, ni tener prole ) nunca puede ser verdadero Matrimonio por rotunda imposibilidad física y biológica, ya que ninguno de los dos contrayentes posee Matriz ( Útero ).
La posesión de la Matriz ( exclusivamente propia de la mujer Madre ), es pues el condicionante fundamental que se da para que pueda constituirse un verdadero y genuino Matrimonio, desde el punto de vista Físico, Biológico y hasta Etimológico.
El Principio de no contradicción de Aristóteles dice claramente: una cosa no puede ser y no ser al mismo tiempo lo que es. Y el Matrimonio , NO puede ser al mismo tiempo clara y rotundamente lo que en absoluto NO es ".
Saludos.
Prof. Asclepio.
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LF:
¿Bush? ¿el que era gobernador y hermano del presidente?
Bueno, en los medios de comunicación no hay nadie que que defienda las guerras, los robos, los asesinatos..., pero todos los días encuentro en los medios de comunicación defensas a ultranza de la homosexualidad y del movimiento gay, incluidas críticas continuas a la Iglesia Católica por simplemente recordar que de acuerdo a la Ley de Dios, a las Escrituras y a la Ley natural, la homosexualidad -su práctica o justificación- es un pecado grave.
Y que yo haya visto, en infocatólica no se critican a los homosexuales -personas que merecen el mismo respeto y consideración que cualquiera-, sino a la justificación de la práctica de la homosexualidad, y sus perniciosas consecuencias.
Los homófobos en España afortunadamente son una minoría. Quisiera pensar que las actitudes intolerantes y totalitarias del movimiento gay también lo son.
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LF:
No, tampoco creo eso. Simplemente creyó que se puede ser católico como lo es su mujer. Es decir, un católico "a la carta".
Estoy seguro que Tony Blair conoce perfectamente la doctrina católica al respecto, pero no sabemos porqué ha hecho esas declaraciones. Todos sabemos que los partidos asignan a las personas "roles", no sabemos si lo dijo porque en su partido le pidieron que lo hiciera, no sabemos si lo hizo por miedo a que su carrera política quedara embarrada... En definitiva, cada persona es un mundo... Y no me vegáis con historias de "hay que obedecer a Dios antes que a los hombres", porque eso lo sabemos todos y lo repetimos como papagallos, pero hay amigo, cuando llega el momento de elegir y poner en práctica esas cosas...
Todos sabemos que la mentira está mal, sabemos que a Dios no le gustan las mentiras, sabemos que la mentira nos aleja de Dios, nos impide avanzar en la santidad, pero si algún superior nos "ordena" que le digamos algo a un cliente, sabiendo que es mentira, ¿le diremos la verdad?... Habría que vernos, pues yo lo veo muuuuuy parecido.
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