Hace falta construir pantanos y presas espirituales
Parece evidente que la JMJ de Madrid fue un momento de gracia para la Iglesia en España. Se podría hablar incluso de una riada espiritual que llenó nuestro país durante unas fechas. Durante su discurso ante la Plenaria de la CEE, el Cardenal Rouco supo explicar muy bien en qué consistió ese fenómeno. Salvo los amargados de siempre, que existen tanto en la izquierda eclesial como en la extrema-derecha filolefebvrista, todos estamos de acuerdo en que la Jornada fue un éxito.
Ahora bien, está por ver que la Iglesia en esta nación sepa aprovechar ese don que recibió de lo alto. Cualquier país que no tenga una buena red hidrológica sufre cuando llega una época de sequía. España sabe mucho de eso. Durante el siglo pasado se construyeron muchos pantanos y presas que han servido para que el país no se muera literalmente de sed cuando el cielo no da el agua necesario. Incluso se hizo un trasvase del río Tajo al Segura. Y si no se realizó lo mismo desde el Ebro hasta el Levante fue debido a presiones políticas que tienen poco que ver con el bien común.
Lo que pasa a nivel de la naturaleza, puede tener su equivalente a nivel espiritual. La crisis del catolicismo en España es tan evidente que sólo un ciego o un necio puede negarla. Las razones son variadas pero tienen mucho que ver con la secularización de la sociedad y la, en mi opinión mucho más grave, secularización interna de la propia Iglesia. Esta última afecta gravísimamente a nuestra capacidad de hacer llegar el agua viva que llega de lo alto a los que viven, aun sin saberlo, sedientos de Dios.
En cualquier ciudad del mundo es necesario una red de tuberías que funcione adecuadamente. Si está llena de escapes, al final no hay agua para todos. Si la depuradora no funciona, lo que la gente bebe del grifo es veneno. En la Ciudad de Dios es aun más necesario que todo funcione bien. Si el agua viva del evangelio no llega a todos, muchos morirán eternamente. Y si llega adulterado por el error y la herejía, muchos enfermarán y se condenarán.
Corremos el peligro de la que riada de la JMJ pase de largo y no produzca el fruto que habría producido de haber tenido construidos los pantanos y presas espirituales adecuados para retener tanto caudal de gracia divina. El problema estriba en que lo que no se haya construido ya, difícilmente puede ponerse en marcha en breve tiempo. Habría que haber edificado antes. Pero de poco vale poner la mirada atrás. Es hora de trabajar para tenerlo todo preparado de cara a futuras riadas que Dios quiera enviarnos. Sin olvidar que dicho trabajo no debe tener como protagonista principal nuestro esfuerzo personal. Como dice la Escritura, “si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los albañiles” (Salmo 127,1). Debemos volver nuestros ojos a Dios para que Él ilumine nuestros pasos, para recibir de Él los planos de esos pantanos y esas presas. Sin fidelidad al evangelio, sin fidelidad al magisterio de la Iglesia, sin rebaños pastoreados adecuadamente, sin amor por las almas perdidas, de poco servirán mil JMJs, mil visitas papales y mil planes pastorales.
Aunque el Señor puede hacer nuevas todas las cosas (Ap 21,5), no está de más recordar las palabras del profeta Jeremías: “Vuelvan al punto de partida y pregunten por los viejos senderos: ¿Cuál era el camino del bien? Síganlo y encontrarán la tranquilidad” (Jer 6,16). La Iglesia ha sabido ser madre y maestra de pueblos enteros. Sólo tiene que ser fiel a su Señor y a sí misma.
Luis Fernando Pérez Bustamante
12 comentarios
A eso debemos atemperarnos, a que no moje el 100 %,porque ya lo avisó el Señor "... muchos son los llamados y pocos ... ", sin embargo como no sabemos quien puede responder y quien no, quien acogerá al Señor y quien seguirá dándole la espalda no debemos bajar los brazos en el empeño apostólico.
Una matización LF, el agua estancada se pudre, así pues, almacenar y suministrar simultáneamente.:)
Pero el inefable Cardenal Tarancón ( que Dios tenga en su gloria ) se cargó de golpe, las miles de importantes y muy competentes presas espirituales que había en nuestra nación. Y aún lo estamos pagando.
El nuevo Partido Popular, felizmente pronto reinante solucionará con la ayuda de Dios, totalmente las cosas.
Como el Asclepio " El grande ", soy Pepero.
Y vamos a regenerar moral y espiritualmente la antigua Expaña.
¡ Viva la Iglesia Católica ¡.
LF:
Eres un cachondo.
Hay que ver qué calidad de pantanos y presas "utiles" para que, 8 meses después del fallecimiento de tan inmortal ghost, las presas saltaran por los aires con torrentes inundandolo todo a su paso y sin necesidad de abrir compuertas, sino presión espontánea.
Nada peor que ser un pésimo ingeniero para que todo se derrumbe y nada de lo que creías era "magna obra" se mantega en pie.
Totalmente de acuerdo LF. A mi juicio una de las cosas que hemos tardado en edificar son los partidos políticos católicos, pero no al estilo de la DC italiana, sino que se tomen en serio el ordenar los asuntos temporales según la voluntad de Dios, lo cual, por otra parte es obligación de todo laico católico.
La democracia nos ha cogido a los católicos sin un partido o partidos capaces de proponer al pueblo un orden social basado en la caridad evangélica. Ahora, lo queremos hacer deprisa y corriendo y se improvisan muchas cosas sin la debida meditación. Pero más vale tarde que nunca, y además, como bien dices, el principal constructor de todo es Dios.
Pero en esta falta de edificar a su debido tiempo, todos, y yo el primero, hemos sido un poco o un mucho culpables. Tenemos que pedir perdón al Señor por tanto tiempo perdido.
Desde luego si el buque insignia del catolicismo católico español ha de ser el PP, !que Dios nos conserve la vista y nos coja confesaos¡
Ya basta de tanto Mariano, Rubalcabas, Felipes, pues está visto que mucho mantel pero muy, muy poco bistec:
en España hay unos diez millones de personas que viven en el humbral de la pobreza. Aunque claro, siempre los políticos se excusan diciendonos que sin ellos sería mucho peor, y nos meten el miedo en el cuerpo.
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LF:
¿Qué tiene que ver la política con lo que digo en este post?
Nada.
Yo soy un ejemplo del mucho bien que hizo la JMJ de Madrid, después de sentir una felicidad y un gozo inmensos por ver la cantidad y cantidad de personas que vivimos en Comunión con Dios, a través de la Iglesia, decidí comenzar a estudiar Ciencias Religiosas con el ánimo de formarme bien, y así arrimar el hombre en la tarea de evangelizar y ayudar a encontrar la Verdad a las personas de mi entorno.
Yo considero que la JMJ fué un absoluto y rotundo éxito, y que serían necesarias más ocasiones como las brindadas en este tipo de jornadas para, precisamente, romper las cadenas de la secularización en dentro y fuera de la Santa Madre Iglesia.
Muy interesante la reflexión Luis Fernando :)
@majovimo
http://about.me/majovimo
¡ Que viva siempre la Iglesia católica y cada día mejor, más lozana y plena de limpia agua espiritual¡.
Abrazo.
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LF:
No todos eran católicos militantes. Y por ejemplo aquí en Huesca se ha formado un grupo de decenas de jóvenes que se reúnen con el nuevo delegado de pastoral infantil y juvenil, y que antes no existía. Pero claro, tiene que haber un delegado con ganas de hacer bien las cosas. En este caso, es un cura recién ordenado.
Esperemos que Tarancon este en el cielo y el otro,,,,,en fin, para los que creemos en la misericordia y amor de Dios, lo tenga tambien en su gloria, aunque el mando al infierno a un monton porque claro tenia una cruzada y tal y tal....
Con respecto al tema espero que alguno de ustedes no participen en esas construcciones, por que como dijo uno, la fe no la quitais pero la aficion os la estais cargando
Que el Espíritu Santo y su gracia son como una riada, un caudal de agua, lo dice muchas veces la Biblia, que, como España, se gesta en un país de sequía y escasez (con algunas excepciones hermosas, como Galilea y el Jordán).
Que el hombre (y la Iglesia) han de prepararse con presas para acoger y encauzar esa gracia, esas aguas, es un tema en el que la Biblia insiste continuamente.
"Es que no confías en el Espíritu Santo"... dicen algunos que no actuan. Falso: confiamos en el Espíritu, manda aguaceros de gracia... pero nadie edifica presas ni embalses para fecundar y regar al pueblo...
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