El mayor problema no son los adúlt... los divorciados vueltos a casar
Mons. André-Joseph Léonard, arzobispo de Malinas-Bruselas, ha “desaconsejado” a los fieles divorciados y vueltos a casar que desempeñen el cargo de director en escuelas católicas y que enseñen religión. Nótese que no ha prohibido, ordenado, exigido o cualquier verbo similar. No, sólo ha desaconsejado. Y sin embargo, los primeros que se le han tirado al cuello han sido los directores y una asociación de padres católicos.
Un tal Jean-Pierre Merveille, que representa a los primeros, dice que las palabras del arzobispo son aberrantes y recuerda que el marco legal establece una clara distinción entre vida privada y pública. Lo mismo dicen el resto de los que se oponen al primado belga. Es decir, si uno en su vida privada es un sinvergüenza, un golfo y/o un adúltero, puede legalmente ser director de un colegio religioso y dar clase de religión católica. Pero lo que el prelado plantea no es la legalidad de esa circunstancia sino más bien su moralidad y eclesialidad. En ese sentido, me parece que el arzobispo se queda un poco corto. Lo que debería de decir es que todo colegio religioso que tenga como director a alguien que vive públicamente apartado de la moral y la enseñanza de la Iglesia -divorciado o no-, perderá su condición de centro escolar católico.
Sin embargo, el mayor problema no es que haya divorciados vueltos a casar -Cristo los llamaba adúlteros, pero se ve que en el lenguaje tenemos que ser más “buenos” que el Señor- dirigiendo colegios y dando clases de religión. No, el drama es que haya heterodoxos haciendo tal cosa. El propio Merveille demuestra con sus palabras que es un personaje que tiene muy poco de católico. A menos que sea capaz de explicarnos en qué parte del evangelio se nos dice que, a la hora de ser cristiano, una cosa es la vida pública y otra la privada. Ese discurso es exactamente el mismo de los que quieren hacer desaparecer el catolicismo del ámbito de lo público, dejándolo como una mera cuestión privada. O sea, “id a Misa los domingos pero dejad vuestras creencias aparcadas en vuestra vida profesional y pública“.
Lo queramos o no, la apostasía es una realidad visible en el mismo seno de la comunión eclesial. Especialmente en Europa. Mientras que a nivel de jerarquía las cosas han ido mejorando en la última década, los “cuadros medios” de muchas diócesis europeas y altos cargos de instituciones católicas no sometidas directamente a la autoridad episcopal, siguen copados por personajes que están más cercanos al protestantismo liberal o al laicismo anticlerical. La Iglesia de Cristo se arrastra en Europa con una bola de herejía y apostasía atada al pie. Cuando un obispo osa decir lo que en condiciones normales se vería con una obviedad, se encuentra de frente con hordas de falsos católicos que le piden que se calle y le ponen a los pies de los caballos mediáticos que “crean” la opinión pública.
Ayer hablaba con un sacerdote español que me decía que el Libro VI del Código de Derecho Canónico ha desaparecido en la práctica de la vida de la Iglesia. Si nos damos unas leyes y no las cumplimos, hacemos el ridículo. Si quienes se manifiestan públicamente contra las enseñanzas de la Iglesia siguen impunes, lo menos que nos merecemos es que la herejía se enseñoree del rebaño de Cristo. Y poco puede hacer un simple obispo, o unos pocos, si la mayoría del resto del episcopado mira para otro lado.
Lo que acaba de ocurrir en Bélgica es un síntoma más de la descomposición del catolicismo en Europa y América del Norte (EE.UU-Canadá). Pero si pensamos que estamos ante un problema del Occidente “rico e ilustrado", nos equivocamos. En la América Hispana vemos casos como el de Sucumbíos o como el de la PCUP, que apuntan hacia la misma dirección. Muchos acusan al Concilio Vaticano II de ser la fuente de estos males. Pero por más que leemos en los textos conciliares, no vemos ninguno que sirva de justificación para lo que está pasando. Sin embargo, tampoco parece que el último concilio haya dotado a la Iglesia de los instrumentos necesarios para hacer frente a la secularización interna, que amenaza con convertirla en una copia barata del espíritu mundano que se enseñorea de nuestras sociedades. Un Papa abrió las ventanas de la Iglesia y otro dijo que el humo de Satanás había entrado en la misma. Quizás es hora de que otro Papa, o un concilio ecuménico, se dedique exclusivamente a encender los ventiladores que dispersen ese humo, antes de que la totalidad de los fieles muramos axfixiados. Porque una cosa es segura: así no podemos seguir.
Luis Fernando Pérez Bustamante
26 comentarios
---
LF:
Dos cosas:
1- Lo de divorciados vueltos a casar no lo ha dicho el arzobispo. Al menos no venía así en la nota de agencia. Lo he añadido yo en la noticia dando por hecho que se refiere sólo a esos divorciados.
2- Para que no haya duda, cambio el título del post.
----
LF:
No son precisamente "nuestros eclesiásticos" los que se divorcian y se vuelven a casar. Más bien son "nuestro seglares".
Si fuera así, yo no me opondría a tal enseñanza, porque sería tan divertida como verme a mí dando clases de aeróbicos.
Claro que si un entrenador físico "desaconseja" que Gaby dé una clase de aeróbicos, nadie se extraña. Es más, se le aplaude: no vaya a ser que las enfermedades cardíacas vayan en aumento. Pero si un adult... divorciado vuelto a casar enseña moral, no pasa nada. ¿Qué es lo peor que puede pasar? ¿Más divorcios? ¡Bah! Pecata minuta comparado con el sagrado derecho a la libertad y la separación de la Iglesia y el Estado.
Me pregunto: Los mismos padres que mandarían a sus hijos a recibir esas clases de religión, ¿irían conmigo a una clase de aeróbicos? Si es así, ¡he descubierto una nueva carrera!
Con lo que dices, me queda la duda de lo que realmente haya manifestado -al respecto del comentario anterior- el arzobispo. Pero me ratifico en lo dicho.
---
LF:
Es seguro que el arzobispo se refiere a los que cometen adulterio y no a los católicos que sufren un divorcio en contra de su voluntad y permanecen castos.
________________
-Que sí, tanto si te gusta como si no: Que estamos en tiempos de definición.
-Y como al Demonio le queda poco tiempo de reinado: Quien no piensa como tal, andará perdido en consideraciones no comprendidas.
---
LF:
Sólo el Padre sabe el día y la hora.
----
LF:
Yo no equiparo a un divorciado vuelto a casar con un sinvergüenza o un golfo. Lo que digo es que quien no vive conforme a la moral católica, difícilmente puede enseñar moral católica. Tanto si es un adúltero -término usado por Jesús para hablar de los que se divorcian y se vuelven a casar- como si es un ladrón, un asesino o etc. Sin que eso signifique que equipare la gravedad del adultero a la del asesinato. Por ejemplo, aunque creo que no deberían hacerlo ninguno de los dos, a mí me parece más grave que dé clases de religión un hereje que lo haga un adúltero que enseña la verdad católica sobre el adulterio.
Y eso de que "quien esté libre de pecado, lance la primera piedra" empieza a sonar como excusa para que la Iglesia acepte el pecado en su seno. Como todos somos pecadores, pues viva la Pepa. Pues no.
A mí no me gustaría que un alcohólico diera clases de Seguridad Vial, y me parecería bien que la academia donde trabajase le exigiese que o se rehabilita o puerta. Aunque se supiese el código de circulación de memoria.
Tampoco me gustaría que un abogado o un médico que transgrediese deliberadamente las reglas deontológicas de la profesión forme parte del comité ético o asesore a los colegiados sobre este asunto. Me parece bien que el colegio profesional no lo contratase como profesor, aunque tenga todos los títulos del mundo.
Cuidado, Luis Fernando. A ver si un día alguien le va a tomar por un peligroso "filo-lefebvriano".
¿Acaso no sabía usted que el Concilio Vaticano II fue la "Primavera de la Iglesia", y que ahora, gracias a los maravillosos frutos conciliares, estamos mejor que nunca?
---
LF:
Si se hubiera aplicado todo lo que dijo el concilio, sin duda estaríamos en esa situación primaveral. Pero no fue así. La hermenéutica de ruptura triunfó en muchas iglesias locales. Y en todo caso, vamos camino de 50 años en que se inauguró el mismo. La realidad eclesial de hoy es la que es. Y ante realidades distintas, quizás quepan acciones diferentes a las tomadas hasta ahora. Si los textos conciliares no valen para tal cosa, y yo dudo que valgan, no tiene nada de particular pedir que la Iglesia tome las medidas necesarias para afrontar la secularización interna que sufre. Y eso sólo lo puede hacer un Papa o un concilio ecuménico.
-----
Excelente comparación pero mal remedio.
Creo que no se trata de "prender los ventiladores" sino, sencillamente, cerrarle las ventanas a ese humo.
Porque ese humo es "lo mundano", lo que no debe entrar en la Iglesia.
Visto alegóricamente se ha dado un "error de aberturas". Se han abierto las venatnas de la ciudadela para que entre el humo del mundo, mientras que multitudes de fieles apostataron abriendo la puerta de atrás y protagonizando la fuga masiva que dio en llamarse "la apostasía silenciosa".
Cerremos pues ambas aberturas y abramos de par en par las puertas del frente, para que salgan los heraldos de la nueva evangelización y entren luego quienes quieran, en serio, salvar su alma.
----
LF:
No, no, si cerramos las ventanas con el humo dentro, la hemos liado. Primero hay que dispersarlo y luego poner a alguien vigilando las ventanas para cerrarlas si se acerca una nueva humareda. Ni siquiera hace falta cerrarlas para siempre.
---
Esta es una verdad de a puño que debería servir para morigerar nuestras críticas (muchas veces merecidas, por supuesto) hacia los pastores. Es que hay que estar allí.
Sin hacer la vista gorda a los problemas, hay que evitar el maniqueísmo simplón de los lefebvristas frente a la realidad tremenda de los problemas que sufre nuestra amada Iglesia.
---
LF:
Yo limito bastante mis críticas por esa razón. Ahora bien, a nadie obligan a ser obispo. Y si la historia tiene ejemplos de obispos que llegaron a la condición de mártires y confesores por defender la verdad, no tiene nada de particular que pidamos a los nuestros que "sufran" un poquito por esa misma razón. Para ser tibio vale cualquiera.
El Concilio de Trento dio como frutos una reforma litúrgica y un catecismo. El Vaticano II ha dado sobre todo un Código de Derecho Canónico muy bien hecho (de la reforma litúrgica mejor no hablar), a no ser por el c. 1095.3 con sus funestas consecuencias. No aplicar el CIC es no aplicar el Concilio.
Así por ejemplo encontramos una escena que se repite en los presbiterios del mundo entero, cuando el obispo pregunta a alguno de los sacerdotes, versado en el Derecho Canónico, cómo hacer para saltarse ese párrafo del cánon donde dice que los padrinos de bautismo tienen que ser confirmados.
Podríamos hablar de muchas más cosas que han cambiado en el derecho, como la libre designación de los oficios, pero lo fundamental es que el Concilio ha querido dar en la Iglesia un peso y una responsabilidad más fuerte a los obispos en casi todos los campos. Ya se vé cuál es la pieza que no encaja.
Como dices, lo que ha declarado Mons. Léonard, se queda corto, pero la virulenta reacción es consecuencia de que posiblemente por allá no hayan escuchado nada semejante en bastantes años.
Dios e bendiga.
---
LF:
Quien alguna vez peca puede confesarse y ser perdonado. Quien VIVE públicamente en pecado, no puede confesarse y ser perdonado a menos que tenga la intención de dejar de vivir en pecado. Los que viven públicamente en adulterio no deben dar clases de religión ni ocupar lugares de dirección en un colegio católico.
Para eso no hace falta pontificar. Basta con aplicar el sentido común.
Por cierto, en los primeros siglos del cristianismo, los adúlteros ni siquiera podían asomar por la Iglesia, así que pueden dar gracias de que ahora se acepte que puedan oír Misa.
Dejo aquí el enlace:
http://pastoraldefamilia.blogspot.com/2008/09/cmo-viven-los-divorciados-su-vida.html
Supongo que estos sí que podrían seguir dando clases de religión.
---
LF:
Obviamente sí.
-----
Interesante conclusión, y muy acertada. No es "post" sino "anti", sí señor.
¿Sabes a qué me hace recordar,Francisco? A algo también muy acertado que he leído hace poco : las relaciones "pre-matrimoniales" no son tales sino que son abiertamente "anti-matrimoniales". Un católico debería referirse a ellas de la segunda manera y no de la engañosa y equívoca primera manera. ¡Es que es de sentido común!
Aunque más no fuese por los amarguísimos frutos de las tales relaciones, debería llamárseles propiamente y no eufemísticamente.
---
LF:
En Portugal tienen como primado a un patriarca que habla en contra del magisterio. Y el país votó a favor del aborto.
En Italia y sobre todo en Polonia están mejor. En Irlanda anda la cosa muy mal por el tema de los abusos.
Un cordial saludo.
Sabemos que no debemos casarnos sin consultarlo con Dios, que no podemos prostituir un sacramento, que el adulterio prostituye Templos del Espíritu Santo.
Pues nada, ni caso hacemos y luego como malcriados caprichosos vamos a quejarnos de que nos señalen nuestra adúltera vida, que además pretendemos blanquear siendo catequistas o para colmo de la hipocresía Directores de Colegios Católicos.
El post concilio no ha hecho de la Iglesia una buena Madre, sino una madre irresponsable que ha malcriado a sus hijos, y ahora éstos malcriados vuelven a patalearle sus desvaríos.
Esta es poco menos que una generación perdida, la Iglesia haría bien grabarse a fuego estas enseñanzas tan duramente aprendidas para preparar un futuro de santidad.
Porque ¿en qué lugar del NT pone qué hay que estar amargado en un matrimonio?.
---
LF:
En el mismo lugar que pone que hay que estar amargado si uno sufre una enfermedad crónica incurable. Son cosas que pasan en la vida.
En todo caso, si uno está muy amargado en su matrimonio, puede optar por separarse. Mientras no se vuelva a casar, no hay problema.
---
Editado:
Siempre he dicho que usted era un farsante y que lo de P. era una gran mentira. Ahora ya no tengo la menor duda. Da igual. No tiene la más mínima posiblidad de que le publique nada. Si quiere perder el tiempo escribiendo cosas que no va a leer nadie, ni siquiera yo, es que además de ser mala gente no anda especialmente bien del coco.
Y mientras tanto, los enemigos de la civilización cristiana siguen avanzando, pasito a pasito. La Comunidad de Madrid acaba de aprobar la liberalización total de los horarios comerciales... ¿Domingos y fiestas de guardar? ¿Descanso dominical? ¿Qué es eso?... ¡Una reminiscencia franquista, hombre!
Y la Iglesia no ha dicho ni pío al respecto, de momento y que yo sepa. Estos silencios son también otro gran, gran problema. Me temo que no todos los Pastores son como Mons. Léonard...
1. Lamentablemente, una vez que se permitieron y admitieron ciertas cuestiones, que ademàs van acordes con las costumbres sociales de la època, se hace muy difìcil volver atràs.
Es imposible que quièn en su vida privada lleva una conducta contraria a la moral católica --para el caso, divorcio vincular y nuevas uniones-- pueda enseñar la fe católica...¿Acaso cabe esperar que quièn se encuentra esa situaciòn, vaya a educar señalando que la misma es un pecado grave?
No basta con "desaconsejar", y lo acontecido pone de manifiesto la confusiòn existente, donde de hecho existe un "pluralismo" doctrinal y pràctico...
2. En cuanto al Vat. II, bueno, lamento que no perciban algunos que estos tambièn son sus frutos. Porque, entre otras cosas, expresamente las Autoridades renunciaron a condenar los errores desde allì...Y ahora, basta que "desaconsejen" y se arma un escàndalo...
3. A Francisco Josè Delgado y a mi compatriota Ricardo (de Argentina) les digo que la reforma postconciliar fue realizada por la Jerarquìa conciliar. Decir que la reforma postconciliar es anticoncilio y que el Concilio no se aplicò es absurdo, porque esta Jerarquìa --la misma que actuò en el Concilio pastoral Vat. II-- es quièn debìa interpretarlo y aplicarlo, y asì lo hizo y lo hace...
Saludos
Marcelo
Pues no se habla porque hay un océano de católicas practicantes que "practican" esa costumbre.
Igualmente hoy en día los divorcios son tan frecuentes que es difícil condenar todo lo relacionado con eso porque sería muy difícil hacer proselitismo entre los divorciados vueltos a emparejarse.
Condenemos esto pero condenemos también aquello.
----
LF:
Usted no lee mucho InfoCatólica. Si no, no diría eso. No hay un solo medio católico que haya hablado más en los últimos años de la gravedad de la anticoncepción. De hecho, se han publicado artículos dedicados específicamente a ese tema. Por ejemplo:
http://infocatolica.com/blog/reforma.php/1011260531-anticoncepcion
Lo que pasa es que no podemos estar con ese tema a todas horas.
---
LF:
1- Yo no escribí los evangelios. Tampoco los inspiré. Eso lo hizo el Espíritu Santo.
2- Yo no dije que los que se divorcian y se vuelven a casar son adúlteros. Eso lo dijo Jesucristo.
3- Yo no tengo la culpa de que a los adúlteros se les expulsara de la Iglesia en los primeros siglos. Tampoco de que cuando se arrepentíam se les impusiera como penitencia el no poder comulgar hasta antes de morir.
4- Considero que el trato que se le da a los divorciados vueltos a casar hoy en día es mucho mejor, desde el punto de vista pastoral, que el que se les daba en los primeros siglos.
5- De ninguna de las maneras he dicho que los hijos de los adúlteros no puedan ir a Misa ni nada parecido.
6- El pecado, y el adulterio lo es, no puede justificarse en base a que cometiéndolo se va a conseguir un bien mayor. Es decir, eso de que una mujer divorciada con muchos hijos ha de casarse con un buen hombre católico que garantice el sustento de esos niños, no es aceptable desde el punto de vista de la moral católica. Si ese hombre quiere tanto a esa mujer y a sus hijos, que los sostenga como si ella fuera su hermana y ellos sus sobrinos. Pero tomar por mujer a quien es, ante los ojos de Dios, la esposa de otro hombre, es adulterio. Y los adúlteros, dice la Escritura, no heredarán el reino de los cielos.
7- Si decir la verdad, si mostrar cuál es la doctrina católica, me convierte en un fariseo, en un legalista, etc, etc, así sea.
"El pecado de adulterio no puede justificarse en base a que cometiéndolo se va a conseguir un bien mayor."
"Tomar por mujer a quien es, ante los ojos de Dios, la esposa de otro hombre, es adulterio."
Hay quienes, como P. Elias, para decidir lo que es bueno o lo que es malo tienen a todo en cuenta, menos lo que quiere y es voluntad clara de Dios.
Dejar un comentario