El arzobispo franciscano replica al ex-franciscano blasfemo
José Arregi es ese señor que, alentado por los profesionales de la progresía eclesial mediática, quiso reventar la llegada de Mons. Munilla a la diócesis de San Sebastián. Pero la jugada les salió mal y ante la impotencia, el otrora franciscano optó por pedir la secularización. Es de esperar que el proceso se adelante ante la evidencia de sus artículos en Religión Digital. Cualquiera que le lea se da cuenta de que ese señor no sólo no es católico, sino que de ninguna de las maneras puede ser considerado como cristiano.
El último de sus posts tiene un título, “La cruz no nos salva”, cuya sola lectura provoca en los cristianos una reacción de rechazo. Dice este individuo:
El título puede sonar escandaloso a oídos de muchos cristianos, más en estos días en que alzamos la cruz para cantar al Hermano Herido. Hace ya dos mil años que dura el grave malentendido, y son demasiados los que aún lo sostienen, pero hoy es insostenible. No es la cruz la que salva, sino aquello de lo que nos hemos de salvar.
Y más adelante blasfema diciendo ¡Maldita cruz!:
Babilonios, persas y egipcios, griegos, cartagineses y romanos convirtieron el signo de la vida en el más cruel instrumento de tortura y de muerte para esclavos, sediciosos y prisioneros enemigos. Y llamaron Dios al Poder, e hicieron de Él el Gran Legislador, el Supremo Garante del orden del más poderoso, siempre injusto. Y dijeron: “Dios castiga al culpable”, pero era simplemente para poder ellos castigar con la conciencia tranquila. Nadie explicó nunca por qué Dios exige expiación, ni quién gana qué con que el culpable expíe. Eso hicimos de Dios, ¡pobre Dios! Más bien, ¡pobres nosotros!, pues ese Dios no existe, mientras que nosotros sí existimos y seguimos crucificándonos. ¡Maldita cruz!
Y:
Jesús fue crucificado contra la voluntad de Dios, que solo puede querer que vivamos y hace salir el sol sobre buenos y malos.
Y:
los cristianos, con Pablo al frente, dieron la vuelta al argumento y dijeron: “Dios exigía que alguien expiara todos los pecados, pero ha sido el Justo quien ha expiado en lugar de los pecadores. Era necesario que alguien cargara con las culpas, pero ha sido el Crucificado quien ha cargado con todas nuestras culpas”. Los cristianos olvidaron la historia del Sanedrín y de Pilato, y comprendieron la cruz, en clave cultual, como un sacrificio de expiación.
Y:
El Dios de la expiación nunca existió, y la religión de la expiación ha de ser borrada. El dolor no es lo que salva, sino aquello de lo que hemos de ser salvados. Y la salvación no consiste en ser absueltos de una culpa ni en expiarla, sino en ser curados de todas las heridas. Eso es lo que quiso hacer Jesús. Pero en su vida y en su cruz, no es la cruz la que nos salva, sino la libertad arriesgada, la bondad solidaria, la proximidad sanadora.
Está claro que este señor no sólo no es cristiano, sino que además sirve a aquel que fue derrotado en la cruz. Mientras que San Pablo se gloría en la cruz de Cristo, Arregui blasfema diciendo “¡Maldita cruz!”. Tus palabras blasfemas caigan sobre ti, hermano espiritual de Judas Iscariote. Si acaso, maldito tú, José Arregui, aunque no debo llamarte tal cosa. Malditas tus mentiras. Malditas tus herejías. ¡Ay de quienes te aplauden! ¡Ay quienes te acogen para dar pábulo y publicidad a tus blasfemias! ¡Ay de aquellos sacerdotes y parroquianos guipuzcoanos que piden que vayas a llenar sus almas de miseria! Menos mal que el actual obispo de San Sebastián no va a permitir que esa diócesis siga acogiendo la lepra espiritual que representas. ¿A quién puede sorprender tal cosa? Más bien caiga la vergüenza sobre aquellos pastores que te ampararon y dejaron que esparcieras tu escoria entre el pueblo de Dios que peregrina en esa pequeña diócesis vasca.
Y menos mal que un arzobispo franciscano, Mons. Santiago Agrelo Martínez, ha salido al paso de tus blasfemias desde su cuenta de Facebook. Todo el que entre en ese post inmundo podrá leer lo que escribe el arzobispo de Tanger:
«Si uno viese desde lejos su patria y estuviese separada por el mar, vería adónde ir, pero no tendría medios para llegar. Así es para nosotros… Anhelamos la meta, pero está de por medio el mar de este siglo… Ahora, sin embargo, para que tuviésemos también el medio para ir, ha venido de allá aquel a quien nosotros queremos llegar… y nos ha proporcionado el navío para atravesar el mar. Nadie puede atravesar el mar de este siglo, si no le lleva la Cruz de Cristo… No abandonar la Cruz, ella te llevará».
Estas palabras de san Agustín, tomadas del Comentario al Evangelio de san Juan (cf. 2, 2), nos introducen en la oración del Via Crucis.
En efecto, el Via Crucis quiere avivar en nosotros este gesto de asirnos al madero de la Cruz de Cristo a lo largo del mar de la existencia. El Via Crucis no es, pues, una simple práctica de devoción popular con un tinte sentimental; expresa la esencia de la experiencia cristiana: «El que quiera venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga» (Mc 8, 34). (He tomado el texto de la introducción al Vía Crucis que hoy se celebrará en Roma, en el Coliseo)
Yo sólo sé que mi Señor la llevó, y que dijo: “El que no toma su cruz y me sigue detrás, no es digno de mí (Mt 10, 38). “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame” (Mt 16, 24).
Si yo escribiese: “Hace ya dos mil años que dura el grave malentendido, y son demasiados los que aún lo sostienen, pero hoy es insostenible", me sentiría muy incómodo en mi papel de desfacedor de malentendidos. Creo que me cegaría tanta lucidez.
De momento prefiero quedarme con las palabras de Jesús.
Es la primera vez que veo a un obispo, arzobispo para más señas, plantar cara a un hereje en su blog. Y desde luego no es Mons. Agrelo un prelado de los que llamaríamos ultra-conservador. Los Vidales y Bastantes no podrán decir que es un obispo de La Caverna. Y sin embargo, tiene el valor de replicar a un señor que dice ¡Maldita cruz! en su blog. Dios se lo pague por ello. Algunos cómplices del blasfemo Arregui le acusan en los comentarios de estar buscando prebendas. Y es que la verdad les ciega, les hace rabiar. Prefieren vivir en sus tinieblas. Pues que vivan en ellas, pero que no maldigan la cruz, instrumento de salvación.
Ya lo dijo el autor de Hebreos:
¿Cuánto más grave castigo pensáis que merecerá el que pisoteó al Hijo de Dios, y tuvo como profana la sangre de la Alianza que le santificó, y ultrajó al Espíritu de la gracia?
Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza; yo daré lo merecido. Y también: El Señor juzgará a su pueblo.
¡Es tremendo caer en la manos de Dios vivo!Heb 10,29-31
Así sea sobre los que blasfeman contra la cruz de Cristo.
Luis Fernando Pérez Bustamante
53 comentarios
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LF:
Creo que lo publicó ayer. Pero vamos, para el caso es lo mismo.
El problema, de todos modos, es que Arregui ha dicho con claridad lo que dramáticamente piensan muchísimos teólogos que siguen escribiendo con el nihil obstat de sus obispos (incluso en el artículo anterior de LF, un comentarista achacó nada más y nada menos que al Papa la barbaridad de no creer en el sentido de expiación que Jesús dió a la última cena). Arregui ha dicho sin ambages lo que dicen multitud de teólogos -más cobardes que él, pero igualmente herejes- con la boca chica. Yo me he tragado más de una conferencia de algún "prestigioso" teólogo defendiendo esa horripilante herejía. Y al final los conferenciantes se quedan tan panchos, y se hartan de recibir parabienes y palmaditas de los asistentes, que piensan que han descubierto un nuevo cristianismo, menos molesto, más fácil y más digerible.
La verguenza ante el escándalo de la cruz se ha generalizado en en ámbitos intelectuales cristianos hasta el punto de producir una dramática extensión popular de esa horrible herejía anti-expiatoria, que tiene mucho de pelagiano. Y observo demasiado silencio y muy poca contundencia en ámbitos eclesiales ante generalizada blasfemia anti-expiación. Y el asunto es más grave de lo que uno pueda imaginarse: si no se combate, asistiremos al final del cristianismo tal y como lo hemos conocido en los últimos dos mil años.
Y coincido en que haber elegido la Semana Santa para expeder esa blasfemia tiene un matiz demoníaco.
¿Por qué esta gente tiene tanto odio a la cruz? Me da miedo responderme.
Ay,qué suerte tenemos, hemos nacido en época de Arregui que nos explica ¡al fin! el malentendido que veníamos sosteniendo millones de tontos durante dos mil años. El Señor nos bendice con un Arregui que nos saca de nuestra estupidez e ignorancia. Contemos, pues, el tiempo en un antes y un después de Arregui, el que nos saca de un malentendido milenario.
Como apostilla Mons. Agrelo, quizá Arregui está cegado de tanta lucidez. El profeta Arregui resuelve en un post la ceguera de dos mil años.
Va a ser lo mejor que Arregui, luminoso y iluminador Arregui, funde su propio chiringuito religioso y resplandezca como gurú entre sus seguidores.
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LF:
Sobre eso escribió Paco Pepe hace no mucho. Y es posible que lo haga yo en breve.
Puede ser que se sientan como Mahoma: el último de los profetas y reveladores.
Definitivamente: cuando se entra por la ruta de la desobediencia contra la fe, se pretende la ego-obediencia de todo el mundo.
http://nihilobstat.dominicos.org/articulos/nos-salva-la-muerte-de-jesus-o-su-modo-de-morir
Y esta frase es "magnífica":
"¿Cómo iba a agradar a Dios la muerte de su Hijo, cómo iba a complacerle el rechazo del Hijo por parte de los seres humanos?"
Como cuesta comprender la locura de la Cruz, la locura de un Dios que se inmola por amor a nosotros, para salvarnos del pecado que nos esclaviza.
Religión digital es un pseudopodo del poder de las tinieblas.
Y sus presumibles y posibles mafias correspondientes.
Se puede conocer un árbol frutal por los claros frutos que produce. Muy fácil, ¿verdad?.
Es como dice el evangelio en Mateo 7.16: " Por los frutos los conoceréis ".
De la misma manera, podemos conocer el corazón de una persona por las obras que realiza o hace. Esto no es tan fácil, pero se aplica en la misma forma al corazón humano como al árbol frutal.
El religión digital, todo sucede claro como el agua clara.
Feliz Pascua de Resurreción a todos.
Es una frase inquietante, porque queda ambiguo si lo que debe ser borrado es la expiación en el catolicismo o bien la propia religión católica... ¿es un aviso profético de lo que puede venir?
"El dolor no es lo que salva...no es la cruz la que nos salva, sino la libertad arriesgada, la bondad solidaria, la proximidad sanadora...Benditos sean todos los crucificados, y malditas sean todas las cruces, también la de Jesús."
Defendiéndole lo máximo posible, tendría razón si se refiere a la cruz de la sola y simple muerte de Jesús, pero la cruz es Cruz Gloriosa. Está alzada porque comunica al hombre con Dios (Escalera de Jacob, Gn. 28), es el árbol que da fruto de vida eterna que resiste todas las corrientes de agua (Salmo 1), mástil de salvación (la serpiente colgada, Núm. 21) que nos incluye en el Libro de la Vida (Mirarán al traspasado, Zac. 12).
No obstante, al no precisar los términos, el escrito de este sacerdote es confuso, y da más bien a entender que se ha separado definitivamente de la Iglesia Católica, al negar la teología básica de la cruz. Se halla muy cerca de Voltaire y su "écrasez l'Infâme", de Nietzsche "Dios ha muerto" y de Marx "la Religión es el opio del pueblo".
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LF:
¿Aviso profético? ¿de Arregi?
Hombre, no me hagas reír.
Ese escrito no tiene nada de confuso. Es clarísimo. No tiene nada de cristiano ni de católico.
Espero que sirva para que su proceso de secularización vaya más rápido.
Por eso ahora niegan cualquier sentido expiatorio del sufrimiento y muerte de Jesus y por consiguiente del sufrimiento y muerte del cuerpo mistico de Jesus que es la Iglesia y los que la componen, eliminar el elemento "sacrificio" de la fe es eliminar la propia fe y ellos lo saben, por eso atacan contaminando con estas perversidades teologicas, terrible destino es consagrarse a Dios para servir al diablo.
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"Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo;
19 el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal." (Fil.3:18-19)
Siguiendo su línea argumentativa, solicito un pronunciamiento por parte de nuestros pastores al respecto, siquiera sea con una nota aclaratoria. El daño que se puede estar haciendo entre el pueblo sencillo es inmenso.
PAX CHRISTI,
Como a Judas le ha entrado satanás ( " Por la señal de la santa Cruz, de nuestros enemigos libranós Señor Dios nuestro " )en el cuerpo.
Más tTengamos piedad y misericordia y recemos por él.
No obstante, DEFENDAMOS como muy bien y con toda energía y coraje hace el Blogger, toda nuestra FE, toda nuestra religión cristiana y a toda nuestra santa Iglesia Católica.
Y sobre todo la Sagrada Cruz de Cristo, base de nuestra FE y de nuestra Redención.
¡ Bendida y adorada Cruz ¡, vencedora del pecado y de la muerte para siempre jamás.
Amén.
Felices Pascuas.
"Tus palabras blasfemas caigan sobre ti, hermano espiritual de Judas Iscariote. Si acaso, maldito tú, José Arregui. Malditas tus mentiras. Malditas tus herejías"
Esas palabras son tuyas, no de Jose Arregui. El habla de la malidta cruz, refiriendose a ella como el instrumento de tortura. No dice maldito Cristo.Se puede estar o no de acuerdo (como el arzobispo que contesta) y se puede hacercomo él, un comentario comedido. En cambio tu no te andas con rodeos: "maldito tú, José Arregui". Me produces escalofrios, ¿quien te crees que eres para escribir tales amenazas?.
Por cierto, Arregui te ha publicado el comentario, cosa que tu no haces siempre con quienes no estan+mos de acuerdo contigo. (¿Vera la luz este post? No estoy seguro, lo sabre enseguida)
Un saludo sin maldiciones
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LF:
Los católicos adoramos la Cruz. Maldecir la cruz es maldecir a Cristo. Y yo digo que malditos los que maldicen la cruz. Y los que le defendéis.
Arregui NO PUEDE no publicarme el comentario, porque lo hago desde Facebook, no desde la zona de comentarios.
San Ignacio no llora dese el cielo por la deriva de la Compañía pues bien sabe que renacerá de sus cenizas, pero qué dura prueba para tantos que la estimamos hasta que un bilbaino tomó las riendas...
¡AVE CRUX SPES UNICA!
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LF:
Arregui ya no ejerce el sacerdocio.
"Ayer, después de celebrar la Pasión del Señor, dejé un comentario es esta ventana. Hoy veo que no hay nada. Manifiestamente no me las arreglo con este medio en el que empiezo a dar mis primeros pasos.
Necesitaba acercarme a Luis Fernando, como necesito acercarme a mi hermano Jose Arregui, no para oponerme a nadie, simplemente para buscar entre todos la verdad que amamos.
Supongo que la palabra "maldito", "maldita", se puede usar de muchas maneras y con propiedad.
San Pablo la usa dos veces en su carta a los Gálatas: "Cuantos viven de las obras de la ley están bajo maldición, porque está escrito: Maldito quien no se mantenga en todo lo escrito en el libro de la ley, cumpliéndolo" (Gal 3, 10). Y añade: "Cristo nos rescató de la maldición de la ley, haciéndose por nosotros maldición, porque está escrito: Maldito todo el que cuelga de un madero" (Gal 3, 13).
Supongo que, si de Jesús que es todo lo que amamos, se puede decir con amor que fue "maldito", también con amor se podrá decir de la cruz en la que él sufrió.
Si hay alguna realidad de la que pueda predicarse sin demasiado temor la palabra "maldito", esa realidad serían nuestros pecados, que la fe pone en relación con la muerte del Señor. Pero la madre Iglesia nos recuerda que el amor de Dios nos ha permitido pronunciar una bienaventuranza incluso sobre la realidad del pecado: "Oh culpa dichosa, que mereció tal Redentor".
Y si no he de maldecir la cruz en la fui amado, si no he de maldecir el pecado con el que cargó mi Señor, en modo alguno podré nunca maldecir a mis hermanos, pues el Señor los ama con amor extremo, tanto que no se ha reservado para sí ni siquiera la propia vida.
Eso necesitaba deciros.
Un abrazo."
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LF:
Esto le he respondido:
Monseñor, yo tengo una característica que no sé si es un defecto o una virtud, pero sin duda hace que no sea eclesial ni políticamente correcto: Ante los que agreden a la fe que profeso hablo claro, con rotundidad y sin rodeos.
Y es por eso que le digo que no puedo considerar como hermano a quien maldice la Cruz de mi Señor. No puedo llamar hermano a quien pisotea el orden sacerdotal en el que fue ordenado para servir a Satanás, como es el caso se Arregui. Quizás usted sí pueda llamarle y considerarle hemano. Yo no.
Aun así, tiene razón en que no es correcto llamar maldito ni siquiera al que maldice la cruz. Ya lo vemos en Judas:
Judas ,9-10
Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con él por el cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda. Pero éstos blasfeman de cuantas cosas no conocen...
Y de quien maldice la cruz, ya habla la Escritura con suficiente contundencia:
¿Cuánto más grave castigo pensáis que merecerá el que pisoteó al Hijo de Dios, y tuvo como profana la sangre de la Alianza que le santificó, y ultrajó al Espíritu de la gracia?
Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza; yo daré lo merecido. Y también: El Señor juzgará a su pueblo. ¡Es tremendo caer en la manos de Dios vivo!
Heb 10,29-31
Así sea, pues.
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LF:
Lo aceptable dentro de la Iglesia ya está establecido en su magisterio. Sé que hay algún grupo progre que ha pedido un nuevo Concilio. Y yo mismo pienso que podría ser necesario dicho concilio para intentar poner fin a la crisis que lleva sufriendo la Iglesia desde mediados del siglo XX, pero no creo que haya nada organizado.
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LF:
Ya, pero es que para eso basta con que desde Roma se opte por cesar a los malos pastores en vez de trasladarlos de lugar en lugar. No es necesario un concilio.
En otras palabras, lo que en mi opinión hace falta es un papado fuerte que tenga claro que la secularización de la Iglesia no se combate con tiritas. Y con esto no digo que el actual Papa haga eso.
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Este es otro problema Monseñor que yo tengo perenne con esta generación de pastores, no digamos con la que han sufrido por el Norte.
Es ese de la contemporización entre "los unos y los otros", así como si fuesen los mismos los asesinos y los asesinados.
Es ese "los unos y lo otros" como si fuesen "hermanos" lo mismo los herejes, los que escandalizan con la Fe que los que claman con ardor por mantener la fe por la que nuestros antepasados dejaron sus vidas.
Es esta nefasta in-Justicia, dar a todos lo mismo y no lo que a cada uno le corresponde, la que nos pierde y la que pierde a los fieles y los deja des-nortados.
El día que yo considere a Luis Fernando tan hermano mío o de Cristo como a la legión de Arreguis, ese día sabré que he perdido la fe católica y que el Evangelio y los santos Concilios son antigüayas y "tradiciones" de hombre que no encierran ni la Palabra de Dios ni inspiración divina alguna.
Seguimos ciegos denunciando el relativismo del mundo mientras lo predicamos interiormente con tan poca Justicia.
No, Arregui tampoco es mi hermano, es otro pederasta, mucho peor que los carnales, es un pederasta espiritual y no es de Justicia acercarse de igual manera a un pederasta que a un hombre justo.
Los Obispos no deberían contemporizar con los pederastas ni dejar que medren por los rebaños porque eso les convierte en malos pastores que dejan sin protección a las ovejas que Dios les ha encomendado proteger.
Dios le bendiga Monseñor.
1. Maldita cruz
2. La religión de la expiación ha de ser borrada
1. Maldita cruz
La sucesión de hechos parece que es ésta:
- Arregui: Maldita cruz
- Luis Fernando: Blasfemo y hereje
- Agrelo: Quizás quiso decir "malditos pecados"
Arregui tiene derecho de rectificación y aclaración, a lo mejor aclara algo en el sentido de Agrelo, pero debe decirla él en persona, no por otro, puesto que sólo Arregui es el primer interpelado por Luis Fernando.
No obstante, a medida que continúa su silencio, la conclusión de Luis Fernando se afianza, dado que decir "maldita cruz" es un pleno ataque a la teología de la cruz, base esencial del catolicismo. Y por tanto, los segundos interpelados son los superiores directos de Arregui, el diocesano y el franciscano, pues Arregui no puede ya ser más un sacerdote que confiese y comulgue.
2. La religión de la expiación ha de ser borrada
Si "maldita cruz" puede ser una afirmación individual de herejía, ésta puede deducirse que es un llamamiento público a la persecución directa de la Iglesia, porque afirma que la Iglesia miente al decir que existe un Dios de la expiación, y al ser un engaño fundamental cometido durante toda la Historia contra toda la Humanidad, la Iglesia Católica debe o bien rectificar o bien ser borrada, eliminada.
Este posible llamado a la persecución me recuerda a la profecía de Caifás:
"-...os conviene que un solo hombre muera por el pueblo y no que perezca toda la nación.
Pero esto no lo dijo por sí mismo, sino que, siendo Sumo Sacerdote aquel año, profetizó que Jesús iba a morir por la nación; y...para reunir a los hijos de Dios que estaban dispersos." (Jn 11,49-52)
Caifás y Arregui coinciden, en mi opinión, en el hecho de anunciar un suceso futuro: que Jesús iba a morir, que la Iglesia será perseguida.
Da la sensación que esta generación postconciliar, ante el fracaso vital de ver que la nueva iglesia que pretendían imponer ya no se va a realizar, empieza a reaccionar de una manera agresiva: desobediencia a los obispos, blasfemia y herejía directa, declaraciones públicas para borrar la falsa iglesia...
Parece que como dijo LF, y a pesar de la contemporización de Agrelo, el cisma de hecho ya está empezando a ser manifiesto.
No estará pasando lo mismo en estos tiempos, que le estemos dando a la cruz un lugar que no le corresponde, es Cristo el redentor, la cruz el medio en el cual fue crucificado, un símbolo de muerte y a la vez de resurrección, de odio y a la vez de amor, de oscuridad y a la vez luminosa, de maldición y a la vez de bendición.
Me parece que el Concilio Vaticano III se hace cada vez más necesario. Un abrazo en Cristo.
Esa expresión es el menor de los problemas. Yo mismo podría escribirla en un contexto adecuado. Usando la forma literaria de los lamentos se pueden escribir muchas cosas "escandalosas".Y son para edificación.
No es eso suelto, lo grave es todo el resto. Sumado a lo del otro día, y el otro y lo que vendrá. Ocurre lo mismo que con los que salen del armario, cada vez, liberados, se vuelven más como locas, sin freno.
Mejor, así muestran su verdadero rostro y engañan a menos.
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LF:
Esa expresión, dado el contexto del artículo, es el mayor de los problemas.
Solo pasaba por aquí para reirme de ti.
Arregui escribió un artículo, Agrelo le respondió. A ti te faltó tiempo para colgar tus exabruptos y decir que el Arzobispo estaba contigo. Y ayer Agrelo volvió a escribir. Fue una intervención breve, pero sensata y profundamente cristiana. Y el máximo damnificado eres tú, pues el comentario del Arzobispo está lleno de Cristo y te deja en evidencia ante toda la parroquia. Precioso lo que escribe Santiago Agrelo, con hondura teológica, caridad y profundo respeto al "otro". Lo deja muy clarito. No hay que maldecir y en modo alguno maldecir a un hermano. Los maldicientes no son católicos.
Has quedado como Cagancho en Almagro
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LF:
O sea, un miserable maldice la Cruz y tú dices que el máximo damnificado soy yo por caer en el error de escribir "si acaso, maldito tú".
Si un arzobispo respetara a quien maldice la Cruz, que lo dudo, el problema lo tendría el arzobispo, no yo. Pero yo no dije que Mons. Agrelo estuviera conmigo. Dije que había replicado al blasfemo. Con eso basta. No hace falta que ningún arzobispo de mezcla con chusma cavernícola como yo, que me encargo de hacer el trabajo sucio para plantar cara a los herejes y miserables que llevan décadas intentando destruir la Iglesia desde dentro. Espiritualmente hablando, sois pura escoria quienes defendéis a Arregui.
Yo no he defendido a Arregui. Yo he alabado a Santiago Agrelo, que es muy diferente. Busca en mis siete líneas de intervención una sola alabanza a Arregui. !Una sola¡
Venga va, no te lo tomes tan mal. A mi me acabas de llamar escoria y no me molesta. Es más te disculpo. Sé que estás ofuscado. Y no lo entiendo siendo hoy la Pascua. A mí todavía hoy me dura la emoción de escuchar el Exultet cantado en una iglesia de carmelitas.
Ay, qué bien me lo paso contigo...
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LF:
Pues disfruta.
Maldita Cruz que construimos los hombres para matar al Amor de los Amores. Maldita Cruz salida de nuestras manos pera crucificar a quien, sin saberlo nosotros, glorificaría esa Cruz necesaria para nuestra propia Salvación.
He ahí el Amor de Dios que de nuestro mal saca el bien, de nuestro mayor horror, los maderos de esa cruz sacó nuestra Salvación, asumiendo el mismo Dios la pena de nuestra condena, "si comes, ciértamente morirás".
Lo que nosotros construimos como aberración, el buen Padre lo santificó. Bendita Cruz.
El que quiera seguirlo que cargue con las suyas y expíe sus pecados.
Bendita Cruz de Cristo pues ella es nuestra mayor Esperanza, malditos como somos por nuestros pecados.
Ignatius, que tristes sois todos, menudo hatajo de des-graciados que protituís la Palabra del Señor. Como las locas , no tenéis freno.
En el cielo hubo una tremenda batalla y los àngeles de Dios combatieron a los ángeles caídos, y estos también lucharon.
No me veo yo a San Miguel reuniendo a "los unos y los otros" con respeto al "otro" así como si esto fuese una terapia de grupo de divorciados norteamericanos.
Pareciera que hemos abandonado la Justicia para prostituir a gusto la Prudencia.
El episodio lo cuenta su discípulo san Policarpo, quien aprendió bien la lección, pues cuando en Roma le saludó el hereje Marción, preguntándole: "¿Me conoces?", Policarpo le respondió: "Te conozco, primogénito de Satanás".
¿Consideraría Monseñor a Cerinto y a Marción como hermanos en la fe? Me gustaría que me lo explicase.
PAX CHRISTI,
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LF:
Tampoco carguemos las tintas contra el arzobispo de Tánger. Es el primer obispo, al menos que yo sepa, que va a plantar cara a un heterodoxo en su propio blog.
Pero cuando hay un caso tan claro, tan escandaloso y tan dañino, me pregunto: ¿está justificado el retraso?
Sí, el mayor escándalo es Arregui. Pero para mí también es un escándalo que ante un caso flagrante la Iglesia TODAVÍA no haya hecho un pronunciamiento oficial.
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LF:
Las cosas de palacio van despacio.
Esto crea relativismo y la injusticia de equiparar a quien se somete a la Verdad con quien la niega (Qué hay que buscar que no sepamos de boca de la Madre Iglesia?), esa injusticia digo, creo que ofende a Dios.
No podemos convencer al mundo de su relativismo si en un blog público se ejerce el mismo, aún sin intención por parte de un Monseñor, de quien no dudo de su santidad y fidelidad al Evangelio.
Pero es que así no podemos seguir, sembrando una confusión que nada tiene de Caridad. Es una "táctica" equivocada, precisamente porque en lo profundo de la misma atenta contra la Justicia divina que quiere que a cada cual se le de lo que le corresponde.
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LF:
A ver, es que su primer comentario no era para reunir juntos al fiel y al hereje, sino para decir que se quedaba con las palabras de Cristo y no con las del hereje. Tan es así, que algunos comentaristas pro-arreguistas se lanzaron a criticar a Mons. Agrelo. Y tengo la sensación de que si yo no escribo aquí lo de "en todo caso, maldito tú, Arregui", el arzobispo no habría vuelto a escribir.
Oh tiempos oh mores! De pensar solamente en el anatema fulminante que hubiese caído sobre el impío que dijese lo que éste unas décadas atrás, da escalofríos. ¿Qué nos está pasando, por Dios?
"Jesús fue crucificado contra la voluntad de Dios"
Un hereje desatado en toda regla. Uno podría tratar de exculparle generosamente pensando que es ignorancia, pero lo dudo mucho, pues es precisamente el tipo de herejías la he encontrado en textos heréticos no cristianos como el libro de Urantia.
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LF:
No cabe ignorancia en quien ha sido sacerdote y franciscano.
Hay muchas cosas que a uno pueden no gustarle del cristianismo. Es normal, la naturaleza humana está desordenada, la inteligencia está afectada por el error, la voluntad por la malicia, los sentimientos están desordenados. Todos, mal que mal, sentimos que algún punto del dogma o de la moral "no nos convencen", "no nos gustan". En este punto, puedes modificar la fe a tu antojo, adaptandolo a ti, o puedes hacer el esfuerzo de adaptarte a esa fe, que es más verdadera que tú mismo, que tus gustos y que tus afecciones.
Aquí sí está la clave de la verdadera obediencia, la obediencia de la fe, la obediencia que espera entender con paciencia, y que mientras tanto pide la gracia para entender, para gustar, para ordenarse.
Y el consuelo
Y ella sola es el camino
Para el cielo.
Sta. Teresa de Jesús.
(de un folletito que se repartió en una parroquia el Viernes Santo)
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LF:
Digamos que no es muy partidario de las formas que uso en mi manera de enfrentarme a los herejes. Pero nada quita el hecho de que ha sido el primer arzobispo en replicar a un heterodoxo en su propio blog.
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LF:
El caso es que yo todavía no he llegado a decir cosas como estas:
Gal 5:12
¡Ojalá que se mutilaran los que os perturban!
Fil 3:2
Atención a los perros; atención a los obreros malos; atención a los falsos circuncisos.
Supura soberbia y genera escándalo por mentiroso e intoxicador. ¡Más ay de aquel de quien venga el escándalo!. Más le valdría...
La Iglesia debería apartar a esta manzana podrida por el bien del Pueblo de Dios.
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LF:
Ya está apartado. No ejerce como sacerdote y ha salido de la orden franciscana.
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