El Papa y la vara para combatir la inmoralidad y la herejía
Sin duda la homilía que Benedicto XVI ha predicado hoy, ante miles de sacerdotes, en la Misa de clausura del Año Sacerdotal, ha sido uno de los momentos cumbres de este pontificado. Cuando hace un año y pico un profesional de la información me dijo que este evento -el Año Sacerdotal- no tendría demasiada importancia y no merecía prestarle atención, pensé en seguida que dicha persona andaba más bien desorientada. El tiempo me ha dado la razón.
Este ha sido un año decisivo para el sacerdocio en todo el mundo. Y no es casual, como bien se ha encargado el Papa de recordar hoy, que haya sido precisamente en estos meses cuando más se han dado a conocer los pecados de aquellos que demostraron ser indignos del sacerdocio y del episcopado. El Acusador de los hermanos ha pretendido echar la basura del pecado de unos cuantos sacerdotes sobre la totalidad de ellos. Pero a su vez, lo ocurrido nos ha dado la oportunidad de poner solución a un mal al que, conviene reconocerlo, no se enfrentó adecuadamente.
Benedicto XVI ha vuelto a pedir perdón a las víctimas y ha asegurado que la Iglesia pondrá más atención en el discernimiento de las vocaciones al sacerdocio. No es imposible que en el futuro surjan nuevos curas indignos, pero será más difícil. Y todavía será más raro que haya obispos que quieran tapar sus pecados con traslados y encubrimientos necios. El Señor sabrá perdonar a aquella que en cada Misa reza “no tengas en cuentas nuestros pecados sino la fe de tu Iglesia“. Veremos si el mundo, tan rápido en acusar a la Iglesia de males que en él son el pan nuestro de cada día, es capaz de plantar cara de forma tan eficaz al mal. Va a ser que no. Ni quiere ni puede.
De la homilía del Santo Padre quiero rescatar un párrafo que a muchos, por lo menos a mí, nos confirma que estamos en el buen camino:
“Tu vara y tu cayado me sosiegan”: el pastor necesita la vara contra las bestias salvajes que quieren atacar el rebaño; contra los salteadores que buscan su botín. Junto a la vara está el cayado, que sostiene y ayuda a atravesar los lugares difíciles. Las dos cosas entran dentro del ministerio de la Iglesia, del ministerio del sacerdote. También la Iglesia debe usar la vara del pastor, la vara con la que protege la fe contra los farsantes, contra las orientaciones que son, en realidad, desorientaciones. En efecto, el uso de la vara puede ser un servicio de amor. Hoy vemos que no se trata de amor, cuando se toleran comportamientos indignos de la vida sacerdotal. Como tampoco se trata de amor si se deja proliferar la herejía, la tergiversación y la destrucción de la fe, como si nosotros inventáramos la fe autónomamente. Como si ya no fuese un don de Dios, la perla preciosa que no dejamos que nos arranquen. Al mismo tiempo, sin embargo, la vara continuamente debe transformarse en el cayado del pastor, cayado que ayude a los hombres a poder caminar por senderos difíciles y seguir a Cristo.
A ver si lo que ha dicho el Papa les queda bien grabado a aquellos que nos acusan de faltar a la caridad cuando pedimos que se discipline a los que propagan la herejía y todo tipo de error doctrinal y moral. No, señores, no. Quienes nos acusan así sirven a Satanás, no a Dios. Sirven a la mentira, no a la verdad. Sirven al pecado, no a la caridad. Callen pues y arrepiéntanse de su pecado de complicidad con el error. Al mal no se le combate únicamente con buenas palabras. A veces hay que usar la vara. Y si no se usa, las bestias salvajes, disfrazadas o no de ovejas y/o de ángeles de luz, se meriendan al rebaño.
No permitiremos que se nos robe la perla preciosa que Dios nos ofrece a través de su Iglesia. Quien quiera vivir su fe autónomamente, interpretando el evangelio y el resto de la Revelación inspirado por el espíritu de la potestad del aire que domina este mundo, es libre de hacerlo. Cada cual se suicida espiritualmente como le viene en gana. Pero a los fieles, a los que respetamos a la Iglesia como Madre y Maestra, que no nos vengan con herejías ni complicidades necias con comportamientos indignos.
Tomen nota aquellos que tienen en sus manos la vara de pastores. Ni yo ni los que nos dedicamos a la tarea de “combatir por la fe que ha sido transmitida a los santos de una vez para siempre” (Jud 3), la tenemos. Pero sí tenemos la certeza de que dicha tarea está apoyada por el Vicario de Cristo en la Tierra. Junto a él, bajo él y en comunión con él, seguiremos prestando un servicio que, quizás hoy más que nunca, es absolutamente necesario para el bien de toda la Iglesia y, de paso, para el bien de la humanidad. La verdad nos hace libres. Por ella somos lo que somos y hacemos lo que hacemos.
Pax et bonum,
Luis Fernando Pérez
25 comentarios
Vale lo de la complicidad con el error, pero no sólo con el error especulativo sino también con el práctico: la heteropraxis.
Saludos.
Que el Papa haya pedido perdón, por otra parte, de la pederastia, no borra el pecado. El perdón hay que darlo. Se pide, las víctimas verán lo que dan. Con todo, es importante lo que se haga en un futuro, pero no hay un borrón y cuenta nueva. Todavía hay mucha mierda que sacar y mucha vara que cimbrear en los lomos de los Sodanos, Rodés,... que desde la cúpula de la Iglesia, hasta los pedófilos que todavía andan por ahí, se pongan en su sitio. Esos, y no los herejes (que por cierto son menos de los que tú ves) son los que se meriendan y se han merendado a las ovejas (mejor dicho a los corderitos). Otra cuestión: que el Papa recuerde que es tarea de los pastores cuidar la fe, no supone ninguna novedad. Es lo que vienen haciendo desde siempre, con más o menos acierto. Los brindis al sol y las soflamas de los que os hacéis eco de las evidencias... no hacen más que calentar la cabeza del tio la vara. Necesitamos cristianos que nos calienten el corazón, no la cabeza.
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LF:
Bla, bla, blaaaa, ¡BLA!
Dice el Papa:
... tampoco se trata de amor si se deja proliferar la herejía, la tergiversación y la destrucción de la fe, como si nosotros inventáramos la fe autónomamente.
Hale, a callar.
Te felicito, entonces, por tomar la totalidad de las palabras del Papa, todas grandiosas. Parecería innecesario, tal vez, felicitar a alguien por esto. Pero mirar un poco alrededor nos permite ver que, por desgracia, somos pocos los que atesoramos TODO lo que el Santo Padre nos ofrece, TODAS sus palabras, TODO su mensaje tan claro como siempre, y son demasiados los que recortan de su mensaje, como en la homilía de hoy, la parte que más les gusta, tirando el resto a la basura. Pero un verdadero católico escucha al Papa siempre, no sólo en lo que le gusta más.
Gracias de nuevo.
A ver si los Obispos se ponen a ello, que estas cosas no las dice el Papa porque sí.
1 Cor. 4
"¿Qué queréis? ¿iré á vosotros con vara, ó con caridad y espíritu de mansedumbre?"
San Pablo, pastor celoso.
Benedicto XVI
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Estas palabras están para enmarcarlas, ya que no dejarán grabarlas en los frontispicios de los palacios arzobispales...
Fanegas, no hay más ciego que el que no quiere ver.
¡¡Larga vida a Benedicto XVI!!
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LF:
¿Que definamos lo que es herejía y pecado mortal?
Herejía:
1. f. Error en materia de fe, sostenido con pertinacia.
Pecado mortal:
Según la doctrina católica, el que priva al hombre de la vida espiritual de la gracia, y lo hace enemigo de Dios y digno de la pena eterna.
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LF:
Mira, no estamos para perder el tiempo. No te molestes en seguir escribiendo comentarios absurdos.
Ya sabemos por qué tiene mala imagen la Iglesia en un mundo tan hostil. No es el Papa, no son los obispos ni los curas: son sus intérpretes.
Tema de la homilía: la vara
Argumentos: la vara
Conclusión: la vara
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LF:
No reduzco la homilía a lo de la vara. En futuros días escribiré más posts sobre esa homilía, que para mí es la más importante de lo que llevamos de pontificado de Benedicto XVI. Pero claro, me llama la atención lo novedoso. ¿Sabes cuántos años llevábamos sin escuchar de boca de un Papa el término "herejía"? Más de cincuenta. Y eso, justo en uno de los momentos de la historia en que más herejías hay campando libremente en el seno de la Iglesia. Que yo, que tengo fama, supongo que ganada a pulso, de combatir la herejía y la secularización interna, haga énfasis en ese punto, es lo más normal del mundo.
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Pero en los últimos treintaitantos tú solito has suplido esa carencia con creces.
De todos modos, no eres tú el único que en esa magnífica, espléndida, brillante y dulcísima homilía ha visto primero vara; después, vara y, para concluir, vara.
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LF:
Bueno, a Dios gracias yo no soy Papa. Y no he visto vara y sólo vara.
Sigues sin definir, en la práctica, lo que es herejía. Hace mucho que la Iglesia no declara herejías. Quizá alguna desviación teológica, pero poco más. Sin embargo tú, estás deseando que haya una quema en alguna plaza. Es la erótica de la ortodoxia. Un poco enfermiza, la verdad, pero bueno. Ya sabemos de tus equilibrios mentales, de tus trasvases de religión, de tu fundamentalismo católico. Pide a los reyes una vara nueva. Y a lo dicho: el mayor problema de la iglesia no es la secularización interna que tenéis algunos (esa falta de fe en el Espíritu tan clara que mostráis todos los que andáis buscando ortodoxias y agarraros a banderas...) sino la falta de credibilidad que por su pecado muestra hacia el mundo...y no digamos la falta de comunión y la división que provocan actitudes similares de cerrazón.
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LF:
Bla, bla, bla, blaaaaa, ¡BLA!
Ha dicho el Papa Benedicto XVI:
También la Iglesia debe usar la vara del pastor, la vara con la que protege la fe contra los farsantes, contra las orientaciones que son, en realidad, desorientaciones. En efecto, el uso de la vara puede ser un servicio de amor. Hoy vemos que no se trata de amor, cuando se toleran comportamientos indignos de la vida sacerdotal. Como tampoco se trata de amor si se deja proliferar la herejía, la tergiversación y la destrucción de la fe, como si nosotros inventáramos la fe autónomamente. Como si ya no fuese un don de Dios, la perla preciosa que no dejamos que nos arranquen.
A callar todos.
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LF:
Tus argumentos son rebatidos por el propio Papa. Ni siquiera hace falta que yo lo haga.
"Estoy convencido de que la crisis que estamos pasando en la Iglesia se debe en gran medida a la desintegración de la liturgia"
Cardenal Joseph Ratzinger, 1997
Por fin se irá a nombrar al pan, pan y al vino, vino, es decir llamar a los hermanos separados, herejes protestantes e invitarlos a la conversión a la verdadera fé? Yo , como santo Tomás.
Muchas gracias, Santidad. Y muchas gracias, Luis Fernando.
La Iglesia tiene todo el derecho a advertir a los fieles contra los herejes, para proteger a los primeros de los engaños de los segundos. Es su deber.
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