Corpus, ejército, gobierno, Primado
A los socialistas que gobiernan España les molesta profundamente que este sea un país de tradiciones profundamente relacionadas con la fe católica. En su afán por convertirnos en una nación laicista, en vez de aconfesional como dice la Constitución, están dispuestos a llegar hasta donde sea. La Cruzada sociata anti-cristianismo va dejando víctimas según va avanzando. La última ha sido la procesión del Corpus en Toledo.
La ministra de Defensa ordenó que el ejército no estuviera presente en dicha procesión. Cuando sus propios compañeros socialistas manchegos la presionaron para que cediera, ya que estamos ante una tradición de siglos, la señora Chacón admitió que los militares fueran pero a condición de que no rindieran honores a Cristo. Tampoco podían tocar el himno de España, con lo que se dio la circunstancia de que el mismo hubo de ser interpretado por la banda municipal de la capital toledana.
Por supuesto, lo ocurrido ha sentado a cuerno quemado no sólo en Toledo sino en el resto de España. El zapaterismo tiene la virtud de crear problemas donde no los había. A Zapatero y sus correligionarios la Cruz les produce el mismo efecto que a los posesos. No la quieren cerca. Les molesta, les irrita, la odian, la quieren sacar del espacio público. Y si para ello tienen que cargarse la tradición de una nación y de sus pueblos, pues se la cargan.
Ahora bien, de los actuales gobernantes poco más podemos esperar. Sabemos cómo son y sólo nos queda esperar que la crisis económica se los lleve electoralmente por delante. Más grave me parece la actitud del Arzobispo Primado de España, Monseñor Braulio Rodríguez, quien preguntado por la polémica dijo que con él no iba la cosa. Vamos, que pasaba del tema, que le importaba un pimiento si los militares iban o no. Que prefería que estuvieran, pero que el Corpus era mucho más que eso.
Oiga, don Braulio, usted no tiene derecho a quitarse de en medio. Usted es el pastor de los fieles toledanos a los que querían hurtarles una parte importante -dicen que la más emocionante- de la procesión del Corpus. Usted debería haber sido el primero en pedir públicamente al Ministerio de Defensa que no tocara esa tradición. ¿O es que no se ha enterado todavía que para Toledo el Corpus es lo más grande? ¿qué tipo de arzobispo es el que mira para otro lado ante lo ocurrido? Una cosa es respetar a la autoridad competente y llevarse bien con el gobierno. Otra el no tener el coraje y el valor apostólico suficiente como para al menos hacer el amago de defender una tradición de la Iglesia. Si usted piensa que ese es el camino para ser admirado y respetado por sus fieles, se ha equivocado. Y no olvide que es el Primado de España. Que será un cargo meramente honorífico, pero estamos en un tiempo en que lo simbólico tiene más importancia de lo que parece. Parece mentira que se lo tengamos que recordar.
Luis Fernando Pérez