La música como instrumento de unión entre cristianos
Es evidente que las relaciones entre la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa Rusa han mejorado notablemente en los últimos años. La llegada de un nuevo Patriarca, Kiril I, ha servido para limar asperezas de etapas pasadas. De hecho, antes de sentarse en el trono de la iglesia rusa, Kiril I mantuvo no pocos encuentros con obispos y cardenales católicos dada su condición de director de relaciones exteriores del Patriarcado de Moscú y mano derecha del anterior patriarca, Alexis II. Precisamente ese es el puesto que desempeña uno de los nombramientos más interesantes del patriarca ruso recayó sobre la persona de una de las figuras más deslumbrantes de su iglesia. Me refiero al Metropolita Hilarion Alfeyev, de tan solo 43 años de edad, autor de más de 300 publicaciones, incluidos numerosos libros en ruso, inglés, francés, alemán, italiano y finés. Sencillamente impresionante.
Pero si por algo destaca el arzobispo Hilarion es por su condición de compositor. Se dice de él que puede llegar a ser uno de los grandes de la música clásica no sólo de Rusia sino de Europa y del mundo entero. Su Pasión según San Mateo -de la que al final pondré algunos vídeos- es una auténtica obra maestra. He de reconocer que no soy un experto en música clásica, pero creo que sé discernir cuando estamos ante una gran obra. Y esa lo es. Es por ello que no resulta extraño que en el concierto que el Patriarca Kiril I ofreció en honor del Papa Benedicto XVI en el Vaticano, la última pieza que se tocó fuera precisamente la “Ascensión del Señor” del metropolita Alfeyev. Conociendo como conocemos el amor del Vicario de Cristo por la buena música, no dudo que el de ayer fue uno de los momentos más felices para Benedicto XVI de lo que llevamos de año. Si el Patriarca Kiril I quería hacerle un gran regalo al Papa, no ha podido elegirlo mejor.
Obviamente el ecumenismo con los ortodoxos no puede alcanzar la meta final sólo a través de gestos, pero a nadie se le puede escapar que los mismos son muy importantes. La música, sobre todo si es religiosa y tiene al Señor como destino final de su interpretación, llega al corazón y es precisamente en el corazón donde debe producirse la unión entre cristianos. Católicos y ortodoxos tenemos tanto en común que da sinceramente mucha pena el ver que todavía seguimos separados, pero lo que para nosotros pueda parecer imposible, para Dios no lo es. Es Él quien está detrás de actos como el de ayer. Es Él quien irá despejando el camino para que se pueda producir el deseado encuentro entre un Papa y un Patriarca de Moscú, la conocida como Tercera Roma y, en mi opinión, verdadera sede primada efectiva de la Ortodoxia. Ojalá ese Papa y ese Patriarca sean Benedicto XVI y Kiril I. El día que tal cosa ocurra será uno de los más felices de mi vida. Sé que es muy complicado que yo llegue a ver la reconciliación plena de Roma con Bizancio, pero me conformaré con ver que los puentes están ya tendidos y a punto de ser cruzados. No en vano creo que los católicos tenemos mucho que disfrutar de la espiritualidad ortodoxa. Y ellos, sin duda, de la nuestra. Después de la Biblia, pocos libros me han ayudado tanto en mi vida espiritual como el “Peregrino Ruso".
Encomendemos pues al Señor el futuro de las relaciones entre las iglesias hermanas hoy separadas. Y que la Virgen María, Madre de Dios, interceda por dicha unión, de forma que aquellos que somos sus hijos podamos sentarnos a la misma mesa presidida por su Primogénito, Jesucristo.
Señor Jesucristo, Hijo de Dios, tened piedad de mí, pecador.
Luis Fernando Pérez
Vídeos de La Pasión según San Matero, compuesta por el Metropolita Hilarion Alfeyev.