Pujol es el elegido, loado sea el Altísimo
Pónganse por un momento en la piel del obispo de Gerona. Llega la Jornada Diocesana de Presbíteros y Diáconos, que esta ocasión es especialmente importante debido a que se celebra el Año Sacerdotal. Las dudas surgen. ¿A quién invitamos?, ¿quién puede ser la persona más adecuada para dar una charla a nuestros sacerdotes?. ¿Quizás otro obispo? “No, un obispo no, que con verme a mí y a mi augusto predecesor tienen suficiente“. ¿Quizás otro sacerdote o un teólogo fiel al Magisterio y con labia adecuada para aleccionar al personal? “Nada, nada, que lean al Papa“. Entonces, no se sabe por iniciativa del prelado o por indicación de alguno de sus “asesores", surge la figura luminosa de un prohombre sin igual: Jordi Pujol.
“¡Eureka!“, clama don Francesc, “¡Pujol es el elegido!” Entonces, desde la diócesis se ponen al habla con el ex-presidente de la Generalidad catalana y le ofrecen dar una charla a los sacerdotes gerundenses. Don Jordi, que de esto del sacerdocio sabe no mucho, sino muchísimo, les responde: “¡Faltaría más! ¡En Gerona me veréis!“. Y, efectivamente, el 11 de mayo los curas y diáconos de Gerona recibirán la gracia divina de escuchar la disertación del político nacionalista catalán sobre “L´Esglesia a Catalunya, la figura del prevere”.
InfoCatólica, ese medio de comunicación ultramontano, cavernícola y tridentino, pretende lanzar una mancha sobre la sapientísima decisión de Monseñor Pardo al reproducir algunas declaraciones de don Jordi a medios de comunicación. En una de ellas se declara anti-abortista a la vez que apoya la reciente ley del aborto. En otras, se queja amargamente del trato que Juan Pablo II dio, según él, a Cataluña. Minucias, naderías que no pueden oscurecer la sabiduría pujolista sobre el sacerdocio católico.
Fuentes de toda solvencia han asegurado a este blogger que Arzallus ha preguntado a sus allegados si Monseñor Munilla o Monseñor Iceta le invitarán a dar una charla semejante a los curas vascos. Uno de los presentes no ha podido reprimir la carcajada a la vez que le preguntaba si no estaría sufriendo los primeros síntomas de demencia senil. Otro ha mirado al cielo, implorando la merced divina para no soltar una barbaridad. El ex-lehendakari Ardanza, que estaba junto con el ex-lehendakari Ibarretxe tomándose un buen vino en la mesa de al lado, casi fenece al írsele por el sitio equivocado el líquido elemento. Y me dicen que el primo hermano de Spock ha lanzado una mirada vacía al suelo, como preguntándose qué tiene Pujol que no tenga él a la hora de exhortar apostólicamente a un grupo de sacerdotes.
Y es que, queridos lectores, ante lo que acaba de ocurrir en Gerona caben dos posibilidades: tomárselo a guasa o preguntarse qué ha hecho la Iglesia en Cataluña para que nadie parezca capaz de librarla de la maldición que tan bien explican hoy desde Germinans Germinabit. Y eso que decían que Monseñor Pardo estaba haciendo bien las cosas. Pues helo ahí, señores míos. Esto es lo que hay.
Luis Fernando Pérez