La última batalla de Albert Manent i Segimon

La reforma de la Iglesia en Cataluña aún está pendiente porque cada vez que se ha intentado reformarla se ha opuesto a ella el nacionalismo convergente “de misa” haciendo pinza, desde los últimos años, con el progresismo eclesial de la zona alta de Barcelona. Cada vez que se ha intentado algún avance, ha sido frenado por este pacto antinatura, esta pinza que tan bien simbolizan los Acuerdos de la Granja de la Calle Madrazo .

Al no poder reformarse, la Iglesia en Cataluña se hay ido emponzoñando en una espiral de autodestrucción. La sociedad catalana le ha vuelto la espalda, especialmente los jóvenes. El sacerdocio se ha ido envileciendo…

La esposa

Dicha reforma pasaba y pasa por dar instrumentos a los reformadores, y ello quiérase o no, pasa por darles “poder” eclesial y pastoral. Llevar al frente de las casas de religiosos, de las provincias eclesiásticas de los regulares, de los obispados, de las parroquias de referencia a los más santos, a los menos trepas. A los reformadores. Pero ello no ha sido posible porque una zancadilla, la alianza entre el nacionalismo convergente “de misa” con el progresismo eclesial catalán, lo ha imposibilitado. Los eclesiásticos no reformistas, los rutinarios, para los que su consagración es ya un puro formalismo para permanecer en una institución que les da de comer y les concede vanagloria personal delante de los fieles, consiguen de dicha alianza nacional-progresista la fuerza para aguantar la presión a los reformistas y barrarles el paso. El primer intento serio de iniciar la reforma fue la llegada el 1990 a Barcelona de Don Ricard Maria Carles. Se le amargó la existencia. Fue entonces cuando la Convergencia “de misa” pidió ayuda al progresismo “de misa” que simboliza la Bofill (Roser Bofill i Portabella, PSC-Ciutadans pel Canvi) para tener mas fuerza para abortar lo que Carles pretendía, hasta el punto de lograr que fuera nombrado un sucesor que no profundizara lo que el valenciano había iniciado. Mucho hubo que tragar Don Ricard Maria.

Los no reformistas en Cataluña juegan con ventaja. Consiguen ayuda de un sistema político y parapolítico que controla mucho presupuesto público y mucho poder mediático. Vamos a poner un ejemplo, ¿durante cuantos años los únicos eclesiásticos que pululaban por TV3 era personal afín al mundo CiU? Solo se daba cancha a ellos. Hasta el punto de convencer al personal que no era posible otro tipo de sacerdote autóctono. Sacerdotes tipo Joan Bada eran el referente, el modelo contrario a la caricatura del sacerdote español. Sacerdote bueno contra sacerdote malo, apartando del foco mediático al sacerdote/seglar catalán ni catalanista, ni españolista, simplemente católico catalán.

Dos tácticas

El ignorar, el hacer transparentes mediaticamente a los sacerdotes de sotana y mil apellidos catalanes como Mosén Francesc Nicolau i Pous de Barcelona o Mosén Francesc Cima i Garrigó de Terrassa formaba parte de la voluntad de presentar a la Unió Sacerdotal de Barcelona como el representante genuino de lo catalán. De la Iglesia autóctona de las catacumbas de los Nicolau, Cima y del terremoto foráneo que supuso el pontificado de Juan Pablo II nació el joven reformismo de que hablamos y al cual se le ha cortado las alas para imposibilitar que vuele. Atado a una estaca con una cadena, para que no pusieran en evidencia –por comparación- que el modelo eclesial de la Unió sacerdotal era un absoluto fracaso.

Pero no era esta la única táctica para no poner sobre el mostrador la esterilidad de la Unió Sacerdotal. Si por un lado se practicaba el ostracismo interno con los padres e hijos del reformismo (los verdaderamente en comunión con la catolicidad), por el otro, para decir que se tenían vocaciones, se daba alas a plataformas como la Casa de Santiago dejándola desarrollarse hasta con Seminario independiente.

Es curioso que la Casa de Santiago que era ambigua en temas de nacionalismo y progresista en lo sacerdotal fuera el clavo ardiente donde agarrarse de un mundo en lo eclesial ultranacionalista y en lo sacerdotal no tan progresista. Hay que recordar que el desarrollo del experimento Casa de Santiago fue permitido por un cardenal Jubany harto de una Unió sacerdotal que le mandaba en la diócesis pero que no le aportaba nada de constructivo ni de futuro vocacional. Es curioso que los maridos que son infieles con mujeres honestas acaban en su vejez juntándose con la tonta, fea y desdichada del barrio: la cuestión es no morir solo.

¿Pero de donde sacaba la Unió Sacerdotal de Barcelona la fuerza necesaria para pastelear a gusto en el obispado? ¿Quién había ofrecido su brazo secular para tumbar a Don Marcelo después de la fétida campaña Volem Bisbes Catalans ? ¿Quiénes fueron los artífices y sus financiadores? ¿Quién daba fuerza a la Unió Sacerdotal para convertirse en el poder irreductible del pontificado Jubany hasta convertirse en quien mandaba de verdad? ¿Quién les ayudó para hacer la vida imposible al cardenal Carles?

El esposo

Una y otra vez sale la misma respuesta. Una y otra vez el mismo grupo de personas. La Campaña Volem Bisbes Catalans fue orquestada por Jordi Pujol, Albert Manent y Josep Benet y financiada por Fèlix Millet i Maristany, el padre del corrupto director de la Fundación del Palau de la Música Catalana Fèlix Millet i Tusell. Albert Manent escribió una biografía de Fèlix Millet padre, premiada por la Fundación Trias Fargas (el think tank de CiU) a su vez financiada con dinero de lo que “gestionaba” Millet, hijo. Todo es la misma “escudella” (olla). Los mismos perros con los mismos collares.

La campaña Volem Bisbes Catalans tumbó a Don Marcelo quien hubiera remontado la diócesis de dejarlo en paz. El cardenal Narcís Jubany estuvo atado de pies y manos. Los seglares de la dicha campaña eran el brazo secular de los sacerdotes de la Unió Sacerdotal ; la Unión Sacerdotal era el brazo eclesial de un catalanismo conservador que con el noucentisme empezó a tener a veces un punto de pagano (idolatría de Cataluña). Esta alianza hipotecó el gobierno de Jubany. Eran los dueños del obispado. Se creían fuertes pues se habían cargado a Don Marcelo. Jubany no los pudo meter en vereda. Le amargaron la vida. ¡Cualquiera les podía cortar las alas!

Fue la época del “para-obispo” Joan Batlles i Alerm, que, como si no hubiera más sacerdotes en el obispado, era, ¡que casualidad!, el antiguo consiliario de los jóvenes de Acción Católica de un Jordi Pujol mozo. Batlles, muerto Bonet Muixí, era el número uno de la Unió Sacerdotal , y Josep Maria Bardés Huguet, el número 2. Bardés, quien visitaba a Pujol cuando fue encarcelado por Franco, fue uno de aquellos teóricos que fundamentaron el respeto a los derechos nacionales de Cataluña desde el derecho natural cristiano.

Bardés seguía a Carles Cardó, maestro en este aspecto del bisbe Joan Carrera. Carrera fue miembro fundador de Convergencia Democrática de Catalunya ( la C de CiU). Siempre los mismos.

La relación esponsalicia: Do ut des

No vamos a discutir aquí sobre lo correcto o incorrecto de sus postulados. Seguro que de todo hay. Es una injusticia vulnerar los derechos naturales, pero también lo es negar que entre ellos hay una prelación o elevarlo todo a Derecho Natural, que es lo que hacen estos señores cuando hablan de Cataluña.

Es muy curioso que la preocupación por apelar al Derecho natural para defender a Cataluña, una argumentación que refleja una formación juvenil en un tardo-neotomista esclerotizado, es inversamente proporcional a su defensa de la Vida y la Familia por medio del jusnaturalismo católico. Aquí subyace uno de los problemas de este grupo, la perturbación en el orden de prelación de los principios naturales motivada porque no imperan ya criterios, no de Verdad sino de acceso o proximidad al poder secular en su sentido mas negativo. Hipertrofian la doctrina del Derecho Natural para lo que les interesa (los derechos nacionales), la atrofian para los temas que no les interesa (los derechos a la Vida y Familia).

Tales distinciones no se convierten en sutilezas cuando uno intenta buscar respuestas a por qué no hubo ninguna estirada de orejas de este mundo eclesial a Convergencia o a Pujol cuando se fundó su lobby rosa interno ConverGay? ¿Por qué no hubo ninguna amonestación a Convergencia o a Pujol por parte, por ejemplo, del amado obispo Carrera? ¿Por qué no somos capaces de poder citar ningún desplante eclesiástico autóctono a 23 años de pujolismo? ¿Qué credibilidad tiene una Iglesia que estuvo 23 años callada para no incomodar a quien le había ayudado a tomar las riendas de los obispados catalanes? Para muchas personas de mediana edad la Iglesia en Cataluña no es nada más que una institución colgajo del pesebre político. La Iglesia no gana en credibilidad cuando ataca disposiciones anticristianas de gobiernos hostiles, sino cuando denuncia las de los gobiernos amigos.

La relación de la Convergencia de Manent con la Unió Sacerdotal de Barcelona era do ut des , la esperanza de la reciprocidad era el móvil interesado de la acción. A la Convergencia de Manent le interesaban unos sacerdotes que cantasen una melodía que les gustase. Dame tu incienso, tus argumentos espirituales, que nosotros te daremos recursos y fuerza para tumbar a Don Marcelo, para marcar a Jubany, para amedrentar al cardenal Carles. Regalismo al cien por cien.

Lo que es y lo que significa Albert Manent

EUGENI D’ORS

Si Eugeni d’Ors dijo de Prat de la Riba que era el seny (juicio) ordenador de Cataluña, de Albert Manent diría que es el frustrado “seny” ordenador y normalizador de la Iglesia en Cataluña. Esta lozana figura de ochenta años (Manent), los mismos que Pujol, ocupó un cargo muy significativo en los gobiernos de este expresident: la dirección del Museo de Historia de Cataluña. El encargado de fijar el discurso histórico que incensaba al pujolismo. Por ello se marginaron figuras como Felip Monlau o Laureà Figuerola, catalanes de talento excepcional que hicieron carrera en Madrid, por dar solo dos ejemplos.

Cada uno es libre de montarse las películas que quiera, pero en casa y con gaseosa, como dijo Corcuera. Las paranoias privadas nos afectan cuando estos señores se apoderan de la definición de lo que es y no es propio de Cataluña. Esta apropiación indebida es muy peligrosa. Porque estando de acuerdo que poseemos trazos identitarios propios que no se dan en otras latitudes, como el de la lengua catalana, ¿quien tiene la máquina de etiquetar lo que es y lo que no es catalán?, ¿que criterios tiene esta máquina? Manent se abroga la etiquetadora, una etiquetadora que el manipula y donde certifica lo que él considera lo que es y lo que no es catalán. Es por tanto una apropiación indebida, y en su caso, interesada.

Torras y Bages, Cardó, Bardés, Manent defienden a Cataluña desde el Derecho Natural. Si en Torras y Bages el recurso no es peligroso porque su defensa se integra en un sistema mucho más completo que incluye los demás aspectos de la vida humana, en Manent es ya una caricatura de argumentación, una instrumentalización al servicio de un poder político concreto.

De aquellos polvos vienen estos lodos. Manent etiquetó injustamente de anti-catalán a Don Marcelo. De manera que se convierte en un peligro social y eclesial dejar en manos de este señor la pontificación sobre lo que forma o no parte del bagaje de lo puramente catalán y que además todo ello sean realidades/derechos naturales que todo Derecho positivo, toda legislación, no puede vulnerar.

Una aristocracia cultural que debe ordenar el panorama eclesial catalán

Manent es fruto de un catolicismo paganizado por un noucentisme que idolatrizó Cataluña. Este sujeto es hijo de Marià Manent, poeta noucentista como Jaume Bofill i Mates (Guerau de Liost), de la família de Roser Bofill i Portabella editora del mensual progresista “católico” Foc Nou .

El noucentisme idealizaba el mundo clásico greco-romano. No por casualidad Francesc Cambó financió la serie de traducciones de los clásicos al catalán que supone la espléndida Col·lecció Bernat Metge . La sección de clásicos griegos se puso a dirigir al poeta noucentista post-simbolista y helenista Carles Riba, abuelo del excéntrico y grotesco cantante Pau Riba. Preguntarse por qué el noucentisme es estéril y por qué generó reacciones familiares tan esperpénticas daría para un artículo. Aquí solo apuntar que para la reproducción hay que poner un poco de pasión.

Manent está convencido que forma parte de una aristocracia cultural que tiene una misión en la polis/Cataluña: la ordenación. Su cometido individual es la ordenación y normalización del panorama eclesial catalán. Actualización de la concepción platónica de la aristocracia, Manent vive en un mundo idealizado (Cataluña) alterado por la barbarie de las tribus (aquí no son del norte sino del oeste: España, hablando en plata). Este es Sein Kampf (su lucha), el único punto vitalista de este jovenzuelo.

El nacionalismo catalanista conservador-centrista criptocatólico busca una Iglesia que sea propia de Cataluña, que encaje con lo que es Cataluña.

Todo el mundo es libre de tener peloteras mentales siempre y cuando las viva en casa y no moleste al vecino. Si este señor se siente un ciudadano griego rodeado de ilotas más que perder tiempo y dinero en Internet , pagando a Mortadelo y Filemón, le resultaría más provechoso que se pusiera una clámide y empezara a dar peripatéticas vueltas alrededor de la mesa del comedor de su casa.

Geografía

Toda esta Historia tiene su Geografía, la milla de oro, el Ground Zero (zona zero), el kilómetro cuadrado que delimita la ronda General Mitre, la Vía Augusta y la Diagonal de Barcelona. Nuestra aristocracia cultural vive en un hábitat no ciertamente incómodo. En el cardus , la Via Augusta , tienen su liceo, el CIC (Institució Cultural CIC) donde estudiaron o tuvieron cargos. En el decumanus , la calle Madrazo, está situada la famosa granja donde la Farré (Maria Rosa Farré y Escofet, directora del Colegio CIC ahora dirigido por exdirigente de CiU, Joaquim Triadú) y la Bofill (Roser Bofill i Portabella) concibieron Cristianisme al segle XXI mientras se tomaban un chocolate suizo. Mediante los Acuerdos de la Granja de la Calle Madrazo el nacionalismo convergente de misa se unió a lo que representa la Bofill , el progresismo maragalliano (Ciutadans pel Canvi-PSC) de poca misa. La versión seglar de la alianza antinatura de la Unió Sacerdotal con la Casa de Santiago. ¡Lo que provoca la ancianidad y la falta de recambios generacionales!

En la calle Madrazo radica el templo parroquial de esta colla vella de xiquets de Sant Gervasi , la parroquia de Sant Ildefons. Aquella donde fue a Misa el irresponsable e prepotente Luís de Galinsoga director impuesto de La Vanguardia .

Para nuestros lectores no catalanes recordar que dicho Galinsoga, después de asistir a una misa en la iglesia de San Ildefonso el 21 de junio de 1959, protestó en la sacristía de la iglesia por el hecho de que la homilía se hubiese pronunciado en catalán (el resto de la misa era en latín). Aunque le fue explicado que en el resto de misas la homilía se impartía en castellano, y que tenían la autorización para utilizar el catalán, Galinsoga profirió, presuntamente, la frase "Todos los catalanes son una mierda", que al hacerse pública causó una honda irritación en la sociedad catalana. Un grupo de jóvenes católicos, liderados por Jordi Pujol, organizó junto a otros grupos de similar ideología una campaña contra La Vanguardia . Algunos de los actos realizados durante la campaña consistieron en romper ejemplares del periódico en la calle, enviar cartas a los anunciantes o repartir folletos.

Los de la campaña de Sant Ildefons fueron después los de la campaña de Volem Bisbes Catalans. Los mismos, ahora ya con las riendas de la Generalitat , que dotaron de recursos a la campaña anti cardenal Carles. Es la misma pendiente de decadencia que separa a Torras y Bages de Manent. Lo que en un principio eran reivindicaciones y defensas contra ofensas y injusticias, se ha convertido en un argumentario para defender pura y llanamente poder de lo más primario y partidista. Victimismo nacionalista tramposo que actúa para evitar la regeneración de la vida eclesial, y porqué no decirlo, de la cívico-política.

No sería de extrañar que detrás de las actuaciones mafiosas para desenmascarar a los que escriben en Germinans hubiera los de siempre, los mismos de las campañas que hemos padecido los últimos cincuenta años, ahora financiados por dinero público gestionado por sus aliados anti-natura. Todo este engrudo y la prostitución de unas intenciones en un principio honestas, han dificultado enormemente la labor regeneradora de los reformadores. Solo librándonos de sus argumentos, jubilándolos (incluido Llisterri y Turull), se podrá dar aire a lo que tiene vida. La Iglesia en Cataluña y Cataluña tienen comunes causas de decadencia. Para una y para la otra es necesaria la regeneración.

Manent se tiene que meter en la mollera, cosa difícil a su edad, que si quiere a Cataluña tiene que defender que nos venga un obispo tipo Munilla. Lo que necesita Cataluña es una Iglesia libre, reformada, regenerada, en comunión real con la catolicidad, con la santidad como criterio y objetivo primero. Ello es vital también para la regeneración de Cataluña. Si tanto quiere a Cataluña, debe demostrarlo defendiendo obispos consagrados al Señor, no a Cataluña. De lo contrario ya conocemos los resultados. Una Cataluña decadente, una Iglesia en Cataluña con demasiada porquería.

La última batalla de Manent es la más importante: evitar un Munilla en Barcelona. Para ello tienen que cargarse a Germinans, humilde narrador de las miserias y grandezas de nuestra Iglesia diocesana. Roma lo tiene que tener claro. Seguir a Manent es dar un paso adelante hacia el precipicio. Pasar de él, dar una oportunidad de vida y esperanza para nuestra Iglesia y, por lo que le interesa a Manent, también a nuestra tierra.

Quinto Sertorius Crescens