Arsuaga presiona a Rajoy y Requero dice lo obvio

Como esto siga mucho tiempo, voy a tener que invitar a Ignacio Arsuaga a unas cañas porque no deja de darme material para escribir posts. Bromas aparte, me parece apropiada y necesaria la reacción de HO ante las previsibles palabras de Rajoy sobre la derogación de la nueva ley del aborto. Especialmente interesante es que le hayan dicho a Mariano que si no incluye dicha derogación en su programa electoral, “no ganará las elecciones". Eso sí que puede asustar al político gallego. HO ha demostrado una capacidad de convocatoria tal, que como se dedique a pedir que no se vote al PP -incluso sin necesidad de pedir el voto para otros-, los populares pueden tener problemas.

Distinto es que muchos puedan pensar que con eso no basta. Habrá quien crea que no merece la pena perder el tiempo con un partido que ha vivido la mar de contento mientras en España aumentaban exponencialmente los abortos. No creo que sean pocos los que recuerden que Rajoy dijo estar conforme con la anterior ley, lo cual le convierte en un pro-abortista más. Y no creo que sea pequeño el número de personas que opinen que se cae en una trampa si nos conformamos con pedir la derogación de la nueva ley y no la de toda legislación favorable al aborto. A este último argumento se puede oponer el de que conviene ir paso a paso hasta la victoria final. Es decir, se empezaría por derogar la nueva ley, se seguiría imponiendo la aplicación estricta de la anterior, no permitiendo que el cuarto supuesto se convirtiera en una puerta abierta para el aborto libre -como de hecho ha ocurrido, y se acabaría por penalizar todo tipo de abortos. Se puede estar de acuerdo en una estrategia u otra. Lo que no podemos hacer es tirarnos los trastos a la cabeza por pensar de forma diferente. Todos queremos lo mismo: acabar con el aborto. Discutamos hasta la extenuación sobre la mejor forma de lograrlo pero evitemos descalificaciones gruesas al que no está de acuerdo con nosotros.

Aunque se me acuse de pesado, vuelvo a decir que la mejor iniciativa sería la creación de una plataforma electoral que consiguiera los diputados suficientes como para forzar este tipo de cambios a un posible gobierno popular. A esa iniciativa le añado hoy un detalle interesante. En el Senado, aunque no vale para nada en términos legislativos efectivos, pues el Congreso tiene siempre la última palabra, se pueden conseguir más fácilmente una presencia de los grupos pro-vida y pro-familia. El sistema de elección de senadores es lo más parecido a las listas abiertas, en las que cada elector puede votar a candidatos al senado de diversos partidos. Así, por ejemplo, un votante socialista provida -alguno habrá, créanme- puede marcar la casilla de dos senadores de su partido y también señalar al candidato de la plataforma que propongo. Idem con el votante del PP, CIU, PNV, etc. Como cada provincia lleva a cuatro senadores, no sería descartable que si se hacen las cosas bien, nos encontráramos con un buen número de senadores provida. Para el Congreso la cosa está más complicada, aunque creo que en las provincias que aportan muchos diputados se podría conseguir cierto éxito.

Junto a las declaraciones de Arsuaga, me parecen sumamente interesantes las del jurista José Luis Requero, ex-vocal del Consejo General del Poder Judicial. Requero dice que confiar en que el Tribunal Constitucional se cargue la nueva ley del aborto es muy aventurado. La razón es obvia. Ese tribunal está absolutamente politizado. Sus miembros son elegidos por los partidos y reflejan, casi siempre, la situación del parlamento. Por tanto, si en el parlamento se ha aprobado la ley, lo más probable es que el TC la declare legal. Don José Luis, de hecho, le ha dado a las siglas TC su verdadero significado: no es Tribunal Constitucional sino Tercera Cámara. Por supuesto, eso implica que la democracia española no cuenta con uno de los elementos esenciales de toda democracia que se precie de serlo: la separación de poderes. Pero ¿a quién le importa tal cosa? Estamos ante un régimen partitocrático y presidencialista. El nº1 del partido que está en el gobierno hace y deshace lo que le da la gana. Las cámaras están para refrendar lo que dicta el supremo mandatario y la “Justicia” es una señora que, en sus más altas esferas, se prostituye en brazos de los partidos. Ojalá me equivoque, pero confiar en que la ingeniería social zapateril se va a parar en el Tribunal Constitucional es propio de ilusos.

Luis Fernando Pérez