Ya hemos demostrado que sabemos manifestarnos, pero no basta

El 7 de marzo pasará a la reciente historia de este país como el día en que el movimiento cívico provida ha vuelto a demostrar su capacidad de movilizar a aquellos ciudadanos españoles que no se resignan a la victoria de la cultura de la muerte. La manifestación de Madrid fue la más importante pero también han destacado las celebradas en distintas ciudades de España. Muchos miles de personas -paso de la guerra de cifras- llevaron la alegría a la calle. Y es que cuando se defiende la vida, el tono festivo se impone a la amargura de constatar que tenemos un gobierno dedicado por entero a promover la muerte bajo el eufemismo de los supuestos derechos de las mujeres. ¡Qué gran mal hacen a la mujer aquellos que la “conceden” el derecho a matar a su hijo antes de nacer!

En resumidas cuentas, las organizaciones convocantes, entre las que creo que es justo decir que llevaban la voz cantante HO-DAV -sin que eso suponga ningún desprecio o ninguneamiento al resto-, pueden estar hoy muy satisfechas por el resultado obtenido. Ahora bien, no nos engañemos. La ley está ya aprobada y sancionada por el Rey. Y por mucho que algunos políticos del PP digan que harán lo posible por derogarla, no está nada claro que el principal partido de la oposición dé un solo paso en esa dirección si ganas las elecciones. Es más, si la derogación va a suponer volver a la anterior ley, bajo la cual se producían más de cien mil abortos al año, creo que se puede decir que “para ese viaje no hacen falta estas alforjas”.

Es por ello que vuelvo a decir, y no me cansaré de repetirlo machaconamente de aquí a las próximas elecciones generales, que la única posiblidad REAL de que el aborto vuelva al lugar que le corresponde dentro del código penal, es la creación de una plataforma electoral que lleve al Parlamento una serie de principios no negociables, que deberán de aceptar cualquier gobierno que requiera de los votos de los posibles diputados obtenidos por dicha plataforma. Y añado más. Se podría pensar en poner como cabeza de cartel a alguno de los más destacados miembros del movimiento cívico. Y si la plataforma no es posible, los votos provida deberán de concentrarse en un partido, hoy minoritario, que defienda dichos principios. En ese caso, cabría pedir a dicho partido que hiciera el esfuerzo de centrarse en esa cuestión, dejando otras aparcadas para evitar “espantar” los votos.

Lo queramos o no, las manifestaciones no cambian la legislación. El voto es el único instrumento efectivo que tiene el ciudadano para introducir el factor provida en el Parlamento. Y dado el actual sistema partitocrático, no es suficiente con votar listas cerradas donde haya algunos diputados provida que están atados de pies y manos por la disciplina de partido. Así que dejemos de hacer brindis al sol. O los que ayer se manifestaron se conciencian de que es hora de cambiar su voto, o de poco valdrá tanta exhibición de civismo.

Luis Fernando Pérez

Palabras a la red: “Felicidades a Libertad Digital”