Es hora de que los católicos sean católicos

Buenas perlas las que nos ha regalado Monseñor Demetrio Fernández en la entrevista que le hemos realizado para InfoCatólica:

El gozo de la comunión eclesial es la fuerza invencible para la evangelización. Es hora de superar dialécticas añejas de disenso y de crítica eclesial, y de vivir de manera visible y sin fisuras la comunión con el Papa, con su magisterio, con la disciplina de la Iglesia. Y la comunión con el obispo propio…

… Los carismas, viejos o nuevos, o se viven con fervor o se enquistan. La vida consagrada necesita una profunda reforma. Hay signos muy esperanzadores de ello.

… La opinión pública en la Iglesia se ha convertido para algunos en plataforma de disenso contra el Magisterio. Los obispos hemos de velar por la sana doctrina, porque nos va en ello la salvación eterna, la nuestra y la de los fieles encomendados. Y debemos proponer, denunciar y si llega el caso corregir. Creo que los obispos podríamos hacer más en este campo tan importante.

… Y los seglares católicos que trabajan en la política han de llevar la luz y la sal del Evangelio adonde se elaboran las leyes.

… Si un movimiento es eclesial encaja en todas partes, también en la parroquia. Cuando un movimiento pierde su eclesialidad, se convierte en una secta.

Aunque ya dijo Cristo que no era conveniente echar perlas a los cerdos, porque esos bichos las pisotean, los fieles católicos entienden perfectamente de qué nos está hablando este obispo. Le entienden incluso aquellos que se sienten aludidos por sus palabras pero están dispuestos a recibir la corrección de un buen pastor.

Habrá algunos que insistan en vivir su catolicidad de forma bien poco católica. Habrá quienes crean que el disenso respecto al magisterio es lo más natural del mundo. Habrá quienes piensan que política y evangelio son incompatibles, como excusa para dejar a un lado su fe y sus valores a la hora de gobernar. Y aunque no me he encontrado con ninguno, habrá quienes puedan caer en la tentación de considerar que su movimiento eclesial es “la creme de la creme” a la vez que miran por encima del hombre a los que son simplemente parroquianos sin más adscripción que la de su fe católica. Pues a todos ellos van dirigidas las palabras del nuevo obispo de Córdoba. Salen de su boca, pero podrían salir de la boca de cualquier otro obispo que sea consciente de que su deber es velar por la sana doctrina.

Precisamente don Demetrio reconoce que los obispos deberían hacer más en el campo de la denuncia y corrección de los errores que los heterodoxos difunden apoyados en la potencia mediática que está hoy al alcance de cualquiera. Ahora que un obispo reconoce eso que algunos echamos en falta, no vamos a ensañarnos en el tema. Yo me congratulo de ese reconocimiento porque, como bien dice el obispo “nos va en ello la salvación eterna, la nuestra y la de los fieles encomendados“. Eso no se lo inventa don Demetrio. Lo dice San Pablo: “Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina. Persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren“(1ª Tim 4,16).

Es tiempo, pues, de dejar a un lado el error, la oposición al magisterio de la Iglesia, la soberbia satánica de los que, en materia de moral y de doctrina, acusan a los obispos de hablar de lo que no saben, la necedad insana de los que llaman fe madura a la incredulidad ante los milagros, la resurrección de Cristo o la realidad sobrenatural y preternatural. Es hora de alejarse de quienes no sólo no profesan la fe de la Iglesia sino que además ayudan a otro a seguirles camino del precipicio. Y es hora, efectivamente, de que los obispos hagan más. Y los sacerdotes. Y los religiosos. Y los catequistas. Y los profesores de religión. Y los seglares.

Luis Fernando Pérez