¿Y por qué no le proponemos al Papa que se quede a vivir en España durante un año?
Según las fuentes vaticanas de La Razón, diario en el que escribe artículos habitualmente el cardenal Cañizares, el Papa vendrá a España el próximo mes de noviembre para consagrar la nave central del Templo Expiatorio de la Sagrada Familia en Barcelona. Bueno, seguro que para los nacionalistas catalanes lo he explicado mal. Como mucho debería haber dicho que el Papa vendrá al Estado español. Ya saben que para ellos Cataluña, de la misma manera que el Barça es más que un club, es más que una comunidad autónoma “histórica". Pero es que yo sigo creyendo que Barcelona es la segunda ciudad de España, siquiera sea por su número de habitantes.
El caso es que algunos están queriendo hacer un agravio comparativo del trato que el Papa da a Barcelona en relación con Santiago de Compostela, cuyo arzobispo también ha invitado al Santo Padre con motivo del Año Compostelano. “Si el Papa viene a Barcelona, ¿por qué no acercarse a Santiago?", preguntan. Y todo ello con la ya segura visita del Vicario de Cristo a Madrid para la JMJ del 2011.
Digo yo que para evitar suspicacias autonomistas, en las que caen determinados sectores católicos de este país, podemos proponer al Santo Padre que se venga a vivir a España durante un año. Así podrá estar en el Año Santo Compostelano, en lo de la Sagrada Familia, en lo del Año Santo de Caravaca, en la JMJ de Madrid y en la futura reunión cyber-apostólica de los bloggers de InfoCatólica, cuya fecha no está fijada pero que no tendríamos el más mínimo problema en hablarlo con el cardenal Bertone o con el padre Lombardi para que encaje con la agenda papal.
Total, si algunos papas se fueron a Avignon durante largos años, ¿qué tiene de particular que el actual se venga a España durante solo uno? Parece que nadie ha pensado que lo mismo los católicos no españoles se extrañan de tanta visita de un papa ya anciano a nuestro país.
Ahora en serio, sería de desear que dejáramos de usar las visitas del Papa como termómetro de calidad o importancia eclesial. Es obvio que a todos nos gusta que nos visite el Vicario de Cristo. Pero no podemos caer en luchas infantiloides tipo “el Papa me visita a mí y no a ti". Si viene a Barcelona, bendito sea Dios. Si viene a Santiago, bendito sea Dios. Y si no viene ni a Barcelona ni a Santiago, bendito sea Dios. Al fin y al cabo, el alcance de los medios de comunicación nos permite recibir el consejo y la guía papal en tiempo real. Su presencia física es importante pero no fundamental. No saquemos las cosas de quicio.
Luis Fernando Pérez
Post Scriptum: Ahora dicen en EFE que fuentes vaticanas informan de que no se producirá la visita del Papa a Barcelona. Pues como he dicho, bendito sea Dios tanto si viene como si no.
Palabras a la red: “¡Qué dos años nos quedan por delante!”
11 comentarios
Sobre lo demás, de acuerdo, claro, contigo.
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LF:
¿Te quieres creer que en Huesca capital no ha nevado apenas en lo que llevamos de invierno? Han caído algunos copos últimamente pero no han cuajado.
Tienes toda la razón. ¡Qué broncas nos echaría Jesús!
san Mateo 20, 20-28
Eso, y entender que si viene el Papa no es porque seamos buenos o importantes, sino para que seamos buenos... e importantes a los ojos de Dios, no del gobierno o de los demás países de la tierra.
En otro orden de cosas, ¿En qué consiste, exactamente, eso de la futura reunión cyber-apostólica de los bloggers de InfoCatólica? Que me da la curiosidad curiosona...
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