No podrán con ellos

La carta que ha publicado este domingo monseñor Sanz Montes, arzobispo electo de Oviedo, es todo un ejemplo de amistad y de solidaridad episcopal. Don Jesús ha hecho una defensa impecable de quien el próximo domingo será el nuevo obispo de San Sebastián, Monseñor Munilla. Y de paso, deja en su sitio a los que le han montado una campaña patética e indigna a don José Ignacio.

Con todo, la parte más interesante del texto del todavía obispo de Huesca y Jaca está al final:

Podemos ser objeto del pim-pam-pum de turno, fuera y dentro de la Iglesia, cuando a alguien no le gusta lo que sí decimos y firmamos. Y crea insidia y malestar cuando alguien se empeña en escuchar de nosotros lo que Dios y su Iglesia no quiere decir a través de nuestros labios. La tentación entonces es callarse o hablar de lugares comunes y piadosos, pero el Señor nos da la gracia de la fortaleza sin hacernos prepotentes, la gracia de la firmeza sin caer en la dureza, la gracia de la ternura misericordiosa sin caer en el sentimentalismo.

De verdad que me gustaría que eso fuera una norma de actuación para todos los obispos. Es decir, deben ser fuertes, firmes y no dejar de lado la misericordia. Y eso implica que no pueden callar ante determinadas circunstancias. Tampoco deben precipitarse y está claro que no pueden usar el lenguaje que usamos los laicos en los blogs. Pero el silencio no es una opción. Y mucho menos cuando, como es el caso, se ataca a uno de sus colegas de ministerio episcopal por representar el modelo de Iglesia que el Papa desea.

Ojalá cunda el ejemplo. Si cunde, la quintacolumna progre, por mucha fuerza mediática que pretenda tener, no podrá con ellos.

Luis Fernando