Crucifijo en las aulas: otra vez la estrategia del poli malo y el poli bueno

La izquierda laicista y anticlerical en España sabe repartirse muy bien el trabajo. Lo hemos visto en otras ocasiones y, en relación a la retirada de los símbolos religiosos -o sea, el crucifijo- en la escuela, ocurre de nuevo lo mismo. La estrategia es clara: la extrema izquierda parlamentaria exige los máximos, el PSOE amaga con aprobarlos y luego baja el listón para que parezca que es un partido moderado, cuando en realidad se ha convertido ya en una especie de epifanía partidita del rojerío utópico tan bien encarnado en la persona de José Luis Rodríguez Zapatero.

Así veremos que de la futura ley del aborto se modificará el apartado dedicado a los abortos de las menores de edad, no se “cederá” a las exigencias de IU-ERC-ICV, que piden aborto libre hasta la semana 24, pero el resto del pastel irá hasta con la guinda puesta.

En lo del crucifijo en las escuelas, más de lo mismo. Retirada completa del mismo en la escuela pública y ya veremos qué pasa con los colegios religiosos concertados. La literalidad de lo que ayer se aprobó en la comisión de educación del Parlamento, puede entenderse como un intento de prohibir todos los símbolos religiosos incluso en los colegios católicos. Desde el PSOE se dice que la medida sólo afecta a la escuela de titularidad estatal y no a la concertada. Incluso Gaspar Llamazares ha dicho que los curas tienen que estar tranquilos, que a sus escuelas no les va a pasar nada. Pero tanto algún elemento del PSOE, p.e Juan Barranco, como a ERC, les parece insuficiente quitar la cruz de la escuela pública. En realidad lo que quisieran es quitar a la Iglesia cualquier control sobre sus centros educativos. Total, ya se expulsó de España -eso sí, muy democráticamente- a los jesuitas en la II República, ¿no?

Sólo tengo una duda, ciertamente existencial: ¿Aquellos representantes de la patronal de la escuela religiosa de este país -todos ellos prohombres de fe y dignos sucesores de los mártires de todos los tiempos- que aseguraron que podrían adaptar la EpC al ideario de sus centros, no acabarán diciendo que -todo sea por el dinero del concierto y por el bien común de una sociedad que no necesita frentismos- pueden adaptar también a dicho ideario la obligatoriedad legal de retirar los símbolos religiosos? Es que veo que alguno se hace ahora el ofendido y clama contra la resolución del parlamento. Pero cuando uno vende su virginidad por las razones que sea, luego no puede pretender ir de casto por la vida.

Parece que desde el gobierno se remiten a la futura ley de libertad religiosa. De la que me temo que será más bien la ley del yugo hacia la Iglesia Católica en España. Dijo ayer el cardenal Rouco que los partidos políticos, sobre todo el PSOE, olvidan que la democracia no funciona con la imposición. Pues no tengo yo nada claro que no funcione de esa manera. La democracia es la imposición del criterio de la mayoría sobre el de la minoría. Y si algún día esa minoría llegar a ser mayoría, puede cambiar las cosas. El problema es que en España no ocurre así. Cuando gobierna la izquierda impone su modelo de sociedad. Cuando gobierna la derecha, se limita a gestionar mejor la economía. Pero eso no es culpa de la izquierda, sino de la derecha acomplejada. Esa a la que la mayoría de los obispos españoles, y también de los fieles, no saben señalar con el dedo acusándola de complicidad con el mal.

Luis Fernando Pérez