Me han dicho que han oído que aquel dijo que se sabe a ciencia cierta...
La rumorología, el cuchicheo, el salsa-rosismo aplicado a todos los ámbitos de la información son tentaciones muy apetecibles para los que creen que eso de ser periodista consiste en anunciar veinte posibles noticias y acertar dos, para luego presumir cual pavo real en tiempo de celo en plan “como adelantamos en…". Pero cuando un periodista pierde eso que se llama credibilidad, le ocurre lo mismo que al delantero centro que pierde el olfato de gol, o al compositor al que se le va la inspiración: se queda en la nada. La opinión puede tener mil caras, pero la verdad es la verdad, la diga Agamenón o su porquero. Y cuando se falta a la misma, cuando se vende como cierto lo que son meras sospechas o meras conjeturas, por muy “plausibles” que sean, el resultado no puede ser otro que el más absoluto de los descréditos.
Si además se falta a la verdad, se atenta contra la buena imagen de una persona, sea esta quien sea, la cosa se agrava. Las rectificaciones son necesarias y ciertamente la única salida para el mal periodista, pero no pueden cubrir por sí solas el daño causado. Siempre quedará la sospecha, el “cuando el río suena, agua lleva", el “ya decía yo que…". Como no se puede decir “de este agua nunca beberé", no aseguro que jamás caeré en ese pecado, pero líbreme Dios de tal tentación. Es preferible ser mudo a farsante. Es preferible callar lo que se sabe, si es que no se sabe bien, a esparcir el virus de la sospecha. Y si eso es válido para todos, tanto más para los que se dicen cristianos. El pecado de la murmuración debe ser arrancado del periodismo católico como si fuera la peor de las malas hierbas.
Otra cosa que conviene saber cuando uno tiene como responsabilidad el ser objeto de la lectura por parte de miles de personas, es aquello de “dime con quién andas y te diré quién eres". O lo de que “quien con niños se acuesta, meado se levanta". Dar credibilidad a quien, por sobradas razones, ha demostrado que no la tiene, acarrea consecuencias nefastas para la propia integridad. Y luego nos encontramos con lo que no buscamos. ¿Aprenderemos la lección que el caso UCAM nos está dando? Espero que sí.
Luis Fernando Pérez Bustamante
19 comentarios
Totalmente de acuerdo, Luis Fernando.
El error de mi admirado PacoPepe ha sido dar crédito a las "informaciones-deformaciones" de quien ha demostrado sobradamente que no es de fiar.
http://blogs.periodistadigital.com/laciguena.php/2009/09/30/ise-ha-enfadado-don-jpse-luis-mendoza-
PD: Por favor, corrija "estrañeza" en su artículo por "extrañeza". Muchas gracias.
Una prueba. En esta 'información' sobre la oposición del cardenal Rouco a que los curas casados digan Misa (como establece Roma) se llega a inventar palabras sacadas de la nota de prensa del Arzobispado.
El enlace: http://www.publico.es/espana/255334/rouco/quiere/curas/casados/iglesia
Bsatante escribe:
"Malos curas, y traidores". Así define Rouco a estos hombres, cuyo único delito fue el de reivindicar la abolición del celibato obligatorio, una norma impuesta por Roma en el siglo XII, pero que a día de hoy sólo afecta a los curas de rito latino.
Quien busque en la nota de Arzobispado las palabras entrecomilladas no las encontrará.
Bastante, por motivos que desconozco, contribuye con sus mentiras a aumentar el odio contra la Iglesia y uno de sus obispos.
Nova: El problema de RD no sontanto los herejes (la gente se puede equivocar...), sino las MENTIRAS: sobre todo las del Sr. Bastante.
Masiá es hereje. Bueno, se puede equivocar... y puede rectificar.
Pero el Sr. Bastante es un Mentiroso, manipulador y sembrador de odio. Faramir lo ha demostrador con lo de "malos curas y traidores" que puso en boca de Rouco cuando no era así.
Pero, un momento.....es que la reciente "información" de RD sobre lo de Mendoza era mentira....
¿Y eso qué más da? Como él es el malo malísimo de la película, a pesar de que Roma le ha dado la razón, pues entonces vale todo.
Don Paco Pepe lleva millones de visitas a una página que utiliza la táctica de Satanás, esconder en veneno envuelto entre dulces caramelos.
"Salid de ella!"
Peleas, peleas, peleas. En Murcia estamos hartos. Roma no lo apoyó por esto. Y si a Kiko se le ocurre decirle que no se puede tener tantos enemigos, me parecería que es de lo más sensato que le podía haber dicho. De hecho, me parece perfectamente creíble tal circunstancia. ¿Negó tales extremos el mismo Kiko?
Pero quería comentar mi opinión, sin crear ningún juicio hacia las personas que están comentando este artículo.
Considero que lo más acertado es no hablar de lo que no conocemos.
Murcia es una ciudad pequeña, muy acogedora y encantadora. Pero está llena de chafarderos y parece que no tenemos otro tema del que hablar.
Estos sucesos que han ido ocurrido en los últimos dos años, han sido motivo de mucho sufrimiento, tanto para aquellos que consideraban que el anterior Obispo pudiera tener razón, como para aquellos que opinasen lo contrario. Sufrimiento para Mendoza y sufrimiento para el Don Juan Antonio, al que mucho quiero.
La diocesis está dividida. Y esto es muy duro. Deberíamos preocuparnos por intentar evitar más división.
Desde mi punto de vista, nuestro anterior obispo ha estado mal asesorado, y esto provocó tanta confusión. Ni Don Jose Luis Mendoza, ni Don Juan Antonio, han querido hacer daño alguno.
La Iglesia ha hablado sobre este asunto. Una vez tomada esta decisión, deberíamos aceptarla (no con resignación, sino con amor) y obedecer con humildad.
Muchos no entendemos por qué ha tenido que ocurrir esto precisamente en Murcia. Pero si ha ocurrido, es por algo.
Solo espero que el tiempo sane los daños causados.
Un saludo para todos.
Pero, como norma general, firmo lo que dice LF: "Es preferible ser mudo a farsante. Es preferible callar lo que se sabe, si es que no se sabe bien, a esparcir el virus de la sospecha. Y si eso es válido para todos, tanto más para los que se dicen cristianos."
Hay mucho farsante suelto esparciendo el virus de la sospecha por todas partes.
Incluso aquí mismo, y no lo digo por LF, con el que puedo no estar de acuerdo, pero no tiene nada de farsante, sino que es muy claro. Lo digo por todos los que siembran sospechas, mienten y calumnian alegremente y encima le llaman a eso hacer apologética. Y para más inri suelen tirar la piedra y esconder la mano, desde lo alto del pedestal y con el halo de santidad bien visible.
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