Williamsom, Juan Masià y compañía. Es hora de actuar ante el gravísimo problema del disenso en el seno de la Iglesia.
Williamsom, Juan Masià y compañía. Es hora de actuar ante el gravísimo problema del disenso en el seno de la Iglesia.
Siempre he expresado mi convencimiento sobre la gravedad del disenso doctrinal en la Iglesia. A la corta o a la larga se paga muy cara la corrupción de la fe y de la disciplina. Los frutos de una enseñanza desviada en un Seminario, Facultad de Teología o en el “munus docendi” pastoral son siempre amargos.
Vemos que el tema esta en el candelero. “Viejas glorias” vuelven a la carga contra el Papa diciéndole lo que tiene o no tiene qué hacer, docentes de teología con muy poco sentido eclesial que abandonan la Iglesia con una actitud de rabieta y pataleta infantil, obispos estúpidos que se dicen defensores de la tradición y que con sus opiniones crean grandes problemas al Papa y toda la Iglesia, teólogos que se forran escribiendo libros que confunden y que venden editoriales católicas con pingues beneficios… La lista sería larga. Creo que es hora de actuar con decisión para el bien de la comunión. Hay que señalar con claridad dónde está cada uno en la Iglesia y apartar de la misma a quienes ya no se identifican con ella. Decía en una ocasión Karl Rahner que una Iglesia que perdiera el concepto de “herejía” y “excomunión” sería como un organismo enfermo incapaz de defenderse de los agentes patógenos. Hay momentos en que hay que decir “no” con claridad y contundencia.
Estos días me parecen particularmente escandalosas las actitudes de dos personajes muy dispares. Por un lado el sacerdote jesuita Juan Masià con sus declaraciones en abierta contradicción con el Magisterio de la Iglesia. Por otro las insensatas opiniones del obispo tradicionalista Williamsom. Éste último, al menos, en una carta, ha pedido que “le echen al mar”, como a Jonás, para calmar la tempestad que ha suscitado. Pues sí, ésta es la solución: no pueden representar la Iglesia aquéllos que con sus enseñanzas o actuaciones la comprometen gravemente. Y para esto están las sanciones canónicas previstas. Para usarlas, como saludable medicina, cuando sea necesario. Para bien del sujeto y de la comunidad.
Hoy, precisamente, leíamos en la Carta a los Hebreos, la oportunidad de la corrección debida que siempre es saludable, aunque cause de momento tristeza y dolor.
Tolerar este disenso que nos aflige sólo contribuye a aumentar la debilidad del organismo eclesial en detrimento de la comunión en la fe y la caridad de todos.
21 comentarios
Williamson no va a convencer a nadie de que no hubo cámaras de gas. Masiá sigue enseñando hoy su ponzoña desde su blog público.
Por el contrario, Masiá y los progres no piden perdón de nada, y no son manipulados por nadie.
Claro que mucha culpa la tienen los católicos de a pie, que presumen de catolicidad mientras se casan civilmente o votan al P$O€...
"Una fe, un bautismo y un Dios". Ver con los ojos de Cristo es observar las enseñanzas de la Iglesia y anteponerlas a algún criterio propio causante de divisiones e incluso cismas.
Gracias por el tema abierto en su blog Joan Antoni.
Saludos: Ferran
En realidad considero hasta incorrecta la censura contra Williamson. Si hubo o no cámaras de gas, Williamson es muy libre de opinar al respecto, como cualquier persona.
Cuando mucho se le puede achacar irresponsabilidad al no medir el perjuicio que esas declaraciones podian ocasionar a la Iglesia. Pero me parece inquietante cuando desde estas páginas pareciera que encuentra eco esa atmosfera que tiende a exaltar El Holocausto (real o imaginario) como dogma de fe.
Mons. Williamson, por el contrario, se ha limitado a exponer un punto de vista sobre un acontecimiento histórico, lo cual es muy libre de hacer, ¡faltaría más! ¿Se ha alegrado acaso de las matanzas de judíos? ¿Por qué no se va a poder opinar libremente sobre dicho asunto? Una "verdad" que pretende imponerse con amenaza de cárcel, a mí por lo menos, me resulta sumamente sospechosa.
Con tanta alharaca hipócrita y tanto histérico rasgado de vestiduras da la impresión que muchos sólo tratan de confundir a la gente y de perjudicar al Santo Padre, pintándolo como favorecedor de sanguinarios nazis.
Y juegan muy sucio los que tal hacen, P. García Mateo.
¿Con quién hay que identificarse? ¿Con Cristo, o con los jerarcas? ¿Qué propone el autor, prohibir la libertad de expresión dentro de la iglesia?
2. El canon relativo a la herejía está caduco. La duda o negación pertinaz de una verdad ya no concuerda con estas épocas, salvo que entremos al túnel del tiempo y volvamos a la Edad Media. Es obvio que hay un estado de herejía de hecho en los bautizados católicos ¿qué responsabilidad tiene la jerarquía en esa situación?
3. Al autor le sugeriría hacer más auticrítica y plantear menos prohibiciones.
La negación de la existencia de cámaras de gas y la reducción del nº de las víctimas del Holocausto no es simplemente un debate científico de los historiadores.
Tiene detrás todo un discurso ideológico de extrema derecha y antisemita.
El Papa ya sabía quién era Willianson y su forma de pensar y su simpatía por las dictaduras del Cono Sur y su defensa de la caduca idea del "pueblo deicida", y me parece bien que le exija una pública rectificación.
Es un tema muy grave, hasta el punto de que si Williamson pusiera un pie en Alemania, Israel u otros países y repitiera sus declaracones podría ser juzgado po negacionismo.
Y por supuesto pensemos en cómo se sienten los familiares de las víctimas y los supervivientes de los campos de exterminio, que perdieron a los suyos en las cámaras.
PD: Y por otra parte también creo que Masiá está equivocado, por si alguno quiere etiquetarme de "progre".
Si lo hacen antes de tiempo perdería la notoriedad pública, la docencia de catedras, y de esta forma pueden seguirse llamando católicos y salir en los medios afines a sus ideas como una corriente paralela de pensamiento y contaminar a los fieles.
Recomiendo leer el libro de la Infiltración de Ricardo de la Cierva.
"Hay momentos en que hay que decir “no” con claridad y contundencia."
No se puede decir mas, con menos palabras. Muchísimos pensamos lo mismo.
Por cierto, ningun obispo de Turquía podría afirmar la existencia del genocidio armenio sin dar con sus huesos en una carcel. Estoy ansioso por saber qué se les va a exigir.
Y los obispos de Israel? Se les exigirá que condenen el genocidio de los palestinos? La culpa de Israel en Sabra y Chatila será conditio sine qua non para pertenecer a la Iglesia catolica?
Por favor, dejese de payasadas para la galería y para finjir centrismo. Y empiece a exigir a los judíos que reconozcan que en los campos de concentracion murieron tantos judíos como cristianos: polacos, gitanos, catolicos de origen judío.
Por casualidad, ¿pertenece Vd, P. Joan Antoni, al Opus Dei?
Me apena mucho la grave respuesta vaticana ante la "williansonada" y su silencio ante estos destructores de la fe.
Pero no olvidemos lo esencial: la "limpieza" que hay que hacer en la Fraternidad no viene de opiniones sobre temas históricos y/o puramente mundanos, sino de la cantidad no menor de sacerdotes y fieles sedevacantistas o "negacionistas" no del holocausto, sino del CVII.
La opinión de monseñor Williamson podrá compartirse o no, gustar o no, e incluso juzgar si es oportuna o no. En cualquier caso, no se trata para nada de una opnión ni oficial ni difundida en la Fraternidad de San Pío X. Hablando claro, los "lefevristas" no son pro-nazis; y quien entienda lo contrario (como se está intentanto hacer ver) no se entera de nada. Sin ir más lejos, el padre de monseñor Lefevre fue muerto a manos de los alemanes en la Francia ocupada.
La opnión susodicha, con todo lo que se quiera, no invalida ni mucho menos a un obispo de jercer como tal. La cosa cambia en un presbítero que niega el Concilio o la sede de Pedro; la propia Fraternidad acaba de expulsar a uno por este motivo.
Ésa es la limpieza, y no otra.
Los comentarios están cerrados para esta publicación.