Va de funerales...
En mi sección del Consultorio en Cataluña Cristiana recibo muchas consultas sobre temas litúrgicos y concretamente sobre cosas “raras” que pasan en algunos funerales. Hoy presento a los lectores de mi blog unade las últimas consultas con su respuesta sobre este tema. Tal vez sea de interés para muchos…
FUNERALES
Hace poco tiempo he pasado por la pena de asistir a un funeral de una prima mía, muy joven. Algunas cosas de la celebración me sorprendieron mucho, concretamente, dos: El sacerdote empezó su sermón diciendo “N. no sé donde estarás en este momento”. Me pareció de mal gusto. En segundo lugar, a la hora de comulgar, nos invitó a acercarnos a todos, diciendo que era un banquete y que todos estábamos invitados. Sé que algún participante en el funeral no estaba bautizado y a uno que yo conocía, cuando se disponía a ir a comulgar yo le dije que no podía ir. Se molestó y me dijo que a ver si yo sabía más que el cura. Al final no fue pero todo me resultó muy desagradable…
Resumo su larga carta-consulta. Si todo lo que me dice corresponde a la realidad yo también comparto su irritación y lamento la falta de competencia y de responsabilidad del sacerdote. Respecto a todo esto que comenta yo creo que lo primero que debe hacer usted es enterarse de quien fue el oficiante y hacerle una visita, comentándole todo esto que me dice. Este es el primer paso de una corrección fraterna. Luego, según vaya la entrevista, escriba al Obispo, pues él es el primer responsable de la liturgia de la Diócesis. Respecto a que el celebrante afirmo no saber dónde estaba la difunta, si bien es muy inapropiado, al menos es honesto y no hizo una canonización declarando que ya estaba en el cielo. Efectivamente no sabemos, pero confiamos en la salvación y en la misericordia de Dios y por esto rezamos y ofrecemos sufragios por los difuntos. Si yo supiera que un difunto ya está en el cielo no rezaría por él puesto que no lo necesita y, del mismo modo, si supera con certeza que esta condenado tampoco podría rezar por él. En cuanto a lo de la comunión me parece muy grave e imprudente. Personalmente yo procedo de modo muy diferente. Como sé que a los funerales viene mucho público que no es practicante y algunos, como usted dice, ni siquiera forman parte de la Iglesia, les invito a sentarse en el momento de la comunión. Así sólo vienen a comulgar los que habitualmente lo hacen. El caso particular que usted menciona pone en evidencia el erróneo modo de proceder del sacerdote oficiante. El debería saber muy bien que sólo deben acercarse a la comunión los bautizados y que se encuentren en las debidas disposiciones. Por ejemplo, nadie debe comulgar en estado de pecado grave sin haberse acercado previamente a la confesión. Son cosas muy obvias que todos deberían conocer. Usted hizo muy bien al decirle que no debía comulgar.
7 comentarios
Es una bomba de tiempo puesta a los pies de la Doctrina: cualquiera que tenga dos dedos de frente y saque las lógicas consecuencias de tal disparate, terminará por impugnar a los Novísimos.
Si los obispos no hacen ni dicen nada, bueno sería que el Papa se pronuncie hasta que esto se corrija.
Al terminar la misa me acerqué a él y le pregunté: ¿a Usted le ha revelado Dios que N se ha salvado?
Evidentemente a esta pregunta tan directa no supo que responder. El diálogo fue más largo pero no lo voy a transcribir, simplemente le recordé que es Dios el que juzga y que si el sacerdote afirma que se ha salvado, o ha tenido una especial inspiración divina para saberlo, o ha sustituido el juicio de Dios por el suyo.
La razón y la ley divina o un juicio erróneo, delante de un acto cómo es "El funeral", es cierto que cada sacerdote en conciencia puede tener sus conceptos que estrechen o separen su relación con El Señor.
La prudencia, el sentido común y ante todo impartir consuelo a los familiares y allegados al fallecido, es importantísimo, también dar un testimonio evangelizador sobre lo que enseña La Iglesia en cuanto a los difuntos; es lo correcto usar los ojos de Dios en estos asuntos, tal vez reflexionar ante situaciones del propio Jesucristo ante la muerte de su amigo Lázaro, por quién derramó lágrimas de duelo.
Ante el dolor de los asistentes a un funeral, especialmente quienes le conocían y eran de su entorno, se ven afectados positiva o negativamente, esto puede acercarles o alejarles de La Iglesia; considero que no son ocasiones para que el sacerdote de su punto de vista personal al respecto, debería declarar lo que enseña La Santa Madre Iglesia y acercar a los asistentes a Cristo cómo el camino de salvación.
La conversación de Jesús con Marta y María en los evangelios, nos es un ejemplo a seguir teniendo en mira alentar a quienes asisten y no son católicos profesos a adaptar más su fe a la forma de pensar cristiana, teniendo presente que los funerales también sirven para salvar vidas y no es para alabar al difunto, tampoco para dejarle sin valor, pues siempre es importante hacer mención de algo destacable cómo cristiano católico de el difunto.
Lo de hablar con un sacerdote que dijo algo que sabemos positivamente que no era apropiado, dadas las circunstancias y además no se ajuste a la enseñanza de La Iglesia, es cumplir con nuestra obligación, pues él es un hombre dedicado Al Señor y posiblemente lo tenga presente para no usarlo en otros funerales.
En medio de la Misa encienden un proyector y venga fotos de playa, viajes, picnis y similares, y así 15 minutos .
Había media docena de sacerdotes, ninguno tuvo la dignidad de poner fin a esa astracanada.
Por cierto hoy una amiga me ha dicho que en una diócesis cercana no dejan tocar música de Bach al órgano porqué no es "de Iglesia", John Lennon sí, Bach no.Así nos va.
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