Escarnios de la fe en televisión
Parece que alguna cadena de televisión caracterizada por un dudoso gusto y una notable animadversión contra la fe católica va a ofrecer una parodia del Sacramento de la Penitencia. No es casual que este producto que podríamos calificar de “excremento intelectual” aparezca a las puertas de la cuaresma cuando la Iglesia, insistiendo en el anuncio evangélico de la conversión, recordará oportunamente la necesidad del recurso habitual a la confesión para llevar una vida cristiana digna de este nombre.
Lamentablemente, muchos niños, por negligencia de sus padres, contemplan estas bazofias televisivas que tanto daño causan a sus jóvenes mentes y corazones. Debería ser una oportunidad para que los padres cristianos hagan a sus hijos una adecuada catequesis sobre este sacramento tan hermoso y por tantos tan olvidado.
Hace pocos días recibí una pregunta para la sección del Consultorio de Cataluña Cristiana. El tema es importante: los niños y la televisión. Aprovecho para ofrecerla ahora con su respuesta a los lectores del blog. Constato que muy a menudo, cuando los padres no asumen con competencia y responsabilidad su misión de educadores - misión que les confía Dios mismo- son otros los que “educan” y la televisión, entre otros, suele ser un medio de gran influencia. Hace unos años la denominé “la cátedra de Satanás” y, desgraciadamente, veo que es esto en tantas de sus modalidades.
NIÑOS Y TELEVISIÓN
¿Puede la televisión influir en el comportamiento moral de los niños? ¿Es prudente que un niño pase horas ante el televisor sin supervisión y criterio de los padres? Lo pregunto porque me sorprendió el caso de una joven madre que deja su hijo ante la tele durante mucho tiempo mientras ella hace las tareas de casa. Yo lo veo muy imprudente…
He tratado este tema en más de una ocasión. Sin duda que puede afectar al comportamiento moral pues la ficción recibida acríticamente deforma la percepción ética en la infancia. Hoy quiero citar como respuesta la opinión de un experto en comunicación. Dice así: “…sed muy prudentes con los niños. Casi hasta los tres años tendríamos que mantener la televisión fuera de su alcance, por lo menos de manera habitual… Para sus cerebros la carga de información suministrada por las imágenes televisivas es excesiva, tanto en calidad como en cantidad, y la tarea de juzgar esas imágenes es aún demasiado complicada… Los chiquillos son incapaces de desenmascarar los engaños, las trampas y las mentiras porque no tienen instalados los programas neuronales que filtran la ficción. Nuestros pequeños requieren mucha atención y mucho cariño. Mucho amor…” (Sebastià Serrano, Del amor, la mentira y la persiasión, Ed. Destino, Barcelona, 2012, página 83). Me pareen consideraciones muy prudentes y bien fundamentadas y válidas para todos. Yo añadiría que valen también en muchos casos para jóvenes adultos. Actualmente, muchos programas de televisión pretenden algo más que entretener. Están al servicio de ideologías que chocan en aspectos fundamentales de una concepción cristiana del hombre, la vida y el mundo. Pretenden adoctrinar, en el peor sentido de la palabra. A veces, comportamientos claramente inmorales, se presentan con la ficción como algo normal, incluso atractivo. Aprender a mirar la televisión no es tarea fácil y debería ser uno de los objetivos importantes en la misión educadora de los padres. Sin darse cuenta, padres y madres de familia pueden tener el enemigo en casa. Una película venenosa, un programa manipulador pueden tirar por los suelos muchos esfuerzos por educar bien a los hijos. Me decía una experta puericultora que es una lástima que los hijos no vengan al mundo con un completo manual de uso bajo el brazo. Esto nos hace ver la necesidad de preparar bien y a tiempo las jóvenes generaciones para asumir el cuidado y educación de los hijos. Sin duda, sería mucho más positivo que todos estos esfuerzos que se hacen para enseñarles a evitar los hijos.
Conclusión: Mucho ojo con lo que ven los niños en televisión. El mal puede llegar a ser irreparable.
10 comentarios
Saludos.
Me parece que nunca habia estado tan de acuerdo con un sacerdote, Dr. Joan Antoni, asi es, no solo para los pequenos sino para algunos adultitos que parecen criaturas. Lo unico que disiento un tanto es que los contenidos esten al servicio de las ideologias. No lo creo, ahora si hablamos de sumision al dinero eso ya me parece mas creible. El oro no conoce ideologias ni religiones. Es poder.
Pero por lo demas, de pe a pa su posteo, Dr.Jon Antoni.
Al otro "Doc Martin",xd, quisiera que hablara tan claro como el sacerdote o con la sana practica de Maria. Ellingham, hay muchas religiones y todos dicen que son verdaderas.
MAria, de verdad, si yo tuviera ninos, haria como tu, y seguro que no es facil, mas lo seria dejarlos a su aire, pero tu esfuerzo tendra recompensa.
Un saludo!
La tele puede ser considerada como una "fuente de autoridad" por el niño. Si se nos escapa algo que no pudimos controlar de la tele, siempre tenemos la posibilidad de explicarles que esto está mal. Eso si, si sacan cualquier barbaridad y no la comentamos, pues como salió por la tele igual la da por válida.
Yo creo, que no es difícil renunciar a la televisión, aunque el tentador, hará lo posible para que pienses en la televisión, tal programa, tal debate, tal canal.
Las televisiones laicistas son fábricas de basuras, no podemos alimentarnos de esto. Tenemos algo tan sencillo en nuestras manos: el Santo Rosario, el Nuevo Testamento, la Santa Biblia, que nos causa tanta paz y alegría en el corazón, que jamás la televisión puede ofrecer.
La realidad, es que si unos padres que se consideran cristianos, dejan a sus hijos delante de la televisión horas y horas, termina por perder la fe esos jóvenes, y no quieren que se les hablen de ir a Misa, sino jugar con sus amigos. Según casos que conozco es así.
La televisión no ayuda a los niños a amar ni a Dios ni a las personas, sino que llegará un momento, en que algún hijo, hija, sentirán un terrible odio a sus padres, un odio mortal, se dedicarán a la droga, y traficarán con ella. Ekl vicio, el libertinaje.
Si los padres cristianos aman de verdad a sus hijos, pero tienen televisión, y saben que hay cosas que no deben verse, los malos compañeros de aquellos niños, les convencerán para que vean programas pecaminosos, o películas: "que no lo sepan tus padres, hazlo cuando ellos no estén delante", y es que el demonio es muy astuto.
A veces se ven por las calles, a niños y jóvenes que imitan la violencia que han visto en series de dibujos animados, que incitan a la delincuencia.
Si los niños o jóvenes actores, enseñan como faltar gravemente el respeto a los mayores, y a sus propios padres, las palabras obscenas, blasfemias, todo tipo de maldad enseñan los canales de televisión, y a partir de ahí, crecen en rechazo, resentimiento, odio a la Iglesia Católica.
La televisión no lleva la verdad a los corazones, incluso en la 13TV, tiene programas, series, que ofenden muchísímo a Dios, y por lo que se ve, sigue ahí.
¿Cómo un niño de cuatro años, suelta muchas palabras, y algunas feas, y no sabe siquiera la oración del Padre Nuestro el Ave María o el Gloria? Pero es cierto.
En alguna parte leí, hace mucho tiempo, que si unos padres quieren mantener a sus hijitos fuera de la televisión cuando no están delante, daban como ejemplo, guardar la televisión bajo llave.
Otro caso, que me contó un "testigo de jehová" por la década de los noventa, no permitía que sus hijos viese series de dibujos animados violentos.
¿Y un cristiano no encontrará una solución mejor para que sus hijos crezcan sanos a los ojos de Dios, en su espíritu? Creo que sí, que soluciones existen.
Como dice el P. Joan Antoni: «Una película venenosa, un programa manipulador pueden tirar por los suelos muchos esfuerzos por educar bien a los hijos. »
Y esto vale también para todos los dibujos animados, hay demasiada inmundicia que corrompen al ser humano, por tanto el hogar cristiano se arriesga a morir por la corrupción que emite las televisiones laicistas.
Si somos conscientes y selectivos al hacer que las mentes de nuestros hijos se nutran de sanas enseñanzas, no les dejaremos a rienda suelta, sino que estaremos alerta, administrándoles información morál, de calidad e impidiendo en la medida razonable, sean seguidores de programas de televisión e incluso dibujos violentos, lo cuál aliemta una conducta contraria a la que aprendemos en Cristo.
Respiramos un ambiente de falta de conocimiento de las propias créncias del católicismo, si diponemos del catecismo online, ¿que nos frena a usarlo?. Comprarlo en la librería, tampoco supone un gasto económico cuantioso. Ese alimento es del que se alimentaba Jesús. ¿Porqué dejar que el televisor u ordenador con los video juegos, impidan disponer del tiempo necesario para que nuestros hijos no sean arrastrados por la corriente del mar de la humanidad que tanto seduce y arrastra a tantos por el adversario, "El Diablo", el engañador, este hace que no tengan nuestros hijos la mente preparada para apartar de sus vidas las prácticas opuestas a hacer la voluntad de Dios.
Pongamos los padres el ejemplo e iniciemos actividades de consideraciones de doctrina en familia, los resultados, serán recompensadores.
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