¿Primera Comunión a los siete años?
¿COMUNIÓN A LOS SIETE AÑOS?
Pregunta:
He oído que el Papa quiere reinstaurar la antigua costumbre de recibir la Primera Comunión a los siete años. ¿Qué mejoraría esto? Veo que hoy los niños y niñas la hacen cerca de los diez años, con bastante preparación y, sin embargo, con muy poca perseverancia, pues después de la Comunión ¿cuántos niños frecuentan la Iglesia?
Respuesta:
De momento el Papa, que yo sepa, no ha dado ninguna disposición al respecto. Recuerdo que hace unos años traté cuando lo planteó el Cardenal Darío Castillón. El actual prefecto de la Congregación para el Culto Divino, Cardenal Cañizares y el Papa, han planteado de nuevo la cuestión. La actual disciplina de la Iglesia formulada en el Código de Derecho Canónico establece que el Párroco, cuando los niños bautizados llegan al uso de razón debe proveer a su preparación para la Eucaristía. ¿Cuándo llega esta edad del uso de razón? En las actuales circunstancias creo que puede afirmarse que alrededor de los seis o siete años. Hoy los niños son muy precoces. Por mi experiencia de veinticinco años de sacerdote y más de treinta de catequista puedo asegurar que hoy los niños a los diez años cumplidos que es la edad que hacen la Primera Comunión llegan pero que muy creciditos, a veces demasiado. Que tengan, como usted dice, bastante preparación, yo lo pondría en cuestión. Cuando yo hice mi Primera Comunión, a los siete u ocho años, sólo fui a catequesis durante tres meses antes de la celebración. Pero ya hacía años que yo iba a Misa cada domingo y mis padres se habían preocupado de que supiera las cosas más elementales: oraciones, mandamientos… Hoy, la mayoría de niños llegan a catequesis sin saber nada. Durante los dos años de preparación, si el Párroco no insta con firmeza a ello, los niños apenas frecuentan una sola Misa dominical y ya no digamos los padres. Me atrevería a decir que en aquellos tres meses que íbamos cada día a catequesis se hacía mucho más trabajo que la sesión semanal actual durante los dos años. Me parece que debemos revisar muchas cosas en la catequesis. Hace unos años, en Roma, oí en una conferencia dictada por el entonces Cardenal Ratzinger, lo siguiente: “Nunca habíamos hecho tanta catequesis, y nunca los resultados han sido tan decepcionantes”. Adelantar la edad de la Primera Comunión supondría, de entrada, y esto no es poco, un interlocutor con más inocencia y receptividad a la Gracia Divina. Es un tema a profundizar con calma y sin prejuicios.
18 comentarios
Un saludo en JESUS Y MARIA AUXILIADORA.
Mis padres no pudieron enseñarme gran cosa mi madre tenía fe, mi padre decíase ateo hasta casi el final de su vida que abrazó la cruz .(literalmente).y desde siempre me enviaba a Misa y me preguntaba y me examinaba si había sido atento; porque quería que yo fuera hombre bueno me decía.
Pero mi profesora Dios la bendiga , fue una santa y los sacerdotes que me instruyeron una bendición de Dios.
Recuerdo que me cedí abiertamente y públicamente a Mi Señor con todo mi corazón. Tengo una foto para probarlo. Comprendo que esa aceptación de Dios a esa edad no fue cosa mía pues ya sabía muy bien lo que pecado era, muy bien. Y aun sigo siendo un pecador sobreviviendo sólo por la continua Gracia de Dios.
Mañana se bautiza mi tercer nieto y que vengan muchos más. Pido a Dios que pueda ayudarle a crecer en la Fe.
Si Dios lo ha hecho conmigo, siendo fiel a mí desde que nací, no me cabe duda que siete fue una edad inolvidable. No depende de nosotros sino en Dios . Enteramente. No le demos vueltas. La edad de la razón está muy bien, pero Dios no mira la edad para derramar su Gracia. A Dios Gracia.
El problema es, efectivamente, la preparación. El nivel catequético ha bajado enormemente, entre otras razones porque como bien dice el padre Joan Antoni, hoy no son mayoría los hogares donde la fe juega un papel importante. Y prefiero no entrar en el nivel de preparación de los propios catequistas, porque eso da para un debate largo y tendido.
Adelantar la edad no me parece mala idea. Pero tampoco creo que sea malo dejarla como está. Y en todo caso, creo que la decisión la toma cada obispo en su diócesis.
Santo Padre, soy Paolo Rizzi, párroco y profesor de teología en el Instituto superior de ciencias religiosas. Nos gustaría saber su opinión pastoral sobre la situación de los sacramentos de la primera Comunión y de la Confirmación. Cada vez con mayor frecuencia, los niños, los muchachos y las muchachas que reciben estos sacramentos se preparan con empeño por lo que se refiere a los encuentros de catequesis, pero no participan en la Eucaristía dominical. Entonces cabe preguntarse: ¿qué sentido tiene todo esto? A veces sentimos la tentación de decir: "Entonces, mejor quedaos en vuestra casa". En cambio, se los sigue aceptando, como siempre, pensando que en cualquier caso es mejor no apagar el pabilo de la llamita que tiembla. Es decir, se piensa que, de cualquier modo, el don del Espíritu puede influir más allá de lo que vemos y que en una época de transición como esta es más prudente no tomar decisiones drásticas. Más en general, hace treinta o treinta y cinco años yo creía que nos estábamos encaminando a ser un pequeño rebaño, una comunidad de minoría, más o menos en toda Europa; y que, por consiguiente, se debería dar los sacramentos sólo a quienes se comprometen verdaderamente en la vida cristiana. Luego, entre otras razones por el estilo del pontificado de Juan Pablo II, he reconsiderado la situación. Si se pueden hacer previsiones para el futuro, ¿qué piensa usted? ¿Qué actitudes pastorales nos puede indicar? Gracias.
-Benedicto XVI: Bien; no puedo darle una respuesta infalible en este momento. Sólo puedo tratar de responder según lo veo yo. Puedo decir que yo he recorrido un itinerario semejante al suyo. En mi juventud yo era más bien severo. Decía: los sacramentos son los sacramentos de la fe; por tanto, donde no hay fe, donde no hay práctica de la fe, los sacramentos no se pueden conferir. Después, siendo arzobispo de Munich, hablaba de ello con mis párrocos. También entre ellos había dos corrientes: una severa y una condescendiente. A lo largo de los tiempos también yo he comprendido que debemos seguir siempre el ejemplo del Señor, que estaba muy abierto incluso hacia las personas marginadas en Israel en aquella época; era un Señor de la misericordia, según muchas autoridades oficiales demasiado abierto hacia los pecadores, a los que acogía o permitía que lo acogieran a él en sus cenas, atrayéndolos hacia sí en su comunión.
Así pues, en sustancia, yo creo que los sacramentos son naturalmente sacramentos de la fe, y donde no hubiera ningún elemento de fe, donde la primera Comunión fuera sólo una fiesta con un banquete, hermosos vestidos, grandes regalos, entonces ya no sería un sacramento de la fe. Sin embargo, por otra parte, si vemos que hay una llamita de deseo de la comunión en la Iglesia, un deseo también de estos niños que quieren entrar en comunión con Jesús, me parece que conviene ser condescendientes.
Desde luego, naturalmente, en nuestra catequesis debemos ayudarles a entender que la Comunión, la primera Comunión, no debe quedar como un hecho "aislado", sino que exige una continuidad de amistad con Jesús, un camino con Jesús. Yo sé bien que los niños a menudo tienen intención y deseo de ir el domingo a la misa, pero sus padres no les dejan cumplir ese deseo. Si vemos que los niños lo quieren, que tienen el deseo de ir, me parece que se trata casi de un sacramento de deseo, el deseo ("voto") de una participación en la misa dominical. En este sentido, naturalmente, en el marco de la preparación para los sacramentos, debemos hacer todo lo posible para llegar también a los padres, a fin de despertar también en ellos la sensibilidad por el camino que siguen sus hijos. Los padres deben ayudar a sus hijos a seguir su deseo de entrar en amistad con Jesús, que es forma de la vida, del futuro. Si los padres desean que sus hijos hagan la primera Comunión, este deseo más bien social debería ampliarse al deseo religioso, para hacer posible un camino con Jesús.
Por consiguiente, yo creo que en el contexto de la catequesis de los niños, es muy importante también trabajar con los padres. Precisamente esta es una ocasión para encontrarse con los padres, haciendo presente la vida de la fe también a los adultos, porque de los niños -me parece- pueden volver a aprender ellos la fe y comprender que esta gran solemnidad sólo tiene sentido, sólo es verdadera y auténtica, si se realiza en el contexto de un camino con Jesús, en el contexto de una vida de fe. Por eso, es preciso convencer a los padres, a través de los niños, de la necesidad de un camino preparatorio, que se manifiesta en la preparación para los misterios y comienza a hacer que se amen estos misterios.
Soy consciente de que esta respuesta es bastante insuficiente, pero la pedagogía de la fe siempre es un camino, y nosotros debemos aceptar las situaciones de hoy, pero también abrirlas a algo más, para que no se limite sólo a un recuerdo exterior de cosas, sino que toque verdaderamente el corazón. En el momento en que quedamos convencidos, el corazón queda tocado, pues ha sentido un poco el amor de Jesús, ha experimentado en cierto modo el deseo de moverse en esta línea y en esta dirección. En ese momento, a mi parecer, podemos decir que hemos hecho una verdadera catequesis. En efecto, la catequesis tiene como finalidad propia llevar la llama del amor de Jesús, aunque sea pequeña, al corazón de los niños y, a través de los niños, a sus padres, abriendo así de nuevo los lugares de la fe en nuestro tiempo.
Ya dije antes que yo a los siete años era muy , pero muy consciente de que yo era pecador y no es broma, que ya podía pecar en abundancia. Pues si el Demonio podía agarrame junto al Mundo y mi Carne de pequeño, ¿dónde está el problema recibir Su Cuerpo y Sangre? El verdadero problema por ejemplo estaba en las escuelas católicas donde mis hijos estaban; a un amigo mío sacerdote le regañó la Directora de tal colegio porque él hablaba a los niños de lo que pecado era. Le dijeron que parase eso ya que iba a traumatizar a los jovenzuelos y acomplejarlos por vida.
A veces no sé como no terminé arrestado. Si me enteraba (por mis hijos "avisados") de que algún profe hablaba de éste juguetito "la tabla de OUIYA o ponían énnfasis en espiritus de "Halloween" en vez de los días de los Santos y los difuntos; o invitaban su clase a ir a un templo Indue (para ser comprensivos de la "Multiculturalidad" o...yo que sé la de cosas que se inventaban. En la escuela me temían y cuando la clase iba de visitas a lugares no cristianos me llamaban al trabajo, salía yo y me preocupaba de lo más importante.
Si un niño es lo mayor suficiente para pecar por muy jove, es suficiente mayor para entender qué el Cuerpo y la Sangre de Cristo es, quien ES.
Padre no tenga miedo usted no fabrica sacrilegios. Que Dios le bendiga; por amauta rezaré de corazón confiando en que no es por usted y menos por mí que Dios con la ayuda de las súplicas de nuestra Madre Purísima le indicará el camino. Ese tan estrecho.
Respecto al tema de edad actual de la 1ª comunión, creo ya no es la edad, si no que se demora la formación religiosa y cuando se comienza se hace de forma muy imperfecta.
El metodo memoristico del catecismo, que muchos aprendimos, podia ser inadecuado si no se lograba la comprensión, pero ayudaba a retener en la memoria esas realidades intangibles e inefables, que poco a poco se comprendian .
Pero actualmente la catequesis, como toda la enseñanza, tiende a ser mas comprensiva que memoristica, pero al no expresarse en unas palabras concretas, concisas y sintentizadoras se corre el peligro de desdibujarse los dogmas de nuestra fe.
Tambien detecto un problema, los niños actuales creo que tienen mas dificultad para entender realidades abstractas, por que leen menos, ven muchas tv, estan "emborrachados" de imagenes.
Los planes de estudios no ayudan cuando muchos niños empiezan a formarse en la fe, en la catequesis parroquial o escolar, no han estudiado que el ser humano esta provisto de alma y cuerpo, que puede dar culto a Dios,adorarle , amandole y cumpliendo sus mandamientos.-
En esa edad, eso si, los niños han enstudiado en ciencias naturales, que el hombre es un "animal" y varios cursos reiteradamente les han enseñado las formas de reproducción de todos los seres vivos y todos sus organos . Tambien, - ya sea transversalmente, ya sea en asignatura de Epc o la de "educación sanitaria" que se va a introducir ahora,- se disocia la sexualidad humana de la rerpoducción: ni del acto sexual deriva la reproducción, (se acaba artificialmente con esta causalidad con la contracepción y el aborto); ni de la reproducción se presupone el acto sexual ( por la fecundación in vitro);tampoco la sexualidad humana se vincula al matrimonio, (pues se fomenta la promiscuidad, con excusas profilaticas) ; ni siquiera la sexualidad humana se circunscribe a la relación hombre-mujer ( la homosexualidad y el "matrimonio" gay", masturbación).
Por no decir que en esa edad que cosas habran ya visto los niños por TV.
En conclusión se empieza a formar a los niños muy tarde en cuestiones espirituales, y cuando se inicia esta educación los niños han recibido nociones practicas y basicas de la "religion oficial del Estado", ya tienen un barniz de ateismo que es dificil penetrar.
( Ruego omita de mi escrito lo que entienda inconveniente)
Conservo el misal-devocionario de la editorial Bruño, que me regaló el colegio.
Ya asistía los domingos a la sta misa, antes de mi comunión y lo segui haciendo ya participando en la Sgda. Comunion.
Una foto mia (de Duart)con el traje de la fiesta, ha estado siempre en casa de mis padres y ahora lo está en la mia.
El Hno Alfonso me decia -Será el día mas feliz de tu vida- yo no lo entendia muy bien, pero ahora me doy cuenta de que si lo ha sido.
Gracias a Dios, gracias a mis padres y a los hnos de laSalle.
Estabamos todos. Mis tres abuelos, mis primos, mis titos, papà y mamà, mis 2 hermanos, y el regalo mas bonito y mas valioso que yo tenia era, ademas de recibir todos esos regalos, el estar Jesus conmigo.
Esto ha sido todo.
Atte.
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