Animalismo: Amor desproporcionado a los animales
Ofrezco hoy una breve reflexión a propósito de una consulta que me ha llegado a Cataluña Cristiana. Los lectores pueden aportar sus reflexiones.
Pregunta
¿Qué consideración moral merece la actitud de algunas personas que derrochan ingentes cantidades de dinero para sus mascotas? Una vecina compra carísimos “modelitos” para su perrito ( valen más de doscientos euros) y ya no le digo los gastos de “peluquería” del can… A mí me escandaliza y más en los tiempos que corren cuando muchas personas y familias lo están pasando verdaderamente mal…
Respuesta
Comparto su indignación. Hay que tratar correctamente a los animales, evitarles sufrimientos innecesarios, cuidar su alimentación y otras cosas elementales, pero de ahí a lo que me cuenta hay un verdadero abismo.
El Catecismo de la Iglesia Católica enseña:
2416 Los animales son criaturas de Dios, que los rodea de su solicitud providencial (cf Mt 6, 16). Por su simple existencia, lo bendicen y le dan gloria (cf Dn 3, 57-58). También los hombres les deben aprecio. Recuérdese con qué delicadeza trataban a los animales san Francisco de Asís o san Felipe Neri.
2417 Dios confió los animales a la administración del que fue creado por él a su imagen (cf Gn 2, 19-20; 9, 1-4). Por tanto, es legítimo servirse de los animales para el alimento y la confección de vestidos. Se los puede domesticar para que ayuden al hombre en sus trabajos y en sus ocios. Los experimentos médicos y científicos en animales son prácticas moralmente aceptables, si se mantienen en límites razonables y contribuyen a cuidar o salvar vidas humanas.
2418 Es contrario a la dignidad humana hacer sufrir inútilmente a los animales y sacrificar sin necesidad sus vidas. Es también indigno invertir en ellos sumas que deberían remediar más bien la miseria de los hombres. Se puede amar a los animales; pero no se puede desviar hacia ellos el afecto debido únicamente a los seres humanos.
Yo ya hace tiempo que estoy diciendo que gran parte de nuestra sociedad padece de una grave desviación del pensamiento respecto a los animales. A este modo de pensar me gusta llamarlo “animalismo”. Consiste en atribuir la dignidad propia y exclusiva del ser humano a los animales. Se les considera sujetos de pensamiento, inteligencia y voluntad cual se tratara de personas humanas. Hace poco oía por la radio un programa en que se hablaba de “la amistad” y “virtudes” de los animales. También que, no sé en qué lugar, se había hecho el primer concierto de música clásica exclusivamente para perros. ¿Cómo hemos podido perder el juicio de esta manera? Conozco de personas que tributan más amor a sus animales que a las personas que les rodean. Lo que usted comenta clama al cielo. ¿Qué pensara un pobre mendigo que está pidiendo limosna para malvivir cuando ve que pasa delante suyo un perrito con un vestidito de doscientos euros? ¡Tendrá ganas de comérselo! Es un tema moral que hay que tratar en la catequesis y en la predicación, pues el sentido común y la fe que en otros tiempos eran patrimonio común de los habitantes de nuestro país, hoy escasean en muchísimas personas. Recuerdo que el año 2008 recorté una noticia de un periódico donde se demostraba que, sólo en Cataluña, el abandono de animales costaba al erario público casi ciento cuarenta mil euros al día. Hoy seguro que es mucho más. Y pensaba en mi interior: ¡la cantidad de personas necesitadas que podríamos alimentar cada día con este dinero! ¡Casi veinticinco millones de las antiguas pesetas cada día! ¿No sería mejor dedicar toda esta inversión de recursos pecuniarios y humanos a atender a las personas pobres? Muy mal vamos cuando se ama más a los animales que a nuestro prójimo. Es obvio decir que hoy muchas especias animales están más protegidas por las legislaciones que la persona humana. Sería bueno que le recordara a esta vecina suya la parábola del pobre Lázaro y el rico Epulón y que procure compensar con caridad generosa.
31 comentarios
¿No sería mejor dedicar toda esta inversión de recursos pecuniarios y humanos a atender a las personas pobres?,¡la cantidad de personas necesitadas que podríamos alimentar cada día con este dinero!.
"2418 Es contrario a la dignidad humana hacer sufrir inútilmente a los animales y sacrificar sin necesidad sus vidas."
Por tanto la caza deportiva, los toros y otras "fiestas" similares, son contrarias a la dignidad humana y los que aplauden y festejan ese tipo de actos, son humanamente indignos.
Demos gracias a Dios por estos absurdos que nos manda para que vayamos saboreando más consecuencias amargas (y evidentemente chocantes, a ver si espabilamos) de haber abandonado la religión verdadera para prostituirnos con los dioses del mundo.
Los cuales son asesinos, ridículos, absurdos e impíos, como que dependen del Príncipe de este mundo.
TOROS
¿Qué consideración moral le merecen las corridas de toros? ¿Se justifica imponer tal sufrimiento a los animales?
La cuestión que hoy me plantean suscita encontradas opiniones y fuertes polémicas como todos saben. Hace poco veía en un periódico una imagen horripilante, Un toro ensartaba al torero por el cuello, El pitón del animal entraba por la nuez y salía por la boca. La verdad es que me cuesta comprender qué arte y cultura pueden verse en espectáculos donde pueden provocarse situaciones tan terribles y la muerte de personas que exponen temerariamente su vida. Es curioso que en muchas reflexiones sobre el tema se insista más en el sufrimiento del animal que en el grave riesgo para la vida del torero. Evidentemente que no puede justificarse infligir un sufrimiento gratuito a un animal, pero la vida de una persona está infinitamente por encima de la de un animal. La Iglesia en otros tiempos se pronuncio, aunque sin mucho éxito, sobre la moralidad de estos espectáculos.
Las primeras prohibiciones fueron las de los Papas. La cosa empezó allá por el siglo XVI, cuando una bula de San Pío V, dictada en 1567 excomulgaba automáticamente a todo el que acudiera a un espectáculo de toros. Felipe II no la acató. Gregorio XIII que sucedió al Papa santo, en su bula excluye de la máxima sanción a los legos. Sixto V en 1586 renueva la prohibición de San Pío V, pero el Monarca español, insistiendo en la popularidad de la fiesta y alegando posibles sublevaciones, hace que la norma no se aplique.
Que yo sepa, no existe hoy por hoy una prohibición explícita de la Iglesia. Sin embargo, la moral católica nos ofrece unos principios que más bien se oponen a las corridas de toros. Por un lado el grave riesgo para su vida que afronta el torero sin grave necesidad. Qui periculum amat, in illo perebit, el que ama el peligro, en él perece. Y por otra parte, la doctrina católica también recoge la obligación de evitar sufrimientos innecesarios a los animales. Con todo, sé que esta cuestión es tratada a menudo más desde la pasión que desde la razón. Algo semejante cuando se plantea, por poner un ejemplo, la moralidad del fumar. En conclusión: Las corridas serían tolerables siempre que se minimicen hasta lo razonable los peligros para el torero y también los sufrimientos para el animal.
dejar muy clara la diferencia entre víctima y victimario y no se pueden confundir los papeles de uno y otro, sea animal racional o no.
Saludos.
En cuanto a los toros: Soy Católica, espanyola y muy orgullosa de nuestra cultura y nuestras tradiciones pero me horrorizan los toros y los corre bous. Ah: soy provida porque hay muchas personas que en cuanto oyen que se es antitaurino-a, enseguida empiezan conque a lo mejor no te importa la defensa de la vida humana. Pués si. Me importa y mucho y no lo veo incompatible
Por otro lado, el Magisterio se ha pronunciado en contra en varias ocasiones, pero es cierto que no es un pronuciamiento definitivo.
Personalmente creo que de la Doctrina de la Iglesia se desprende algo muy parecido a lo que defienden los verdes y los ecologistas, pero pr supuesto con la centralidad del ser humano y la defensa de lavida.
Los ecologistas, de hecho, se han apropiado de un campo de actución que tambi´n le corresponde a la Iglesia.
Pero en la bárbara sociedad en que vivimos, se les considera "personas respetables". Ya nos juzgarán otras generaciones.
Ciertamente, equiparar la muerte de un ser humano con la muerte de una bestia, es signo de que nuestra sociedad está en la última de las barbaries.
Ya hemos perdido hasta el sentido común.
POR QUE CAE EN LA DUALIDAD DE "UN NIÑO" O "UN PERRO?
AMBAS SON VIDAS Y RECORDANDO AL TALMUD QUE DICE: "UNA VIDA VALE TODAS LAS VIDAS" CREO QUE SU RAZONAMIENTO NO SE AJUSTA A LA REALIDAD. NO JUZGUEMOS DURAMENTE A LOS QUE AMAN A LOS ANIMALES, YA QUE ELLOS NOS DAN LO MEJOR DE SI MISMOS SIN PEDIR NADA A CAMBIO Y RECIBIENDO MUCHAS VECES MUERTES "PERMITIDAS" PARA EL AVANCE DE LA CIENCIA, COMO SI ESO JUSTIFICARA SU INMOLACION. A NO DIRIGIR LOS CAÑONES AL SITIO EQUIVOCADO!!!!!
En las vergonzosas corridas de toro puede darnos pena los daños al torero, pero es un daño que el mismo se ha procurado en total libertad, haciendo uso de su inteligencia...no ocurre lo mismo con el pobre animal que ha sido llevado alli para servir de diversion y burla...
Para los que se llaman cristianos..¿no es el ser humano "hermano mayor" de los demás seres creados por Dios? no le debe un poco de amor o al menos respeto?..y por último, sin caer en extremos ridículos...no puedo yo amar y ayudar a un animal porque eso me implica no amar y ayudar a un ser humano? muchos usan el nombre de cristianos y no sienten la mas minima conmiseración por el sufrimiento de seres inocentes que son humillados y torturados ...sólo porque no son humanos..
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Me parece una actitud excelente la suya.
Me pide mis comentarios, y luego de leer el texto -les pido que lo lean antes de lo que sigue- concluyo en un sentimiento híbrido tejido de rabia y sorpresa; también de lástima y condolencia, hacia quien lo escribe ¡un sacerdote! y hacia quienes comparten la idea, ante todo, de que el amor puede “derrocharse” como si fuera un recurso extinguible, como si habláramos del petróleo, del agua u otros. En mi formación y experiencia, el amor ha sido siempre el mejor de los recursos inagotables.
Por otra parte, si bien la realidad económica del mundo resulta en muchos casos angustiante, y nos deja impotentes y sensibles frente a tanta pobreza extrema, a mi juicio la forma de ayudar consiste en premunirse de acciones de solidaridad efectiva (como muchos hacemos en el anonimato), concretando estas acciones en la medida de lo posible. La solidaridad y la conciencia social no consisten en limitarse a creer hipócritamente que despojarse de todo lo no esencial es la forma correcta de ayudar al prójimo. Tal principio me resulta más bien propio del comunismo: Que todos seamos iguales… de miserables.
Finalmente -y para no alargarme tanto aunque el caso amerita-, me pregunto cómo es posible que alguien considere “moralmente aceptable” la práctica de experimentos con animales, considerando el grado de brutalidad, crueldad e indolencia con que actúa el ‘homo sapiens’ en estos casos, y es cosa de adentrarse en laboratorios como L’Oreal, P&G, Johnson y Johnson, entre muchos otros, para constatar el sufrimiento diario de gatos, conejos y perros que luego mueren por sangrientas heridas provocadas por la utilización de nuevos productos sólo para elaborar una crema antiarrugas o un shampoo… Qué clase de “conmiseración” es aquella, de qué sensibilidad y humanidad estamos hablando.
No puedo más que repudiar el artículo de principio a fin, agregando que la bestialidad del hombre en los distintos ámbitos (científico, político, militar, etc.), superó hace ya tiempo a las bestias, y hoy por hoy donde el mundo se mueve con un horror progresivo, para muchos de nosotros un animal –verdaderamente inocente y carente de toda maldad- tiene en ocasiones mayor valor que el del propio ser humano que se jacta de ser racional, aunque su pensamiento y acción sólo esconden egoísmo, avaricia, resentimiento y maldad
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Lamento decirle que usted no ha entendido nada del artículo
Isaias escribió algo muy bonito de lo que le gustaría seguir viviendo para ver cómo todos los animales vivían en paz y armonía.
Son maneras de entender las escrituras según a cada cual conviene.
Pero claro está que la Biblia es totalmente contraria a la tauromaquia al abandono de animales al sufrimiento de seres vivos causados por el hombre ya que también la biblia dice que los animales son NUESTROS HERMANOS.
No más excusas para tratarlos mal ya que actualmente se ve lejano lo que Isaias predecía y aún nos necesitan. Se puede ser bueno con las personas y no por ello dejar de tratar bien a los animales.
No puedo estar de acuerdo.. Eso es tan reprochable o más que tirarlo con las protectoras de animales.
Ambos casos son un desprecio a seres humanos que casi no tienen ni para comer. La sociedad se está brutalizando a pasos agigantados.
Lo que aquí se denuncia es la enfermedad de creer a los animales iguales a las personas incluso amarlos más que a un ser humano.
La vida de una persona es infinitamente superior a la de una bestia, llámase perro, leon o guepardo (que por cierto son preciosos los dos últimos y muchísimos perros también son muy bonitos).
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