Un pseudo órgano electrónico para la liturgia pontificia
Dice el director de la Capilla Musical Pontificia “Sixtina” que la reforma litúrgica confeccionada después del último concilio ha creado unas “nuevas necesidades sonoras” en la Basílica de San Pedro que sólo pueden ser satisfechas por un sucedáneo electrónico del órgano. A lomos de semejante premisa (muy en la línea del hegelianismo cronolátrico tan caro a la más conspicua clerecía hodierna), no ha cabido sino rendirse agradecidos ante la dadivosa, filantrópica y altruista donación que una poderosa compañía estadounidense del ramo ha tenido a bien efectuar a los cantores vaticanos. Un conmovedor gesto de desprendimiento, que para el donante no ha supuesto más recompensa que la de ver su marca comercial, humildemente estampada en un lateral de la consola del pseudo-órgano, retransmitida por las cadenas de televisión de todo el mundo durante la misa de Nochebuena.
No había dado yo hasta ahora demasiada importancia a la historia esta del sacrofónico electrodoméstico. Tenía entendido que sólo iba a ser utilizado a la intemperie, durante las eucaristías celebradas en la plaza de San Pedro. Para este uso la Santa Sede recibió en tiempos de Juan Pablo II la donación de un órgano de verdad, es decir, de tubos. En tiempos posteriores me ha parecido ver por televisión alguna vez un sucedáneo electrónico, de modo que la reciente ofrenda no suponía un cambio cualitativo.
Las eucaristías masivas al aire libre se han extendido en las últimas décadas. Deben de ser el tributo al gusto por lo masivo -de masa, no se olvide- que pertenece a la “cultura actual”. Yo personalmente no simpatizo nada con estas exhibiciones cuantitativas. Mi irrelevante opinión coincide en este punto con la de liturgistas fiables. También con la del cardenal Robert Sarah, verdadero profeta de nuestro tiempo, quien en su maravilloso y auténticamente moderno libro La fuerza del silencio denuncia la degradación eucarística que suelen suponer esas misas masivas. Ciertamente, en medio de decenas de jacarandosos concelebrantes descasullados, ataviados con gorras de turista y gafas de sol, sacando fotos con el móvil y repartiendo la comunión en vasos de plástico a todo quisque, no parece proporcionado esperar grandes vuelos de las melopeas cultuales. Pero parece que el último grito en pastoral litúrgica quiere hacerse oír también dentro de los muros petrinos. A juzgar por las palabras del director de la Capilla Sixtina, parece que sólo después del Vaticano II las celebraciones presididas por el papa interesan a la totalidad de la gente que llena la basílíca. Antes, por lo visto, bastaba el órgano de tubos para que lo oyesen los cardenales sentados cerca…
Estoy viendo ya las muecas torcidas y quizá las severas contradicciones en el sector de los comentarios. ¿Acaso no son frecuentísimos los órganos electrónicos en tantas iglesias actuales? Ciertamente. El coste que supone la construcción de un órgano, como obra de artesanía consumada que es, no está al alcance de todas las economías eclesiásticas. Por eso es totalmente comprensible que en un grandísimo número de lugares de culto no quede más remedio que usar para la liturgia un sucedáneo electrónico.
Pero seamos serios. ¿Es esa la situación del Vaticano?
Por si acaso, recordemos:
Téngase en gran estima en la Iglesia latina el órgano de tubos, como instrumento musical tradicional, cuyo sonido puede aportar un esplendor notable a las ceremonias eclesiásticas y levantar poderosamente las almas hacia Dios y hacia las realidades celestiales. (Concilio Vaticano II, Constitución Sacrosanctum Concilium, n.º 120)
Muchos lectores españoles recordarán una película de Paco Martínez Soria titulada, si no me falla la memoria, “Se armó el Belén”. Está ambientada en los albores de la reforma litúrgica de Pablo VI, y en ella se ve cómo un entrañable párroco tradicional es manipulado por un enteradillo progresista de aquellos años, quien le convence para que, en aras del progreso y la utilidad práctica, elimine de su iglesia todos los elementos tradicionales incluidos el retablo y todas las imágenes. Como resultado su templo queda convertido en una gélida sala de reuniones despiadadamente moderna en su desnudez y funcionalidad.
En el caso del pseudo-órgano vaticano encontramos un servil e innecesario tributo a la tecnología industrial dentro del campo artístico, justo en un momento en que nuestra sociedad empieza a manifestar ciertos síntomas de hartazgo al respecto, en forma de un nuevo aprecio por lo artesanal y lo ecológico, de reticencia frente al abuso de los dispositivos electrónicos en la educación y fuera de ella, de crítica al modo de vida deshumanizado a que conduce nuestra sociedad hipertecnificada, etc.
Cambiar el órgano de tubos por un sucedáneo electrónico es como sustituir un retablo, un fresco o una escultura por una presentación de diapositivas; como cambiar las campanas por un altavoz que emite un sonido de carrillón grabado en mp3; como cambiar una vela por una bombillita que la imite. Es optar por lo virtual frente a lo real. Es un planteamiento paupérrimo que insinúa no ya una triste metafísica, sino una desconsoladora y nada católica incomprensión de la belleza de lo real en cuanto vestigio e indicio del Creador.
Por desgracia, debo confesar que no me ha sorprendido del todo. En estos últimos años se vienen prodigando las exhibiciones romanas de mal gusto. Este año se ha montado un belén -nunca mejor dicho- a cuenta de la sombría, antropocéntrica y antitradicional figuración del belén vaticano. Lo último, la lavadora pontificia. Estamos en racha, a ver qué es lo próximo. Que Dios nos coja confesados, pero, por favor: que no sea por Skype.
22 comentarios
Has dado en el clavo:
"Es optar por lo virtual frente a lo real. Es un planteamiento paupérrimo que insinúa no ya una triste metafísica, sino una desconsoladora y nada católica incomprensión de la belleza de lo real en cuanto vestigio e indicio del Creador. "
No es más que la extensión del nominalismo al plano musical. La crisis no es sólo de fe, es crisis de la fidelidad a las tradiciones. Va más allá, hasta el arte, hasta la percepción de los universales, de los atributos del ser.
O sea, si quieres comunicar mejor, escribe más sencillo, que no eres Juan Manuel de Prada.
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RdT: Ya me gustaría a mí escribir como Juan Manuel de Prada.
No se puede denunciar, razonar y expresar mejor.
Y es que a veces una persona, por desgracia, puede necesitar una pierna ortopédica. Igual, tal como se dice en el artículo, un templo con pocos recursos tal vez debe conformarse con uno de esos instrumentos.
Pero creo que todos creeríamos que estamos ante un loco, si una persona con las dos piernas en condiciones más o menos buenas o regulares, decidiera (enamorado de una prótesis de titanio), mantener una de sus dos piernas completamente flexionada, y añadirse una prótesis de titanio para caminar con ella.
Creo que los supuestos expresados en el artículo pueden hacer tolerable el que se pueda usar un órgano litúrgico electrónico. Lo que se ha visto en San Pedro del Vaticano, parece más de Broma que de Roma.
Con todo, creo que alguno verá como positivo el que haya sonado algo que puede parecer un órgano, y no hayamos visto entrar un ejército de boys Scout, con sendas guitarras, para que sonaran temas de campamento durante la misa del gallo. O que alguna hubiera tenido lugar alguna representación circense, como la que en algún año se pudo ver durante el mes de octubre, en el Santuario de Aparecida en Brasil. Pero si no se hacen denuncias como la que hoy podemos leer y comentar, lo más probable es que cualquier aberración, incluso mayor de la de la noche del día 24, llegue al Vaticano, y de allí se propague por toda la Tierra.
Por una vez en mi vida voy a estar de acuerdo con José Ángel Antonio: el Novus Ordo prioriza la ADAPTACIÓN de la manera de celebrar a los GUSTOS particulares o del celebrante o de la asamblea. Cuando la asamblea tiene una fuerte cohesión ideológica (como las de José Ángel Antonio, que es carismàtico) el Novus Ordo se disuelve como un azucarillo en el océano de GUSTOS PARTICULARES del celebrante o asistentes, diga lo que diga la Iglesia.
El problema es una liturgia frágil ante las mareas ideológicas (=GUSTOS PERSONALES) que desgarran la Iglesia. A mí me parece un drama que degenera en estupidez, al señor JA Antonio un lujo que propicia el orgasmo mental de las emociones, finalidad única de una liturgia ANTROPOCÉNTRICA.
Si estás interesado en q te ponga en contacto con la parroquia del órgano en el trastero escríbeme a mi email.
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Tulkas, nunca defraudas.
Alejandro: sobra decir que estoy de acuerdo con lo que dices sobre el lamentable precedente de Valladolid, pero haces referencias muy duras sobre los responsables que no me parece prudente publicar tal cual. Suavízalas un poco y le doy paso.
No puedo incluir un enlace de la web de Catedral-Valladolid .com que demostraría lo dicho.
Basta con ir a la página supradicha para ver la veracidad de mis asertos.
In claris non fit interpretatio.
Un saludo.
¿Te refieres al órgano Allen de Valladolid?
En Wikipedia pone que el que se usa para la liturgia es el órgano de tubos Amezua.
Parece que el Allen es para los CONCIERTOS.
Sólo en la provincia de Ávila, pequeña, rural y bastante pobre y poco poblada se contabilizan más de 100 órganos instalados en los últimos tres siglos.
Fuente no me deja ponerla, pero buscar elorganoespañoldetubos catálogo.
El órgano no es una prioridad porque la LITURGIA no es una prioridad. Desengañémomos.
Con un pequeño % del consumo eléctrico de las parroquias (órgano no hay, pero calefacción y aire acondicionado hasta en mi pueblo, que por no tener no tiene ni cura) se atendería a los pobres y se pagaría a plazos un órgano y un organista.
Dios, en el novusordismo, es un complemento. Como un bolso...
En cuanto a la música en sí, fue como reemplazar a Beethoven por Michael Jackson. La majestuosidad del más humilde órgano de tubos nunca podrá ser alcanzada por un chip.
El Allen se usa para el negocio.
Cuatro conciertos al año.
Entrada/donativo/O lo que sea a 5 € si no yerro.La Catedral se llena de gente que no va a ver, por ejemplo, a Philipe Lefevre cuando toca a media hora de Valladolid.
Patrocinio del Ayuntamiento y Aguas de Valladolid.
Si al menos fuera un negocio estaría justificado, porque las catedrales tienen mucho gasto de mantenimiento.
Puede que haya algún instrumento que no la haya recibido por cuestiones ajenas a los que lo han patrocinado. Sin embargo, me permito recordar que lo normal cuando entra un órgano en una iglesia, es que éste es bendecido, bien por un rito propio de bendición de órgano, o bien con una bendición simple.
Y uno no puede evitar el recordar las palabra de San Juan XXIII con ocasión de la bendición del nuevo órgano Miércoles 26 de septiembre de 1962 de la Basílica Vaticana. Me permito extraer un párrafo entre los muchos y muy brillantes presentes en la alocución que acompañó a la bendición:
"Venerables hermanos y queridos hijos: En el fervor de esta vigilia conciliar decía bien el rito litúrgico, solemne y majestuoso que acabamos de realizar: la bendición del nuevo órgano de la Basílica Vaticana. Con esto queda indicado cuánto nos interesa todo lo que se refiere al esplendor y al decoro del máximo templo de la cristiandad; y cuánta complacencia engendra en nuestro ánimo esta última expresión de belleza y de arte que lo enriquece.
La bendición de un órgano es acontecimiento sagrado y memorable, que suscita suave y místico gozo en el pueblo cristiano. Tratándose hoy de la Basílica de San Pedro adquiere un significado nuevo y profundo."
¡Cuán alejadas están estas palabras que acompañaron a la bendición en aquella ocasión hace 55 años, con la entrada vergonzante de este instrumento electrónico!
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RdT: Todo un honor tenerla en este blog, Montserrat. Y, por supuesto, totalmente de acuerdo.
https://youtu.be/UCFl320tSr4
Es la misa de ayer en el Vaticano. Han perdido el norte. Una auténtica vergüenza. No saben nada de qué es la música litúrgica. No tengo calificativos. Como católico, siento mucha vergüenza de lo que se está haciendo en san Pedro.
1. Conviene distinguir entre dos conceptos: el órgano y el no-órgano. El órgano es un instrumento musical cuyo sonido lo produce el aire en los tubos sonoros que contiene. El no-órgano puede ser cualquier otro dispositivo que imite el sonido del órgano por otros medios. Dentro del no-órgano están incluidos los llamados "órganos" electrónicos, digitales, hauptwerk, etc. La distinción entre los casos diversos que puedan darse dentro del no-órgano es absolutamente irrelevante para el tema del que se trata.
2. Es igualmente irrelevante la fidelidad con la que la tecnología actual consiga imitar el sonido del órgano, y lo más o menos difícil que resulte distinguir el sucedáneo de la realidad bajo ciertas condiciones de acústica, repertorio, experiencia auditiva, etc.
Varios comentaristas se habían quejado de ciertos términos difíciles que he empleado en el artículo, pero estas dos aclaraciones muestran la necesidad del argumento "ontológico": de atender al ser de las cosas y no sólo a la percepción que de ellas se tiene.
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