Sobre el aborto en Argentina

“Mis queridos amigos:

Les escribo con motivo de una inquietud personal que, creo, nos incumbe a todos.

A pesar de no ser extenso lo que pretendo comentarles, creo no por esto deja de ser interesante, a saber:

- He notado, al pensar acerca del famoso art. 86 del Código Penal argentino, el que en sus incisos 1 y 2 menciona los casos de “abortos no punibles", que la conciencia (aunque no sé si ésta es la palabra correcta) de nuestra sociedad está viéndose alterada muy imperceptiblemente, casi sin que lo notemos, por la terminología utilizada por los legisladores, comunicadores sociales…y por la generalidad de la gente. En efecto, desde hace ya bastante tiempo, cotidianamente utilizamos el término “aborto” para manifestar la muerte de un ser humano que aún no nació, tanto los que nos consideramos “pro-vida” como quienes se autodenominan “pro-aborto"…

Y ahora mi rápida reflexión: ¿por qué cuando, por ejemplo, alguien de 30 años le quita la vida a otra persona, supongamos, de 20 años, le llamamos lisa y llanamente “asesinato", “homicidio", y cuando se mata a una persona que aun no nació ya inconscientemente hablamos de un “aborto"?.

Si analizamos etimológicamente la palabra “homicidio” vemos que deriva de dos vocablos latinos: “homo (hombre)” y “cidium (acción de matar)", de donde se deduce “matar a un hombre". Entonces, si quien está concebido pero no nació como quien nació son ambos SERES HUMANOS, HOMBRES, ¿por qué a la acción de matar al nacido lo llamamos “homicidio” o “asesinato” y a la acción de matar a un NO NACIDO la llamamos “aborto"?, ¿acaso no son ambos “lo mismo"?.

Estrictamente, abortar significa “interrumpir algo” pero, ¿es igual interrumpir, por ejemplo, una navegación aérea, la circulación del tránsito de vehículos, que “interrumpir un embarazo", como eufemísticamente nos dicen? ¿acaso un embarazo no es una parte de la evolución natural de un ser que ya tiene vida en el vientre de su madre?.

Un eufemismo, según el Diccionario de la Real Academia Española, es una “Manifestación suave o decorosa de ideas cuya recta y franca expresión sería dura o malsonante", y es precisamente lo que utilizan los promotores del asesinato de personas por nacer para manipular la conciencia social, asimilando, con esto, a un ser humano en el vientre materno con alguna víscera u órgano del cuerpo de la madre, cuando nos hablan del “aborto” y/o “interrupción del embarazo". ¿O no suena así?.

Creo que he dicho lo suficiente para dar a entender mi razonamiento. Por ello, apelo a nuestra prudencia, personas amantes de la vida, para que de ahora en más no seamos contados entre el número de aquellas víctimas y con esto cómplices (sin querer serlo), de este movimiento que atenta contra la misma humanidad al procurar la aniquilación de sus semejantes: en este caso, de las personas por nacer.

Para esto, propongo que de ahora en adelante, en vez de hablar de “aborto", hablemos de “asesinato de personas aun no nacidas (o por nacer)", dejando de lado la “economía en el gasto de saliva y milésimas de segundos” en virtud de la que podemos ser tentados al hablar sobre este tema, con lo que mantendríamos así ese aire de “poca cosa” que parece repirarse hoy en día.

Los invito a pensar esto que les digo (que no es puramente inteligencia mía, pues recuerdo haber leido textos sobre la cuestión), y a ponerlo en práctica: ya no digamos “¡No al aborto!", sino “¡No al asesinato de personas por nacer!". Cierto es que suena más “chocante", “duro", pero ES LA REALIDAD.-”

Mariano Moro