InfoCatólica / Caritas in Veritate / Categoría: traición

19.05.15

(84) Profanación de la Basílica de Luján con un concierto de Rock

Profanar: (DRAE): 1. tr. Tratar algo sagrado sin el debido respeto, o aplicarlo a usos profanos.2. tr. Deslucir, desdorar, deshonrar, prostituir, hacer uso indigno de cosas respetables.

«Está escrito: Mi casa será casa de oración. ¡Pero vosotros la habéis hecho una cueva de bandidos!»(Lc. 19, 45-48)

Lujanprof

No faltaron ni las luces de colores, y ni los púlpitos han sido respetados.   Anteriormente hemos ya publicado algo sobre la pertinencia o no de ciertos espectáculos en los lugares sagrados, teniendo en cuenta las condiciones que la Iglesia establece para ellos, aunque a una gran parte de sus miembros -sean laicos, sacerdotes o jerarquía- ya no les dicen nada ni éstas ni ninguna norma. Hace unos meses, una misa criolla indigenista, hoy un festival-concierto rock… Un pasito más cada día, porque siempre habrá una excusa: si los artistas tienen notoriedad, ¿qué mejor que un templo para servirles como escenario decadente?

El proceso de desacralización es ya tan acelerado, que podríamos decir que ha dado paso a un verdadero camino de abominación, principalmente centrado en los lugares santos. Hace unos años, Charly García organizaba un recital a las puertas de la basílica. Hoy ya todo está maduro para organizarlo dentro.

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16.05.15

(83) Mons. Córdoba, por favor "no aclare que oscurece"...

Mons.CordobaclaraComo era de esperar, los medios de comunicación se han dado un banquete con las escandalosas declaraciones de Mons. Córdoba, y por eso el obispo ha debido salir al cruce, diciendo que  sus frases en referencia a María Magdalena y los Apóstoles, habían sido “desafortunadas”, pero señalando sin embargo:

“lo hice para generar empatía con el auditorio.(???) La iglesia no nos permite ese tipo de “calificativos”.

A ver si hemos comprendido bien: por una parte, un miembro del Episcopado se “distancia” de lo que la Iglesia “permite” en cuanto a las expresiones, ¿y su conciencia sí se las permite?…, pero por otra parte se las justifica “para generar empatía”, señalando al fin de su disculpa “me siento satisfecho de haber cumplido este importante paso de acercamiento que, espero, abra el camino para otros encuentros futuros”(¿¿!)

¿Es decir que un católico puede ser “empático” siendo incoherente a través de expresiones ofensivas a la fe que dice profesar? ¿Y para qué generar empatía si no es con un fin apostólico, de conversión de su interlocutor? ¿Para mostrarse obsecuente con el mundo, acaso, mostrando que no es un “oscurantista”, tal vez? ¿Hasta cuándo, para mostrar que “no se discrimina", habrá que soportar el pisoteo de lo propio, violentando el orden de la Caridad?  Dicho en criollo, Monseñor, ¿a qué jugamos?…

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1.04.15

(79) Judas, el Desesperado (de Sto.Tomás Moro: "La Agonía de Cristo" IV )

“Qué digna de compasión es esta tenebrosidad de la débil y mortal condición humana que a menudo tiembla de miedo y se perturba tumultuosamente mientras ignora estar completamente a salvo; y otras veces, en cambio, se comporta como si nada le preocupara, segura de todo peligro, y del todo inconsciente de que una espada mortal pende sobre su cabeza (…) A Cristo clementísimo se ha de pedir por uno mismo y por los demás para no imitar a Judas en su obcecación frenética, y poder así aceptar la gracia que Dios ofrece para ser restaurados de nuevo por la penitencia y por la misericordia a la gloria.”

entregajudas

Creo que nunca se meditará lo suficiente sobre el insondable misterio de la libertad humana, y las increíbles respuestas que podemos dar a la gracia divina. Hace un tiempo, un sacerdote muy querido nos decía apremiante: “¡tenemos el tristísimo privilegio de “inutilizar” la gracia, rechazándola voluntariamente!”. Y lo más triste es que quienes la rechazan, creen que lo hacen so capa de libertad, cuando el Hombre más libre, por el contrario, fue el Obediente por antonomasia.

El pasaje de la entrega voluntaria de Cristo a sus perseguidores, por amor a nosotros, merece más y más atención en este tiempo, sobre todo cuando se cierne sobre muchos la tentación más siniestra –por ser la mejor camuflada bajo aspecto de celo-, más luciferina, que es la Desesperación.

Judas ha pasado a la historia como el Traidor, y sin embargo, ¿acaso no fue traición también la de Pedro, cuando lo negó?…Pero San Pedro regresó arrepentido. ¿No tendríamos que designar más propiamente entonces, a Judas como el Desesperado? Qué paradójico resulta que quienes no son capaces de desconfiar de sí mismos en su obcecación, son quienes en cambio, desconfían en el último instante de la misericordia divina.

¿Imploramos suficientemente por la conversión los traidores, con tanto apremio como los demonios trabajan por la caída de los más fieles? Dios quiera darnos un corazón lúcido como el de  Sto. Tomás Moro en esta Semana, para hacerlo sincera y fervorosamente.

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