(239) Mons. Schneider reafirma la fe de la Iglesia en Cristo, única fe verdadera
Con profundo consuelo compartimos la siguiente declaración de Mons. A. Schneider -fiel a su sagrado ministerio episcopal- a fin de fortalecer a los fieles frente a innúmeras y graves confusiones. Las negritas y cursivas son nuestras. (Traducción propia de la versión en italiano, autorizada por Mons. Schneider)
—————————————————
El don de la adopción filial
La fe cristiana: la única religión válida y única querida por Dios
“La verdad de la filiación divina en Cristo, que es intrínsecamente sobrenatural, es la síntesis de toda la revelación divina. La filiación divina es siempre un don gratuito de la gracia, el don más sublime de Dios para la humanidad. Este don se obtiene, sin embargo, sólo a través de la fe personal en Cristo y la recepción del bautismo, como enseñó el mismo Señor:
En décadas pasadas oía a menudo, incluso de boca de algunos representantes de la jerarquía de la Iglesia – declaraciones sobre la teoría de los «cristianos anónimos». Esta teoría dice lo siguiente: la misión de la Iglesia en el mundo consistiría en última instancia, en suscitar la conciencia de que todos los hombres deben tener de su salvación en Cristo y por lo tanto su filiación divina. Ya que, según la misma teoría, cada ser humano tendría ya la filiación divina en la profundidad de su persona. Sin embargo, tal teoría contradice directamente la revelación divina, tal como Cristo la enseñó y como sus apóstoles y la Iglesia la han transmitido siempre por dos mil años inmutablemente y sin sombra de duda.“En verdad, en verdad os digo si uno no nace del agua y del espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios. Lo que es nacido de la carne es carne, y lo que es nacido del espíritu es espíritu. No se sorprendan si le dije: ustedes deben nacer de lo alto “(Juan 3, 5-7).
En su ensayo “La Iglesia de los Judíos y los Gentiles” (Die Kirche aus Juden und Heiden) Erik Peterson, el conocido converso y exégeta, hace ya tiempo (en 1933) advirtió contra el peligro de tal teoría, al afirmar que no puede reducirse el ser cristiano ("Christsein") al orden natural, en el que los frutos de la redención obrada por Jesucristo, serían imputados generalmente a cada ser humano como una especie de herencia, sólo porque ellos comparten la naturaleza humana con el Verbo Encarnado. Por el contrario, la filiación divina no es un resultado automático, garantizado a través de la pertenencia a la raza humana.
San Atanasio (cf. Oratio contra Arianos- Discurso contra los Arrianos-, II, 59) nos dejó una sencilla y a la vez precisa explicación de la diferencia entre el estado natural de los hombres como criaturas de Dios y la gloria de ser hijos de Dios en Cristo. San Atanasio desarrolla su pensamiento a partir de las palabras del Santo Evangelio de San Juan, quien dice:
“Él ha dado poder para llegar a ser hijos de Dios a los que creen en su nombre, los cuales ni por la sangre ni por la voluntad de la carne ni por el deseo del hombre, sino por Dios han sido engendrados” (Juan 1, 12-13).
San Juan usa la expresión “han sido engendrados” para decir que el hombre se convierte en el hijo de Dios no por naturaleza sino por adopción. Este hecho demuestra el amor de Dios, porque Aquel que es su Creador se convierte también en su Padre. Esto sucede, como dice el apóstol, cuando los hombres reciben en sus corazones el Espíritu del Hijo Encarnado, que clama en ellos: “¡Abba, padre!". San Atanasio continúa en su reflexión diciendo: como seres creados los hombres pueden convertirse en hijos de Dios exclusivamente a través de la fe y el bautismo, recibiendo el Espíritu del verdadero y natural Hijo de Dios. Precisamente por esta razón la Palabra se hizo carne, para hacer a los hombres capaces de la adopción filial y participación en la naturaleza divina. Por lo tanto, por naturaleza Dios, estrictamente hablando, no es el Padre de los seres humanos. Sólo aquel que acepte conscientemente a Cristo y sea bautizado, podrá gritar en verdad: “Abba, padre” (Romanos 8, 15; Gal. 4, 6).
Desde el principio de la Iglesia había una afirmación, como testifica Tertuliano: “ningún cristiano nace, cristiano se hace” (Apol., 18, 5). y San Cipriano de Cartago ha formulado esta verdad, diciendo: “no puede tener a Dios por Padre el que no tiene a la Iglesia por Madre” (De Unit., 6).
La tarea más urgente de la Iglesia en nuestros días consiste en ocuparnos del cambio del clima espiritual y del clima de migración espiritual, a saber, que desde el clima de no-fe en Jesucristo y el clima de rechazo de la realeza de Cristo se produzca un traslado hacia un clima de fe explícita en Jesucristo y de la aceptación de Su realeza, y que los hombres puedan migrar desde la miseria de la esclavitud espiritual de la no-fe a la felicidad de ser hijos de Dios, y de la vida en pecado migrar al estado de la gracia santificante. Estos son los migrantes de los que debemos ocuparnos urgentemente.
El cristianismo es la única religión querida por Dios. Por lo tanto, el cristianismo nunca puede ser puesto de manera complementaria junto a otras religiones. Quien apoyase la tesis de que Dios querría la diversidad de religiones, violaría la verdad de la Revelación Divina, como se halla inconfundiblemente afirmada en el primer mandamiento del Decálogo. De acuerdo con la voluntad de Cristo, la fe en Él y en su enseñanza divina debe sustituir a otras religiones, sin embargo no con fuerza, sino con una persuasión amorosa, como expresa el himno de Laudes de la fiesta de Cristo Rey: “no Ille regna cladibus, non vi metuque subdidit: alto levatus stipite, amore traxit omnia “("no por la espada, la fuerza y el temor que somete a los pueblos, sino exaltado en la Cruz atrae amorosamente a todas las cosas hacia Sí “).
Sólo hay un camino a Dios, y éste es Jesucristo, pues Él mismo dijo: “Yo soy el camino” (Juan 14, 6). Sólo hay una verdad, y éste es Jesucristo, porque él mismo dijo: “Yo soy la verdad” (Juan 14, 6). Sólo hay una vida verdaderamente sobrenatural, y éste es Jesucristo, porque Él mismo dijo: “Yo soy la vida” (Juan 14, 6).
El hijo de Dios Encarnado enseñó que fuera de la fe en Él no puede haber una verdadera religión que agrade a Dios: “Yo soy la puerta: Si uno entra a través de mí, será salvado” (Juan 10, 9). Dios mandó a todos los hombres, sin excepción, que escucharan a su Hijo: “Éste es mi hijo muy amado: ¡Escúchenlo!” (Mc. 9, 7). Dios no dijo: “Puedes escuchar a mi Hijo u otros fundadores de las religiones, ya que es mi voluntad que haya religiones diferentes".
Dios ha prohibido reconocer la legitimidad de la religión de otros dioses: “no tendrás otros dioses delante de mí” (ex. 20, 3) y ¿Qué comunión puede haber entre la luz y las tinieblas ¿Qué acuerdo entre Cristo y Belial, o qué colaboración entre creyente y no creyente? ¿Qué acuerdo entre el templo de Dios y los ídolos? (2 Cor. 6, 14-16).
Si las otras religiones correspondieran igualmente a la voluntad de Dios, no habría habido condenación divina de la religión del becerro de oro en tiempos de Moisés (cf. Ex. 32, 4-20); entonces, los cristianos de hoy podrían, con impunidad, cultivar la religión de un nuevo becerro de oro, ya que todas las religiones, según esta teoría, serían igualmente agradables a Dios.
Dios dio a los apóstoles y a través de ellos a la Iglesia para todos los tiempos la orden solemne de enseñar a todas las naciones y a los seguidores de todas las religiones la única fe verdadera, enseñándoles a observar todos sus mandamientos divinos y bautizarlos (cf. MT. 28, 19-20). Desde el comienzo de la predicación de los Apóstoles y desde el primer Papa, el Apóstol San Pedro, la Iglesia siempre ha proclamado que en ningún otro nombre está la salvación, es decir, no hay otra fe bajo el cielo, en la que los hombres pueden ser salvos, que en el Nombre y fe en Jesucristo (cf. Hch. 4, 12).
En palabras de San Agustín la Iglesia enseñó en todo momento:
“Sólo la religión cristiana indica el camino abierto a todos para la salvación del alma. Sin ella no se salvará ninguna. Esta es la vía regia, porque sólo ella conduce no a un reinado vacilante para la altura terrenal, sino a un reino duradero en la eternidad estable “(De Civitate Dei, 10, 32, 1).
Las siguientes palabras del gran Papa León XIII dan testimonio de la misma enseñanza inmutable del Magisterio en todo momento, cuando afirma:
“El gran error moderno del indiferentismo religioso y la igualdad de todos los cultos es el camino oportunísimo para aniquilar todas las religiones, y en particular a la católica que, única verdadera, no puede sin una enorme injusticia ser puesta en un pie de igualdad junto a las demás"(Encíclica Humanum Genus, no. 16)
En los últimos tiempos, el magisterio ha presentado sustancialmente la misma enseñanza inmutable en el documento “Dominus Iesus” (6 de agosto de 2000), del que citamos algunas afirmaciones relevantes:
“A menudo se identifica la fe teologal, que es la recepción de la verdad revelada por Dios uno y el Trino, y la creencia en otras religiones, que es experiencia religiosa todavía en busca de la verdad absoluta y privada aún del acceso a Dios que se revela. Esta es una de las razones por las que se tiende a reducir, a veces hasta anularlas, las diferencias entre el cristianismo y otras religiones “(núm. 7)
“Serían contrarias a la fe cristiana y católica esas propuestas de solución, que contemplan una acción salvífica de Dios fuera de la única mediación de Cristo"(n. 14)
“No pocas veces se propone evitar en teología términos como “unidad", “universalidad", “absoluto", cuyo uso daría la impresión de un énfasis excesivo en el significado y valor del evento salvífico de Jesucristo en relación con las otras religiones. En realidad, este lenguaje simplemente expresa la fidelidad al dato revelado” (n. 15)
“Sería contrario a la fe católica considerar a la Iglesia como un camino de salvación junto a los constituidos por otras religiones, que serían complementarios a la Iglesia, de hecho sustancialmente equivalentes a ella, aunque convergiendo con esto hacia el Reino escatológico de Dios"(n. 21)
“La verdad de la fe excluye radicalmente esa mentalidad indiferentista “marcada por un relativismo religioso que conduce a la creencia de que “una religión es lo mismo que la otra “(Juan Pablo II, encíclica Redemptoris missio, 36)” (n. 22).
Los apóstoles y los innumerables mártires cristianos de todos los tiempos, especialmente los de los tres primeros siglos, habrían salvado su vida si hubieran dicho: “La religión pagana y su culto es una manera que también corresponde a la voluntad de Dios". No habría habido, por ejemplo, una Francia cristiana, “la primogénita de la Iglesia", si San Remigio le hubiera dicho a Clovis, rey de los francos: “no debes abandonar tu religión pagana; puedes practicar con tu religión pagana la religión de Cristo". De hecho, el santo obispo habló de manera diferente, aunque de forma bastante abrupta: “¡Adora lo que has quemado y quema lo que has adorado!”
La verdadera hermandad universal sólo puede existir en Cristo, es decir, entre los bautizados. La gloria plena de la filiación divina sólo se logrará en la visión bienaventurada de Dios en el cielo, como lo enseña la Sagrada Escritura:
“¡Mira qué gran amor nos ha dado el Padre para ser llamado hijos de Dios, y nosotros lo somos de hecho! Es por eso que el mundo no nos conoce: porque no lo ha conocido a Él. Queridos míos, somos hijos de Dios a partir de ahora, pero lo que vamos a ser no se ha revelado todavía. Sabemos, sin embargo, que cuando se manifieste, estaremos como Él, porque lo veremos tal como es” (1 Juan 3, 1-2).
Ninguna autoridad en la tierra – ni siquiera la autoridad suprema de la Iglesia – tiene el derecho de dispensar a cualquier seguidor de otra religión de la fe explícita en Jesucristo, es decir, de la fe en el hijo de Dios encarnado y en el único Redentor de los hombres asegurándoles que las diferentes religiones son como tales, deseadas por Dios mismo. Indeleble -porque están escritas con el dedo del Dios y cristalinas en su significado- permanezcan, por el contrario, las palabras del hijo de Dios: “Quien cree en el hijo de Dios no está condenado, pero quién no cree ha sido condenado ya, porque no ha creído en el nombre del Hijo unigénito de Dios ” (Juan 3, 18).
Esta verdad fue válida hasta ahora en todas las generaciones cristianas y seguirá siendo válida hasta el fin de los tiempos, independientemente de si algunas personas en la Iglesia de nuestro tiempo tan inestable, cobarde, sensacionalista y conformista, reinterpretan esta verdad en un sentido contrario al tenor de las palabras, planteando así esta reinterpretación como continuidad en el desarrollo de la doctrina.
Fuera de la fe cristiana, ninguna otra religión puede ser un verdadero camino y ser querido por Dios, porque esta es la voluntad explícita de Dios, que todos los hombres crean en su Hijo: Esta es efectivamente la voluntad de mi Padre: que quien ve al Hijo y cree en Él tenga la Vida eterna (Juan 6, 40).
Fuera de la fe cristiana ninguna otra religión es capaz de transmitir la verdadera vida sobrenatural: “Esta es la vida eterna: que te conozcan a Ti, único Dios verdadero, y a tu Enviado, Jesucristo” (Juan 17, 3).”
8 de febrero de 2019
+ Athanasius Schneider, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Santa Maria en Astana.
——————————————————————————————–
Nos adherimos a la Súplica filial para que NO se confunda a los fieles elevando a los altares al obispo pro-marxista y montonero Angellelli -
Agradecemos su firma en el sitio Liga Católica y difunda.
==============================================
Infocatólica agradecerá vuestra generosa colaboración; le sugerimos cómo hacerlo.
34 comentarios
Las profecias de la restauracion de la iglesia hablan de los cruciferos, de verdaderos adoradores de Jesus crucificado y la Dolorosa, verdaderos devotos del Santo Rosario, verdaderos hijos de Dios sin miedo al martirio porque se saben hijos de Dios.
Todos quieren profetas, milagros, un "San Francisco" que haga mas que milagros magia, pensamos que sin esfuerzo, renuncias y sacrificios vamos a salvarnos y vamos a poder restaurar la Iglesia y nuestra sociedad, debemos empezar por reformar nuestros corazones para ser hijos de Dios, y para lograr esto la Virgen de Fatima dio la receta universal: Rosario, penitencia, castidad, modestia, meditar sobre el infierno (para empezar)... Pero la mayoria somos malos hijos y no respondemos a los pedidos de la Virgen Santisima, ni si quiera si baja del cielo a la tierra y hace milagros frente a multitudes, eso si cuando nos caen los castigos predichos por nuestra desobediencia, por negar la voluntad del Padre, nos decimos: Dios nos ha abandonado!... No, Dios no abandona a sus hijos, somos nosotros los que abandonamos a Jesus en la Cruz por amor al espiritu del mundo y la carne, y el peor castigo que podemos recibir es que Dios nos suelte de la mano, nos de "libertad" y nos deje hacer lo que queramos nosotros sin culpa.
Gracias
Que la Iglesia católica sea la única verdadera vía de verdad y salvación no permite, que altaneramente despreciemos a quienes no adhieren a nuestra fe, porque es un don puramente gratuito, no debido a nuestra supuesta superioridad sobre los demás, sino procedente de la pura condescendencia de Dios, como lo dejó patente, ya en la selección de su pueblo predilecto:"Si el Señor se enamoró de vosotros y os eligió no fue por ser vosotros más numerosos que los demás, pues sois el pueblo más pequeño, sino que por puro amor a vosotros y por mantener el juramento que había hecho a vuestros padres" (Deut 7, 7 - 8).
Y...siempre perdura, bajo la aparente y engañosa fraternidad universal, prescindiendo de patentes contradicciones de religiones y culturas, el nefasto concepto rahneriano del "cristianismo anónimo", que tanto debilitó la pujanza misionera.Que los budistas sean honesto seguidores del nirvana, los musulmanes del "pacífico" Mahoma, los protestantes del gran "testigo del Evangelio", Martín Lutero.... Da lo mismo. ¿Es equivalente la vergonzosa poligamia del "Profeta", al matrimonio cristiano? ¿No trajo divisiones, hasta bélicas, el "libre examen de la Escritura"?.....
Muchas gracias Mª Virginia por poner a disposición nuestra una declaración como esta. Y de paso le has tapado la boca a aquellos que te acusan, injustamente, de poner el ojo solo en lo negativo, como si no estuvieras haciendo precisamente lo que mandó San Pablo:
Proclama. la Palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, amenaza, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá un tiempo en que los hombres no soportarán la doctrina sana, sino que, arrastrados por sus propias pasiones, se harán con un montón de maestros por el prurito de oír novedades; apartarán sus oídos de la verdad y se volverán a las fábulas.
— II Timoteo 4:2-4
San Pío X, final del Juramento antimodernista (1-IX-1910). Denzinger 3550.
Así lo prometo, así lo juro, así me ayude Dios y estos santos Evangelios de Dios.
"nada te turbe, nada te espante, Dios no se muda...."(Sta Teresa)
Gracias Monseñor, que Dios le bendiga!
No. Peor que eso.
No creo que haya obispos que en su fuero interno, en su oración personal y en su conciencia niegue lo que dice este obispo.
Lo que pasa es que a la hora de manifestarlo no lo hacen. Es decir: valdrían para cartujos, pero no valen para pastores.
Han aspirado al episcopado porque creen que pueden “aportar algo”, en vez de saberse siervos inútiles.
los de los evangelios en cuanto habla San Pablo de la aparición de Cristo a los Doce y los evangelios hablan de once, a pesar de que eran diez, porque no estaba Tomás. Desde ya muchas gracias.
Saludos cordiales.
Lo cual es dogma de fe.
La gran mayoría de la humanidad no lo acepta y en consecuencia, actúa como si ese aserto fuese falso.
Eso no es problema, eso es campo de misión, especialidad que fue de la Iglesia por dos milenios.
El problema surge cuando consagrados a los que se ha confiado el gobierno de la Iglesia, actúan como si ese aserto fuese falso.
O sea que actúan como si no creyesen en un dogma de fe.
Y para mayor escarnio, el resto de los consagrados que comparten el gobierno de la Iglesia no los corrigen.
Con lo cual la Iglesia aparece a los ojos profanos, como descreyendo de sus propios dogmas.
Terrible problema y terrible confusión causa todo esto.
----------------
V.G.: Coincido, aunque conociendo a Mons. Schneider respondería que la única fe cristiana auténtica es la católica.
Después del Milenio Preliminar Cristiano ,( 380- 1.914 ) ; Primera y Segunda Guerra Mundial ; un largo tiempo terminó y un Nuevo Orden Mundial empezó .El Diablo fue soltado de su prisión por un corto espacio de tiempo,que nos podrá llevar hasta finales del presente siglo XXI.
Satanás ha sido soltado para engañar a los que libre y voluntariamente quieran dejarse engañar ; no es como para extrañarnos demasiado cuando vemos lo que pasa con algunos o muchos miembros de la Iglesia.
Siempre habrá obispos y miembros de la Iglesia como el Cardenal Muller ,o como Monseñor Schneider ,Monseñor Juan Antonio Reig Pla , Monseñor Fernando Ocariz y otros muchos . La Luz de Cristo no se apagará en su Iglesia .
Los que quieran dejarse engañar tendrán argumentos y herramientas para ser engañados ; pero los que rechazan al Diablo y buscan la Verdad ,no tienen más que leer los Evangelios,acercarse a un Sagrario ,participar de los Sacramentos ,y leer y escuchar a los Obispos Verdaderos...
"Blogger Wanderer dijo...
Tiene razón, Ángel María S., la resistencia la empezamos nosotros. Desde humilde blog, el mismísimo 13 de marzo de 2013 comenzamos a alertar lo que se nos venían. La mayor parte del mundo conservador se enojó; nos tachó de exagerados; nos exigió que esperáramos, y ahora ellos están mas enfurecidos que nosotros mismos.
Los americanos se han puesto el problema al hombro, y tienen muchos más recursos que nosotros. Y, también, otro tipo de catolicismo, diferente al hispánico que quizás para estos tiempos sea más conveniente. 9 de febrero de 2019, 13:04 "
Lo compruebo y...¡Vaya sorpresas!///(Si revisara mis cambios en otros aspectos, me sorprendería más; así que me limito a apuntar; vaya como "mea culpa".)
hace una muy buena presentación -al menos, de calidad informática-: "Ya llega nuestra Liberación - La aceptación del anticristo -" .
(No alcanzo a saber si comete errores teológicos -pienso que no-; pero da en el clavo un montón de veces).
Jesús no trajo una nueva religión, sino una Iglesia.
-------------------------
V.G.: La Iglesia está fundada por Cristo sobre la única Fe REVELADA por Dios y transmitida sin error por la Sagrada Escritura y la Tradición. Por ellas (que por eso mismo se llaman Fuentes de la Revelación) podemos saber, ciertamente, LO QUE DIOS QUIERE. Es tarea principal de los Obispos reafirmar esta única y verdadera fe hasta el fin de los tiempos, y quien vaya por otro camino, se desbarranca.
¿Más claro así?
De Castellani al Padre Furlong cuando este le consulta si serán muchas almas las que se pierdan, el colosal sacerdote le contesta "y vos pensás que Dios hace tan mal las cosas?"Más allá de lo que pudo significar el P. Castellani con sus dichos, el Señor dijo otra cosa:
Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y amplia es la senda que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella. Porque estrecha es la puerta y angosta la senda que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.
— Mateo 7:13-14
Porque muchos son llamados, pero pocos son escogidos.Así que Carlos, Cristo ha sido muy claro. Lo que el P. Castellani pudo haber pensado pierde sustancia ante la enseñanza del Señor.
— Mateo 22:14
Creo, con todo el respeto, que donde se dice: " La fe cristiana , la única religión válida y única querida por Dios", debería decir: "La fe católica, la única religión válida y única querida por Dios."Sí Carlos, es así. Pero si lees la declaración, verás que incluye citas de Leon XIII y de Juan Pablo II en donde aparece bien de manifiesto que Mons. Schneider se refiere al catolicismo cuando hace mención al cristiansmo. Creo que Mons. utiliza la palabra cristianismo en oposición a islamismo, para dejar bien sentado que la primera es la única religión verdadera, habida cuenta de lo recientemente acontecido con motivo de la visita del obispo de Roma a Abu Dabi.
Cristo vence por medio de María. Ella Conduce la marcha victoriosa que hará de la Iglesia una gran luz para la humanidad extraviada, Los que resisten a María se convertirán o serán vencidos.
------------
V.G.: No se moleste en seguir enviando insultos a Mons. Schneider, porque no los publicaré. Y trate por favor de no morderse la lengua sin confesarse antes, por las dudas...
El propio Mons. Schneider habla en el artículo de que "...la fe de la Iglesia en Cristo es la única fe verdadera", lo cual es muy distinto a hablar genéricamente del cristianismo. Les sugiero que modifiquen el link a la noticia en la página principal y sustituyan "Cristianismo" por "la Iglesia Católica", para ser fieles al significado de las palabras de Mons. Schneider y a la Verdad.
--------------------------
V.G.: Dado que la traducción ha sido expresamente revisada por Mons. Schneider, no la cambiaremos, habiendo sido ya explicado esto en un comentario anterior. Coincidiendo con su apreciación, le agradecemos de todos modos.
https: // latribunadelpaisvasco.com/art/8086/musulmanes-convertidos-al-catolicismo-escriben-una-contundente-carta-abierta-al-papa-francisco-toda-complacencia-frente-al-islam-es-traicion
Todos vemos a diario que su situación empeora.
No obstante, la Virgen afirmó en Fátima:”Al fin triunfará Mi Inmaculado Corazon”. Siendo esto una afirmación indubitable, que recibe su gran valor de autenticidad por el inmenso grado de reconocimiento recibido de la Iglesia a nivel universal, cabe entender que la Virgen ha entablado un combate contra el demonio, al cual vencerá como Reina y Madre de la Iglesia, aniquilando todo su conspiración y poder destructivo, recluyéndolo al infierno definitivamente. Entonces, la reflexión conduciría a explicar la situación de impotencia por parte de la Iglesia ante el mal que la destruye, como propia de la naturaleza apocalíptica, escatológica de los tiempos que vivimos, en los que el infierno ha lanzado contra la Iglesia y la humanidad toda, su ataque desesperado, “porque sabe que le queda poco tiempo” (Apoc 12,12).
Lo cual conduce a reflexionar sobre la acción que la Señora Vestida de Sol, esto es, la Virgen, lleva a cabo contra satanás. Porque esta acción Ella nos la revela en sus actuales manifestaciones extraordinarias, que continúan las de La Salette, Lourdes y Fátima. La defensa de la ortodoxia en la Iglesia requiere imperiosamente tomar conciencia de los hechos de experiencia: nadie ha podido hasta ahora detener de modo efectivo el ataque demoledor del demonio. Debemos apelar a la Aurora de María a fin de proclamar que sólo Ella vencerá al demonio de modo absoluto, Conductora de su ejército victorioso constituido por las milicias angélicas.
No me extraña que le guste.
-----------------
V.G.: Le pasaré su apreciación, que seguramente agradecerá como elogio viniendo de alguien como ud.
Dejar un comentario