(166) “Poder global y religión universal” (J.C.Sanahuja +), una obra imprescindible (I: Los nuevos paradigmas)
Hace unos años se sancionó en la Ciudad de Bs.As. la ley 2687, que instituye el 17 de mayo como “Día de lucha contra la discriminación por orientación sexual o identidad de género". Para decirlo más sencillamente, podemos decir que es el Día de Apología de la degeneración, incluso en el calendario escolar. En honor a esta efemérides, optamos por una reseña bibliográfica…
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Algunos posts atrás hicimos mención de ella, y habiendo leído y releído desde su aparición esta obra póstuma del p. Juan Claudio Sanahuja nos convencemos más de que todo esfuerzo por difundirlo y acercarlo a nuestros lectores es bien empleado, por modesto que sea. Su trabajo incansablemente fiel podrá ser silenciado o disimulado, pero la contundencia de su palabra escrita es una gracia que Dios ha querido dejarnos como huella de ese esfuerzo paciente y constante durante décadas, que iba testimoniando en el “noticiero-archivo” -que nos honra alojar en nuestra web- de Noticias Globales. Para la presentación de su primera edición de 2009 -Editorial Vórtice-, monseñor Jorge Luis Lona, obispo de S.Luis señalaba:
“Con la seriedad y la solidez a la que nos tiene acostumbrados, en este nuevo libro el padre Sanahuja nos muestra una realidad que como católicos no podemos ignorar”.
Tras agotarse la primera, la nueva edición, de Librería Córdoba, Mons. Sanahuja veía la necesidad de actualizarla, para lo cual fue ampliada considerablemente, advirtiendo que sin embargo, ha dejado de lado muchos temas a la hora de presentarla a la imprenta, “por ej. el Club de Budapest, la ONU, la New Age y Teilhard de Chardin; la World Comission on Global Consciousness and Spirituality y sus 17 Global Council y otros, pero ante la situación de la Iglesia preferí dejarlas para más adelante o para otros autores…“.
Dada esta situación de la Iglesia, es que insistimos en el calificativo dado a esta obra como imprescindible, ya que cotidianamente asistimos a la perplejidad de muchísimos hermanos nuestros que ante el cambio radical de coordenadas éticas y religiosas que les son impuestas (desde los medios de comunicación fundamentalmente, sibilinamente desde la educación, y últimamente hasta desde la misma prédica eclesial) no sólo no atinan a una reacción decidida, sino que ni siquiera oponen la más leve reacción; tan grande es la sorpresa.
En estas circunstancias -como ante cualquier conmoción- cualquier hombre clama desde el fondo de su corazón un pedido de explicaciones, de causas, de certezas. Si ante la experiencia de la muerte, brota espontáneamente del alma humana un angustiante “¿por qué?”, ante el desmoronamiento de todo un universo se alza amplificado el mismo interrogante, aunque no se atine a formular…La inteligencia de lo que sucede es, pues, como la posesión de las coordenadas geográficas para situarnos, cuando tras un huracán nos encontramos perdidos en una ciudad desvastada. Conocer el Norte -invariable como la Verdad- nos impide seguir dando vueltas en círculo, encaminando los pasos a un refugio seguro hasta volver al Hogar…
Lejos de ofrecer fáciles respuestas tranquilizadoras, esta obra de Mons. Sanahuja proporciona una notable cantidad de datos que permiten armar un cuadro suficientemente amplio de la realidad, de modo que al menos los lectores -laicos, religiosos, sacerdotes, obispos- no puedan ya decir que “no comprenden”, y puedan actuar en consecuencia, según las responsabilidades de cada uno.
No es ninguna novedad que muchos fieles sienten hoy que su “universo religioso” está siendo sacudido con inusitada violencia. Lo más peligroso en estos tiempos -insistiremos en ello cada vez que podamos- es ceder al acostumbramiento, por generalizado que parezca el caos. Y el acostumbramiento sobreviene a menudo porque se carece de la perspectiva necesaria: quien permanece “mareado” dentro del tifón, no alcanza a distinguir claramente ni situaciones ni rostros, y a lo único que atina es muchas veces a la desesperación, o bien a “dejarse llevar”…
Muchos de esos cristianos “mareados” consideran escandalizados que este estado de cosas es algo incomprensible que sobrevino en su propia comunidad, colegio, parroquia o diócesis. Otros, con la mejor intención -pero sin mucha reflexión- creen que la dictadura de “estos tiempos” a los que “hay que saber amoldarse” no admite opositores, y sólo cabe respondérsele con un obediente y resignado “amén”, acallando las íntimas resistencias que asomen en sus conciencias.
Mons. Sanahuja responde tajantemente a unos y a otros en sus primeras páginas (dividimos nuestra reseña dividiéndola según los títulos de las grandes partes que componen libro):
I .- EL PROYECTO DE PODER GLOBAL Y LA REINGENIERÍA SOCIAL
“En las llamadas grandes conferencias internacionales de los años ’90 organizadas por las Naciones Unidas, cuaja un proyecto de poder global, de poder totalitario. Como tal, intenta dar una respuesta única y universal a todas las cuestiones que se pueden plantear los seres humanos en cualquier situación en que se encuentren y cualquiera sea el lugar; para lograr esto, como es lógico, se necesita colonizar la inteligencia y el espíritu de todos y cada uno de los habitantes del planeta.
A la vez consideremos que ninguna ideología puede pretender dar una respuesta uniforme si no se transforma en una especie de credo religioso.
Por decirlo de otra manera, es lo religioso lo que da sentido a la vida de la persona y respuesta a todos los interrogantes que ésta se plantee, por eso el proyecto de dominio global necesita hacerse con las mentes y las conciencias de aquellos a los que pretende sojuzgar, esa es la explicación de por qué hablamos de una nueva religión universal.” (p.25)
Por este motivo, el católico medio no puede permitirse el derecho a permanecer ignorante al respecto, y mucho menos, a creer que su enfrentamiento es privativo de unos pocos “elegidos”, únicos responsables. Ninguna reacción es vana, por pequeña que sea, pues
“No sólo se trata de la legalización de crímenes como el aborto y la eutanasia (…) sino que se pretende subvertir todos los aspectos del orden social hasta ahora conocidos, que van desde la llamada “memoria histórica” hasta el desarrollo sostenible y del ecologismo transformados en una nueva religión universal.” (p.28)
II.- LOS NUEVOS PARADIGMAS ÉTICOS
Tras haber repasado en la Primera Parte los lineamientos de las grandes Conferencias Internacionales, se analizan aquí pormenorizadamente -hasta dejar realmente sin aliento- estos “nuevos paradigmas” que se resumen fundamentalmente en:
1) El paradigma del utilitarismo sentimental mayoritario, inculcando un culto irracional a los “deseos”, descartando las razones morales objetivas y rechazando de plano una naturaleza común a todo ser humano.
2) El nuevo paradigma de la salud, privilegiando a los adultos sanos y productivos, como los únicos con derecho a una atención médica de calidad, descartando del sistema a millones de personas ancianas, no nacidas, enfermos crónicos y terminales, etc.etc.
3) El paradigma de la reinterpretación de los derechos humanos, distorsionando eincorporando nuevos “derechos” y conculcando otros primarios, absolutamente necesarios para la convivencia mutua.
4) El nuevo paradigma de familia, derivado, como ya sabemos, de la perspectiva de género, y de la crítica marxista al modelo de familia según el orden natural.
Se ofrece el triste detalle de los “países ejemplares” entre los que se cuentan España y Argentina. El avance de la contranatura en la legislación internacional se comprende por ejemplo al comentar el Informe de las Naciones Unidas sobre los supuestos derechos LGBT, tratado en el Consejo de Derechos Humanos en 2012:
“ En él se intenta borrar el concepto de naturaleza y cualquier referencia ética o moral de la vida social, así reprueba el uso de términos como “delitos contra la naturaleza”, “moralidad”, o “libertinaje” para referirse o aplicarlos al estilo de vida homosexual. En el texto aparecen menciones al “fundamentalismo” y a “extremistas religiosos, grupos paramilitares, neonazis y nacionalistas extremos”, unificando así a todos los que se oponen –justa o injustamente- a las pretensiones de los grupos LGBT. A dichos vocablos, el lenguaje políticamente correcto le ha dado acepciones particularmente antipáticas, que llevan aparejados la descalificación y el linchamiento social.
El Informe recorre las principales áreas sociales en las que el lobby gay pretende imponerse con la excusa de la “discriminación” (…), con prácticas que ya están en marcha o han sido experimentadas en diversos países.” (p.65)
Se trata básicamente de impregnar de homosexualidad todos los ámbitos.
- Resultan especialmente alarmantes -ya sobradamente comprobadas- las implicancias del texto en el ámbito educativo y de los Medios de Comunicación:
“Las autoridades escolares y educativas deberán integrar los principios de no discriminación y diversidad en los planes de estudios y en el lenguaje utilizado en las escuelas (…)
Añade el documento que los medios de comunicación también tienen un papel que desempeñar, eliminando los estereotipos negativos sobre las personas lesbianas, gays, bisexuales y trans, en particular en los programas de televisión populares entre los jóvenes…” (p.66-67)
- Recuerda el p. Sanahuja la aprobación en junio de 2013 de la Convención Interamericana contra el Racismo, la Discriminación Racial, y formas conexas de intolerancia”, y la “Convención Interamericana contra toda forma de Discriminación e intolerancia”,
“que nos obligará, cuando esté ratificado, a modificar nuestras legislaciones para dar cabida a las pretensiones del lobby gay e implantar un totalitarismo homosexualista. (…) Todo escrito o intervención oral opuesta o que manifieste disconformidad con el estilo de vida homosexual, sería censurada y sus autores perseguidos. (…) Esto incluiría a los documentos de la Santa Sede, el Catecismo de la Iglesia Católica, documentos episcopales, homilías y todos los artículos, estudios, reportajes donde se expongan ideas contrarias al estilo de vida gay.
(…) La Convención aprobada les otorga a los homosexuales la categoría de minoría protegida, abriendo la puerta para todo tipo de reclamos caprichosos a los que se someterán tribunales infiltrados por el lobby gay…” (p.83-85).
Baste para resumirlo, la declaración del secretario de Estado John Kerry al presentar al primer enviado especial para los derechos humanos de las personas LGBT:
“La defensa y la promoción de los derechos humanos de las personas LGBT es el núcleo de nuestro compromiso con la promoción de los derechos humanos en todo el mundo; es el corazón y la conciencia de nuestra diplomacia”. (p.96)
Por si quedase alguna duda todavía, concluye este apartado:
“Todo esto demuestra cómo los programas políticos, aplicados a nivel nacional e internacional en materia de género, no son aleatorios, ni iniciativas improvisadas, ni casualidades ni modas, sino que son el resultado de las directrices y pautas bien definidas, diseñadas de acuerdo a una estrategia ideológica premeditada. Además, las Naciones Unidas han interconectado las agendas de desarrollo, cambio climático, derechos humanos y género, de modo que los avances deben ser parejos, acompañándose recíprocamente.” (p.107)
El autor no omite el tratamiento del financiamiento de la reingeniería social anticristiana -tema sobre el que se oyen menos voces católicas de las que deberían oírse, dejando incompleta su denuncia-, las empresas fundadoras, los socios corporativos y aliados, entre los que se destaca la Cumbre de banqueros de Londres -organización Out on the Street-, entre cuyos objetivos se reconoce explícitamente que “las empresas y sus políticas corporativas pueden liderar a los gobiernos y a las políticas de cambio social.”
Al respecto se denuncia fuertemente el “perfil bajo” que los católicos han desempeñado durante los últimos tiempos, “como si hubiesen olvidado la cita del Evangelio que habla de no esconder la lámpara bajo la mesa”.
Trae a propósito la cita del filósofo francés Fabrice Hadjadj, quien insta a la magnanimidad, “grandeza del alma que nos hace avanzar hacia cosas grandes y difíciles, porque eso es lo que es digno de un hijo de Dios.”
III.- RESPUESTA CATÓLICA A LA INTERPRETACIÒN DE LOS DD HH
Tras la exhaustiva descripción precedente, se señalan aquí notables intervenciones del Magisterio Pontificio, y sobresale también una extensa cita de Mons. Héctor Aguer –arzobispo de La Plata- , quien ya en 2010 advertía que
“Hay mucho dinero que corre detrás de este intento de cambiar los paradigmas de conducta y alterar lo qeu son los auténticos derechos humanos. (…) La transversalidad que encontramos en nuestros cuerpos legislativos tiene una dimensión internacional que se presenta como progresista y que se funda en una concepción antihumana y anticristiana, la que caracteriza a la posmodernidad. (…) Entonces podemos pensar que hay aquí una conspiración en el peor sentido de la palabra. Hay una conspiración tendiente a homogeneizar el pensamiento y la conducta en el mundo entero y esto procede de los centros de poder mundial…”(p.117)
- y en 2011,
“Esta es la cuestión que se nos plantea ahora, de tal manera que en virtud de un completo subjetivismo, esta especie de autopercepción va a llevar a acomodar la biología, la realidad natural de la persona, a sus perturbaciones u ocurrencias…”(p.119)
Se citan asimismo algunos párrafos del prólogo del Card. R. Sarah a un libro de Margueritte A. Peeters:
“Si los cambios subversivos por el género no dejan de expandirse, nuestra civilización podría perder el sentido de lo que la humanidad es, ‘no en beneficio de un mundo perfecto, sino en una caída hacia la barbarie’ y el totalitarismo (…) Una vez proclamadas, estas interpretaciones podrán ser citadas para adoptar convenciones intenacionales, que se convierten en leyes, en los estados que son parte de esos tratados. (…) Están perdiendo la humanidad, el sentido de la realidad y la razón de las cosas, y contribuyen a la creación de una cultura suicida (p.128-129)
Ponemos personalmente el acento en algo a lo que de diversas maneras, convergen múltiples factores: la avasallante pérdida del sentido de la realidad. Por ello es doblemente valiosa la cita de M. A. Peeters que cierra este capítulo:
“El discernimiento es decisivo. Comienza con el realismo. Veamos las cosas a la distancia, pongamos la realidad actual en una perspectiva lo más amplia posible. Por un lado, hay que ser capaz de abrir los ojos a las realidades difíciles de nuestro tiempo, y por otro, mantengamos nuestros ojos fijos en el misterio de Dios. En lugar de encerrarnos en actitudes superficiales de la aceptación o el rechazo, despertemos y abrámonos a la luz trascendente de la gracia. Hay que volver a la fuente, volver a la casa del Padre, y mantener la confianza en la presencia efectiva de Dios en la historia, una presencia que pasa por nuestra cooperación activa y el despertar de las conciencias.(…)” (p.130-131).
IV. LOS NUEVOS PARADIGMAS RELIGIOSOS:
Lo expuesto precedentemente, da cuenta sólo parcialmente de la gravedad de la crisis a la que nos enfrentamos, pues
“Para concretar sin resistencia esta gran subversión contra el orden natural, el nuevo orden crea otro paradigma; el de la nueva religión universal o los nuevos principios éticos universales, para asegurar el desarrollo sustentable o sostenible de la humanidad. Esto completa el panorama de la colonización de las conciencias.
Como decía el Card. Ratzinger, para el Nuevo Orden Mundial se convierte en una necesidad destruir al cristianismo, vaciándolo de su fe en Cristo y en la Iglesia, para convertirlo en mera doctrina de ayuda, solidaridad social o beneficencia. En este intento se enmarcan los proyectos como la Carta de la Tierra, el “nuevo paradigma ético de la Nueva Era”, y la Ética Planetaria de Hans Küng, “para darle sustento ético al Nuevo Orden Mundial” (p.133)
Sólo teniendo en cuenta este “marco” se puede calibrar en la justa medida el alcance de la fiebre ecologista que desgraciadamente afecta a no pocos católicos hoy en día.
“El disfraz espiritualista del ecologismo permite que aquello que para algunos puede parecer un ámbito de diálogo interreligioso, responda en realidad al intento de imponer un dogma de la nueva religión sincrética universal. Con el afán de encontrar puntos de interés común se llega a una mezcla en la que se pierde la propia identidad de las religiones.” (p.137)
Como botón de muestra de ello, se refiere a la transformación del Día de la Tierra en el día de la Madre Tierra (con la explícita invocación de los “derechos de la Pachamama”), decidido por las Naciones Unidas en el 2009 a instancias de Evo Morales y contando con amplia “fundamentación” de Leonardo Boff, quien fuese el redactor de la resolución definitiva.
Sobre la Carta de la Tierra -gestada en los años ’90- la descarada declaración de Gorbachev de 1997 debería bastar para despabilar a los más ingenuos:
“El mecanismo que usaremos será el reemplazo de los Diez Mandamientos por los principios contenidos en esta Carta o Constitución de la Tierra” (p.141)
Ahora bien, tal vez algunos se pregunten ¿qué es la Carta de la Tierra?
“La Carta de la Tierra es un paradigma de la reingeniería social anticristiana que promueve la perspectiva de género y la salud sexual y reproductiva –homosexualismo y aborto químico o quirúrgico- como prerrequisitos para el desarrollo sustentable (…)
La Carta además, responde a una ideología que cultiva diversas formas de materialismo pseudo religioso propias de las mitologías orientales, del indigenismo o extraños esoterismos, convirtiéndose en instrumento de descristianización (…). La estrategia consiste en presentar la Carta de la Tierra en congresos y foros, ámbitos parlamentarios y de gobierno, buscando adherentes para el consenso universal…”(p. 145-148)
Pero lo más grave es que
“Entre las personas y asociaciones que procuran sumar al consenso, se encuentran políticos y financistas de todo nivel, y también comunidades religiosas católicas y jerárquicas e instituciones de otras confesiones cristianas.” (p.148-9)
En nota al pie y más adelante se dan nombres y cargos jerárquicos de algunos padres y “monsignori” (como Vicenio Paglia, Presidente del Pontificio Consejo para la Familia) que como auténtica estirpe de Judas, siguen entregando a Cristo desde el seno de su propia Iglesia.
Aparece especialmente probado el delirio panteísta de Leonardo Boff (“la tierra que por ser nuestra Madre debe ser amada, cuidada, regenerada y venerada como nuestras madres….”), alimentado por el neomarxismo indigenista, nuevo rostro de la Teología de la Liberación:
“El Bien común supremo y universal (…) es la misma Tierra que por ser nuestra Gran Madre, debe ser amada, cuidada, regenerada y venerada como nuestras madres. El Bien Común de la Tierra y de la Humanidad pide que entendamos la Tierra como viva y sujeto de dignidad. No puede ser apropiada por nadie, ni hecha mercancía, ni sufrir agresión sistemática por ningún modo de producción….” (p.151)
Citando a Jon Sobrino –otro gran promotor de la TL, sancionado por la CDF- lleva su paroxismo hasta la blasfemia:
“…la tierra está crucificada, hay que bajarla de la Cruz, hay que resucitarla y eso es la tarea de una eco-teología de la liberación (…) no sólo los pobres gritan, gritan las aguas, gritan los árboles, gritan los animales, la tierra grita.” (p. 152),
Añadiendo que Dios Trino debe entenderse como “la gran energía fundamental”, y que Trinidad significa “comunión y relaciones inclusivas de todos con todos”, pidiendo que se se revise el concepto de Revealación. Ve necesario que se deje de buscar “hacer cristianos a los otros. Dios llega siempre antes que los misioneros y siempre actúa antes que los misioneros.”(p. 153).
No es de extrañar que también los “devotos” de L. Boff, tarde o temprano lleguen a considerar que los católicos deberían dejar de hacer “proselitismo”…
El lector de esta obra se entera también, con sobrada fundamentación, del explícito apoyo masónico a la “Alianza de las Civilizaciones”, uno de cuyos fines principales ha sido –al decir del premier turco- el “no permitir que Europa fuera un club cristiano”….
Otra “estrella” de la subversión, el apóstata Hans Küng, es quien promueve ante el Parlamento de las Religiones del mundo la “nueva ética planetaria”, enunciada “al estilo de la masonería, compuesta por una mezcla de gnosis, buenos deseos y la vaga y alienante espiritualidad new age”. El mismo Küng la define descaradamente como “una síntesis superadora de todas las religiones del mundo”. Es también descripta como “un alegato contra el fanatismo y la intolerancia, a favor de una ética universal”.
Mons. Sanahuja, al fin de este capítulo, sintetiza:
“Aparentemente la Ética Planetaria encuentra un público favorable en el mundo de las finanzas internacionales y la Carta de la Tierra lo tiene en el ámbito de la internacional socialista. Pero (…) los nombres de Hans Küng y de Leonardo Boff aparecen en las mismas redes y en los mismos foros. Ambos proyectos tienen las mismas intenciones: la subversión del orden natural y la destrucción de las raíces cristianas de la cultura (…). Es el hombre el que construye su código ético en guerra abierta contra Dios: el antiguo proyecto de las logias.”
(Continúa en el siguiente post)
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9 comentarios
presiento que esto es inexorable. Hay que gastar el rosario por la salvación de las almas. Porque todo esto debe pasar para que El regrese. Y Cristo viene. Lo esperaba ciertamente Castellani pero las cosas son mucho peor que en su época... Yo tampoco sé el día ni la hora, pero tanto más no se puede sostener esta abominación... Entonces debemos ocuparnos. Hace un rato discutía con mis compañeros de oficina. La mayoría de ellos está a favor de distintos tipos de "familia" y pude ver como está tan impregnado el sentimentalismo barato y la ausencia del plan de Dios para el hombre, que es imposible hacerlos razonar. Chocás contra una pared y vos sos el reaccionario, el que falta a la caridad, etc, etc.. Suyo en Cristo Rey.
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V.G.: Así es, Dylan, pero lo único que no nos está permitido es abandonar la Esperanza, que por definición es sobrenatural.
Todo se pasa. Y sólo Dios basta.
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V.G.:Será cuestión entonces de poner manos a la obra hablando con los editores; creo que haría un inmenso bien tenerlo más disponible, o bien buscar de reeditarlo en otros países, o distribuirlo por vía de exportación. Puedo averiguar a quienes lo deseen, el costo con el envío a sus respectivos países.
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V.G.: Sin duda.
El panorama actual, si tuviéramos que describirlo de alguna forma, podríamos representarlo como una bestia, cuyos tentáculos personifican las ideologías inmorales que se abren paso demoliendo con especial ahínco uno de los pilares de la humanidad, la familia, célula y base de la sociedad. Luego, trastoca la realidad humana en su condición bilógica, derivando a la sociedad la responsabilidad de determinar qué somos, es decir, XX y XY pasa a ser un principio retrogrado, por ello observaremos la imposición eufemística de estas hordas endemoniadas, quienes trocaran la palabra sexo por “género”. La pandemia generada por esta bestia ha esparcido su veneno divulgando estas falacias por medio de la educación, hoy no faltan colegios donde se enseña que está bien que los niños entren en el baño de niñas si él se siente mujer, el absurdo llega a tales extremos que hay hombres mayorcitos que se visten como niñas de 7 u 8 años porque creen tener dicha edad y sexo, entonces me pregunto, ¿Dejaran los padres que ese hombre vaya al mismo baño que sus hijas? Y luego nos dicen que discriminamos por no tener las mentes abiertas a estos maravillosos cambios. Esto se debe a la alta victimización generada por estos grupos, que buscan la empatía de las gentes poco instruidas a través de un barato sentimentalismo, en donde se nos quiere demostrar que el amor no tiene que ser catalogado como algo contra natura si se genera entre dos personas del mismo sexo. Pero eso da para mucho, porque también podríamos decir que es indiscutible que entre una mujer y su perro hay amor de pareja, entonces para ella será del todo natural que ambos puedan contraer matrimonio, porque nadie puede juzgar quién ama. Dentro de esa “lógica”, la ley debe salvaguardar sus derechos, y determinar que es natural dicha unión. La estupidez humana ha llegado a límites insospechados, nadie pareciera ver cómo estas ideologías perniciosas reúnen todo aquello que despierta la odiosidad en el mundo: En primer lugar, la ideología de género impera a través de políticas tiranas y dictatoriales, imponiendo una concepción antinatural del ser humano. Esto es observable en establecimientos educacionales en donde los niños son adoctrinados sobre los tópicos del LGBT, si los padres se niegan enviar a sus hijos a estas clases, son multados, y en casos más extremos, son encarcelados. ¿Ha eso llamamos libertad de expresión? La ideología de género se llena la boca con palabras como inclusión, diversidad, libertad, pero a semejanza de la Revolución francesa, imponen con la guillotina de la degeneración sus inmoralidades.
En segundo lugar, existe un esfuerzo “solapado” dentro de estos grupos en borrar de la faz de la tierra el concepto de heterosexual. Pueden existir 30 o 40 formas de “género” pero es condenable ser hombre o mujer, peor aún si éstos deciden tener familias numerosas. Finalmente, si el mundo termina rigiéndose por el “género”, prontamente el ser humano será una especie en peligro de extinción. Con esto me refiero, a que los “nuevos formatos de familia” según el dictamen del movimiento LGBT , dado que ellos promueven “familias” constituidas por seres del mismo sexo y una mascota. Lo que da una esperanza de vida humana cero.
Es claro que detrás de todo este ardid satánico, está la mano de los que tiran de los piolines, buscando propagar el nuevo orden mundial. Es evidente que estos no muestran su rostro y se valen de estas ideologías inventadas por sus febriles mentes para depravar al ser humano, para destruir su dignidad y degenerarla al punto de animalizarlo. Un aliado eficaz para esta causa son los medios de comunicación, quienes, financiados y manejados por la misma mano, bombardean los sentidos con imágenes, sonidos, ideas permeadas por ideologías, cuya marca es la de la bestia.
Oremos con fuerza, que nuestra esperanza está en el Triunfo del Inmaculado Corazón de María +
(54-11) 4814-5374
(54-11) 4813-4124
[email protected]
Vir, gracias por la nota! Que el Padre Juan Claudio nos ayude a no desfallecer...
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V.G.: Puede comunicarse para ello a [email protected] Les paso igualmente su correo para que se comuniquen con ud.
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V.G.: Hoy....posiblemente lo hubieran "misericordiado", pero nos dejó su obra como "semáforo" invalorable.
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