(69) La necesidad de definición (junto al p. Castellani)
El católico sabe -o debería saber- que frente al mundo debe remar frecuentemente contra la corriente, pero cuando “la corriente” está dentro de la Iglesia que debe sostenerlo, es más difícil resistir, y finalmente deja de remar, y deja que lo arrastre el río, sin saber siquiera adónde se dirige. ¿Y cómo pueden saberlo, si no hay buenas brújulas…?
Hay algunos que conocen bien la ruta, pero ésta es incómoda, porque hay que advertir a los peregrinos que deben cruzar el bosque, trepar los acantilados, sortear obstáculos, y para colmo, el camino es siempre en ascenso y bajo el sol. No se puede negar que es más cómodo dejar que cada uno siga como pueda, según le vaya dictando su buena o mala “intuición”, y si se desbarranca, “ah, ¡que Dios lo ayude!; El verá que hubo buena voluntad”.
Hace poco tiempo, un sacerdote de congregación misionera, no tan joven, aconsejaba a sus catequistas que no fuesen tan terminantes frente a ciertos pecados, porque “quién sabe cómo son las cosas para cada uno; para hablar con certeza hay que tener muy buena formación…¡tampoco podemos pretender que todos sean santos!”. La excusa ideal será decir que “la gente no quiere oír sermones”. Pero, “¿Y cómo oirán si no hay quien les predique?” (Rom.10,14) Pero eso sí, no molestan a nadie…
¿Pero qué diríamos de un médico que no se atreve a diagnosticar porque no aprendió bien anatomía? Sin embargo, hay muchos convencidos de que no es preciso enseñar nada; que como decía Antonio Machado y “desparramaba” Serrat, “caminante, no hay camino; se hace camino al andar”. Se comienza por borrar toda regla objetiva hasta del aprendizaje de la lectoescritura, en que “Pobrecito, al nene no hay que ‘reprimirle’ las faltas de ortografía!"….y cuando ese nene es milagrosamente dócil a la vocación, ya no tiene muchos anticuerpos para reaccionar ante la “primacía de la ortopraxis frente a la ortodoxia”. Entonces hace un asadito con la Suma Teológica (como hicieron hace unos años unos estudiantes de Teología en el Seminario Metropolitano de Villa Devoto…) y se hacen curas villeros para que “la realidad” (léase los criterios mundanos) sea su maestra, abominando de toda referencia doctrinal. Dos mas dos, da cuatro…
Entonces nos encontramos con que pese a un apetito singularmente ávido de la gente hacia lo religioso, la apatía de algunos frente a la apostasía de otros, hace posible la confusión de muchos. Ese clima enrarecido, turbio, ambiguo, no puede ser sino el resultado de un lenguaje con las mismas características, que ya no sorprende, no “chirría” a los oídos católicos, y ese es el fruto más perverso del modernismo: la enfermedad avanza porque se han llegado a confundir sus síntomas como signos de la más robusta salud, mientras por el contrario, la salud es atacada como si fuese una amenaza y una patología. De este modo, muchos católicos con fe y vida coherente, más que saludable, van siendo cada vez más marginados y estigmatizados, como si se tratase de apestados o marcianos. Bajo la dictadura del relativismo, si hay un crimen digno de todos los juicios y condenas, ése es la definición. Adoptar el “sí-sí; no-no” en materia de doctrina, moral, o lo que fuese, es un delito manifiesto. Primero fueron cerrados o medievales; luego vino el mote de “fundamentalistas”, y llegará el momento en que todo el que se atreva a hablar de principios inmutables será acusado de terrorista. Paciencia, que todo llega.
En este contexto, se pasea a sus anchas una “teóloga” como Fernanda Barbiero (la actual Comisaria de las Franciscanas de la Inmaculada), señalando en uno de sus artículos: “…hemos sido formados en un tipo de fe y espiritualidad que nos retiene en la razón. Es una espiritualidad congelada en la filosofía del ser, que ya no es actual frente a la urgente necesidad de construir una ética. Y ética quiere decir relación de vida, no razonamiento. (…) Debemos simplificar la religiosidad y hacerla más cercana a las necesidades reales de los pobres. Hay demasiado “invisible", demasiado misterio.”
Es decir que hay gente en esta Barca que supone necesario “liberarnos” (de misterio, de estructuras, de reglas, de sacramentos, de mandamientos…¡todo se puede revisar y re-crear!) pero no pueden todavía hallar el pasaje bíblico en que Nuestro Señor haya dicho “El mundo os hará libres”. El otro pasaje -Conoceréis la Verdad…- seguramente no es muy “pastoral"… pero claro…El no había estudiado teología en Alemania…
Así que hoy he querido seguir compartiendo algunas páginas del querido padre Castellani, porque siendo de los más lúcidos y prolíficos pensadores contemporáneos, hay páginas suyas que esclarecen muy bien las circunstancias presentes. Es un autor magnífico para enseñar la imperiosa y olvidada necesidad de saber armar rompecabezas, comprendiendo de dónde vienen y hacia dónde van ciertas palabras y acciones que vemos a nuestro alrededor:
“…En el Libro de los Gatos, que es una colección de enxiemplos del mismo tiempo de Chaucer, se narra en el enxiemplo XLVI que Satanás envió una carta al arzobispo de Toledo, diciéndole: “Satanás, Príncipe de los Infiernos, a Dalmacio, Príncipe de la Iglesia de Toledo, salud. Todos cuantos clérigos idiotas y sin letras vos tenéis, tantos yo vos di.”
(…) Nuestro país sufre una crisis que no es económica solamente, sino prevalentemente espiritual. Esa crisis no ha perdonado, ni es posible perdone, a la Iglesia. En un país católico, la Iglesia es como el sistema nervioso (…). El sistema nervioso basta que ande un poco flojo en un organismo, y es cosa de maravillar los trastornos terribles y las enfermedades sutiles y atroces que ocasiona. No es necesario que esté podrido -en cuyo caso el tipo suena-; basta que esté un poquito flojo.
La Iglesia se afloja cuando falla en ella la contemplación. La Iglesia ha sido hecha para enseñar, para lo cual primero hay que saber. Cuando fallan el vidente, el definidor, el contemplativo, el profeta, la Iglesia se convierte en una especie de sociedad anónima frigorífica para la conservación del cristianismo en latas.
La beneficencia no es el fin principal, es un subproducto del apostolado católico; ni siquiera la misma administración de los sacramentos es el fin principal, a no ser que sea al mismo tiempo una enseñanza; y no una mera venta de ceremonias mágicas.
San Pedro en persona instituyó el orden del diaconado, para que, repartiendo ellos las limosnas y administrando el bautismo, dejasen al sacerdote libre el cultivo de la doctrina: “Non misit nos Dominus baptizare sed evangelizare”, dijo audazmente el Príncipe de los Apóstoles, aunque parece que lo dijo en griego, a juzgar como no lo entienden algunos apóstoles de hoy.
(…) El Sumo Pontífice reinante ha honrado a la República Argentina instituyendo una Facultad de Teología en su Arquidiócesis. Es menester responder a esta confianza instituyendo una verdadera Facultad, con estudios realmente universitarios, y no un Colegio Secundario de Catecismo. (…) Es una cosa eximia y difícil, que requeriría una conjunción de fuerzas y no la extrema dispersión actual. (…) Uno de nuestros males sociales, como se sabe, es la multiplicación de los profesionales en serie -maestros incluso- por nuestras Universidades en serie. No hay orden religiosa que no quiera tener su colegio máximo aparte, lo cual será muy cómodo -sobre todo para rebajar y adulterar las altísimas disciplinas que son la filosofía y la teología-, pero es nefasto. Colegio Máximo de ésos hemos conocido que tenía ocho o nueve alumnos, con un profesor que enseñaba todo; desde Escritura Sacra hasta Cánones, y desde latín hasta gimnasia; o mejor dicho, enseñaba principalmente su falta de conciencia..” (“El doctor Piscolabis”, en Cristo, ¿vuelve o no vuelve?, Dictio, Bs. As.)
Como consecuencia, lo cierto es que muchas personas “comprometidas” en la Iglesia no se enteran realmente de lo que sucede, carecen de “perspectiva” porque ya no son capaces de mirar la realidad desde la Revelación, y por ende, no son capaces de ser luz para el prójimo, ni verdadera sal…
Pero leyendo los signos de los tiempos como hombre de Dios, el p. Castellani observa en cambio la realidad con lucidez, porque tiene el ancla echada en las aguas eternas:
“…lo que me parece ver en este momento, es que estamos abocados o bien a una guerra religiosa, o bien a una apostasía progresiva y definitiva (…). Si no interviene la Providencia de Dios con los medios más enérgicos, nuestros hijos serán católicos liberales y nuestros nietos serán protestantes, pese a la ensenanza religiosa en las escuelas. El extranjero herético no se llevará de momento nuestras reses ni nuestros capitales; se llevará nuestra alma.
Actualmente, nuestra prensa, nuestra radio, nuestras revistas y nuestro cine son prácticamente protestantes, cuando no son bazofia intelectual deletérea que va a alimentar el clima y la mentalidad comunista.
La Iglesia Católica carece hoy de todo control o acción eficaz sobre esos medios poderosísimos de información y moldeamiento del pueblo, que alimentan día a día la mentalidad popular y cumplen en forma gruesa y arrollante el antiguo mandato: “Enseñad a todas las gentes.”
Quien enseña a todas las gentes de nuestro país hoy día no es la Iglesia, sino la Anti-Iglesia. Ese estado de cosas tendrá que dar algún día sus frutos naturales. (…) (“Lo que tenía que suceder”, Agosto 20, 1946, ibid.)
¿Por qué es necesario entonces formarse en la verdad, en la fe verdadera, en la verdad histórica, en la verdad sobre el hombre, en el Bien, en la Belleza? ¿Por qué procurar ante todo una “conversión de la inteligencia“? Simplemente, para “que no nos vendan gato por liebre", porque nuestra alma está hecha para la Verdad, y aunque se la esquive, no hay felicidad auténtica fuera de ella.
El mundo no moriría de hambre de pan, si antes no hubiera enfermado por hambre de verdad. Lo expresa él mismo, más poéticamente, en su
Oda a la Verdad
“¿Qué es la Verdad? Es sol dulce y tirano
motor inmóvil, diosa musical
ayer sendero, y hoy camino llano…
para ir al hospital.
***
¿Qué es la verdad? -dijo el procónsul vano
y Cristo en su silencio magistral
Soy Yo, decía, atado pecho y mano,
el que te da el poder de que usas mal.
***
Verdad, diosa sin cara, o malacara
que ante la ciega necedad ambiente
se oculta esquiva o se retrae avara
sonriendo triste o socarronamente
***
más hermosa que el sol al que te siente
hay aún corazones en tu ara…
Que hasta sangrientos y arrancados para
morir, te aman. ¡Ven! -No, no. ¡Detente!”
(Manresa, 1-10-1947)
(*) -Pueden descargarse las obras del p. Castellani gratuitamente en la web de Scribd.
-La Fundación Gratis Date ha publicado también el “Comentario al Apocalipsis de Castellani", realizado por el P. Alfredo Sáenz s.j., que pueden leer o descargar gratuitamente aquí.
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14 comentarios
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V.G.:Muchas gracias, Iván. No olvide "pagarle" ofreciendo alguna oración por el eterno descanso del p. Castellani.
Personalmente tengo la impresión de que quienes forman parte de la “anti-iglesia” cuentan desde hace un tiempo con el aparato jurídico maestro para obrar sin mayores dificultades dentro de la Iglesia por medio de sus infiltrados y sus hipnotizados. No es raro, pues, que hoy nos den razones “pastorales” para justificar la aprobación de la comunión sacrílega o que haya algunos que defiendan, por ejemplo, la intervención y el trato que les están dando a los Franciscanos/as de la Inmaculada. En los primeros prima la praxis y en los segundos la letra y los resquicios que encuentran quienes creen que hacen un favor a la Iglesia con sus “defensas”, cuando en realidad alientan al perseguidor.
Lo dice mejor Castellani, que precisamente leía durante estos días:
“Dondequiera hay un exceso de "reglamentismo", una proliferación de mandatos, reglas, costumbres, glosas, formalidades y tramites, no solamente hay peligro de olvidar el espíritu y el fin de la ley, sino señal clara de que ese espíritu ha claudicado. Y entonces son posibles y fáciles tres cosas: el necio aparecer perito, el hipócrita pasar por santo y ser condenado el inocente”. (Leonardo Castellani – Cristo y los Fariseos, pp. 92 Ed. Jauja)
Saludos desde Chile
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V.G.: Así es, SBV. Por eso insisto en que hay que aprender a "armar rompecabezas" para librar el buen combate de la fe en estos días. Porque el trigo y la cizaña seguirán juntos hasta la Siega.
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V.G.: Gracias por el comentario, pero dejando muy claro que los sacramentos son de institución divina (a diferencia por ej. de los sacramentales), opino que es un poco osado pretender que Castellani tuviese proposiciones heréticas en esta materia. Creo que más bien, en el contexto se sobreentiende lo siguiente:
"El acto sacramental de la ordenación va más allá de una simple elección, designación, encargo o institución por parte de la comunidad, ya que confiere un don del Espíritu Santo, que permite ejercitar una potestad sacra, que puede venir sólo de Cristo, mediante su Iglesia."(Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1538)
«El enviado del Señor habla y actúa no con autoridad propia, sino en virtud de la autoridad de Cristo; no como miembro de la comunidad, sino hablando a ella en nombre de Cristo. Nadie puede conferirse a sí mismo la gracia, ella debe ser dada y ofrecida. Eso supone ministros de la gracia, autorizados y habilitados por parte de Cristo».(Ibidem, n. 875.)
Unidos en Cristo, un fuerte abrazo,
Pedro L. Llera
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V.G.: Muchas gracias, Pedro, igualmente.
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V.G.: Así es, y cuando se piensa que el propio Dios nos ha llamado "hijos de la Luz"!!! Es apabullante, para vivir suplicando fidelidad a tanta, tanta gracia...!
Además me parece más grave por las circunstancias, pues escribe en una época en que se suprimen los órdenes no instituidos por Jesucristo para dejar solo los que son sacramento. En otra época un error de este estilo se puede atribuir a un descuido, pero en ese momento es un tema sensible.
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V.G.: Le agradezco la aclaración y ampliación, y le pido disculpas si en algo yo lo he malinterpretado. Con respecto al desarrollo de la cuestión del diaconado, me parece bastante ilustrativo el informe de la Comisión Teológica Internacional "El diaconado: evolución y perspectivas", del 2002, en donde se observa que hasta el CV II
"Respecto a la sacramentalidad del diaconado, Bellarmino la hace suya y considera esta doctrina como muy probable; pero no hace de ella una certeza ex fide, ya que no se deduce con evidencia ni de la Escritura, ni de la tradición, ni de alguna determinación explícita por parte de la Iglesia[Cf. R. Bellarminus, «Controversiarum de sacramento ordinis liber unicus», en Opera omnia, vol. V (París 1873) 27]".
Teniendo en cuenta que el artículo de Castellani es publicado en 1951, no veo entonces una contradicción con el Magisterio.
Posteriormente, incluso, el mismo informe de la CTI señala que "En su conjunto, el Vaticano II recoge lo que era el sentir teológico mayoritario al respecto, pero sin ir más allá. Y el concilio tampoco consiguió disipar por completo algunas incertezas expresadas en el aula conciliar.(...)Así, se nos da la razón exegética de no mencionar directamente Hch 6,1-6[31] y se explica también la cauta mención de la sacramentalidad del diaconado como resultado de no querer dar la impresión de condena para quienes la cuestionan[32]. Pues, efectivamente, en el debate conciliar no había unanimidad a propósito de la naturaleza sacramental del diaconado(...) La afirmación más directamente relacionada con la sacramentalidad del diaconado se halla en LG 29a (...) La expresión gratia sacramentalis es cauta, propia de un inciso, mucho más tenue que la fórmula «ordenación sacramental», empleada en el proyecto anterior de LG del año 1963. ¿Por qué esta cautela en las expresiones finalmente usadas? La Comisión doctrinal se refiere al fundamento tradicional de lo afirmado y al deseo de evitar la impresión de condena para quienes expresaban dudas al respecto[Cf. AS III/1, 260]."
Quien enseña a todas las gentes de nuestro país hoy día no es la Iglesia, sino la Anti-Iglesia. Ese estado de cosas tendrá que dar algún día sus frutos naturales. (…) (“Lo que tenía que suceder”, Agosto 20, 1946, ibid.)"
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Virginia, yo nací después que el P. Castellani escribiera esto, tan rigurosamente cierto. Fue ése uno de los grandes desafíos que tuvimos que resolver junto a mi esposa, pues teníamos decidido que nuestros hijos se formaran en un ambiente católico. La lucha se dio en todos los frentes: familia, parroquia, relaciones, medios, escuela.
La única que no nos falló fue la Gracia de Dios. La iglesia nos falló en gran forma, tanto en la parroquia, inundada por mundanos y con curas que hacían lo que podían y a veces ni siquiera, como en la escuela católica, de la que mejor no hablo.
En cuanto a los Medios, cortamos por lo sano: no les dimos entrada a nuestra casa. Ni radio ni TV, ya que internet no había. Y comprobamos algo que a muchos sorprendía: a pesar de que nuestros hijos carecían de la abundante "información" que supuestamente proveen los Medios, eran los mejores en la escuela. Y lo siguieron siendo incluso en la Universidad, pues todos se recibieron en la carrera que emprendieron, salvo los que la abandonaron para ingresar en religión.
En nuestra durísima lucha contra los Medios, también la Iglesia nos falló. Tanto en la revista "Esquiú" como en la inmensa mayoría de las relaciones eclesiales, era un lugar común que lo correcto era "saber elegir". ¡Saber elegir la mejor basura del basural! Castellani en cambio nos ayudó mucho a través de los libros que nos acercaron amigos del nacionalismo católico argentino.
Yo rezo por su alma y lo seguiré haciendo. Fue un hombre de Dios. Un incondicional de Dios.
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V.G. Gracias a ud., Andrea.
Sí; ya seguiremos visitando a Castellani si Dios quiere, en "cómodas cuotas", porque todo es muy tentador para compartir. A los lectores más interesados, les pasamos ya un link de descarga: https://es.scribd.com/doc/236384161/Castellani-Papeles-de-Benjamin-Benavides.
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V.G.: Jajajaj! Y en algunos sectores de mi patria y de mi parroquia, ya que estamos...
En el siguiente enlace se puede descargar el Apocálipsis de San Juan del P. Castellani en formato pdf: www.ivechile.org/images/NOTICIAS/04-26%20Curso%20de%20Cultura%20Catolica%20-%20Dr.%20Widow/El_Apokalipsis_de_San_Juan-P._Leonardo_Castellani.php
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V.G.: Perdonen la confusión; la edición de FGD es efectivamente, esa obra del p. Sáenz sobre el Apocalipsis de Castellani. Gracias por la corrección, que ya incorporo al post.
Es lo que estamos viendo.
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V.G.: Muchas gracias Andrea; el resto del comentario lo difundiremos Dios mediante en post aparte.
Y tampoco se puede servir a los pobres solamente, al bien común, ni a nada sin el SEÑOR, que nos va comunicando su misma vida. A veces el amor al prójimo solo, son palmaditas: "sonrie, Dios te ama", y toda nuestra vida se llena de incoherencias...
Es una barbaridad, demoniaco.
Hoy acabo de comentar lo de un seglar en la pégina que habla de la contemplación.
Que Dios te bendiga, excelente todo el post.
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