Sergio Gómez-Alba: “Zapatero puso el “huevo de la serpiente”, que hoy amenaza nuestra democracia”
Sergio Gómez-Alba nació en Madrid donde se licenció en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense. Diputado a Cortes por Barcelona de 1993 a 2004. Empresario con distintos intereses en la actividad económica. Es autor de “El río que nos trajo” (Sekotia 2016) y “Los años de Aznar” (Almuzara 2020). En la actualidad prepara un nuevo libro sobre las vanguardias históricas en la pintura española.
En esta ocasión le entrevistamos sobre su último libro El diputado (Almuzara 2024).
¿Cuál es el origen y la principal motivación de su libro?
Cuando analizamos el estado actual de la política en España es inevitable preguntarse ¿cómo hemos llegado a este estado de cosas? Este libro indaga en el origen de los sucesos que se han ido desarrollando en el tiempo que va de 2004 al 2018 y como las acciones de unos y las inacciones de otros nos han abocado al actual escenario.
¿Por qué utiliza el género “relato de no ficción”, término que acuñó Truman Capote y una ucronía al mismo tiempo?
El “relato de no ficción¨ fue el termino que usó este conocido escritor americano para definir su famosa novela ¨A sangre fría¨. Era una novela, lo que le permitió literatulizar una historia, pero basada en unos hechos reales que tuvo ocasión de conocer de cerca. Mi novela está pegada, en todo momento a los hechos sucedidos que, a mi vez, tuve la oportunidad de vivir personalmente.
Utilizo una figure literaria, como es la ucronía, para permitirme presentar un escenario alternativo, pero siempre verosímil, como el que hubiese resultado si en lugar de tomarse unas decisiones en momentos cruciales de nuestra reciente historia, se hubiesen tomado otras. Estoy convencido que, como pasa tantas veces en esos casos, el futuro hubiese sido otro.
¿Por qué cree usted que se tenían que haber aplazado las elecciones generales tras el terrible atentado del 11 M? ¿Hasta que punto hubiese estado totalmente justificado el estado de excepción?
Porque se fue a votar en un estado de absoluta anomalía democrática. La subversión dominaba las calles, las sedes del Partido Popular asediadas, los diputados del gobierno acosados y sus retratos paseados por la Carrera de San Jerónimo al grito de asesinos, la jornada de reflexión pisoteada, el Sr. Rubalcaba tachando de mentiroso al Gobierno, distinguidos cineastas acusando, ante la prensa internacional, de conspiración golpista al Partido Popular que intentaba secuestrar la voluntad regia…